Las calles -a diferencia de otros años- lucían vacías, no así los hogares, restaurantes y bares, donde se reunieron decenas de ribereños para festejar la independencia
El alcalde de Chapala tocando la campana para dar el Grito de Independencia desde el municipio de Chapala
Manuel Jacobo (Chapala, Jal).- El presidente municipal, Moisés Alejandro Anaya Aguilar, dio su segundo Grito de Independencia a puerta cerrada, desde el lobby de la presidencia de Chapala -en punto de las 11 de la noche-, para conmemorar el 210 aniversario de la independencia.
El evento se realizó sin la presencia de los ciudadanos y turistas que suelen reunirse en la plazoleta de “La hermandad” para vivir la fiesta patria, esto con la finalidad de evitar la propagación del Covi-19.
Fue a las 22:30 de la noche, cuando un grupo de bailables folclóricos se dio cita en la presidencia municipal para presentar algunas estampas previas al evento. Posteriormente, la Banda de Guerra Municipal arribó a la plazoleta para interpretarla pieza conocida como “La Coqueta”.
Por su parte, la escolta de la policía municipal de Chapala entregó el lábaro patrio al alcalde y fue ahí donde el Secretario General, Sergio Cuevas Elvira, indicó que este año no se hacía la fiesta como otros años pero que posteriormente habrá tiempo para festejar frente a frente.
Fue así como comenzó con la lectura del Acta de Independencia de México, donde se recuerda que México ya es un país libre y soberano sin depender del imperio español.
Así, entre los gritos en coro de “¡Viva México!”, fue como Anaya Aguilar tocó una campana de menos de cincuenta centímetros. La algarabía de colores rojo, verde y blanco se hicieron presentes mientras el edil ondeaba la bandera mexicana.
La banda de guerra comenzó a tocar unas notas; posteriormente, se entonó el Himno Nacional y se pasó al retiro del lábaro patrio, en conjunto con el lanzamiento de fuegos artificiales.
Aunque el malecón y la avenida principal lucieron sin conglomeraciones, algunos habitantes decidieron festejar desde casa, cosa que Moisés Anaya celebró, al igual que muchos que acudieron a los restaurantes.
A pesar de que la mayoría acató las medidas para prevenir el Covd-19, no fue así en el restaurante La Cabaña –ubicado a un costado del Centro Cultural González Gallo-, un lugar que es administrado por un funcionario público y que permitió el ingreso de diversos comensales sin cumplir con las medidas sanitarias.
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