Los días 24, 25 y 31 de diciembre, así como el primero de enero, se abarrotó de turismo el malecón de Ajijic.
Sofía Medeles (Ajijic, Jal.)- Durante las celebraciones decembrinas, se reportó un incremento considerable de turismo, el cual, en palabras de los habitantes; tuvo más desventajas que ventajas.
Con problemas como incremento de tráfico, grandes cúmulos de personas faltando a las normas sanitarias, y basura por doquier, oriundos consideran que el turismo no dejó nada bueno.
Una trabajadora que se dedica al giro restaurantero, comentó: «Es bueno el turismo a veces. Lo normal es que los nacionales que vienen a pasear por aquí, no lleguen a restaurantes, así que no nos beneficia cómo se creería. Además, suelen ser muy codos. Alguna vez aquí llegó alguien que tuvo una cuenta de cinco mil pesos y solo dejó 10 de propina. Es difícil tratar con esas personas, porque suelen ser muy prepotentes. En el punto de vista de un restaurante local, no hay mucha diferencia si es día festivo o no.»
Bertha, trabajadora del sector de hotelería, indicó que «Sinceramente no es mucha la diferencia, no voy a negarte que hay un pequeño incremento, pero a comparación de los que vienen son pocos los que se hospedan por aquí, además hay mucha competencia”. La mayor parte de los hoteles de Ajijic, registramos una pequeña alta, pero nada realmente de provecho».
«El día 25 de diciembre, quise llevar a mis hijos a estrenar sus regalos, pero al llegar al malecón, nos dimos cuenta de que había demasiada gente por todos lados, la gran mayoría ni siquiera traían el cubrebocas. Lo mismo pasó el primero, mucha gente por todos lados, sin cubrebocas, y estorbando, agradecemos el turismo, pues finalmente de eso vivimos un gran porcentaje de habitantes de Ajijic, pero agradeceríamos que fueran un poco más cuidadosos con lo que les ofrecemos», aseveró Roberto, molesto con la situación.
Miguel, quien suele dar paseos con sus perros, tacha a la gran mayoría de los turistas como irresponsables y en muchas ocasiones groseros. «Yo no sé porqué son así de creídos, me tocó en una ocasión paseando a mis perros, que una pareja joven me dijera de groserías por caminar por la banqueta con mi perro. Me quedé impactado por su razonamiento ilógico, ya que de un lado de la banqueta había pared y del otro, muchos carros por el tráfico que los foráneos causan. No sé si se quieren comportar así con los nativos, o ignoraban que yo vivo aquí, y solamente son personas prepotentes, pero he escuchado varios testimonios así por parte de conocidos.»
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