Vándalos que ingresaron al capitolio igual serán procesados
Por: Pascacio Taboada Cortina/ Jorge Martínez Cedillo
El discurso pronunciado por el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el jueves 6 de enero de 2022, a un año de ocurridos los hechos violentos y sangrientos provocados por 725 vándalos que tomaron por asalto el recinto simbólico de la democracia norteamericana, El Capitolio, sede del Poder Legislativo, por mandato del entonces presidente Donald Trump, cayó muy bien en el ánimo de muchos mexicanos y ciudadanos estadunidenses, por la firmeza y decisión del actual mandatario, quien destacó que no habrá tolerancia para nada ni nadie, y que se aplicará la Ley para mantener la seguridad nacional y la protección de la ciudadanía.
Ese escándalo marcó un hito en la historia de Norteamérica por lo inusitado del hecho, por la forma del asalto que no se daba desde tiempos de la Independencia, y por la prepotencia con que los vándalos treparon por la fachada del edificio y el maltrato que dieron a los vigilantes en turno. En el hecho, se registraron cinco decesos y decenas de heridos. Todo esto, no quedará impune, aseguró el Presidente Biden.
En México también sería saludable que no se permitiera la impunidad. En este caso, no sería por asaltos –de por sí se cometen un día sí y otro también, en particular en transportes de pasajeros y en las carreteras—de vándalos que utilizan armas con tanta impunidad, que ya parece costumbre que estos hechos ocurran. “¿Y la Guardia Nacional, el Ejército y las policías estatales y municipales?”. Si llegan, regularmente muchas horas después, es sólo para tomar nota de los hechos delictivos y reportarlos a sus superiores. La impunidad es de grandes dimensiones y está presente de muchas formas.
En México quedarán impunes 300 mil fallecimientos por covid.
Expertos en diferentes disciplinas han dado cuenta de que, por ejemplo, en el Sector Salud, quedarán impunes 300 mil fallecimientos reconocidos por dependencias del gobierno federal por efectos directos de la pandemia de Coronavirus, y 300 mil más relacionados con la propia enfermedad viral, de acuerdo con estadísticas de INEGI, por ejemplo. Habría que añadir a más de 4 millones de contagiados debido al desconocimiento o negligencia en el quehacer sanitario por parte del propio presidente de la República, de gobernadores correligionarios y presidentes municipales o alcaldías de la Ciudad de México.
Todos ellos han dejado a un lado su responsabilidad de proteger a los ciudadanos o creyentes en esas autoridades que anteponen sus intereses políticos a los problemas sanitarios. Han convocado a miles de seguidores a concentraciones políticas, como fue la del Zócalo de la Ciudad de México el uno de diciembre, o festividades por los tres primeros años de la jefa de Gobierno de la propia ciudad, sin importarles que la pandemia sigue latente a través de otras variantes, como Delta y, en los últimos días, la llamada Ómicron.
La propia enfermedad se ha encargado de demostrar la ineficiencia de autoridades y empresas de aviación, a través de la suspensión de vuelos por contagios de pilotos y grupos de aeromozas –desde los últimos días de diciembre de 2021 y primeros de enero de 2022—que obligaron a aplicar cancelaciones de cientos de vuelos, con los consecuentes problemas de viajeros varados en los aeropuertos de México—en lugar de que fueran las autoridades políticas y sanitarias las que debieron haber ordenado la aplicación de miles de pruebas para la detección del virus, a fin de evitar contagios masivos.
Otras formas de impunidad en nuestro México, a cargo del gobierno federal y vigentes en el gobierno sexenal del Presidente López Obrador, se gestan en la desaparición de proyectos productivos relacionados con las “energías limpias”, como el uso del viento para producir electricidad, o el aprovechamiento de la energía solar, incluso el movimiento de las olas del mar. Todas estas energías no son contaminantes.
Sin embargo, nuestro gobierno, en lugar de eso, da un fuerte impulso a la extracción y refinación del petróleo. Ya hasta compró una refinería en el estado de Texas, EU –que se dice es “chatarra”—por la nada despreciable cantidad de más de mil 600 millones de dólares (sí, porque tenía pasivos por mil millones de dólares), y también construye “su obra cumbre de Dos Bocas en Tabasco”, cuando otros muchos países de avanzada en la actualidad, promueven el desarrollo científico y tecnológico para la multiplicación de energías limpias.
Un caso en particular, debería tomarse en cuenta o, por lo menos, conocerlo. Recientemente el Gobierno de Inglaterra, obviamente perteneciente al “primer mundo”, se ha puesto de plazo hasta el 2030, para dejar de producir y utilizar automotores que utilicen la gasolina como combustible, y cambiar a automóviles y transportes de carga con combustibles que no contaminen, fundamentalmente eléctricos. Esta es la tendencia en el mundo, a excepción de México y otros países de América Latina, esperanzados en el petróleo para seguir contaminando a nuestro Planeta Tierra.
Es necesario tener presente que la pandemia de Covid 19, no se ha “aplanado”, a diferencia de lo contrario que afirma y vuelve a afirmar el Presidente López Obrador, porque aparecieron otras variantes, como Delta Ómicron, en tanto que el mandatario repite que México es el primero en el mundo que ha importado 200 millones de dosis de vacunas.
Nosotros decimos, si la población de México anda en 130 millones de habitantes, ya debieron haberse protegido. Pero hay que ver la realidad: las vacunas no son para todas las edades de manera indiscriminada y, por otra parte, primero se recomendó la aplicación de dos vacunas para adultos mayores y así, enseguida, como continuaban los contagios y muertes, se recomendó una tercera vacuna, de refuerzo, y en la actualidad, dado el avance de Ómicron, ha aparecido una cuarta vacuna.
Se pensaba, hasta hace poco, que el subsecretario de Salud, Hugo López Gattel, era el único que cometía barbaridades con eso de la pandemia y los contagios. Incluso se llegó a decir que era un político disfrazado de científico. Pero no. Ahora surgió el mero titular de la Secretaría de Salud, Jorge Alcocer, quien, en una de las mañaneras, afirmó que, para los síntomas de gripa o catarro, que pueden ser manifestaciones del Covid 19 e incluso del Ómicron (esto lo señalan los que estos escriben) es suficiente aplicar el viejísimo ungüento de Vick Vaporub, con un tecito caliente. Válgame Dios…
Imagen ilustrativa. Foto: cortesía.
Por: Abigail A. Correa Cisneros
El encarecimiento de energía a nivel mundial se ve como efecto dominó en los demás sectores. En noviembre pasado se reportó una inflación como no se veía hace 25 años en los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Expertos pronosticaron desde hace algunos años los problemas que se avecinan por la falta de energía en el mundo. Pero no contaron con que habría una pandemia y este asunto llegó a afectar todavía más.
Es cierto que la crisis se relaciona también con la transición a energías limpias. Sin embargo, es mínimo comparado con la escasez en la producción de gas, que se vaticinó desde hace tres décadas, al menos. Cada vez se produce menos en los pozos de gas.
Daniel Yergin, uno de los principales analistas energéticos del mundo y autor de El nuevo mapa: La energía, el clima y el choque de naciones, se refirió recientemente a lo que atraviesa Europa, donde el uso de carbón ya se redujo, sólo que en los dos últimos años la demanda de energía creció nuevamente y no fue suficiente cubrir la demanda con la producción derivada de métodos más limpios.
En México, por nuestra dependencia a la producción extranjera también vivimos esta crisis. Aunque hay conciencia de que las energías provenientes de hidrocarburos están por agotarse, prevalece la falta de políticas y apoyos a la transición hacia las energías limpias.
Mientras siga la escasez en los países productores de energía, el aumento de los costos también lo resentirán nuestros bolsillos. Las cadenas de producción ya se ven afectadas, como en China, donde la falta de insumos provocó el cierre de fábricas. Es por esto por lo que las potencias mundiales comienzan a impulsar el uso de energía renovable, pero en esta transición, México, que depende en gran medida de Estados Unidos para abastecer parte del territorio de energía, y se va quedando atrás porque no se está preparando para esta nueva era.
DESDE EL CENTRO
La SSA informó que hasta este martes suman 4 millones 170 mil 066 personas con COVID-19, con 300 mil 574 defunciones, 314 mil 255 defunciones totales (incluidas muertes sospechosas), y 605 mil 057 casos sospechosos totales. El 32.57% de las personas estudiadas ha resultado positivo por COVID… El sector agrícola no se detuvo en estos años afectados por la pandemia. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Social reporta que para el cierre de 2021 se espera un incremento en la producción, con un volumen de 292.8 millones de toneladas, cinco millones más respecto a 2019 y 2.1 millones más en comparación con 2020, una cifra sin precedentes. El secretario de la SADER, Víctor Villalobos Arámbula, dijo que somos el séptimo exportador internacional de agroalimentos, vendemos a más de 190 países y nos ubicamos en el sitio 12 a nivel mundial como productor de alimentos. Villalobos Arámbula señaló que, en 2021, los programas prioritarios y estratégicos del sector llegaron a tres millones de beneficiarios: productores de pequeña escala, agricultores, ejidatarios, campesinos y comunidades indígenas, con la canalización de 26 mil millones de pesos.
Esta sería la boleta para la revocación de mandato
Por: Pascacio Taboada Cortina/ Jorge Martínez Cedillo
La consulta al pueblo mexicano para decidir si se aplica al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la “revocación de mandato”, a mitad de su periodo de Gobierno, es una verdadera sorpresa para los ciudadanos nacionales y extranjeros, quienes no encuentran respuesta a esta iniciativa del propio presidente, aunque para ello el Congreso haya tenido que modificar la Constitución.
En otro ámbito, podría calificarse como una ‘necedad’ que el pueblo le retire la confianza y, al mismo tiempo, vote masivamente por él, para levantarse de sus cenizas con renovados bríos, convencido de que “el pueblo exige que continúe”.
Para que esta propuesta se haga efectiva, los legisladores de la Cámara de Diputados tuvieron que hacer modificaciones a la Ley respectiva en el marco de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el tiempo y forma que les ordenó el presidente.
La modalidad de ‘revocación de mandato’ en México es algo raro y a lo que los mexicanos no estamos acostumbrados. Normalmente se elige a un candidato, sea el presidente, los gobernadores, diputados, senadores y presidentes municipales por un periodo determinado. Al término del mismo, se elige a otro candidato y el que termina se va a su casa.
Pero jamás, que se recuerde en nuestro país, ningún funcionario electo ha sido sometido a “revocación de mandato”, al menos que, en el caso de López Obrador, se tenga una sorpresa como ocurre en varios países latinoamericanos, de que el mandatario en turno se atreva a “dar pinochetazo” y esa revocación se convierta en una conjura para eternizarse en el poder.
Allí tenemos ejemplos presentes y del pasado reciente, como sucedió con Chávez y Maduro en Venezuela, Evo Morales en Bolivia o la dupla que forman el ex guerrillero Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo en Nicaragua; algunos aún recuerdan a Fulgencio Batista y Fidel Castro en Cuba, donde sus sucesores aprendieron bien la cultura dictatorial, como son los casos de Raúl Castro y el actual Miguel Díaz Canel.
El Congreso mexicano aprobó modificaciones a la Ley respectiva para favorecer un esquema jurídico acorde con la revocación de mandato, –no de “reafirmación de mandato” (allí está la trampita)—como se publicita en carteles y sitios donde se recaban firmas de apoyo a la revocación.
La Ley modificada, dice: “Esta Ley tiene por objeto regular y garantizar el ejercicio del derecho político de las ciudadanas y ciudadanos, a solicitar, participar, ser consultados y votar respecto a la revocación de mandato de la persona que resultó electa popularmente, como titular de la Presidencia de la República (para un periodo de seis años), mediante sufragio universal libre, secreto, directo, personal e intransferible”.
Artículo 1. La presente Ley es reglamentaria de la fracción IX del artículo 35 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de revocación de mandato del titular de la Presidencia de la República.
Artículo 2. Esta Ley es de orden público y de observancia en el ámbito federal en todo el territorio nacional. Tiene por objeto regular y garantizar el ejercicio del derecho político de las ciudadanas y los ciudadanos a solicitar, participar, ser consultados y votar respecto a la revocación del mandato de la persona que resultó electa popularmente como titular de la Presidencia de la República, mediante sufragio universal, libre, secreto, directo, personal e intransferible.
Artículo 3. La interpretación de esta Ley se hará conforme a los criterios gramatical, sistemático y funcional, atendiendo a lo dispuesto en el último párrafo del artículo 14 de la Constitución. A falta de disposición expresa en esta Ley, se atenderá a lo dispuesto, en lo conducente, en la Ley General.
Artículo 4. La aplicación de las disposiciones previstas en esta Ley corresponde al Congreso de la Unión, al Instituto Nacional Electoral y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en sus respectivos ámbitos de competencia.
El Instituto tendrá a su cargo, en forma directa, la organización, desarrollo y cómputo de la votación, incluyendo los Consejos y juntas ejecutivas locales y distritales que correspondan.
Artículo 5. El proceso de revocación de mandato es el instrumento de participación solicitado por la ciudadanía para determinar la conclusión anticipada en el desempeño del cargo de la persona titular de la Presidencia de la República, a partir de la pérdida de la confianza. (Así lo afirma la Ley)
En ese tremendo proceso de convencimiento de la necesidad de abrir un proceso de revocación de mandato para el presidente de México, se ha involucrado a la propia Presidencia, al Congreso Mexicano, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al Tribunal Federal Electoral y, de manera principal, al Instituto Nacional Electoral.
A este respecto, López Obrador ha insistido en su negativa de dar los recursos fiscales suficientes al INE, para llevar a cabo dicha consulta; llegó al grado de proponer que ese referéndum lo realizarán los ciudadanos comunes, que él llama el pueblo, sin pensar ni reflexionar en que, si se trata de un proceso que requiere toda la colaboración y la seriedad institucional, deben realizarlo las instituciones creadas ex profeso tanto en el arbitraje electoral, como en las que tienen la responsabilidad de dar validez a los procesos electorales.
Pie de foto: Lago de Chapala. Foto: Héctor Ruíz
Por: Daniel Jiménez Carranza
Esta temporada de Guadalupe Reyes , implica múltiples manifestaciones: en lo personal, significa época de festejos, de convivencia familiar, de intercambio de regalos, de alegría; en lo comercial, una temporada ideal para recuperarse de las malas ventas que han padecido a lo largo del año los comerciantes, todo ello sin embargo, válido, en tanto no se llegue a la polarización de abusos y engaños al consumidor, que también ha sido afectado por la elevada tasa de inflación, encareciendo todos los productos, particularmente los alimentos y el combustible, y que con motivo de las celebraciones, a quienes afecta en mayor grado, es a la clase trabajadora, los asalariados que ven reducidas sus posibilidades de participar en estas .celebraciones.
Es el momento de evaluar las condiciones sociales, en donde nos encontramos involucrados todos, desde empresarios, considerados grandes consorcios, comerciantes medianos y pequeños, profesionistas independientes, empleados, y en el extremo opuesto, la gran masa trabajadora que constituye el mayor porcentaje poblacional, sujeta a un salario, con escasas posibilidades de incrementar sus ingresos.
Cuando observamos este factor, entendemos que existe un ofensivo desequilibrio en el volumen de ingresos de los grupos sociales, que debe ser compensado con mejores salarios para los trabajadores, que la clase empresarial, debe desarrollar una ética que les permita obtener un ingreso razonable, sin llegar a los excesos y exagerada anarquía en los precios que golpea fuertemente a los de menos ingresos, amén que todo ello, incide en un deterioro económico del país, como consecuencia de la inflación involucrada, ello implica una responsabilidad social en donde es necesario restaurar un equilibrio de convivencia sana, pues la época de enriquecimiento sin límites del pasado, está siendo rebasado por la extrema pobreza de todos esos grupos vulnerables contenidos dentro de las ataduras de sus fronteras, en donde finalmente se han desbordado, saltándolas hacia otros horizontes de bienestar que avizoran en países desarrollados, fenómeno que se ha venido reproduciendo en todas las latitudes del planeta, y que actualmente representa uno de los mayores retos para todos los países tanto emisores como receptores de este fenómeno.
Aquí, no se trata de criminalizar ni entronizar a ningún grupo, sino de desarrollar un consenso social, para encontrar un cauce que permita la sana y digna convivencia del individuo en sociedad, que le permita.
Que esta sea la tónica en el futuro!!!
Lago de Chapala. Foto: Héctor Ruíz
Por: Daniel Jiménez Carranza
Estimados Lectores, en este mi inicio, paradójicamente coincide con el final de este año, en el que nos hemos visto inmersos en una serie de acontecimientos que han afectado nuestra vida diaria, y obligado a adoptar medidas extraordinarias en cuanto a nuestro esquema de comportamiento cotidiano; por segundo año hemos estado sujetos a los vaivenes del desarrollo y evolución de un imperceptible virus, que ha modificado nuestros hábitos y costumbres, además de los cambios geológicos naturales de la tierra, no sólo a nivel local, personal, sino a nivel mundial catapultando las economías al grado que potencias como EE.UU. y la UE, se encuentran en una seria disyuntiva entre adoptar medidas restrictivas hacia la población, con los consecuentes efectos económicos, o bien permitir el desplazamiento regulado en reuniones familiares y eventos que congreguen un gran número de personas.
Esto no es sino el inicio de una modificación sustancial en la vida de la humanidad, que se ha venido gestando como consecuencia de los excesos cometidos por el ser humano en detrimento de la naturaleza, de las propias relaciones humanas, llegando a un bochornoso extremo que el propio hombre no ha logrado identificar, y que ahora un diminuto ser imperceptible a simple vista como lo es un virus, nos ha obligado a adoptar medidas hasta ahora inusuales a lo largo y ancho del planeta, mismos que serán parte de nuestro hacer rutinario en el futuro: las comunicaciones personales, se distancian, mismas que se verán sustituídas por equipos electrónicos de comunicación propiciando que los centros de reunión y concentración, antes obligados, pasen a un segundo término; aquéllos de esparcimiento y lujuria, estarán asimismo, restringidos en su uso, incidiendo en un reagrupamiento familiar, que en muchos casos, resultará en rompimiento, por la propia naturaleza de la inercia desarrollada en el pasado por todos los apetitos, existentes fuera de casa; los desplazamientos internacionales, se verán más restringidos y condicionados a diferentes regulaciones, así como aquéllos innecesarios que en forma habitual realizamos en nuestro alrededor, todo ello, amén de muchos otros cambios, porque esta pandemia, con su gran influencia desatada a nivel mundial, no podrá erradicarse en el corto o mediano plazo.
Debido a ello, es necesario reflexionar sobre nuestros propósitos para el año que se avecina, porque usualmente en estos tiempos, acostumbramos correr a comprar regalos, celebrar comidas de trabajo, preparar exquisitas cenas con la familia, olvidándonos del gran compromiso que tenemos con nosotros mismos y con la sociedad, de adaptarnos a los cambios que enfrentamos, asumirlos con responsabilidad suficiente, a través de profunda reflexión sobre nuestros excesos consumistas, sobre nuestra integración familiar, sobre nuestros semejantes, que ahora mismo, requiere mayor solidaridad, cohesión e integración, porque únicamente por medio del mutuo apoyo, podremos salir avante de las calamidades que nos agobian en el presente, y que en el mediano plazo no se visualiza su disminución, sino lo contrario, como consecuencia de la inercia de vida que nos precede, negándose a en muchos casos a adaptarnos a la nueva realidad.
Que el año nuevo se manifieste en todos nuestros corazones con este propósito.
Por Leticia Trejo
Bienvenidos sean todos los años nuevos por venir, no cabe duda de que las ideas colectivas nos ayudan a detener la agitación natural de la vida y reflexionar en el año que se ha ido y desear que nuestras mejores intenciones se manifiesten en el año que inicia. A mí me encantan las adivinanzas, espero que a ustedes queridos lectores también porque les tengo una muy buena: ¿Cuál creen que es el propósito más pensado para Año Nuevo? ¡Sí! Adivinaron: bajar de peso, también estar en forma, tener mejor estética corporal, empezar a hacer ejercicio y visitar a un nutriólogo, están entre los principales. Espero que puedan notar el patrón que sigue esa buena intención ya que éste es sobre nuestra salud y bienestar. Sería interesante saber cuántas personas lo logran. Pero yo, que tengo más de 20 años colaborando en el ambiente del fitness, los gimnasios y otras actividades de bienestar les puedo dar una idea:
De 100 personas que se inscriben a un gimnasio en enero solo 30 llegan a terminar el primer trimestre. De 30 personas que llegan a finales de marzo solo 20 continúan a fines de ese año, y al finalizar el año solo 10 van a renovar su membresía. ¿Cuál es el problema en estas estadísticas?, ¿por qué solo menos del 10 por ciento logra sostener su intención? Bueno, pues resulta que alguien ha logrado estudiar el patrón de cambio de hábitos durante más de 30 años, James Prochaska (Detroit 1942), psicólogo estadounidense que desarrolló el Modelo Transteórico del comportamiento del cambio, ha publicado más de 400 investigaciones sobre las causas por las cuales nos cuesta tanto trabajo establecer cambios en hábitos, aún teniendo toda la información que necesitamos o incluso la recomendación médica de que si no hacemos un cambio de estilo de vida nos esperan decenas de enfermedades en el futuro cercano. Es uno de los cinco autores más citados por las American Psychology Society. Su libro más vendido se llama Changing for good.
Su modelo de La Rueda del Cambio establece seis etapas: pre-contemplación, contemplación, preparación para el cambio, acción o cambio, mantenimiento y recaída. Entonces entendí que quizás uno de los motivos por los que las personas no pueden cumplir sus propósitos de salud y bienestar es porque quieren pasar de la etapa de pre-contemplación directamente al cambio sin haber pasado por las otras etapas. Como entrenadora me doy cuenta de que las personas quieren resultados rápidos, sin tomar en cuenta que debe haber un periodo de adaptación sumamente importante, así como una gradualidad en los cambios. Fisiológica, psicológica y anatómicamente el organismo tiene sus procesos, que son diferentes para cada individuo, por eso lo que le funciona a uno no necesariamente le va a funcionar al otro.
Si realmente queremos establecer un cambio hacia el bienestar en nuestro estilo de vida debemos ser pacientes, escuchar a nuestro cuerpo, conocer las metodologías existentes y tener la perseverancia de Tomás Alva Edison: prueba y error, recordemos que realizó más de mil pruebas buscando un filamento o alambre adecuado para que fuera el conductor de la electricidad. De la misma manera hagamos intentos, pre-contemplaciones, contemplaciones y preparaciones para el cambio y sobre todo seamos conscientes de que la etapa de la recaída es algo normal; recaída no significa fracaso, es una oportunidad para replantearnos el camino hacia cualquier cambio que nos ayude a mejorar nuestra calidad de vida. Te deseo mucha suerte con tus buenos propósitos e intenciones para este Año Nuevo. Deseo de todo corazón que en 2022 se establezca en tu vida lo que te haga sentir libre, feliz y saludable.
Por Leticia Trejo
Si están siguiendo esta columna de opinión pueden notar que estuve escribiendo sobre Bienestar Físico en la parte I, después la semana pasada sobre Bienestar Mental en la parte II y esta vez terminamos con Bienestar Espiritual. Dicen en algunas tradiciones que somos como una cebolla, hecha de varias capas y que en el núcleo de estas cubiertas se encuentra el gran regalo del SER. ¿Y por qué el SER es un regalo? Porque el ser es una entidad libre, el ser ya no siente sufrimiento, no tiene apegos, no tiene cargas, simplemente ES, y cuando se llega a ese estado se vive en lo que se conoce como gozo y plenitud, esto es Bienestar Espiritual. Es intangible, pero existe.
Ser espiritual o tener bienestar espiritual no es lo mismo que ser religioso, ya lo afirma el Dalai Lama en una de sus hermosas frases: “Creo que la única religión verdadera consiste en tener un buen corazón”.
Creo firmemente que las capas de cebolla existen en cada uno de nosotros y lo expresó muy bien el famoso Psicólogo Abraham Maslow (1908 New York – Junio 1970 Palo Alto, California) con la Pirámide en donde plantea una jerarquía de la necesidades humanas, sin la cual no podríamos llegar a vivir una espiritualidad auténtica. Su planteamiento, en orden de necesidad era el siguiente:
Necesidades fisiológicas (comida, sexo, sueño, etc.).
Necesidad de seguridad y protección (ingresos económicos, lugar en donde vivir, etc.).
Necesidad de pertenencia (conexión social, familia, amigos, etc.).
Necesidad de estima y reconocimiento (afirmación de su identidad).
Necesidad de autorrealización (trascendencia, resultados positivos a su esfuerzo).
Debido a esta jerarquía es que iniciamos estas columnas con el bienestar físico, es difícil llegar a la autorrealización cuando nuestro cuerpo está enfermo, débil y vulnerable. Lo mismo cuando se trata del bienestar mental que es uno de los grandes obstáculos para la trascendencia; una mente confundida, llena de miedos y dudas no trasciende. Pero ¿por qué deberíamos buscar el bienestar espiritual? Precisamente porque es una de las grandes metas del ser humano y una de las únicas posibles respuestas a las preguntas: ¿qué hago aquí?, ¿cuál es mi propósito en este mundo? Que son preguntas que la gran mayoría de las personas nos hacemos en algún momento de nuestra vida, sobre todo cuando nos sentimos vacíos e incompletos y no tenemos un propósito. También nos lo preguntamos cuando nuestra sed por tener más éxito, más dinero, más parejas, más de todo no nos llena.
El maravilloso libro de Víctor Frankl, “El hombre en busca de sentido”, desentraña muy bien este misterio. Resumiendo entonces qué es el bienestar espiritual podemos afirmar que: SER espiritual es ser auténticamente feliz y capaz de practicar honestamente el altruismo y generosamente la solidaridad, es sentir real compasión por nuestros semejantes y vernos y tratarnos con amor a nosotros mismos y a los demás.
Esta es una excelente época del año para auto observarnos y reconocer cuáles de estas necesidades básicas hemos cubierto, cuáles no y quizás descubrir qué es lo que nos ha impedido hacerlo. Ojalá que podamos atrevernos a ver esas capas de cebolla que no nos dejan llegar al Ser y por lo que no podemos experimentar el Wellness en nuestra vida. (Ver la primera columna publicada el 26 de noviembre de 2021: ¿Qué es el wellness?).
By Leticia Trejo
If you are following this opinion column you may notice that I was writing about Physical Wellness in Part I, then last week about Mental Wellness in Part II and this time we finish with Spiritual Wellness. They say in some traditions that we are like an onion, made of several layers and that at the core of these layers is the great gift of BEING. And why is BEING a gift? Because the being is a free entity, the being no longer feels suffering, has no attachments, has no burdens, simply IS, and when you reach that state you live in what is known as joy and fullness, this is Spiritual Well-being. It is intangible, but it exists.
Being spiritual or having spiritual well-being is not the same as being religious, as the Dalai Lama states in one of his beautiful phrases: “I believe that the only true religion consists in having a good heart.”
I firmly believe that the onion layers exist in each one of us and the famous psychologist Abraham Maslow (1908 New York – June 1970 Palo Alto, California) expressed it very well with the Pyramid where he proposes a hierarchy of human needs, without which we could not live an authentic spirituality. His approach, in order of need, was as follows:
Physiological needs (food, sex, sleep, etc.).
Need for safety and security (income, place to live, etc.).
Need for belonging (social connection, family, friends, etc.).
Need for esteem and recognition (affirmation of identity).
Need for self-fulfillment (transcendence, positive results of their efforts).
Because of this hierarchy, we began these columns with physical well-being. It is difficult to reach self-realization when our body is sick, weak and vulnerable. The same is true when it comes to mental well-being, which is one of the great obstacles to transcendence. A confused mind, full of fears and doubts, does not transcend. But why should we seek spiritual well-being? Precisely because it is one of the great goals of the human being and one of the only possible answers to the questions: what am I doing here, what is my purpose in this world? These are questions that most of us ask ourselves at some point in our lives, especially when we feel empty and incomplete and have no purpose. We also ask it when our thirst for more success, more money, more partners, more of everything does not fulfill us.
Victor Frankl’s wonderful book, “Man’s Search for Meaning,” unravels this mystery very well. Summarizing what is spiritual well-being we can affirm that: TO BE spiritual is to be authentically happy and capable of honestly practicing altruism and generously practicing solidarity. It is to feel real compassion for our fellow human beings and to see and treat ourselves and others with love.
This is an excellent time of the year to observe ourselves and recognize which of these basic needs we have met, which we have not, and perhaps discover what has prevented us from doing so. Hopefully we can dare to see those onion layers that keep us from reaching the Self and why we cannot experience Wellness in our lives (See the first column published on November 26, 2021: What is Wellness?).
Translated by Mike Rogers
Por Leticia Trejo
¿Estar en forma es algo que se ve? Por supuesto que la misma palabra “forma” responde la pregunta, vemos formas con el sentido de la vista por lo tanto vamos a asociar este concepto con la forma del cuerpo, si somos delgados y con músculos notorios y bajo porcentaje de grasa corporal seguramente nos dirán que estamos en forma, pero en los conceptos abstractos las formas también son intangibles, pero no por ello inexistentes. A lo que voy es a que también podemos aplicar este concepto a la mente, es intangible, pero existe, y existen sus problemas, sus crisis, sus potenciales y sus capacidades.
Dentro de la Filosofía del sabio Patanjali (Gonarda, Cachemira India año 256 A.C.) en los Yoga Sutras se describen las actividades (vrittis) de la mente (instrumento interno) también descritos en otras filosofías orientales, ya que según estos pensamientos o corrientes es ahí en donde se desarrollan las aflicciones que oscurecen la serenidad, la coherencia y claridad de la percepción. En el libro “La enfermedad como camino”, los autores Torwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke sostienen que es la falta de armonía en nuestra mente lo que nos hace perder la salud y estar enfermos constantemente, pensamiento sostenido cada vez con más frecuencia por destacados científicos como el Dr. Bruce Lipton (La biología de la creencia) precursor del estudio de la epigenética que afirma que nuestra mente tiene el poder de materializar y conseguir cambiar la información de nuestras células a voluntad. Dicen incluso, algunos sabios, que tenemos la capacidad, una vez en perfecto gobierno de nuestra mente, de ver más allá de ella que es en donde existe realmente la certeza.
“La creencia es mental, la confianza es un sentido de certeza, la convicción es la certeza experimentada”, Sri Aurobindo.
Esta profunda frase de Sri Aurobindo nos deja ver que la duda es mental, la dualidad nos encasilla, nos vuelve rígidos y juiciosos: o es bueno o es malo, o es bonito o es feo, o es inteligente o es tonto, una vez que nos dejamos llevar siempre por este juego de la mente estamos destinados a rechazar y sentir aversión por el otro lado de lo que hemos decidido como cierto. Lo anterior no es ni bueno ni malo, es simplemente una de las actividades de la mente para “ayudarnos” a tomar decisiones, pero esta dualidad puede desatar intensos conflictos si llegamos a equivocarnos de lado.
Al igual que mejorar nuestra condición física, mejorar nuestras actividades mentales, en orden de tener una eficiente gestión emocional y de discernimiento requiere de atención y entrenamiento adecuado y constante y también de mucha honestidad, si somos capaces de practicar la auto-observación, dejar de lado la crítica, la comparación, la calificación y el juicio podríamos darnos cuenta si, como dicen los Budistas, nuestros pensamientos son productivos o son improductivos. Pero la mente es como un tren bala, su actividad es intensa, ágil, inquieta y rápida ya que su tarea es resolver nuestro día a día, lo cotidiano y lo extraordinario, las emergencias y los conflictos.
Así que las sugerencias que puedo compartirte son las siguientes: aprende herramientas que te ayuden a disminuir la velocidad de la mente, realiza inhalaciones y exhalaciones largas y lentas, medita, realiza actividad física suave, come saludablemente, busca dormir con serenidad y visita a un psicólogo o terapeuta con el que te sientas cómodo y puedas expresarte con sinceridad.
Abre tu corazón como antídoto para la perturbación mental con la práctica de: la verdad, la compasión, la tranquilidad y la no violencia.
By: Patrick O’Heffernan
In 1976 I was sued for $7 million by a group of developers. I was an elected director of a 50,000-person water district in California which was facing a severe drought that threatened drinking water and fire protection water supplies for our residents. It was the fire protection issue that helped us solve the problem.
The district was sprouting new homes, but they demanded water. Our projections showed that continued growth would crash our system, so we activated the state law that allowed us to block development that threatened fire protection supplies. Developers sued us, individually and as a board. We won and halted new construction and the growth in water use. To prevent another crisis, we and the county enacted water conservation measures on existing and new developments which developers had to pay for. It worked, and the district population continued to grow with adequate water.
There is a lesson here for Lakeside.
Have you ever waited 40 minutes to get from downtown Chapala to downtown Ajijic and cursed the 24/7traffic? According to the 2020 Census, Chapala has grown 13% in the past decade, San Antonio Tlayacapan 33%, and Ajijic by almost 15% . All those new people drive, but the roads have not grown .
The same can be said for water, the electricity grid, law enforcement, courts, fire protection – little or no growth in them to meet population increase.
The infrastructure picture is not all bad; the region has added 3 new hospitals, the cyclopista, new internet companies, and SIMAPA is connecting a new well in Ajijic.But the improvements don’t match the population growth. Homes, condos, and apartments are going up all over Lakeside –e.g. a monster new development will soon open in San Antonio Tlayacapan, dumping dozens of cars onto the Carretera every day.
The answer is not to stop growth – that won’t happen and shouldn’t. The answer is to plan for it and build for it. A tool for this is the community infrastructure impact statement and impact fees. Every new development would be required to pay the municipality a permit fee to project its impact on the infrastructure. Based on the findings, the municipality imposes a fee that is paid into a fund to pay for infrastructure upgrades from street repair to more police, to new water pipes.
Developers will claim that this raises housing prices. It won’t; the market determines prices. What impact fees do is prevent developers from externalizing the costs of their community impact onto residents. Impact fees make developers pay their real costs – which will reduce their profits – but it can also incentivize them to reduce their impacts with things like low water use fixtures and gardens, condo-based shuttle buses, and power-shaving lights. The municipality can also use the impact reports to help project future growth and plan projects to accommodate and guide it.
We all pay for the impact of new development in time wasted in traffic, electricity outages, water shortages, and shock absorbers. It is time to plan instead of pay.
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