Muchos católicos llevados por el fanatismo creen que el acercamiento a Dios y finalmente a la salvación eterna consiste o se alcanza asistiendo a misa, confesándose, comulgando, rezando, cumpliendo mandos, procesiones, rosarios, novenas, etc.
Todos estos actos son buenos sin duda alguna, puesto que son las reglas establecidas por la Iglesia para la liturgia y su ceremonia o forman parte de esa hermosa expresión de la fe surgida en la piedad popular o tradiciones: El día de la Cruz, Altar de Dolores, rezo del Viacrucis, el santo patrón de cada pueblo o de cada barrio, etc.
Todos son importantes y debemos acudir a celebrarlas porque nos dan cohesión, crecemos en nuestra espiritualidad, encontramos paz, reposo, al convivir y compartir todos unidos nuestro agradecimiento y alabanza al Creador y al mismo tiempo cumplimos con nuestros deberes e identidad religiosa. Debemos vivirlas como hermanos.
Pero todo esto no basta si falta el amor al prójimo, sobre todo al que sufre, al necesitado. Sin este sentido de caridad, nuestra alabanza queda en mera ritualidad exterior, en un ceremonial vacío, sentimental y hasta egoísta. No en balde Cristo, parafraseando una cita del Antiguo Testamento, nos dice: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”,Mt 15,18 y 55. Dicho de otra manera, tal vez más clara: “¿Por qué me invocan ‘Señor, Señor’, y no hacen lo que digo?” Lc. 6,46.
Luego de forma tajante el mismo Cristo nos advierte: “No basta decirme ‘¡Señor, Señor!’ para entrar en el Reino de Dios; no, hay que poner por obra la voluntad de mi Padre del Cielo” Mt. 7,21.
Y, ¿cuál es la voluntad del Padre? Que amemos continuamente al prójimo, amigo o enemigo. Así como Dios hace salir el sol para buenos y malos.
Precisamente a es envió a su Hijo, para que nos comunicara con su vida y ejemplo una nueva manera de vivir felices en comunidad aquí, en la Tierra, y continuar siéndolo eternamente allá en donde está Dios. ¡Amándonos! Este debería ser el sentido principal de todo cristiano, católico o no católico; porque todos cojeamos de la misma pata.
“Les doy un mandamiento nuevo: que se amen unos a otros; igual que yo los he amado, ámense también entre ustedes. En esto conocerán que son discípulos míos: en que se tienen amor unos a otros”, Jn 13,34-35.
Éste es el testamento de Cristo inaugurado y revelado por su vida y su muerte. Y muerte de Cruz. No hay vuelta de hoja. No hay alabanza más grande y perfecta, que podamos consagrarle a Dios como criaturas, que el amo a los demás, porque Dios es amor.
Dos ejemplos donde se mezclan perfectamente la credulidad y el fanatismo son los siguientes:
En una ocasión, una señora cuarentona de las que sirven y prácticamente viven en el templo, olvidando sus deberes con su familia, me decía con dulce voz:
—Oyes, Lalo, yo pensaba que los sacerdotes no iban al baño, y menos los obispos y los Papas.
Me quedé sacado de onda y pensé “¿Qué le pasa a esta señora?”, con razón estamos como estamos… Sólo atiné a contestarle:
—¡Cómo! Oye, fulana, ellos también tienen sus necesidades fisiológicas; también tienen sus vejigas. Las monjas, los decanos, canónigos, monseñores, cardenales, es igual, son seres tan humanos como tú y yo. ¿Cómo es que piensas así?
Sumamente enojada me maltrató y finalmente me dijo:
—Ay, tú estás igual que Manuel España. Son unos blasfemos, Dios los va a castigar. De los sacerdotes no se habla.
Rápidamente dio media vuelta y se metió al Templo, seguramente a pedir por mi amigo y por mí.
Yo me pregunté: ¿Cómo se daría cuenta esta santa señora que los sacerdotes también van al baño…? Qué suerte que no vio otras cosas, porque es capaz que le da el soponcio.
En otras circunstancias, platicando con un señor de la alta sociedad de Guadalajara, le mostraba mi desacuerdo hacia el cardenal anterior. Este señor, muy culto por cierto, defendía apasionadamente al mencionado cardenal con cara de soberbia, enojo y autosuficiencia.
—Disculpe, señor, pero no comparto su opinión —le dije—. No puedo aplaudir a un alto prelado de mi religión que no sólo no vive a Cristo a quien predica y al que dicen representa, sino que se entrega a banquetes de comida cara y a jugar al golf con la alta aristocracia y los políticos del Estado, y descuida al rebaño que Cristo le encomendó. Ésta debería ser su prioridad.
El señor elegantemente vestido me respondió:
—El cardenal es un príncipe de la Iglesia. Lo merece todo, claro está, en atención a su investidura cardenalicia, a su purpurado, pobrecito. Todo lo que es le viene de arriba. No peques de blasfemo ni seas irreverente. ¡Ámalo! Los sacerdotes y toda la jerarquía eclesiástica son intocables, no se debe hablar de ellos.
—No sé si lo amo —le respondí—. Como todos, me esfuerzo en amar a la humanidad y a la naturaleza, porque todo es obra de Dios. Lo que no amo son sus actos, ese ejemplo mortal que transmiten con su doble moral, que no sé si así mismo les venga de “arriba”: hablar una cosa en el púlpito y hacer lo contrario en la vida diaria. Esa amoralidad, ¿no es una blasfemia, una irreverencia hacia Dios? Pues está dañando a la Iglesia de la que es un servidor. O es que, ¿a su incongruencia purpurea también hay que darle un galardón? Además de “pobrecito”, no le veo absolutamente nada. Qué lejos están de Cristo y de los fieles. Respecto a que no debemos hablar de ellos porque son intocables, que cómodo es decirlo cuando les conviene que lo creamos así. En cambio, hablar de cualquier otro ser humano, incluso quitarles la honra, no nos genera culpa alguna, tan sólo porque no tienen la investidura sacerdotal. Pero con todo respeto, señor, yo no soy de la misma opinión. Yo creo que no se debería hablar de nadie, porque para Dios todos somos iguales. La investidura no hace digna a la persona, es la persona la que debe hacerse digna de esa investidura. Cualquiera que sea. ¿Cuántos católicos hay que son más dignos a los ojos de Dios que muchos de sus dirigentes religiosos? Muchos. Y también muchos sacerdotes hay que llevan dignamente su compromiso. No se puede generalizar.
El señor me dijo, muy molesto:
—Ya me habían dicho que este pueblo es muy difícil. Pobrecitos sacerdotes, no se puede razonar con ustedes.
Luego el señor, que tendría más o menos unos setenta y tantos años, se metió por la puerta lateral a escuchar misa, misa oficiada por cardenal. En la parte norte del curato quedó flotando el aroma de su perfume caro y exquisito.
Ahora que han pasado algunos años, ¿qué pensará este señor del mensaje que pronunciara el Papa Francisco en su vista a México? Aquél en el que dijo “La Iglesia no necesita príncipes. La Iglesia debe volver a ser una Iglesia pobre”.
Casi, casi estoy seguro que para este señor con el que polemicé, el Papa Francisco es “un blasfemo irreverente”.
Los nuevos grupos
El joven estudiante de Arquitectura Arturo Guerrero y su bella novia Mariana Ventura, estudiante de Pedagogía, eran una entusiasta y armoniosa pareja y junto con su pequeño grupo constituyeron una nueva y vibrante aportación al trabajo de nuestro grupo “Don Uriel”. La honestidad a toda prueba y el entusiasmo que Arturo prodigaba generoso en todo momento era siempre contagiosa y reconfortante así como el apoyo que recibía de su bello complemento que en ocasiones no se tentaba el corazón para “mostrarle” sus desaciertos, los cuales Arturo aceptaba con su humildad característica.
A este pequeño y juvenil grupo, que Paloma y yo conocimos como consecuencia de nuestro nuevo trabajo como profesores universitarios, les unía por sobre todo la búsqueda sincera de una elevada espiritualidad y como a muchos jóvenes mexicanos, les había impactado profundamente el conocimiento de la tarea realizada por la Dakini mexicana Regina en nuestro país hacia apenas algunos años así como el testimonio que Don Antonio Velasco Piña vertía a través de sus libros acerca del trabajo que en pro del despertar de su sagrado territorio necesitaba México con urgencia, por lo que solicitaron unirse a los esfuerzos que con el mismo objetivo realizaba nuestro grupo “Don Uriel” en el occidente del país.
Debido al hecho evidente de que todos sus integrantes se encontraban en una etapa de aprendizaje y después de una seria reflexión y consenso mutuos en la cual gracias a nuestras pasadas experiencias y recordando los peligros que se ciernen sobre quienes son expuestos a la celebración de rituales sagrados y trabajos en los que cierta energía telúrica es manejada sin la adecuada preparación del fortalecimiento espiritual y la purificación personales, Paloma y yo, en vez de buscar la realización grupal de tareas inmediatas de servicio en pro del despertar, decidimos poner a este novel grupo en contacto con algunos lugares sagrados en los cuales fluye poderosa la energía de nuestro espíritu ancestral para ayudar de esta manera a lograr su cohesión grupal y su fortaleza individual.
Era esta la ocasión de sembrar una semilla que sabíamos podría germinar en un futuro en los corazones de este nuevo grupo así como de continuar aprendiendo en lo personal de la riqueza espiritual que nuestras experiencias con este joven grupo prometían.
En consecuencia, Paloma y yo entendimos que la tarea inmediata que el espíritu de México pedía de momento al centro “Don Uriel” no estaba relacionada con un trabajo de ecología espiritual en alguna zona especial de nuestro sagrado territorio, sino más bien con uno de agricultura sagrada en el cual quizás por haber transitado un poco más en el camino espiritual, Paloma y yo podríamos ayudar a los miembros de este pequeño grupo a fortalecerse para crecer un poco más como guerreros de la luz.
Lo anterior, dependería por supuesto y en gran medida de la propia voluntad y trabajo internos de cada uno de sus miembros. Sin embargo, bien valía la pena el esfuerzo de transmitir y compartir nuestras propias experiencias, aciertos y fracasos con este nuevo grupo, teniendo bien claro en todo momento, que ni Paloma ni yo nos considerábamos maestros de nadie, sino tan solo quizás hermanos mayores que dan testimonio de sus humildes experiencias en el camino del despertar.
Agricultura Sagrada
La historia sagrada de la humanidad nos muestra con claridad que nuestros hermanos y hermanas mayores que han logrado trascender su ego e importancia personales y han purificado sus corazones para ponerse al servicio del Altísimo, han buscado y encontrado una y otra vez las respuestas y la fortaleza interior que necesitaban para continuar su misión de servicio a la humanidad en el contacto con nuestra madre naturaleza y en ello Regina no fue la excepción. Por ello, ni a Paloma y a mí nos fue difícil encontrar el lugar ideal de trabajo y fortalecimiento espirituales para esta novel asociación, en la ribera norte de la Laguna Sagrada.
Nuestro objetivo inmediato seria el visitar los fines de semana y días festivos que nos fuera posible, algunos espacios sagrados y lugares especiales de la porción de la ribera norte de la Laguna de Chapala que va desde la población de Chapala hasta la población de Jocotepec y en donde fuera posible también interactuar con toda libertad en su medio natural.
En consecuencia con lo anterior, y durante nuestra primera reunión grupal tomamos la decisión de visitar en el futuro inmediato y cual devotos feligreses cinco iglesias católicas, a saber: Chapala, San Antonio, Ajijic, San Juan Cosala y Jocotepec, en las que por sus especiales características de ubicación, iconografía religiosa y simbología específica y por haber sido construidas por los españoles en antiguos asentamientos de origen náhuatl, existentes en la ribera norte de la Laguna Sagrada mucho antes de la llegada de Hernán Cortes al Valle del Anahuac conservan en su interior la energía divina de manera concentrada.
Posteriormente, intentaríamos ascender por algunos senderos conocidos con el objeto de alcanzar durante el día ciertos lugares especiales ubicados en las montañas de la ribera norte de la Laguna Sagrada los cuales son objeto de peregrinaciones y procesiones en días especiales y que se encuentran coronados por blancas cruces.
En uno de nuestros encuentros fortuitos en la universidad, Arturo un poco intrigado acerca de nuestros futuros planes de trabajo me comento:
Agustín, no me queda muy claro cuál será el mensaje o mejor dicho el aprendizaje que en lo individual o en lo colectivo podremos extraer de la visita a lugares totalmente naturales en donde no existe presencia ni vestigio alguno del intelecto humano; por lo demás, la visita a iglesias y espacios sagrados creados por el hombre tiene para mí, bastante sentido ya que de los mismos pueden extraerse bastantes conocimientos, creo yo –
Recuerda Arturo – comente – que la naturaleza, precisamente por no ser creación humana es necesariamente creación divina y por ello tiene en si misma toda la sabiduría que es posible extraer de la presencia de Dios en este limitado mundo tridimensional por todos aquellos capaces de verla y escuchar sus mensajes en adecuado silencio interno.
No en balde las auténticas tradiciones de la humanidad se han enriquecido constantemente por las enseñanzas de ella extraídas aprendiendo a vivir en armonía con su medio natural y con sus propios pueblos. Recuerda también como Regina recibió una parte importante de su entrenamiento y preparación espiritual para el cumplimiento de su misión en México en un alejado y bellísimo lugar natural en las montañas del Tibet.
Desafortunadamente, no podemos decir lo mismo de nuestra actual civilización occidental dominada por el materialismo científico y ateo producto precisamente del intelecto humano que considera a la naturaleza solo como materia prima a ser explotada para beneficio de unos cuantos grupos poderosos que han venido destruyéndola sistemáticamente –
El intelecto humano – continué – es capaz de proveernos tan solo con una interpretación imperfecta y distorsionada de la sabiduría divina por asombrosa o bella que pueda parecernos en su momento. En la naturaleza no encontramos ninguna interpretación, encontramos directamente a Dios quien ha sido su Creador y debo agregar que nosotros mismos al ser creación también de Dios podemos encontrarle dentro de nosotros mismos en nuestros corazones y para ello, nuestra madre naturaleza es una excelente ayuda ya que en su compañía somos ayudados a vivir únicamente en el momento presente que es donde esta Dios en todo momento –
– Después de un largo silencio Arturo pregunto:
– Entonces Agustín, ¿No sirve para nada todo aquello que sea creación del intelecto humano?
– No he dicho eso Arturo – conteste – Es solo su utilización egoísta, lo que es erróneo en mi punto de vista. La mente humana es evidentemente un enorme regalo de nuestro Creador y ha aportado enormes beneficios a la humanidad en su conjunto pero debe ser utilizada para colaborar con la voluntad divina y no para destruir su obra y oprimirnos a nosotros mismos, y ello solo es posible cuando nuestro intelecto y nuestra mente están balanceados por los dictados de nuestro corazón –
Hugo Gustavo Zamora Medina, (San Juan Cosalá Jalisco).- Con motivo del 13 de mayo, Día de la Virgen de Fátima, aniversario de las apariciones de nuestra señora de Fátima, el barrio del mismo nombre y la parroquia de San Juan Bautista celebran cuatro días en su honor.
La festividad religiosa dio inicio este martes 10 de mayo a las 7:00 pm con el Santo Rosario y celebración de la Eucaristía; el día 13 hubo una procesión con la imagen de la Virgen por el pueblo a las 6:00 de la tarde y misa a las 8:00 de la noche. Después, serenata, castillo y un festejo popular, así como una variedad de comidas para degustar, dejando un derrame económico para los habitantes de esta localidad, y de otros que ejercen otra religión, mencionan los vecinos del barrio.
La celebración data ya de varios años en festejar a la imagen, la cual a su llegada a esta comunidad, está llena de datos curiosos. El primero, según la historia, fue un regalo de una mujer estadounidense, la señora María Luisa Landin, quien vivía en Guadalajara y que tenía como trabajadora domestica a la señora Hermelinda Pinto. A su regreso a Estados Unidos, no fue posible llevarse la imagen, por lo que buscó un lugar donde dejarla a través de su empleada.
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Jesucristo siempre chocó con la actitud, el comportamiento y sobre todo con la soberbia e intransigencia de los sacerdotes de su tiempo; los encaró con valentía y dureza porque habían convertido la religión en un comercio lucrativo para ellos y por su falta de amor a los demás. Nos lo advierte no para criticarlos, sino para ayudarlos a que recapaciten ellos y nosotros. “En la cátedra de Moisés han tomado asiento los escribas y los fariseos. Por tanto, todo lo que les digan, háganlo y cúmplanlo…, pero no hacen. Atan cargas pesadas y las echan en las espaldas de la gente, mientras ellos no quieren empujarlas ni con un dedo”, Mt. 23, 2-4 y 55.
Jesucristo no generaliza. Yo tampoco lo hago de ninguna manera, porque he conocido sacerdotes congruentes en su desempeño de guías espirituales. Por eso su amor, su celo en el cuidado del rebaño. Pero es triste y desesperante ver cómo otros no quieren darse cuenta de que su ejemplo, a quien más está dañando es a la niñez y a la juventud.
Son los mismos jóvenes quienes captan el mensaje doble, reflexionan y luego expresan su sentir sin tabúes ni falsos respetos humanos; no son fáciles de convencer ni pueden experimentar respeto por aquellos seres humanos que se presentan como orientadores o guías religiosos; que les enseñan una cosa pero hacen otra.
¿Qué sucede entonces?
Los jóvenes se alejan de todo lo espiritual y entran en conflicto con sus progenitores. Creen en Dios, pero no entienden por qué los que conocen a ese Dios están tan lejanos y retirados de ellos.
¿Qué haría usted si le tocara escuchar los comentarios que se dan entre los jóvenes, que expondré en breve? ¿Regañarlos? ¿Asustarse y mostrar indignación? ¿Decirles que son unos blasfemos que se van a ir al infierno? ¿Que Dios los va a castigar? ¡¡N’hombre!! Sólo Les va a servir de burla y sólo sentirán lástima por usted. Y, a parte, ningún mensaje les va a dejar, los va a desorientar todavía más.
Ahora, los comentarios que se hacen entre los jóvenes.
—Uta, güey, los padres (sacerdotes) se olvidaron de servir a la Iglesia, güey. ‘Hora nomás mandan, güey, nada les parece, güey, y de todo se encabronan, güey. Y todavía quieren que los que todavía creemos un poco vayamos donde están ellos, güey. ¡Dónde la vieron!
—Neta, güey. Güey, se la pasan encerrados en el templo. Yo nunca los veo, güey, que vayan a visitar a la gente a sus casas. Güey, si van por la calle ni siquiera saludan. Como que son más acá, güey. Yo no me imagino a Cristo así, güey. ¿Cómo está eso, güey? ¿En qué trabajarán? ¿Qué hacen?
—Sí, güey, quieren que vayamos a misa, y cuando mis jefes me obligan a ir, güey, se la pasan regañando y unos dicen que somos una bola de pecadores, gúey. Y de Diosito ni dicen nada, güey. No, pos, mejor me quedo en mi cantón, ese. Aunque a mi jefa esté chingue y chingue. Al cabo Dios está donde quiera, güey. Eso le digo a mi jefecita.
—Güey,pos ya sabemos que somos pecadores, pero luego nos dicen que no robemos, güey, pero ellos roban; que no digamos mentiras, y ellos mientes, güey; que nos abstengamos de todo contacto sexual, pero ellos violan y hasta a los pobrecitos niños, güey. Que no se manchen, güey. ¿Cómo quieren que nos acerquemos a lo bueno? Así, ¿cómo?
—No todos son iguales, güey. Si investigas, te das cuenta que son el 2 ó 5 por ciento. En todas las religiones y creencias se da, güey, no nomás en los católicos, güey. Todos sabemos que en donde más se da el abuso de niños es en las mismas familias, güey, y pos tampoco ahí se puede generalizar. La neta que no lo estoy diciendo para justificarlos, porque no hay justificación, güey. No se vale satanizar a todos.
—Hay muchos curas que sí son chidos, güey. Les gusta su jale, pero pos por las maniacadas de unos pierden todos, güey, como dice el dicho, y eso no se vale. Bien dice mi abuelo, que nuestra fe debe estar en Cristo, no en el Cielo. Diosito nunca nos va a fallar, güey.
—Pobres güeyes. Yo digo que los deberían dejar casar. Dicen, güey, que antes sí se casaban. Yo pienso que eso es hasta antinatural, güey. No manches, también son hombres y su cuerpo reacciona como el de nosotros, güey. Yo eso, neta que no estoy de acuerdo, güey. Todos deberíamos decirle al Papa, “dígales a sus padres que se casen”, y los que no quieren, por no y ya. ¿No, güey?
Todas estas conversaciones y las dudas que surgen entre los jóvenes de ambos sexos son para tomarse en cuenta, acercarse a ellos y aprender; creer unidos y juntos todos encontrar soluciones.
No es tan sencillo como lo plantean algunos allegados al templo, que arman un escándalo y dicen:
—Es que a veces Lalo dice…, es que Lalo es un blasfemo, es un maldito de Dios; es que Lalo se cree mucho, con poquito que estudió ya se atreve hasta a hablar de los sacerdotes…, es que Lalo piensa que es puro y bueno, pero es un hijo de la chingada. Y el periodicucho ése de la Laguna que le sigue la corriente.
¡No, señores de la buena consciencia! Lalo es tan pecador como todos ustedes, de puro y santo no tengo nada, soy tan o más católico que ustedes y mi fe se las muestro con mis obras, pero soy tan defectuoso como cualquiera. Dios lo sabe, Dios me conoce mejor que yo; pero amo a mi Iglesia y a sus sacerdotes, por eso no los alabo cuando la están regando; me uno a ellos y busco sus orientaciones cuando veo su interés por el rebaño, su sabiduría, su entrega a Cristo, a pesar de sus defectos contra los que tienen que luchar, como luchamos todos. Soy un maldito para ustedes, pero no para Dios.
Retomando las charlas de los jóvenes, aprendamos que la juventud es más sincera que nosotros los adultos. Sí está desorientada y entregada a las drogas, es porque nosotros y los sacerdotes no hemos sabido guiarlos. La juventud entiende que Dios es un misterio inabarcable a la razón humana y que en Jesucristo se hizo hombre y nos propone una nueva manera de vivir en sociedad: amándonos como Él nos ama, para ser felices y justos. Pero esa juventud no encuentra quien le desmenuce el mensaje y el amor de Cristo; quien se lo haga digerible. Aún dentro del misterio divino puede asimilarlo, pero le hace falta ver lo sólido de la congruencia en aquellos de los que trata de aferrarse. Al no encontrarla, se desvía y penetra a un mundo de vacío existencial, de desenfreno, de falta de valores… Se pierde en este mundo actual en el que lo que abunda es información engañosa, verdadera o falsa. Y todos somos culpables. Sacerdotes, pastores, sociedad y gobiernos.
Mientras que el Papa Francisco I pide a sus feligreses una iglesia incluyente, solidaria, humilde, que abrace a los más necesitados, y a los excluidos, entre los que ha mencionado explícitamente a los divorciados y a los homosexuales, por no mencionar a quienes profesan otras religiones, algunos representantes de esa misma iglesia en la ribera de Chapala se empeñan en lograr justamente todo lo contrario.
Como si se tratase de un acto de rebeldía hacia el Santo Padre y sus directrices, los curas encargados de las parroquias de Ajijic y San Antonio Tlayacapan se desviven por demostrarnos que sus prédicas de amor al prójimo son sólo de palabra. Su falta de respeto a los demás encuentra su acto más que simbólico en la receta diaria del rosario en altavoces por todo el pueblo de San Antonio cada que el sol sale (“al que no le guste, que se largue de mi pueblo”, es lo que siempre dicen los fanáticos).
Si por algo los ribereños hoy en día recuerdan fehacientemente cuando y quienes fueron los primeros evangelistas en la ribera (1531, franciscanos), es porque esa primera generación de predicadores cristianos no solo vino a hablar de misericordia, sino que también fueron misericordiosos; no solo vino a imponer una tradición, sino que se maravillaron y se fundieron también en la tradición que encontraron.
Por eso es que los sacerdotes egoístas, rencorosos y autoritarios (no todos son así, hay que decirlo), copias chafas de Juan Sandoval Íñiguez, ese Cardenal emérito que nadie echa de menos, no encajan con sus feligreses, un pueblo que sabe de humildad y solidaridad, pues ambas virtudes son las que estos ribereños practican en su vida comunitaria día a día.
Todo parece indicar que el poblado menos favorecido ante la designación de párrocos es Ajijic. El dedo en la llaga lo ha puesto una vez más, un valiente hijo de este pueblo que, una vez más, nos ha demostrado que la hombría no está en la orientación sexual, sino en la capacidad de ser valiente y decir públicamente las cosas como son.
El señor Eduardo Ramos, quizá el evangelizador católico más efectivo en el pueblo, responsable de la manifestación más importante, impactante y tradicional de Ajijic hacia el Dios de los católicos, denunció recientemente, no sólo el boicot del párroco a la Pasión de Cristo, sino además una serie acciones, omisiones y actitudes del cura, que no hacen sino demostrar que hay sacerdotes que hacen y dicen todo lo contrario a lo que el Papa pide a su iglesia.
Entre lo que ha salido a la luz con relación a este párroco, está el rumor de que en algún momento ciertos testigos le escucharon decir textualmente: “yo no estoy a gusto aquí”. De ser así, lo ideal sería que este señor solicite su cambio a otro templo. Se haría un gran favor y de paso le haría también un gran favor a este pueblo que desde hace tiempo espera un párroco amoroso, solidario, humilde y caritativo: un buen cristiano.
Cronista: Gabriel Chávez Rameño
En alguna edición de las crónicas en Laguna, escribí sobre un tesoro que se encuentra en el cerro de García, específicamente en un lugar que le llaman “Las Tinajas”. Dicho tesoro, al igual que muchos que se saben, está maldito o encantado, y se debe de hacer un ritual para poder hacerse de él. Para poder llegar a ese lugar, se debe de tomar el camino que lleva a el pueblo de El Sauz, de ahí caminar con rumbo al cerro de García y, al llegar a un arroyo, se toma el camino que va directo al paso de Toscano, donde hay unas peñas. Por cierto, hace unos meses ampliaron el camino para que pudieran pasar automóviles y de ahí surge esta historia.
“Llegué al trabajo y me pidió el patrón que agarrara la maquina porque nos íbamos a ir a El Sauz a chambear. Ya ves que tengo tiempo trabajando la maquina. Bueno, después de subirla al camión, nos fuimos y me dieron las indicaciones del trabajo que iba a realizar. Íbamos a ampliar la calle y a rebanar parte de la peña que está ahí, cerca de “Las Tinajas”. Por cierto que está bien bonito. Bueno, cuando el del camión me dejó, prendí la máquina y empecé a caminar con rumbo a donde iba a ser el trabajo. El compañero del camión se fue y quedé sólo trabajando… Ahí andaba, echándole ganas al trabajo, cuando llegué hasta las peñitas. Ya casi era la hora de comer, así es que seguí trabajando, y al poner la pala en la peña para empezar a tumbarle pedazos, de repente la máquina se paró. Volví a echarla andar y otra vez, y cuando quise poner la pala en la peña, la máquina se volvió a apagar. En ese momento pensé que estaba sobrecalentándose, así es que la deje apagada y me fui a comer… Cuando volví, prendí la máquina y creía que por estar fría había encendido fácilmente, y me puse a trabajar quitando tierra que había en el camino. Me encaminé otra vez hasta la peña, y volvió a pasar lo mismo: la máquina se paró al momento que trate de derrumbar la peña. Empecé a sentir como algo raro. Como si me estuvieran viendo, y nada más me retiraba de la peñita y la maquina seguía jalando sin parar. Volví nuevamente a querer derrumbar la peña y de pronto la pala quedo atorada. La maquina seguía jalando, pero como si la hubieran agarrado y no se movía ni p’arriba ni p’abajo, y en eso empecé a escuchar en la lamina del techo como si estuvieran aventando piedras. Eran golpes muy fuertes, y en eso vi como las piedras revotaban. Me fui en reversa, la pala se aflojó y pude sacar la máquina, pero seguía escuchando como me aventaban piedras. Cuando me retiré un poco, me salí de la máquina y me asomé a ver quiénes eran los que me aventaban las piedras, pero no había nadie. Ya eran como las cinco de la tarde y ya me quería venir a mi casa. En eso llegó el patrón y el chofer del camión, y me preguntaron que por qué tenía la cara de asustado. Les platiqué lo que me había pasado. Me dijeron que no era cierto y me hicieron que prendiera la máquina y volviera a trabajar, que ellos iban a estar ahí y que iban a ver. En eso, cuando me acerqué otra vez a la peña, se volvió a trabar y el patrón y el chofer se quedaron sorprendidos, y cuando retrocedí la máquina y moví la pala p’arriba y p’abajo funcionó muy bien. Volví a intentar, y pasó lo mismo. En eso, volvieron a aventar piedras, y el patrón y el chofer corrieron para ver quiénes eran, y su sorpresa fue mayor cuando no vieron a nadie. Nomás las piedras pegaban en la máquina. En eso, volvieron conmigo, y de pronto se escuchó como si una manada de caballos viniera. Nos subimos a la máquina y no pasó nada. En eso que me dice el patrón:
—¿Sabes qué? Mejor vámonos. Ya mañana le seguimos.
Y nos retiramos del lugar…
Llegamos a El Sauz a tomar un refresco y, platicando ahí, el señor de la tienda nos dijo que eran las ánimas de “las Tinajas” que cuidan un tesoro que está por esos rumbos escondido… Ya el patrón me dijo que abriera el camino por otro lado, y desde ahí ya no me dejó andar sólo. Yo creo que pensaba que si me encontraba el tesoro me iba a ir…”
Así lo platico Arturo R., quien vivió esta experiencia y que sintió lo que muchos cuando las manifestaciones de otros mundos se hacen presentes.
Arturo Ortega (San Antonio Tlayacapán, Jal).- El comité organizador de San Antonio Tlayacapán ya inició los preparativos para celebrar las Fiestas de la Cruz el próximo 3 de mayo.
Este año se espera que asistan más de 500 personas a la fiesta religiosa que por primera vez en 39 años realizará una procesión que culminará en el barrio de La Purísima.
La procesión para el día del albañil contará con dos carros alegóricos, albañiles, charros, danzantes y sayacos. Iniciará a las 18:00 horas partiendo de la unidad deportiva y circulará por cuatro de los cinco barrios de San Antonio.
El presidente del comité organizador de las fiestas de la Santa Cruz, Ramiro Rentería Silva, agregó que este año también se reconocerá a la señora Aurelia Milián, quien inició con adornar de flores y rezar a la cruz del barrio de La Purísima por 30 años y a Antonio Rivera quien continuó con la tradición por dos años más.
Desde hace 7 años, el Comité Organizador de las Fiestas de la Cruz del barrio La Purísima se hace cargo de esta celebración en la que ofrecen una cena y un baile gratuito por la noche bajo la consigna de dar más que el año pasado.
En el 2015 prepararon más de 25 kilos de maíz para pozole que ofrecieron a más de 400 asistentes. Este año prepararán 40 kilos de maíz para más de 500 asistentes.
Rentería Silva explicó que la comida y la música que se ofrecen de manera gratuita a toda la gente son proporcionadas por los habitantes del barrio La Purísima. Por ello en el comité han decidido iniciar con dos meses de antelación la organización para contar con los recursos necesarios para lo que se proyecta este año.
El día de la cruz en San Antonio es celebrado con un novenario de rezos al pie de la cruz que se ubica entre las calles Colón y La Bandera a partir de las 20:00 horas.
Los feligreses acostumbran adornar la cruz de cada barrio con flores y ofrendas de pan, frutas, vino y despensa. Por la noche, se dirigen al barrio de la Purísima para disfrutar de la comida y el baile que se ofrecen desde hace 7 años.
Hugo Gustavo Zamora Medina, (San Juan Cosalá, Jalisco.).- Ladrones se llevaron la placa del busto del padre Adalberto Macías Llamas, instalado en el atrio de la parroquia de esta localidad. Esto se dio a conocer el miércoles por fieles quienes salían de misa de 7:00 de la tarde.
El día en que ocurrieron los hechos se desconoce, ya que, según menciona una catequista, esto pudo haber sucedido el lunes, pues el martes ya no se encontraba, pero no avisó a la parroquia porque pensó que posiblemente podían haberla quitado para límpiala, mencionó la señora.
Según se mencionó por parte de la parroquia, debido a lo sucedido existe la posibilidad que se retiren las demás placas y bustos, ya que desafortunadamente sí hay gente que “vandaliza” lo que se le pone enfrente.
El busto del padre Beto fue develado en el atrio de la parroquia el primero de noviembre de 2013, por motivo de sus 60 años de vida sacerdotal.
La obra del padre Beto, no es la única que ha sido blanco de vandalismo o intentos de robo, también quisieron robar la placa del padre Salvador Mora Medina, que está ubicado a lado del busto del padre Macías.
Tras la desaparición de la placa, se exhorta a la comunidad a respetar o a difundir la desaparición así como delatar al comprador y a quien robo la estructura.
En esta área del atrio parroquial se encuentran dos bustos más de los sacerdotes que han ejercido su ministerio sacerdotal: el padre Francisco Castellanos, quien estuvo adscrito en esta comunidad colocada por sus familiares, y del padre Salvador Mora Medina, colocada en honor de sus 50 años de vida sacerdotal.
Hugo Gustavo Zamora Medina (San Juan Cosalá, Jal.).-Este miércoles el que fuera cura de la parroquia de San Juan Bautista por 11 años, Salvador Mora Medina “Chava”, falleció por complicaciones de salud en un hospital de Guadalajara. La noticia sacudió de manera inmediata las redes sociales.
Durante toda su vida sacerdotal, el padre “Chava” trabajó en diferentes parroquias, donde se destacó por su trabajo. En San Juan Cosalá dio inicio a muchas obras, varias de las cuales son hoy visibles en la parroquia.
El padre Salvador Mora Medina llegó a San Juan Cosalá el 28 de agosto del 2000, donde permaneció once años y medio. Nació en Tepatitlán, Jalisco, el 24 de diciembre de 1933, y recibió la orden sacerdotal el 22 de diciembre de 1962.
Ejerció sus labores sacerdotales en: La Yesca en Nayarit, Amatlán de Jora, Santa Cruz de las Flores, Puente Grande, León en Guanajuato, parroquia de San Joaquín en Guadalajara, en la parroquia San Juan Bautista de San Juan Cosalá, y en Santa María Tequepexpan.
Su cuerpo está siendo velando en la parroquia de Santa María Tequepexpan, en Guadalajara, con distintos horarios de misa de cuerpo presente. Será velado hasta el viernes a las seis de la mañana, para llevarlo a misa de nuevo en Puente Grande, donde será enterrado.
Al párroco le sobrevive su hermana, Carmelita, de 78 años de edad.
Domingo Márquez (Chapala, Jal.).- La poca solidaridad con el pueblo, su cuadratura para dirigir la iglesia y el poco sentido de identificación con las familias del pueblo son algunos de los factores que han mermado la popularidad del cura Javier García Orozco entre los ajijitecos, ha señalado en entrevista el coordinador de la obra catequista Pasión de Cristo, Eduardo Ramos Coredero, la cual tiene 36 años realizándose ininterrumpidamente en la población de Ajijic.
Ramos Cordero ha manifestado que desde hace más de un año, la gente no está contenta con este cura, quien recibió su nombramiento territorial el 30 de junio del 2014, y que suplió al párroco Alfredo Arreola, quien actualmente se encuentra ejerciendo su ministerio en el templo de la Soledad en Tlaquepaque.
Lalo, como es conocido entre los locales, indicó que la población no busca un sacerdote a su medida y capricho sino que se busca un párroco congruente con su ministerio sacerdotal.
“Que ame a Cristo y que lo demuestre en su pastoreo. No queremos sacerdotes perfectos, porque no los hay, pero queremos un sacerdote que no sea caprichudo y lleno de amargura”, espetó el entrevistado.
Además dijo que es necesario levantar la voz y defender a la iglesia de quien sea. “Si la he defendido de los sacerdotes tengo que hacerlo no porque sea perfecto, sino porque no está cumpliendo con su ministerio con el que se comprometió con Cristo voluntariamente; nadie lo obligó ni a él ni a ningún sacerdote”.
Añadió que da flojera arrimarse con los curas porque son intransigentes, soberbios, no escuchan y sólo quieren hablar de ellos.
También denunció que el cura Javier García Orozco no permite hacer guardia a los difuntos, “que porque no está bien. Bueno esa son nuestras costumbres. Eso lo hace por su falta de amor, de tacto hacia la gente y su apatía a visitar cada hogar del pueblo para empaparse de sus necesidades”.
Eduardo, mencionó que el pueblo debe hablar, externar sus sentimientos. “Tenemos un gran cariño a los sacerdotes, pero ellos mismos se encargan de convertir nuestro cariño en coraje en apatía”.
Además, expresó que el pueblo se tiene que quitar su fanatismo que es lo que más le daña. “Pastores y ovejas son lo mismo y debemos caminar al unísono, ayudarnos unos a otros, el pueblo debe saber, si su sacerdote no está obrando cristianamente, se deben de bajar del pedestal (los sacerdotes) donde ellos mismos se subieron, nadie los subió”.
En el transcurso de la entrevista, realizada en las oficinas de Periódico Laguna, Lalo ahondó explicando que el cristiano, el fiel católico, debe ser valiente, debe denunciar cuando la actitud de los sacerdotes no es buena. “Deben tener miedo de callarse (los habitantes), porque cuando nos muramos, el Señor nos va pedir cuentas de lo que debimos haber hablado”.
“Como yo conozco mi catolicismo, estudié, ya no veo a mis sacerdotes como dioses o seres intocables. Los veo como seres humanos dignos de ser amados, dignos de ser respetados, pero en cuanto ellos sean dignos de eso. Si no lo son yo no les brindo mi respeto”, expresó el coordinador de Pasión de Cristo.
Al preguntarle si había ya tenido un acercamiento con el cura Javier ( foto a la Izq.), Lalo dijo que en un principio se llevaron bien, pero la relación se ha fracturado por la actitud que ha tomado el párroco hacia la población.
Lalo contó a Laguna que cuando fue a buscar al cura para pedir un favor, antes de preguntarle a qué iba, le comenzó a cuestionar por qué no iba a misa, por qué no se confesaba. A los que le respondió que para él era más importante el amor a su comunidad, esforzarse para ayudar al prójimo que estar rezando novenas y pasártela todo el tiempo en el templo.
Además, “si yo no voy al templo y a clases de biblia, él tiene que ir con cariño. No sólo conmigo sino ver qué les pasa a las familias, porque están sufriendo. Lo que están sufriendo por la drogadicción de sus hijos, por la falta de trabajo. Nada más se limitan a oficiar, bautizar, confirmar y a administrar las limosnas”, sentenció.
Añadió: “Yo no sé qué están haciendo en sus curatos, administrando el dinero de las limosnas, llenando papeleo, pues para eso tienen un secretario. El único que yo sé que trabaja, aparte de cumplir con su obligación, trabaja en el Instituto de Antropología y es un excelente pastor. Es el padre Everardo”.
Lalo también confesó que un sector del pueblo se encuentra molestó por la actitud que tuvo con la muerte del catequista Manuel España. “Se molestó porque le dieron clamores muy largos. La gente se dio cuenta y comenzó a decir ‘bueno, ¿y en qué le afecta?’ o ‘¿qué las campanas se desgastan?’ o ‘¿acaso ignoraba quién fue Manuel?’. Manuel sangró amor desde niño en Ajijic, por eso cosechó amor, por eso cosechó tantas muestras de cariño, tantas lágrimas el día de su partida”.
El entrevistado explicó que también el párroco se molestó cuando le abrieron la capilla del Rosario para meter por unos momentos el féretro y rezar por el alma del catequista que dedicó más de 50 años de su vida a la evangelización.
“Qué tiene que te abran la capilla para que entre un hombre que amó a María del Rosario. La gente quería rezar un rosario y orar por su alma”, dijo.
Además manifestó que ya descubrió que el cura no está a gusto aquí en Ajijic. “Hay gente que me lo ha dicho. Nos hemos salido de misa porque es incongruente lo que dice. ‘Repórteme en el arzobispado, no me molesta, al contrario, me harían un gran favor; yo no estoy a gusto aquí’”.
Lalo refirió que “¿por qué tenemos que denunciarlo nosotros? ¿Por qué no les dice a sus superiores que está molesto en Ajijic? ‘Quiero irme, el pueblo está molesto’”.
Al igual, Ramos Cordero, se quejó por el poco apoyo que recibió la obra catequista “Pasión de Cristo” en su treintaiseisava representación, ya que no les permitió el uso de energía eléctrica en el atrio de la Parroquia de San Andrés, ni les facilitó el atrio de la capillita para realizar la “Verbena del Pasado”, kermesse que se hace cada año en la plaza principal para recaudar fondos para la obra catequista. “Nos permiten hacer las cosas, pero no nos ayudan”.
Sin embargo, señaló que “si te pones a pensar a lo mejor tiene razón: En la capillita cada vez que finaliza ‘La Verbena del Pasado’ termina un cochinero, pero deberían tomar en cuenta que al día siguiente se tiran los desperdicios de la comida, [limpiamos] cuatro o tres días [después], y a veces más, porque estamos cansados se recoge absolutamente todo y entregamos el atrio mejor de los que recibimos”.
Además indicó que “yo siempre he cuidado que nos divorciemos del clero (Pasión de Cristo), no de la Iglesia, porque nosotros somos la Iglesia. Como en Iztapalapa, entonces todo se convierte en borrachera, derroche de dinero a manos llenas, mientras no nos den motivo para separarnos”.
Para finalizar, Lalo dijo que el cura Javier García Orozco debería acercarse a platicar para llegar a acuerdos. “’A Pasión de Cristo’ se nos cerraron unas puertas, pero se nos abrieron otras, la Casa de la Cultura de Ajiijc, y el Ayuntamiento de Chapala nos ayudó a sacar la obra catequista mandando personas y facilitando sus instalaciones del Centro Cultural Ajijic para que los actores se cambiaran de vestuario”.
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