Arturo Ortega/ Domingo Márquez (Chapala, Jal).- Alrededor de 100 wixáricas provenientes del norte de Jalisco y el sur de Nayarit visitaron la cabecera municipal de Chapala con la intención de reconstruir su centro ceremonial Xapawiyemeta en la isla de los Alacranes, ya que fue reducido a escombros debido a un incendio provocado por una veladora semanas atrás.
Los wixáricas, quienes también realizaron una ofrenda al lago, fueron recibidos la mañana del 15 de abril por el acalde de Chapala, Javier Degollado, quien les facilitó el transporte a los indígenas para que llevaran ofrendas y reconstruyeran el altar de su centro ceremonial.
Degollado González, quien recibió una bendición especial por parte del representante de la comitiva wixaritari, indicó que daría todo el apoyo para la reconstrucción del nicho de piedra, cemento y paja ubicada en la roca más grande de la isla, el cual quedó reducido luego del accidente.
Para saber:
El origen de la humanidad dentro de la cosmovisión wixárica se originó en la Isla de los Alacranes, luego de un gran diluvio y la creación del maíz.
De acuerdo a la mitología, Watakame derribó de la isla el árbol zalate, para construir una canoa que lo salvaría de la inundación, junto con una perrita negra que se transformó en la primera mujer, madre de la humanidad.
Arturo Ortega (San Antonio Tlayacapán, Jal).- El comité organizador de San Antonio Tlayacapán ya inició los preparativos para celebrar las Fiestas de la Cruz el próximo 3 de mayo.
Este año se espera que asistan más de 500 personas a la fiesta religiosa que por primera vez en 39 años realizará una procesión que culminará en el barrio de La Purísima.
La procesión para el día del albañil contará con dos carros alegóricos, albañiles, charros, danzantes y sayacos. Iniciará a las 18:00 horas partiendo de la unidad deportiva y circulará por cuatro de los cinco barrios de San Antonio.
El presidente del comité organizador de las fiestas de la Santa Cruz, Ramiro Rentería Silva, agregó que este año también se reconocerá a la señora Aurelia Milián, quien inició con adornar de flores y rezar a la cruz del barrio de La Purísima por 30 años y a Antonio Rivera quien continuó con la tradición por dos años más.
Desde hace 7 años, el Comité Organizador de las Fiestas de la Cruz del barrio La Purísima se hace cargo de esta celebración en la que ofrecen una cena y un baile gratuito por la noche bajo la consigna de dar más que el año pasado.
En el 2015 prepararon más de 25 kilos de maíz para pozole que ofrecieron a más de 400 asistentes. Este año prepararán 40 kilos de maíz para más de 500 asistentes.
Rentería Silva explicó que la comida y la música que se ofrecen de manera gratuita a toda la gente son proporcionadas por los habitantes del barrio La Purísima. Por ello en el comité han decidido iniciar con dos meses de antelación la organización para contar con los recursos necesarios para lo que se proyecta este año.
El día de la cruz en San Antonio es celebrado con un novenario de rezos al pie de la cruz que se ubica entre las calles Colón y La Bandera a partir de las 20:00 horas.
Los feligreses acostumbran adornar la cruz de cada barrio con flores y ofrendas de pan, frutas, vino y despensa. Por la noche, se dirigen al barrio de la Purísima para disfrutar de la comida y el baile que se ofrecen desde hace 7 años.
Al siguiente día, es decir, el Viernes Santo, a alrededor de las 11:00 de la mañana, se escenificará en el atrio de la parroquia de San Andrés el Juicio de Herodes y Pilato, la flagelación.
Arturo Ortega (Ajijic, Jal).- Eduardo Ramos Cordero, director general de la obra “Pasión de Cristo”, señaló que los estragos ocasionados por la lluvia y vientos del frente frío número 11 en días pasados también perjudicaron la escenografía que se preparaba para la presentación de este año.
En entrevista para el programa de Radio Laguna “Axixic de Noche”, Lalo informó que las ideas y el concepto de la escenografía, que toma casi todo el año en realizarse, se echó a perder por las lluvias y fuertes vientos.
Esto desmoralizó al grupo pues han reiniciado los trabajos de escenografía, que año con año son diferentes. Aún así, mantiene la promesa de estar listo para los días santos.
Lalo agregó que en la actualidad el no contar con un espacio cerrado para trabajar les ha complicado bastante las cosas. Como en otros años, “Pasión de Cristo” perdió tiempo valioso en conseguir un lugar para desarrollar las ideas para este 2016.
Sin embargo, la función debe continuar y este año “Pasión de Cristo” presenta a poco más de 75 actores, quienes darán vida a los personajes del Nuevo Testamento.
Se prevé que no haya cambios en la representación de los papeles principales, por lo que serán los mismos actores del 2015 y algunos nuevos que se integrarán para representar papeles secundarios.
Para Álvaro Manuel Romero Cordero, quien representará el papel de Jesús por segunda ocasión, representar al personaje significa una preparación física durante todo el año para soportar los casi 200 kilos que pesa la cruz que habrá de cargar sobre sus hombros a través de las calles empedradas del pueblo.
El joven jardinero de 21 años de edad, quien también trabaja en la escenografía, reveló que la sorpresa de este año será un segundo piso o un balcón donde actuarán Pilatos y su esposa.
Álvaro, quien tiene cuatro años participando en “Pasión de Cristo” y es el decimotercer Jesús que ha tenido la obra, lleva ensayando un mes para representar el papel del mesías judío.
Por su parte, Lalo ha enfatizado, a pesar de lo costoso que resulta la realización de la obra, cuyo monto ronda entre los 80 y 120 mil pesos, que “Pasión de Cristo” nunca pide dinero, por lo que se deslinda de todos aquellos que piden aportaciones económicas para esta causa.
Para Lalo, “Pasión de Cristo” significa un gran logro para el pueblo, debido a que es la gente de Ajijic quien realiza todo el trabajo de escenografía, vestuario y los ensayos para las caracterizaciones.
No obstante, lo importante de las obras que se realizan en Semana Santa, dice Lalo, es reflexionar y descubrir que la mejor manera de alabar a Dios es amar al prójimo.
Para saber:
La representación de la “Pasión de Cristo” en Ajijic lleva 36 años de realizarse y es la más antigua en la región. Después, hicieron lo propio en San Juan Cosalá, San Antonio Tlayacapan, Jocotepec, la agencia de Riberas del Pilar y, finalmente, Chapala, según recuerda Lalo Cordero, iniciador de esta obra que ya es una tradición para los ajijitecos.
Hugo Gustavo Zamora Medina (San Juan Cosalá, Jal.).- El comité organizador de la Pasión de Cristo número 30 dio a conocer el elenco que participará este año, así como las actividades de Semana Santa que inician el 20 marzo y terminan el 27 del mismo mes.
Enrique González representará a Jesús de Nazaret, Martha Chávez a la Virgen María, Efraín Medina al apóstol Juan, Gabriel Chávez a Pilatos, Margarita González a Claudia, Oriana Rodríguez a Verónica, entre muchos otros.
Son más de 50 personas las que se entregan a la obra sin contar los soldados. Gabriel Chávez expresó que la tradición de representar la Pasión de Cristo tiene como finalidad transmitir los mensajes de fe, amor y esperanza en el corazón, pensamiento y conciencia de cada uno de los asistentes y participantes.
Cabe destacar que este año por ser el aniversario 30 de la Pasión de Cristo, se ampliarán las actividades: iniciarán el jueves con la Última Cena y la oración en el huerto de los olivos, teniendo como escenario el malecón y la delegación de esta localidad.
Las actividades de la Semana Santa comenzarán con el Domingo de Ramos, para después dar paso al Jueves Santo en la explanada del atrio, éstas son actividades de la parroquia. Después, en punto de las 8.00 de la noche iniciarán la personificación de la Última Cena en la delegación, y el viernes a las 3:00 de la tarde será el inicio del Viacrucis viviente numero 30, para terminar en la crucifixión en la loma de la calle Vicente Guerrero.
Es importante hacer mención que dentro de esta semana pasarán a sus hogares a pedir una ayudad voluntaria para dicho evento del Viacrucis viviente; los voluntarios a recolectar traerán un gafete de identificación.
Jocelyn Cantón (Ajijic,Jal.).- Todo listo para la decimoprimer edición de la Verbena Jamaica del Pasado a realizarse el domingo 20 de marzo en la plaza principal de Ajijic.
El acontecimiento rescatará las tradiciones de las llamadas verbenas, que eran reuniones de los pobladores en las plazas de los pueblos donde se vendía comida, bebida, y se jugaba a la lotería y a otros juegos tradicionales como se hacía hace más de 120 años.
Para lograr el ambiente de aquellos años, las luces de la plaza se apagarán para dar pasó a la luz de las velas, las cuales serán colocadas en los diferentes puestos de comida.
Habrá toda clase de antojitos mexicanos cocinados a la usanza antigua en carbón, y se servirán en platos de barro o vidrio, informó el director del grupo Pasión de Cristo, Eduardo Ramos Cordero.
En el suceso que pretende concluir a las once de la noche, no faltará el arroz con leche, las morelianas, el ponche de granada, los buñuelos, entre otras delicias, todas ellas a la venta.
Los que acudan a la “Verbena Jamaica del Pasado”, pueden llevar ropa normal o ir vestidos de forma tradicional, que en el caso de las mujeres, sería con falda larga, blusa y reboso, y en el de los hombres, con sombrero y camisas de manta.
Durante la verbena, se realizará el papaqui, festejo donde los presentes comienzan a romperse cascarones de huevo con confeti en la cabeza. Los cascarones pintados se estarán vendiendo en el lugar, para que nadie se quede sin participar en la tradición.
Para saber:
El papaqui viene de náhuatl papaquiliztli, que significa “festejo” o “diversión” para darse a los demás con lo mejor que tenemos, explicó Ramos Cordero.
Pasado el tiempo de la desgracia del jefe Chapalac con su hija, la comunidad había sepultado esa historia. Chapalac se casó varias veces con la intención de engendrar un varón, fallando en cada ocasión. Después de muchos intentos, los dioses le cumplieron su deseo, y lo llamó igual que él.
Al llegar a la cuarta generación, uno de sus bisnietos heredó el parecido físico y un corazón de guerrero para conseguir sus triunfos. Era el mejor en todo, cazador y nadador, por eso le pusieron el mismo nombre como su bisabuelo, Chapalac. Creció sabiéndose el protegido de su padre, el más viejo.
El joven Chapalac estaba en la flor de su edad, tan osado y valeroso, como déspota y engreído, igual que murmurador y maldiciente. Todas las tardes, después de ayudar a su padre en la labor, se iba a nadar y admirar en la laguna a los patos, gaviotas y garzas que jugaban con sus delgadas patas en la alfombra de lirio. No se cansaba de admirar la belleza imponente de ese espejo nacarado.
En el poblado, las tribus eran gobernadas por guerreros valiosos. Ellos, con gran espíritu, cumplían con las labores más pesadas. Tenían la obligación de pescar más que los otros, cultivar más terreno que nadie y en ocasiones proteger y cuidar a las serpientes de agua o de tierra, además de recibirlas con bien, ya que si las espantaban, era señal de mal agüero. Cuando alguien mataba a una serpiente, las buenas cosechas se evaporaban y la pesca disminuía. Para que no sucediera eso, ofrecían ofrendas en la isla del lago como utensilios de barro, ollitas, puntas de flecha, figurillas, jícaras con masa y sangre de venado, además de un poco de sangre de su propio cuerpo. Y se escuchaba las melancólicas notas del caracol.
Si el guerrero era elegido por alguno de sus dioses, se le daba a conocer al brujo de la tribu. Y cuando el elegido se dada cuenta de la decisión de los dioses, era sometido a una prueba final. Chapalac fue el elegido y tenía que agradar a la luna durante dos noches, quemando copal, danzando y cantando himnos al dios que lo había elegido. Ya pardeando la tarde, Chapalac se dirigió a la prueba final. Se quedó idiotizado contemplando aquella escultura enigmática y polvorienta que custodiaba la calle principal del poblado. De esta manera se llevó prendida en el pensamiento aquella fantástica imagen.
El destino estaba marcado para el gran jefe, ya que su bisnieto Chapalac quedó enamorado de esa fiereza que la escultura reflejaba. Así era su alma que veía claramente en esa cosa inerte.
Dicen que las miradas matan desde el primer instante, pero creo que la venganza vino desde el más allá. Pues el gran bisnieto de Chapalac, el elegido para dirigir a su tribu, en lo profundo de sus ojos dejó un pedazo de noche y su imagen de belleza y fealdad que recordaba, en cada nota del caracol, en cada cántico y en cada reverencia que hacía la luna.
No se desprendió por ningún momento de la escultura de la mujer con cara de león y cuerpo de ninfa. Hasta que por fin, pasada la media noche, vio con gran asombro acercarse por la orilla a una mujer de vestido blanco y holgado, de cabellos largos, semblante raro y con un gran parecido a la escultura que se encuentra en la calle principal. Chapalac le habló y la invitó a adorar juntos a la luna. Ella, callada y taciturna, se dejó guiar. Dejó en el piso un tambache que traía cargando y, de pronto, ya estaban danzando al ritmo de viento y de las imprescindibles olas. No hubo momento de descanso. Cuando el paisaje empezaba a tornarse más oscuro y los ambientes estaban a flor de fuego, ella desapareció en un parpadeo.
Al día siguiente, él tenía que seguir agradando a la luna para ser el hombre guía de su pueblo, continuar con la tradición que por generaciones les había pertenecido pero que nunca se les había otorgado. En esa hora, cuando los cerros terminaron de comerse al sol y se tornó más azul el cielo, había contemplado el atardecer más bello de su vida. Resignado, encaminó sus pasos en busca de su amada. Llegó al lugar destinado a terminar con su enmienda. Quería volverla a ver y sentir entre sus dedos sus cabellos y aliento húmedos, y sus piernas firmes como rocas, también húmedas, sin importarle su rara belleza que se asemejaba bastante con a la escultura de la cual se enamoró.
Empezó el ritual poniendo copal en los cuatro puntos cardinales y danzando. Se quitó su calzado para entrar a la laguna. Quería tocar el caracol con el agua a la cintura, para alejar a los espíritus. La luna estaba más redonda y plena que nunca. El olor a humedad invadió la atmósfera. Pero a la misma hora como había sucedido el día anterior, apareció ella con su vestido blanco y ese afrodisíaco olor a humedad. Ella llegó hasta donde él se encontraba. Acarició la desnudez de sus brazos, rozó sus mejillas con su húmedo aliento y lo tomó de la mano en dirección a la laguna. Él no se resistió a su profunda humedad. La siguió sin temor, ya que era un gran nadador.
Ella lo dirigió caminado entre piedras, olas y lirios. El lago era un enigma tranquilo en su superficie y traidor en sus entrañas, pero el lugar sagrado para ella les llegó a las rodillas, a los muslos, a la cintura, mientras sus cómplices miradas se fundían en una, y el líquido dulce del lago se volvía cada vez más espeso. El agua iba en ascenso. Llegó al pecho y se detuvo a la altura de la boca. Chapalac reaccionó demasiado tarde. Ella besó sus labios y ambos desaparecieron en el fondo de la laguna con las corrientes encontradas.
Redacción (Jocotepec, Jal.).- Autoridades municipales y de la Escuela Urbana “Paulino Navarro”, conmemoraron el 70 aniversario de la fundación de la institución.
Como parte de la celebración, alumnos de quinto año participaron con una Poesía Coral, y para concluir el acontecimiento, se develó la placa conmemorativa a los 70 años de la fundación de esta escuela, otorgada por el Gobierno de Jocotepec.
En la ceremonia realizada en el plantel escolar el 10 de marzo, el alcalde de Jocotepec, Héctor Manuel Haro Pérez, recordó que ya se tiene un terreno para construir el nuevo edificio.
La escuela que tiene alrededor de 500 alumnos está situada a una cuadra del centro de la cabecera municipal, en la calle Miguel Arana esquina con Guadalupe Victoria Sur, y se planea construir un nuevo edificio para extender su cupo. El viejo edificio probablemente albergará las oficinas de la Delegación Regional de la Secretaria de Educación (DRSE).
Para mi fortuna, el enorme calor interno que sentía fue disminuyendo en intensidad, así como el ritmo frenético y marcialidad de caminata que había sostenido Alicia desde el inicio del segundo segmento. Sin disminuir la velocidad imprimió ahora un ritmo diferente a la caminata que solo puedo calificar de manera imperfecta como de “caminata de atención” rápida pero suave, buscando un desplazarse alertas pero relajados a la vez. Varios traspiés y tumbos aquí y allá nos mostraron a todos que el lograr dominar aquel ritmo de caminata y coordinarlo con nuestro necesario silencio interno iba a ser una prueba dura de lograr. Después de unos quince interminables y desesperantes minutos de búsqueda personal infructuosa, note con claridad debido a que todos llevábamos fija nuestra vista en el horizonte, que el brazo izquierdo de Rosana quien iba delante de mí se levantaba y sostenía horizontal y paralelo al suelo y a la altura de su hombro como indicando hacia adelante; Pronto pude percibir que todos mis compañeros incluyéndome a mí hacíamos lo mismo. ¿ Que nos indicaba esa señal ?
Decidí suspender todo razonamiento resistiendo la tentación de entregarme a mi viejo defecto de analizarlo todo y después de varios minutos cuando ya casi no podía sostener mi brazo en vilo, el ansiado silencio interno hizo su aparición. Todo razonamiento desapareció para dejar lugar a la clara, rítmica y potente representación mítica y trascendental que evocaba la música conchera de los hermanos Plasencia, cuyo ritmo se escuchaba desde varios contingentes adelante de nosotros. ¡ Esa era la Señal que nuestra inspirada guía nos había enviado levantando su brazo en dirección de los concheros ¡ Su música nos daría la pauta en nuestra caminata. Había solo que estar atentos a sus patrones, ritmos e intensidades para con ello dominar aun cuando fuera imperfectamente la caminata de atención que necesitábamos en esos momentos.
Uno a uno, los integrantes de Nuevo Camino fuimos bajando los brazos en señal inequívoca de que habíamos recibido la señal de Alicia y poco a poco fuimos capaces de caminar con suavidad pero enorme rapidez, con soltura pero concentrados, siempre atentos a los retumbantes y milenarios sonidos de los guerreros que nos precedían en aquella memorable romería.
Aquel era un día de oportunidad espiritual para nuestra noble nación pues éramos parte de una multitudinaria celebración en honor de nuestra generala, nuestra Virgen María de Zapopan, la Madre del Dios vivo y que se llevaba a cabo el día en que recordábamos la realidad de nuestro mestizaje y nuestro sincretismo; de la creativa fusión de lo más sagrado y ancestral de nuestras dos culturas que en toda la república Mexicana encontraban sus más logradas representaciones en procesiones, ofrendas y festividades religiosas, artísticas y culturales y en las diversas romerías que tenían lugar en diferentes fechas y a todo lo largo y ancho de su sagrado territorio.
Había en aquellos momentos, cantos, danzas, oraciones, fervor, alegría, celebración y una enorme energía que circulaba de la catedral a la basílica en oleadas cada vez más intensas y frecuentes y para beneficio de todos los asistentes. Después de unos cuarenta y cinco minutos, y cuando ya se escuchaba con gran claridad el retumbar de los tambores de los concheros que nos precedían, Alicia cambio de nuevo el ritmo de nuestro caminar a un andar marcial y con cierto balanceo lateral que se encontraba perfectamente sincronizado con el ritmo que imprimían los tambores concheros. Estábamos prácticamente arribando en esos momentos al final del tercer segmento de la romería ubicado en el cruce de la carretera vieja a Zapopan con la Avenida General Manuel Ávila Camacho.
Los retenes
Cuando me preguntaba por qué habíamos adoptado ahora un andar marcial encontré casi de inmediato la respuesta, pues una vez cruzamos -no sin dificultades a pesar de venir dentro del área acordonada- la carretera vieja a Zapopan que se encontraba pletórica de feligreses que esperaban ansiosos a su Virgencita, nos dimos cuenta que había un grupo numeroso y disciplinado de organizadores de la romería que estaban prácticamente desintegrando a todos los contingentes en el inicio de un enorme arco de cantera que enmarca el ingreso a la zona peatonal y enorme plazoleta que conducen al atrio de la Basílica. Su intención era por supuesto facilitar el ingreso de la Virgen de Zapopan a su sagrado recinto. Los únicos que esperaban ya en el atrio a la parroquia eran los hermanos Plasencia que continuaban incansables sus danzas guerreras y sus cantos fervorosos.
Alicia utilizo de nuevo la ayuda de señales que fueron imitadas uno a uno por todos nosotros para hacernos saber que debíamos reforzar nuestro andar y emplear a fondo todo nuestro silencio interno para no ser desbandados antes de arribar al atrio. Levanto su brazo derecho al cenit unos instantes, luego lo bajo a la altura de su hombro paralelo al suelo y después de otros breves instantes lo bajo completamente a su posición original. Uno a uno, fuimos imitándole. Cuando Krista, quien cerraba impecablemente nuestra formación, termino de bajar su brazo éramos ya una compacta y poderosa unidad. Uno a uno, lográbamos ser los últimos en pasar los diversos retenes que escalonados iban deteniendo a los diversos contingentes.
Habíamos logrado recorrer en todo su largo las cuatro o cinco cuadras adoquinadas que albergan casas viejas y negocios que dan paso a la enorme plazoleta e incluso recorrer en línea recta casi completamente la amplia plazoleta peatonal que da acceso al atrio de la Basílica cuando encontramos frente a nosotros un escollo formidable, pues una larga fila de organizadores que había notado nuestra presencia se acercaba a nosotros encarándonos en forma de abanico para cerrarnos totalmente el paso pidiéndonos a gritos en forma cortes pero firme que abandonáramos la plazoleta porque ya casi llegaba la Virgen y nadie podía estar en donde nos encontrábamos.
Cuando se participa en una multitudinaria celebración en la que poderosa energía espiritual es manipulada en forma consciente por ciertos grupos e inconsciente por el grueso de los participantes, la dimensión sagrada de la celebración puede modificar en ocasiones y de manera momentánea las condiciones espacio-temporales en las que nos manifestamos. Dicha situación debió haberse presentado a través de la voluntad inquebrantable y silencio internos que por instantes preciosos Nuevo Camino manifestó como un solo ser, pues el hecho es que ya cuando casi se producía el encuentro entre caminantes y organizadores a unos metros de la puerta de hierro que delimita el acceso principal del atrio de la Basílica, de manera bastante notoria, el ritmo y volumen de los tambores concheros aumento considerablemente y con características que evocaban con toda claridad la interpretación de una danza guerrera.
Alicia continuo inmutable al frente sin detener su marcha ni titubear por un instante y en vez del inminente choque, la barrera humana que formaban los organizadores se hizo a un lado en los últimos momentos y se convirtió en dos columnas laterales que protegieron nuestro ingreso al atrio de la basílica. Alcance a escuchar varios gritos que repetían:
– ¡ Estos son los últimos, nadie más, cierren el paso, cierren el paso, allí viene ya la Virgen ¡ –
Al trascender por el umbral del arco de piedra que enmarca el ingreso principal del atrio de la basílica sentí que me tocaban suavemente con la mirada por decirlo así, y al voltear a mi izquierda para indagar sobre mi extraña percepción note asombrado los ojos puros y luminosos y la sonrisa de un anciano limosnero que estaba sentado en uno de sus escalones. Apenas repuesto del fugaz encuentro con el enigmático personaje que tranquilamente esperaba la llegada de la Virgen, escuche de nuevo los rítmicos y ancestrales sonidos de los concheros que bailaban en el atrio a nuestro alrededor y que parecían con el nuevo énfasis que estaban imprimiendo a sus melodiosos cantos, estar al tanto de nuestro logro al haber llegado hasta donde ahora nos encontrábamos.
Continuamos avanzando unos metros más al frente hasta situarnos en el centro del atrio y en ese preciso instante las enormes puertas de madera de la Basílica se abrieron ruidosamente. El sacristán que las abría para recibir la inminente llegada de la Zapopana no pudo ocultar su sorpresa al ver frente a sus ojos a nuestra peculiar agrupación. ¡ Que magnifica señal ¡ La Zapopana bendecía nuestro noble esfuerzo abriéndonos las puertas de su corazón ¡ Comprendiendo que el tiempo apremiaba por la inminente llegada de la Virgen todos nos hincamos frente al ingreso y realizamos una breve oración de agradecimiento por las gracias recibidas, para de inmediato ir a ubicarnos en la parte izquierda del atrio con intención de recibir discretamente y desde esa posición la llegada de nuestra querida Generala. Los concheros que no cesaban de cantar nos dejaron muy claro que aceptaban formáramos parte de su grupo allí en el atrio pues varios de sus danzantes pasaban por detrás de nuestro pequeño grupo danzando y cantando.
Jubilosos y agradeciendo con genuflexiones y muestras de respeto a los concheros por su invaluable ayuda durante toda la jornada, abrazamos efusivamente a nuestras impecables guerreras Alicia y Krista que nos habían conducido una al frente y la otra cerrando nuestra formación, con gran habilidad y bravura en aquella memorable jornada. Acto seguido, nos tomamos de la mano para esperar a la Zapopana.
No tardo nuestra Madre mucho tiempo en hacer su aparición rodeada del amor y del fervor de su pueblo, entre vivas y cantos, lágrimas y aplausos. El verla pasar rumbo a su casa y a su bello retablo desde el cual nos colma a diario de bendiciones y gracias inmerecidas, cimbro hasta lo más profundo nuestros corazones. En el mismo momento en el que su venerada imagen traspasaba el umbral de la Basílica percibí desde mi corazón y con toda claridad que un intercambio de vibraciones amorosas y energía espiritual poderosísima tenía lugar de manera instantánea y simultanea entre los sagrados santuarios de Zapopan, Talpa, San Juan de los Lagos y el Tepeyac.
Hace mucho tiempo en un lugar cerca de Sinaloa, había un lugar llamado Aztlán, donde se originó una gran tribu guerrera llamada Mexica, descendientes de los Chichimecas y Toltecas. Una vez, la erupción de un volcán hizo que esta gran tribu emigrara hacia el Sur en el año de 1113, y se detuvieron en un lugar llamado “Chicomoztoc”, donde hicieron siete oratorios, cada uno en una cueva. Su dios Huitzilopochtli les reveló un mandato diciéndoles: “Sean fuertes e invencibles en la guerra, siembren maíz y donde vean a una águila devorando a una serpiente ahí será su destino”. Siguiendo su camino al Sur en un lugar llamado “La Quemada” las tribus se dispersaron. Algunas se fueron al centro de México llegando al valle de Anahuac, donde fue vista la profecía de Huitzilopochtli, mientras que las otras tribus dispersas, siguieron descendiendo por la costa de Occidente hasta llegar a Colima y otras cruzaron cerros y valles llegando por la sierra de Mezcala introduciéndose a la laguna de Chapala.
Un jefe de una tribu llamado Cazcalotzin que llevaba su propio dios llamado Ixtlacateotl, vio desde la serranía de Mezcala hacia el poniente del lago, la figura de un águila impregnada en un cerro colorado. Recordando las profecías de Huitzilopochtli, les dijo a sus seguidores que allí formaría su pueblo, pero tal fue su sorpresa que al llegar a ese lugar, había ya un pueblo viviendo ahí. Esto ocurrió por el año de 1127. Según cuenta la leyenda este pueblo no era guerrero, sino pacifico los llamados Cocas, descendientes de los Otomi y Toltecas.
El jefe Cazcalotzin al ver este pueblo pacifico abusó de ellos y conquistó al pueblo nombrándolo “Teo-pantitlan” (popularmente conocido como “Teopantitla” por los oriundos de Ajijic). Esta tribu bárbara mexica de rústicos mexicanos también conocida como “cazcanes” floreció por el año de 1472.
El jefe tuvo su descendencia y se dice que a la cuarta generación hubo una niña llamada Xochitl-pilli (pequeña flor) la cual descubrió un ojo de agua llamándole atl-xic-xic (agua en derrame) y se dirigió a un ligar llamado Tonallan, (lugar donde sale el sol) siendo ella quien gobernó a ésta región, la segunda de nombre Coyotzin reinó el territorio de Tlajomulco, por medio de su hijo Coyotl y Xincan-tzin (jícara sagrada) la más joven de ellas (conocida como la viejita Xicantzia por los oriundos de Ajijic, la cuál poseía una mina de plata) ya anciana reinaba en la región de Atl-xic.xic, a la llegada del primo de Hernán Cortez, el capitán Alonso de Ávalos y del primer fraile fray Martin de Jesús o de la Coruña. El ultimo fue Xitomatl el cual fundó una gran monarquía, quien gobernó el territorio de Cuetzallan, (san Juan Cosalá)el cuál estaba resguardado al oriente por el reino de Chapal y al poniente por Xocotepec. (Tomado del texto: Comunidad Indigenista de Ajijic y “Origenes” Leyendas de Ajijic).
Pues la descendencia de Cazcalotzin de raza cazcán, aún conservaba parte de sus creencias de sus antepasados los Chichimecas, ya que practicaban rituales de sacrificios humanos de sus enemigos los Purepechas de Michoacán, se los ofrecías a su dios Ixtlacateotl, untándose su sangre con la creencia que los haría inmortales. En un ojo de agua caliente de Cutzalan, arrojaban niños a “Teopitzintli” (dios niño). Según cuenta un relato, esta práctica se realizaba en las mencionadas sangrías del mes de Mayo, antes de la temporada de lluvias. En una ocasión cuando iniciaban sus rituales, la gente con miedo se alejaba, pero eran forzados a ser parte de sus ceremonias mientras iniciaba la luna llena de Mayo.
La laguna empezó a enfurecerse, mostrando un pequeño oleaje chinito llamado “miraje” y la gente empezó a agitarse al ver ese cambio, porque ese miraje no paraba, por lo contrario se agitaba más y presentían que el espíritu de la laguna estaba inquieto. Por el Oriente el viento empezaba a arrastrar una mezcla de nubes renegridas en forma de remolinos, por el Poniente se acercaba una polvareda de ceniza oscura del lago muerto y salitroso de Tzacualco, penetrando y chocando fuertemente en los “Picachos del pando de abujas” donde se encuentra el cerro en forma de águila (cerro colorado). El viento sureño zumbaba cada vez más fuerte, arrastrando las nubes en espirales causados por el choque del viento frío del Norte que venía a gran velocidad, envolviendo al pueblo completamente oscuro provocando un fuerte terremoto. Y entre los sacerdotes y las sacerdotisas apareció un señor muy anciano pero fuerte y alto, de piel cobriza morena con vestiduras blancas y decoraciones coloridas de bordados finos de animales, astros y plantas, atado en su cabellera de plata oscura una banda rojiza y de escasa pero muy larga barba, con su bordón señaló a la laguna y a los cuatro puntos cardinales y les dijo:
“Mi Madre Naturaleza se ha enfurecido con Uds. Y ha enviado a mi hermana Michicihualli a poner fin a sus perversas prácticas, porque han envenenado las mentes de otras naciones haciéndoles creer que así fuimos nosotros con mi hermana Michicihualli la laguna, rindiéndole tributo con sangre. Nosotros somos de la nación coca descendientes de los Toltecas y esta es nuestra tierra de origen hace muchos soles y lunas antes de que Uds. llegaran desde la región de Aztlán. Han usurpado nuestras tradiciones y nuestras deidades, nosotros veneramos a los elementos naturales de nuestra Madre Naturaleza con ofrendas que ella nos proporciona para la vida que es el maíz, frijol, calabaza, chile… Pues mi hermana Michicihualli es la mediadora del buen temporal y del clima, manteniendo en armonía los cuatro vientos de los puntos cardinales y ahora la nueva nación de blancos barbados nos ve como a Uds.”
Poco a poco la figura de ese hombre se fue perdiendo en la oscuridad, la cuál se fundía en ligeros tonos rosas tiernos, donde se asomaban los primeros rayos del sol y todo volvía a la normalidad. Cuenta la leyenda que posteriormente vinieron otras manifestaciones de la laguna por medio de trombas, pero de menor grado, pero que podría manifestarse nuevamente a raíz de su contaminación.
Los barbados blancos iniciaron una ermita de zacate en el año de 1531 con una nueva creencia religiosa, iniciando así el actual pueblo de Ajijic.
Por: Jesús López Vega.
Por otra parte, en la historia oficial de la Conquista de occidente en la Crónica de La Provincia de Santiago de Xalisco, escrita por fray Nicolás Antonio de Ornelas Mendoza y Valdivia-1729 1722. Menciona la llegada de los frailes franciscanos a la ribera del Lago. Cap. V. AXIXIC pag 37.38.
“El principal ídolo que adoraban en toda la orilla de la laguna era (Ixtlacateotl) que quiere decir dios escondido en nuestra lengua (español), ignoto deo rn (latin)”. A este dios se le realizaban sacrificios humanos.
En La Crónica Miscelánea de la Sancta Provincia de Xalisco del P. Tello, libro II. Cap. 51. Dice: “Mandabales el demonio, que les hablaba en sus ídolos como en instrumento, que cada uno hiciese un pucherito o búcaro (vasija de barro) pequeño y que rasgándose las orejas, echase en él cada uno una gota de sangre y que cuando se bañase echasen en la laguna el pucherito o búcaro con la sangre, persuadiéndoles a creer que con esto quedaban inmortales”. De tal manera se comprobaba el fin religioso a que estaban destinadas estas ofrendas. Se menciona que los franciscanos arrojaron al interior de la laguna toda esta idolatría en cerámica enseñándoles la fe cristiana.
A partir de esta versión se sostiene la idea de que la laguna fue escenario de rituales por medio de ofrendas, donde esas pequeñas ollas y figuritas de animales y otros tipos de utensilios, eran arrojadas a su interior como tributo a la fertilidad, abundancia de peces y como mediadora del temporal de lluvias y del buen clima.
En el año 2014 el Archivo Histórico Municipal, con el apoyo de la Regiduría de Cultura del Gobierno de Chapala, convocaron a un concurso literario en el género de “Leyendas”, con el deseo de preservar la memoria oral de la comunidad chapalense. De esa convocatoria fueron seleccionados doce textos, (de los cuales fui seleccionado con la leyenda “michicihualli”) e impresos con el titulo “Leyendas de Chapala”, con la Dirección de la Lic. Zaida Cristina Reynoso Camacho. A continuación brindo mi texto que formó parte de esa colección.
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