La maestra Catalina Limón Hernández nació el 25 de noviembre de 1961.
Sofía Medeles (Ajijic, Jal.)- Una maestra estricta, con mano dura, pero de resultados innegables, así la recuerdan las generaciones de alumnos que conocieron a la maestra Catalina Limón Hernandez, mejor conocida como “la maestra Cata”.
Con una clara vocación a la enseñanza, en el año de 1983, a los 22 años, la maestra Cata comenzó a trabajar en la docencia. Su primer destino fue la Primaria Saúl Rodiles Piña; años después estaría al frente de esta escuela. Como directora trabajó para elevar el nivel educativo en la institución, objetivo que alcanzó y generó que cada año los padres y madres de familia busquen un espacio para que sus hijos estudien ahí.
La maestra Cata junto a los profesores durante una comida.
La maestra Cata falleció el martes 19 de octubre de 2021, antes de cumplir 60 años. En la escuela deja un gran vacío y sus colegas la recuerdan como una líder, docente que podía manejar grandes grupos, responsable, dedicada y sobre todo, entregada a la profesión; además, de ser tolerante y comprensiva con sus compañeros.
Sus colegas coincidieron en que fue una maestra cercana y que le gustaba involucrarse en las actividades de la escuela. Entre las anécdotas, recuerdan que en el último Día del Niño que celebró, la maestra Cata llegó con una nariz de payaso, para demostrar a los estudiantes su cercanía; en otra ocasión, el Día de las Madres, ella organizaba todo e incluso les cocinaba a las festejadas.
“Fue una mujer muy fuerte. Nos enseñó a trabajar pese a su ausencia. Nos enseñó a ser tolerantes con los niños y sus padres, cómo tratarlos. Era muy observadora y solo con mirar, podía ver si alguien tenía problemas; apoyaba conversando sobre el problema. Siempre se preocupó por los maestros y por los niños de la escuela”, dijo la maestra Socorro Robledo.
Por su parte, la maestra Laura Sánchez compartió que, “profesionalmente era muy disciplinada” y personalmente era muy afectuosa y detallista; recordó que siempre tenía un detalle para todos en las fechas importantes.
La banda de guerra que formó la maestra, rindió un acto de despedida a la docente el pasado jueves 28 de octubre.
A pesar de que ya estaba en tiempo de tramitar su jubilación, la maestra Cata no quería todavía dejar el trabajo, pues tenía fuerzas y espíritu para seguir y apoyar en la enseñanza de los niños. “Le decía, Cata ya vámonos, ya hay que retirarnos, pero ella nunca quiso, debido a esa vocación y gusto que tenía por la educación. Le gustaba tanto la escuela donde pasó toda su vida y aunque fue estricta, logró el prestigio de la primaria. Era la primera que llegaba y la última que se iba. Yo me jubilé, pero siempre tuvimos una buena relación de amistad”, compartió el maestro Joselillo.
Los maestros Joselillo, María Esther, Laura, Defina, Waldo Enrique, Socorro, Marisela, María Sofía, y Alma Rosa, agradecen el tiempo que compartieron con la maestra Cata, admiran y reconocen su trabajo que ha dejado huella.
MAESTRA CATA
Pensamiento por la muestra Delfina Ochoa
Maestra Catalina Limón Hernández, mujer fuerte, valiente, amable, educada, bonita.
Juguetona, bromista, pero al mismo tiempo, ordenada, precavida, exigente para bien, solidaria, emprendedora, buena.
Nos enseñó a lo largo de su vida lo que con base a su experiencia pudo ya que era una persona muy preparada.
Nos apoyó incondicionalmente, de acuerdo a sus posibilidades, reconocía el trabajo de todos, era detallista con sus compañeros.
La recordaré con cariño y respeto siempre, nuestra maestra y directora Catalina Limón Hernández.
La maestra María Guadalupe Pérez Méndez, dirigió por 22 años el Jardín de Niños “Federico Froebel”, en San Juan Cosalá.
Redacción.- Enseñar es una vocación y la maestra María Guadalupe Pérez Méndez –conocida como la maestra Lupita–, es un ejemplo de entrega incondicional a la educación. A principios de este mes la directora del Jardín de Niños “Federico Froebel” -el “kínder de arriba” de San Juan Cosalá- recibió su dictamen de jubilación y con este aviso concluye su labor al frente de la escuela que dirigió por más de 22 años.
Las educadoras, alumnos, padres de familia y la comunidad que fue testigo de las mejoras en la infraestructura y pedagogía de la escuela, valoran y agradecen el trabajo de la maestra que por más de dos décadas ha repercutido en la formación de miles de niños y, actualmente, el kínder es un referente de la localidad de San Juan Cosalá, Jocotepec.
Su primera generación.
Originaria del estado de Colima, la maestra Lupita fue designada como directora encargada del “Federico Froebel” cuando éste apenas cumplía cinco años de fundación y la escuela solo contaba con un pequeño salón de clases, un tejaban y una letrina para el uso de los niños. Ante estas condiciones la educadora no se quedó con los brazos cruzados, al contrario, tomó la batuta y comenzó a buscar apoyos, recursos y hacer las gestiones necesarias para construir y adquirir material didáctico en favor de los niños.
A través de una asociación civil, se edificó un aula de usos múltiples y material pedagógico. Su labor para dignificar el jardín de niños continuó y ahora la escuela cuenta con cinco aulas didácticas, un área de comedor al aire libre, baños para niñas y niños, un área de dirección, bodega, internet y en cada salón las educadoras tienen computadora e impresora, herramientas tecnológicas para impartir las actividades académicas. Además, en el preescolar se imparte el programa “Matedivertido”, competencia para el aprendizaje y enseñanza de las matemáticas.
Poco a poco incrementó la matrícula de alumnos y la maestra Lupita solicitó más educadoras para trabajar en el plantel. También, bajo su directriz los padres de familia forman parte importante en las actividades escolares y educación de sus hijos, así como del mantenimiento y limpieza de la escuela.
Asimismo, la experiencia de la maestra fue clave para trabajar a distancia durante la pandemia ocasionada por la COVID-19. Con su equipo, conformado por cinco educadoras, durante más de un año no han dejado de brindar la educación preescolar a 160 niños.
Sus colaboradores reconocen que -como maestra, directora, administradora y amiga- es admirable, digna de confianza, trabajadora, incansable y se caracteriza por su solidaridad, calidad y calidez. La maestra Aleida Selene Camarena Olmeda, en representación de sus compañeros, señaló que la ahora directora jubilada “una persona alegre, solidaria, comprometida, responsable, puntual. Con nosotras, como docentes, siempre la tuvimos como respaldo, cuando teníamos una duda en la cuestión pedagógica siempre nos apoyó”; agregó que la maestra Lupita “ama profundamente la localidad de San Juan Cosalá”.
La principal enseñanza que deja a las educadoras es que siempre vean por los niños, que sean respetuosas con los padres de familia y valoren y cuiden su trabajo. El personal educativo del jardín de niños, conformado por Angélica Anahí Médeles Córdova, Cynthia Berenice Castañeda Vázquez, Anahy Campos Lupercio, Brenda Luvián Ramos y Jorge Octavio López (auxiliar de intendencia), agradecen el trabajo de la maestra Lupita y manifestaron que la van a extrañar.
“La admiro mucho, respeto su trabajo, es una persona de mucha calidad y le he aprendido mucho. Muchas gracias por todo lo que nos ha dejado en el plantel, por todas sus enseñanzas y consejos en lo pedagógico y en lo personal. Es una mujer perseverante que ha sabido salir adelante, siempre triunfante, siempre superándose. Para ella, el cielo es el límite y no hay meta que se fije que no logre alcanzar. Para mí es un ejemplo, se lo he dicho muchas veces y mis compañeras opinan lo mismo”, señaló Aleida Camarena, educadora y encargada del “kínder de arriba” hasta que llegue un nuevo director del plantel.
Perseverante
La maestra Lupita nació en Colima, pero tiene más de 43 años residiendo en el municipio de Jocotepec, Jalisco. Es madre de cuatro hijos: Miriam, Francisco, Xiomara y Alejandra, y abuela de cinco nietos.
Comenzó a laborar en la Secretaría de Educación Pública (SEP) el 1 de septiembre de 1990 y culminó sus estudios de Licenciatura en Educación Preescolar en el año de 1992. Trabajó en centros escolares en Lagos de Moreno, Atotonilco el Alto y finalmente en Jocotepec.
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