El equipo ganador, “Chupinaya”, logró realizar 22 vueltas.
Domingo Márquez (Ajijic, Jal. ).- Los equipos de Atletismo de Ajijic “Chupinaya” y “Chupinaya Xtreme” se trajeron para la ribera el primer y tercer lugar en la modalidad “4 Some” (cuartetos), de la competencia “Endurance Trail”, realizada en el Bosque del Centinela, en Guadalajara, el pasado 12 de diciembre.
La competencia de alta resistencia, donde participaron 15 equipos, comenzó a las ocho de la mañana y terminó a las ocho de la noche del día siguiente. La dinámica consistía en “dar vuelta” a un circuito de cinco kilómetros por medio de relevos en orden durante toda la noche hasta completar doce horas continuas corriendo.
El equipo ganador, “Chupinaya”, logró realizar 22 vueltas, mientras el segundo lugar, se lo llevaron dos equipos, los “Runfreends” y los “Freedoms”, quienes hicieron 21 vueltas cada uno.
El equipo de la “Chupinaya Xtreme” hizo 19 vueltas para quedarse con el tercer lugar en una competencia donde, según Ricardo “Chicles” González González, competidor del grupo ganador, fue difícil, ya que llovió todo la noche.
González González, organizador de la carrera de montaña Chupinaya en Ajijic, indicó que aunque tenía mucho que no corría, esta competencia le sirvió para “desentumirse”, y aclaró que él no iba por el premio sino por las ganas de competir.
“Sólo nos dieron unos geles y un masaje. Pero uno no va por eso a las competencias; uno va hacer lo que te gusta”, enfatizó “Chicles”, como es conocido en su comunidad.
En la competencia se podía participar en equipos de cuatro o de manera individual. En la modalidad “4 Some”, varios equipos empataron, por lo que en cuarto lugar, sexto, octavo y noveno, quedó más de un equipo.
Integrantes del equipo Chupinaya:
Ricardo «Chicles»González González, 57 años (Ajijic); Griselda Guzmán Guzmán, 23 años (Club Cazadores de San Juan Cosalá); Ernesto López González, 39 años (Chapala); y Sergio Martínez Moreno, 36 años (San Antonio Tlayacapan).
Chupinaya Xtreme:
Luis Alonso Cerda, 52 años (Guadalajara.); Erika Alejandra Olide Márquez, 21 años (Ajijic Xtreme Fitness Center); Martín Rojas Mejía, 18 años (Ajijic Xtreme Fitness Center); e Iván «Chupinayo» Romero Garnica, 26 años (Ajijic).
Una historia de Berónica Palacios Rojas
Todos los días, cuando la pequeña Clarita volvía de la escuela con su libreta llena de garabatos, platicaba muchas anécdotas que acumulaba durante el día en su cabecilla. Y siempre camino a su casa, miraba con ojos soñadores la gran ventana de sus vecinos. Cuando la niña se asomaba al ventanal, por una esquina un poco descubierta, veía una pantalla de cristal, que guardaba las mismas cosas, las mismas personas y los mismos paisajes. La chiquilla no comprendía el porqué de aquel aparato-caja, y ni siquiera en sueños podía explicárselo.
La risa fugaz de Clara arrastraba con cualquier mal humor de todos aquellos que la procuraban y siempre estaban con ella. Después de la comida se encerraba en el baño y hablaba con voz queda.
—Te tienes que aguantar la risa, ¡eh!, Clarita.
Y al verse en el espejo, su risilla parecía salpicar pequeñas burbujas de alegría.
—No. Ya, en serio, porque si te ven —Señalaba con el dedo índice su rostro pícaro en el espejo— te van a echar agua caliente, como a los perros cuando andan haciendo cosas feas.
Salía de su casa con una prisa tan grande, y su cara se llenaba de júbilo. La pequeña Clara se escapaba de puntillas y casi sin respirar. Su mamá siempre estaba profundamente dormida. Todas las tardes Clara se escondía entre las bugambilias que estaban delante de la ventana de los vecinos, parea escuchar o, en ocasiones, ver la telenovela “Mundo de juguete”. Pero, antes de terminar el programa, corría a su casa de no ser vista. Después llegaba a su casa dando pequeños brincos y cantando:
—¡Mundo de juguete, vamos a jugar!
Iba desde la entrada de la casa hasta el corral, con tanta adrenalina que parecía que nunca se iba a cansar. En la escuela hacía reír a todos y le decían “risitas dulces”. Reía en el recreo, reía en clases, reía durante las pruebas, reía antes y después de comer, en el baño y entre sueños no podía faltar esa contagiosa alegría. Todo el tiempo hablaba y reía, hablaba con la mesa, con sus muñecas, con su gato Tritón… En fin, con todos hablaba y se reía. En una ocasión, adherida al piso con palmas y rodillas, observó algo y le dijo a su mamá:
—Mira, mamá, también las cucarachas saben reír.
Y una mañana, durante el recreo, le contó a su mejor amiga Anita entre risa y risa:
—A mí me gusto mucho el encanto que me hizo una hada madrina cuando todavía estaba en la panza de mi mamá. ¡Sí! Esa hada no era muy bonita, pero usaba de muchos colores sus faldas que besaban el piso y se tapaba la cabeza con un paño. Su cuello parecía como un pedazo de arcoiris, al igual que sus manos. ¡Deveritas! Así me contó mi mamá que era. Mi mamá es buena como el pan calientito, y dura como el pan de cinco días. Nunca se ríe y por eso mi hada madrina le dijo que yo siempre iba a ser feliz.
La mamá de Clarita nunca creyó en las palabras de la gitana y aunque casi todo se había cumplido, el final de aquella profecía sólo lo sabía la mamá.
Y así, Clara vivía siempre feliz y cada tarde veía su telenovela, callada y ansiosa de reír. El viernes, cuando pasaban el final de “Mundo de juguete”, llegó más temprano que nunca. Se metió entre las bugambilias para no ser descubierta. Esperó y esperó. De pronto, vio un animal del tamaño de una cucarachilla, muy raro. Tenía sus patas más gordas que las cucarachas, y no tenía antenitas como las del Chapulín Colorado. Además, cada vez que la niña quería agarrarlo, hacía su cola como un arco sobre sí mismo, tratando de defenderse con su única arma, un aguijón que se parecía al de las abejas.
Esa noche, todos gritaron su nombre a los aires, a las casas y al cielo. Las lágrimas de la madre de Clarita caían rápidamente, los sollozos eran cada vez más fuertes y el persistente moqueo era como un agudo y triste concierto, pues recordaba las palabras que le dijera la gitana cuando estaba embarazada de Clarita y resonaban en su cabeza cuando menos lo esperaba:
“No conocerá tristeza, no conocerá tristeza…”
Al día siguiente, descubrieron a Clarita detrás de las bugambilias, quien sin aliento, mostraba su sonrisa más tierna.
Por el Cronista: Gabriel Chávez Rameño
Este 2015 es un año muy importante dentro de la historia y la fe Guadalupana. Desde el inicio del fervor Guadalupano en la ribera, la fe fue un pilar fundamental en la creencia y evangelización de los pueblos indígenas del cacicazgo de Cutzalán. Los frailes utilizaban la figura de la Madre de Dios para conmover a los indígenas y poder llegar a ellos. En un inicio, utilizaban la imagen de Nuestra Señora de la Limpia Concepción, imagen que se encontraba en los hospitales de indios y era ahí en donde las personas concurrían a rezar y hacer oración.
Años más tarde, después de la conquista española de 1521, la tiranía de algunos españoles y su ambición llevaron a una sobreexplotación de los pueblos indígenas, mismos que habían perdido sus tierras, su origen, su fe y dignidad. El milagro de la aparición de la Virgen de Guadalupe o Tonanzin, “Nuestra Madre”, al indio Juan Diego, fue la muestra de la esperanza que tenían los pueblos indígenas de rescatar algo que fuera de ellos. Recordemos que fueron varios los días de apariciones y pedimentos cuando se consuma la misión de Juan Diego.
Precisamente, un sábado nueve de diciembre, cuando el indio Juan Diego camina rumbo a Tlatelolco en el llano del Tepec, cerca de donde se veneraba a la madre de la tierra y la vida Coatlicue Tonanzin, y se escucha el canto de pájaros y en ese momento, la Virgen de Guadalupe se aparece a Juan Diego. Coincidentemente con el octavo sábado de adviento día de la Inmaculada Concepción. Por lo que de ahí se le llamo Tonanzin Guadalupe “madrecita o nuestra madre Guadalupe”.
Y fueron los días sucesivos hasta el 12 de diciembre de 1531, cuando en la Tilma de aquel humilde indio queda plasmada la imagen de la Virgen de Guadalupe. Ahora, coincidiendo con la finalización del ciclo de la vida de la cultura azteca y maya, finalización de su calendario de 52 años e iniciando la renovación de los ciclos con el año 13-caña, que simbolizaba “algo nuevo inicia de la sabiduría celestial”. Coincidiendo también con la alineación celestial y con un eclipse solar, los sabios indios tenían pronosticado un cambio en la fe y la espiritualidad del pueblo mesoamericano. Las profecías maya y azteca así lo marcaban, todo se cumplía dentro del equinoccio de invierno.
Y para este equinoccio se esperan cambios. Nuevamente, las profecías suenan, y sin embargo, la fe en la Virgen de Guadalupe sigue firme. Ahora, 582 años después, y al final del ciclo en el calendario maya, se espera un nuevo cambio y nuevo giro en la vida de la sociedad.
Milagros, miles de milagros son los que la Morenita del Tepeyac ha cumplido a todos aquellos que han hecho de su fe su estilo de vida. Y en nuestra zona a muchas familias ha ayudado, a otros los ha puesto a salvo de peligros, como el caso del señor Justo Díaz, que por allá entre los 40s y 50s, estando en el cerro de leñador, al estar acomodando sus leños para hacer los racimos y así poderlos cargar, nunca se fijo que una víbora de cascabel se introdujo entre la leña. Al echársela al lomo y empezar a bajar, la víbora se molestó y le tiró tremenda mordida justo en el cuello. Esto hizo que al instante se dejara caer y quisiera correr. Al no poder más y pensar que era su inminente muerte, sólo se quedó tirado a un lado del camino. Se puso a rezar y pedirle con todo su corazón a la Virgen de Guadalupe, en su trance de ensueño y delirio, dijo haberla visto y que le había dicho que no se preocupara, que todo iba a estar bien. Al despertar al día siguiente, estaba en su casa. Lo habían encontrado tirado, y lo llevaron cargando, recuperado de la mordida de la víbora de cascabel. Después de esto, la familia ha visitado a la Morenita del Tepeyac cada año en agradecimiento de ese milagro y ahora los nietos hacen su peregrinar siguiendo la tradición con alegría.
Los comerciantes que se instalaron en la plaza principal con motivo de los festejos del día de muertos, manifestaron registrar bajas en las ventas de sus productos como coronas y flores.
Miguel Cerna (Jocotepec, Jal.).- Con un aumento de más del 300 por ciento en los costos de piso, los vendedores de productos del Día de Muertos registraron bajas en sus ventas, pese a que los visitantes al cementerio de Jocotepec se estimaron por encima de los 2 mil asistentes.
Una vendedora de coronas, que prefirió en mantener su anonimato, aseguró que la principal causa por el que bajaron las ventas fue que “el presidente cobró demasiado”. En el derecho, dijo haber pagado 300 pesos de cuota por 3 días, cuando el año pasado sólo pagó alrededor de 90 pesos. Para esta vendedora, el año estuvo “malísimo” y reportó que sólo vendió mil pesos.
Mayela Alejandra Alonso es otra comerciante afectada por las bajas. Mayela informa que el año pasado vendió más de 150 macetas de cempasúchil y rosales; este año apenas rondaba las 120 macetas vendidas.
Lo mismo le pasó al negocio familiar de coronas de José Luis Luvian, quien comentó que las ventas estuvieron mejor el año pasado. Este año sólo vendió 100 coronas. Tanto a Mayela como a José el derecho de piso les costó 150 pesos por los 3 días.
Las bajas no sólo se resintieron en la plaza principal, los comerciantes que se instalaron a las afueras del cementerio municipal también se dicen en las mismas condiciones.
A Dolores Durán le fue mal. Ella comercializa pan de muerto, y asegura que no vendió casi nada. Dolores recuerda que el año pasado le fue mejor, pues no le quedó nada. Aunque el derecho de piso le salió en diez pesos por día, Dolores Durán, vio las ventas “un poco apagadas”.
De acuerdo a cálculos de Miguel Ángel Camarena Sánchez, director de la unidad de Protección Civil y Bomberos del Municipio de Jocotepec, la afluencia de visitantes al cementerio estimada ronda los 2 mil 500 visitantes.
Foto: Miguel Cerna.
En entrevista los regidores de Movimiento Ciudadano Moisés Anaya y Paola Gómez
Escucha todos los miércoles Una Pura y Dos con Sal por Laguna Radio. De 9:30 a 10:30 de la noche. www.semanariolaguna.com. Escúchanos por Radionomy.
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Lago de Chapala.
Redacción .- El lago de Chapala en esta temporada de lluvias ha subido un metro con seis centímetros. Las lluvias, escurrimientos y el desfogue de presas han contribuido a que suba su nivel
La Comisión Nacional del Agua informa que el Lago se encuentra al 57 por ciento de su capacidad en la cota 94.76.
Las presas de Jalisco se ubican en promedio arriba del 90 por ciento.
Foto: cortesía.
Escucha Javier García Duarte y Antonio Flores todos los viernes a las 8:30 a 9:30 de la noche, en Miscelánea Política.
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De izq. a der. Bruno Mariscal, integrante de Versátil Ajijic y los locutores de los Hijos de la Noche El Pitufo y El Zuly.
El programa de los Hijos de la Noche, el Pitufo Salcedo y el “Zuly”, el Guardián de Ajijic, entrevistan a integrantes de Versátil Ajijic.
Además, como cada Jueves te contarán historias de terror. Escúchalos todos los Jueves de 8: 30 a 9:30 de la noche.
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Nextipac, delegación de Jocotepec. Foto: Cortesía de segundamano.com.mx
José Antonio Flores Plascencia (Jocotepec, Jalisco).- Empezamos a caminar por los diferentes barrios de Jocotepec llevando en las mochilas las vacunas para prevenir el Newcastle, que en 2009 esta enfermedad de aves de jaula había azotado el país.
Después de dos días de campaña, yo maestro y alumnos nos sentamos en el laboratorio de Física para intercambiar nuestras impresiones.
Sergio dijo que le llamó la atención como viven algunas perosonas; una de las casas tenía el marco de herrería pero todo estaba forrado de cartón, la puerta era de cartón, cuando pase a poner la vacuna a sus pollos, el lugar donde cocinaban no tenía estufa, era un fogón en el piso y cocinaban con leña, se podía oler el humo, su casa no estaba dividida, era un sólo cuarto, la paredes eran combinadas de bloque y ladrillo sin engarre y ahí vivían como ocho niños, los papás y la abuela. Soy de aquí de Joco y nunca había visto vivir a gente en esas condiciones.
Para Karla una joven que raya en los quince años ir a tocar las puertas fue enfrentarse con una realidad que a veces no volteas a ver, hay gente que sólo tiene para comer los huevos que ponen sus gallinas.
Rosario se quedó pensativa al escuchar los relatos y dijo que al lugar donde había ido la casa sus paredes eran sólo de carrizo.
Cecilia, Monserrat, Violeta y Jazmín quienes caminaron por uno de los barrios con mayor nivel de marginación, comentaron que desde la primera casa a la que llegaron, con lo primero que se toparon no fue con el recibidor sino con una habitación que del lado derecho de la puerta era adornada por una cama y ropero, salías y el comedor cumplía también las funciones de sala, no había piso.
Una casa era atendida por un señor en una silla de ruedas que al momento de decirle que íbamos a vacunar sus pollos, dijo que tenía dos, pero estaban en la azotea y él no podía subir, -no se preocupe nosotras nos subimos, al darse la vuelta los seguimos por un pequeño pasillo que estaba a desnivel por el mal estado del piso donde apenas cabía la silla de ruedas, se adelantó y nos mostró la escalera, con la mano derecha sujeto a su pitbull, al llegar allá arriba encontramos a una gallina y un gallo encerrados en jaulas independientes, les pusimos la vacuna y les dimos agua, que en cuento se las pusimos empezaron a beber como si se fuera acabar.
Al salir nos dimos cuenta que el señor andaba acomodando un pequeño, pero muy pequeño puesto unas bolsas de dulces y unos churritos, si de esos que venden con sal, limón y chile. Continuamos tocando puertas algunas las abrían y nos preguntaban que si también vacunábamos perros, no, contestábamos, sólo aves como gallinas, codornices, pichones, guajolotes.
Por supuesto que hubo gente que cuando llegamos nos bromearon diciendo que tenían cotorros o guajolotas, alusivo a los hermanos o hermanas que nunca han tenido pareja.
Apenas se veían los ojos de un niño como de ocho años que nos dijo que su mamá no estaba y al abrir más la ventana estaba su hermano como de unos catorce años, sólo su hermana, salió y nos dijo que si tenían aves, dos gallos de peleal; el niño más pequeño nos alertó que el gallo de la segunda jaula picaba, ahí junto a las jaulas tenían dos cuartos donde apenas alcanzaban las camas, pero las paredes eran de plástico de ese que quitan de la mora, el techo también era de plástico, una de las paredes era sostenida con el esqueleto de puros alambres que queda del colchón, nunca habíamos visto casas de plástico aquí en Joco.
La última casa a la que fuimos el primer día, también sus paredes eran de plástico y el techo de lámina, pero nos llamó la atención el gran amor que le tienen a sus aves, escuchamos con atención como la madre de todos ellos había rescatado un pata de las garras de un perro, la curó y ahí está conviviendo con las demás.
El maestro Antonio dijo que habíamos llegado a Zambezia la cuidad donde es el paraíso de las aves, la casa es de construcción humilde en el centro del patio está adornada por un granadillo, es un árbol de aquí de la zona que se caracteriza por tener follaje verde cuando casi todo el cerro está seco, el canto de las aves refleja el amor que recibe de los moradores.
Así es la gente de Jocotepec, sabe dar amor y tiene esperanza en que las cosas cambiarán. Una campaña de vacunación para aves nos abrió las puertas de la sensibilidad.
El comentario de una funcionaria pública después que terminamos dijo: “ son pobres porque quieren”. Sin embargo, lo mejor que pudiera pasar es que todos tuviéramos un trabajo digno, sólo con trabajo se cambia la realidad.
Interior de la casa de la cultura de Jocotepec, donde se realizará la exposición, éste próximo viernes.
Redacción (Jocotepec, Jal.).- Alrededor de 30 creadores locales participaran con sus creaciones en la exposición colectiva “Jocotepec en las Artes III” que se realiza en el marco de las fiestas del “Señor del Monte».
La exhibición que reúne cada año a creadores del municipio, se realizará el viernes 16 de enero a partir de las 19:00 horas en la casa de la cultura de Jocotepec. La música en la velada estará a cargo de Juan José Ramírez y Christian Cuevas.
Foto: cortesía.
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