Familia Medeles Romero durante la conmemoración de Anita, quien falleció el pasado 16 de julio. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.– Con una misa, “papaqui” y gran festejo, la familia Medeles Romero, junto a sus amigos, la familia Ibarra despidió y conmemoró a María Ana Romero Ibón “Anita”, por sus 100 años, cumpliendo sus deseos de festejar su centenario.
La celebración fue el sábado 30 de julio. El festejo inició con una misa a las 12 del mediodía en su honor, después de esto, al ritmo de la música, realizaron el papaqui, que consiste en lanzarse huevos con confeti, para después tomar los caballos y realizar una cabalgata hacia el panteón, donde le dedicaron unas piezas musicales. Tras estas actividades continuaron con una fiesta privada.
La matriarca de los Medeles falleció el pasado 16 de julio, semanas antes de cumplir el centenario de vida, fecha que esperaba celebrar junto a su familia; sin embargo, tras su ausencia, su parentela decidió seguir con los planes atendiendo a su voluntad.
José Antonio Gutiérrez Castañeda, ahora sacerdote en la parroquia de San Francisco de Asís, en Chapala. Foto: Jazmín Stengel.
Jazmín Stengel. -El sacerdote José Antonio Gutiérrez Castañeda, quien recientemente llegó a la parroquia de San Francisco de Asís, en Chapala, busca apoyar en la mediación de la situación migratoria que se vive en el municipio ribereño.
José Antonio, de 37 años de edad y originario de Milpillas de Allende, en el Estado de Zacatecas, entró a los 14 años al Seminario Menor, pero dos años más tarde, tuvo que emigrar a Estados Unidos para reunirse con su familia, pausando sus estudios clericales.
Sin embargo, en ese país fue donde su vida cambió, ya que en un Congreso en Los Ángeles decidió que dedicaría su existencia al Señor. Ese deseo se vio fortalecido tras un año de servicio en la Congregación de Misioneros de San Carlos Scalabrinianos, que se dedica a trabajar con los migrantes dentro de los Estados Unidos de América, entre otros países.
La irregularidad en sus papeles le impidió formarse como presbítero en ese país. Incluso el día que debía recoger su residencia para habitar de manera legal, en el año 2007, fue deportado.
A pesar de que Gutiérrez Castañeda calificó como una criminalización injusta la respuesta del gobierno estadounidense, tampoco hizo por dar pelea. Ya que, en sus opciones estaba regresar a la Ciudad de México, para entrar al Seminario Conciliar de México y comenzar de nuevo sus estudios sacerdotales, por lo que decidió quedarse en su país.
En el año 2010, José Antonio, aún como seminarista, fue enviado a Guatemala para servir en la Casa del Migrante en aquel país. Durante su servicio diaconal, fue enviado al estado de Sonora, donde tampoco olvidó su cercanía con el tema migrante.
Aun después de recibirse como sacerdote el 9 de junio del 2019, en el Santuario los Mártires de Cristo Rey, en Guadalajara, su atención a los migrantes continuó siendo una sombra en su vida pastoral. “Vinieron para quedarse… es una realidad que debemos trabajar”, expresó el padre Antonio.
Razón por la que durante su primera misión, en la colonia de Insurgentes de la misma ciudad, además de colaborar en el programa Jalisco sin Hambre, el padre Antonio también se involucró con las Casas de Migrantes, que el clero tiene en Guadalajara.
Para finalizar, el padre Antonio señaló que la migración es una situación que se debe atender desde el principio. “La gente migra por necesidad; es una válvula de escape para el país de donde salen y un beneficio en mano de obra para el país al que llegan”.
María Axenet Romero, representante del barrio de San Miguel. Foto: Fiestas Patrias Ajijic 2022.
Sofía Medeles.- María Axenet Romero, una de las cuatro participantes que compite por la corona del certamen Reina Fiestas Patrias Ajijic 2022, será quien represente el barrio de San Miguel.
La joven actualmente cursa la preparatoria en la cabecera municipal de Chapala. Tiene 16 años y compartió en entrevista que siempre ha vivido en el Pueblo Mágico de Ajijic, precisamente en el barrio de San Miguel.

Axenet tiene 16 años, actualmente estudia la preparatoria en Chapala y los certámenes le han llamado la atención desde pequeña. Foto: Axenet Romero.
Su deseo de estar en certámenes viene desde que ella era pequeña, y en esta ocasión, al estar dentro del rango de edad de la competencia, decidió animarse a participar.
“Fui nominada, pero me animé porque mi familia me apoya mucho; esto me motivó a estar en el certamen. Me da mucho gusto estar dentro, porque el comité no nos deja solas y nos pulen. Eduardo Mejía Blas es quien nos coordina y nos está enseñando cosas para hacer en pasarela, como postura, intermedios, y ese tipo de cosas”, dijo Axenet.
Su barrio asignado es el de San Miguel, el cual se ubica en la parte noroeste del poblado. Axenet se dijo orgullosa de representar el barrio donde siempre ha vivido y crecido, donde además ha creado recuerdos con sus vecinos y familiares.
“Pienso representar al barrio de San Miguel de una forma honesta y transparente, al involucrarme en este tipo de actividades. Es un orgullo para mí, ya que es mi barrio”.
Para que los eventos de las cuatro candidatas no se crucen, el Comité Organizador decidió darle una semana a cada joven para realizar sus actividades. Esta primera semana, desde el miércoles 27 de julio y hasta el miércoles 3 de agosto, es el turno de Axenet.
Para recaudar fondos, la concursante estará este domingo 31 de julio en la plaza principal vendiendo tacos de guisados. Por otro lado, se encuentra en planes de realizar un torneo de fútbol en las canchas de Ajijic; sin embargo, este aún no está confirmado. En caso de realizar la competencia, se anunciaría mediante la página de Facebook Fiestas Patrias Ajijic 2022.
La candidata del barrio de San Miguel finalizó la entrevista agradeciendo profundamente a su familia, ya que comentó que en el tiempo que lleva en la competencia, no la han dejado sola y siempre la apoyan.
Alejandro Rayo Chávez, mejor conocido como ‘El Mariles’ por los chapalenses. Foto: Cortesía.
Jazmín Stengel.- Además de ser conocido por su solidaridad hacia la gente, Alejandro Rayo Chávez, mejor conocido como “El Mariles” en su natal Chapala, también tuvo la fuerza de reconstruirse, dejar atrás el alcoholismo para recuperar a su familia y llenarlos de amor.
Mariles nació el 10 de julio de 1954, en una familia de ocho hermanos y falleció de un infarto, el 17 de julio del 2022, a la edad de 68 años, un día después del entierro de una de sus sobrinas; compartió su único hijo, Carlos Rayo, en una entrevista telefónica con Laguna.
A pesar de que Carlos conoce poco de la trayectoria deportiva de su padre, sabe que fue corredor de bicicletas en su juventud y se dedicó a la reparación de las mismas durante toda su vida, oficio que le fue heredado de su padre José Rayo “El Rey”, cabeza de la familia Rayo, conocida por dedicarse desde los años cuarenta a todo lo relacionado con el negocio de las bicicletas.
Alejandro Rayo conoció a Adriana Desales Salcedo a la edad de 20 años, cuando ella apenas tenía 15 y contrajeron nupcias cinco años después, en 1977. Tres primaveras después nació Carlos Rayo Desales, su único hijo varón. Tiempo después, la pareja también procreó una niña, la cual falleció a los pocos meses de nacida.
La bondadosa amistad que su padre compartía con la gente que lo rodeaba, le fue presentada a Carlos hasta después de su muerte. «Conocí amigos de antaño que él tenía», expresó, lo que le ayudó a comprender el movimiento de solidaridad que su padre generaba en el municipio.
«Teniendo poco, siempre daba mucho», afirmó el joven, quien estudió la Licenciatura en Artes Escénicas, en la Universidad de Guadalajara (UdeG).
A muchos chapalenses, Rayo los capacitó en el oficio de mesero, ya fuera cuando trabajó en el Restaurante de Don Juan, en la zona de Acapulquito, en la cabecera municipal; o años después, cuando creó su propio equipo de meseros para atender fiestas privadas en el municipio.
La parte más dura que Carlos recuerda de la vida de su padre fue el alcoholismo y los vicios que lo alejaron de su familia. Sin embargo, en un punto de quiebre, Alejandro Rayo optó por entrar a un centro de rehabilitación y enfocarse en recuperar a su esposa e hijo.
“Mi padre es el ejemplo vivo de que una persona se puede recuperar de los vicios cuando quiere hacerlo”, resaltó Carlos con orgullo durante la entrevista.
Mariles ya no volvió a las competencias, pero como buen hijo de ‘El Rey’, hizo uso de su bicicleta hasta los últimos días de vida. Su taller lo había cerrado durante la pandemia, pero se le veía ayudando en los otros talleres de la familia Rayo.
María Ana Romero Ibon y José de Jesús Medeles Flores, abuelos de Daniel, en su 55 aniversario de bodas. Foto: Cortesía de la familia Medeles.
Por: María del Refugio Reynozo Medina
A días de su ausencia, la casa de la abuela conserva su perfume.
En el patio central rodeada de plantas y ofrendas florales, está la fotografía de la señora Anita: vestida de rosa, con una flor prendida en el pelo. Su habitación, al igual que todas las de la casa, está resguardada por una sólida puerta de oscura madera, porque don Jesús, su esposo, además de músico, fue carpintero. La escena de ambos: ella en las labores de la casa y él tallando la madera, sigue viva en una de sus hijas, quien recuerda el canto de su padre, que era respondido por la voz de doña Anita.
María Ana Romero Ibon y José de Jesús Medeles Flores, fueron padres de 11 hijos: seis varones y cinco mujeres. La recia disciplina de la señora Anita acompañó sus infancias, así como el empeño en que ellos llegaran a ser algo en la vida y lo consiguió. En sus hijos vio florecer una diversidad de profesiones: ingeniería, arquitectura, cirujano dental, abogacía, veterinaria, educación, administración de empresas y trabajo social.
Además, todos los varones se convirtieron en músicos: surgieron Los Medeles, agrupación de música versátil que floreció en el Ajijic de los años sesenta y setenta.

Jesús Medeles Flores “Chuni”, padre de Daniel Medeles. Foto: María del Refugio Reynoso.
Luego, cada uno de ellos se destacó en distintos ámbitos: como el compositor Víctor Manuel Medeles Romero, quien se formó en la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara, así como en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), en donde llegó a ser coordinador y catedrático y de donde surgió el CREM (Centro Regional de Estudios Musicales), con sede en el Auditorio de la Ribera, del lago de Chapala.
De ese linaje proviene Arturo Daniel Medeles Córdova, hijo del músico Jesús Medeles Romero (Chuni) y Alicia Margarita Córdova López.
Dani es heredero de toda esa tradición musical. Sus primeros recuerdos de infancia están acompañados por las notas musicales de su padre y la voz de su madre y sus hermanos en coro. “La música llegó a mi vida sin que yo lo supiera”.
Tenía 8 años cuando su tío Víctor, formó un coro familiar. Dani no quería ir, pero al paso del tiempo, tomó el gusto por la música. Las normas de disciplina por parte de su tío eran rigurosas, con al menos dos horas de ensayo y la prohibición de tomar agua e ir al baño.
Además del coro, el entrenamiento del Fútbol lo mantenía feliz durante sus años de primaria: perteneció al equipo de Los Charales de Chapala.
Estudió casi toda la escuela secundaria en un seminario de los legionarios de Cristo en Guadalajara. Fue para él una oportunidad de formación y disciplina de la mano de la alegría y la paz. Fue también la oportunidad para seguir con la práctica de la música: tocaba la guitarra acústica y eléctrica. Sus estudios de bachillerato los realizó en la Escuela Preparatoria Regional de Jocotepec, casi al final y a la par, estudió la carrera de Técnico en música en la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara, y fue miembro del CREM (Centro Regional de Estudios Musicales).

El músico Daniel Arturo Medeles Córdova. Foto: Cortesía Daniel Medeles.
La viola, es el instrumento en el que más se ha especializado con la práctica y clases particulares. Aunque Daniel puede tocar violín, bajo, batería y guitarras eléctrica y acústica.
Tenía 15 años cuando junto con sus primos formó Utopía, un grupo de Rock. Con quienes tocó por dos años en un bar de Ajijic.
A sus 19 años creó la Orquesta Axixic. También fue fundador de la Orquesta Filarmónica Infantil de la Ribera de Chapala (OFIRC).
Dani es fundador, junto con Coco Wonche y Ángel Gustavo Medeles Córdova, de Música para crecer, una asociación con el objetivo de fortalecer el tejido social y los valores a través de la música. Ha estado en la Orquesta Sinfónica de Zapopan, y a través de ella ha tenido la oportunidad de acompañar musicalmente a mariachis como Los Camperos, Vargas y a la soprano Filippa Giordano.
También ganó una audición para estar con la Orquesta Filarmónica de Boca del Río, por un año. Ha sido ganador por tres ocasiones, de la competencia Viva la música de una fundación extranjera. En el 2020, la ONU (Organización de las Naciones Unidas), buscó 100 músicos para grabar el tema de su aniversario, uno de ellos fue Dani Medeles. Participó en la grabación del álbum Un azteca en el Azteca, de Vicente Fernández. Ha compartido escenario con Mariano Barba, Carin León y ha dirigido la Orquesta de los Freddy’s.
A través de la Fundación Música para crecer, hace un par de meses arrancó el proyecto: Escuela de mariachi Pedro Rey, en Ajijic, dirigida a niños y adultos; llamada así en honor al maestro Pedro Rey.
En la escuela, albergada en una casona de adobes, en la calle Constitución, los lunes y martes se escuchan las cuerdas y trompetas de los aprendices que serán algún día, los músicos que continúen con la tradición del mariachi.
En el 2016, Daniel Medeles fundó el Mariachi Real Ajijic. Fue en Perú que nació esa idea, en una gira en la que acompañó a un ballet y pudo presenciar el gran furor con que el mariachi de Jalisco era bien recibido.
Pensó al mariachi como una expresión de la cultura nacional, no solo como un espectáculo y decidió en ese instante que quería fundar un mariachi. Apenas había lanzado la idea en las redes y ya tenía fechas solicitadas. Así que, comenzó a reunir a los integrantes que ya estaban consolidados como músicos. Desde entonces, El Mariachi Real Ajijic ha realizado una selección rigurosa de sus integrantes, cuyas edades oscilan entre los 18 y los 34 años.
Uno de los proyectos en puerta es el Son de Ajijic, en el que Genaro Barraza está trabajando en colaboración con Daniel, para presentar un Son que represente al pintoresco pueblo de Ajijic.
También está por venir un Encuentro Internacional del Mariachi en Ajijic.
El joven artista, vive envuelto en la música, en una incansable labor por compartirla; dirige el mariachi, da lecciones a los niños, canta y toca llevando su instrumento y una maleta como equipaje. “Ha habido algunas ocasiones que me he tenido que cambiar de traje hasta cuatro veces en un día”, aclara el artista.
“Quiero demostrar que el mariachi, más que espectáculo, es expresión, cultura, tradición”. Afirma el joven músico descendiente de los Medeles, que entre sorbos de mate recorre los diversos escenarios para compartir la música que lleva en la sangre.
El colectivo Guerreras de Chapala durante una marcha para encontrar a los desaparecidos, acontecida en el 2020. Foto: Manuel Jacobo.
Jazmín Stengel.- A un mes de que el cabildo de Chapala aprobara la conformación del Grupo de Búsqueda de Personas en el Municipio, aún no hay civiles que sumen filas ni acciones de búsqueda activas.
El comité fue aprobado el 28 de junio, en la décima sesión de cabildo y hasta el momento solo ocho personas, todos funcionarios públicos, forman parte del mismo. El coordinador a cargo es el subcomisario de Chapala, Gabriel Serna Sánchez, y como primer vocal, el Jefe del Departamento de Gestión de la comisaría, Jaime Zúñiga.
Los otros seis integrantes, también vocales del comité por nombramiento, son elementos de Seguridad Pública, a cargo de las patrullas de Código Violeta. Dichas patrullas tienen la función de dar acompañamiento a los civiles que emprendan una búsqueda de manera independiente, como lo suele hacer el Colectivo Guerreras de Chapala, que tampoco se ha acercado al comité.
El hecho de que no se hayan acercado civiles al grupo de búsqueda, no ha mermado los ánimos de las autoridades, que ya comenzaron a identificar las zonas más vulnerables del municipio ribereño.
Se trata de los barrios del Tepehua, Plaza de Toros, Colinas de Chapala, Barrio Nuevo, Las Cascadas, La Loma, Puerta del Horno y Santa María, en la cabecera municipal de Chapala, donde se han registrado la mayoría de los casos de desaparecidos, dio a conocer una fuente oficial que pidió el anonimato.
La parte oriente de la delegación de Atotonilquillo, el Pueblo Mágico de Ajijic, Santa Cruz de la Soledad y San Nicolás de Ibarra, también han presentado diversas desapariciones, por lo que tampoco han quedado fuera del registro, de acuerdo a lo informado por la fuente.
Por su parte, el alcalde de Chapala, Alejandro de Jesús Aguirre Curiel, mencionó durante la instalación del comité de búsqueda, que el propósito es que dicho organismo esté integrado en su mayoría por civiles.
En caso de requerir apoyo para realizar una de estas búsquedas, el interesado deberá gestionar el servicio a Seguridad Pública Municipal, ya sea asistiendo a las instalaciones de la Comisaría, ubicadas en Isla del Presidio número 7, colonia Electricistas, en la cabecera municipal de Chapala o llamando al: (376)765-44-44.
La Fiscalía cuenta con 157 reportes de desapariciones en Chapala desde el 2016. Sin embargo, el colectivo Guerreras de Chapala tienen registrados 307 casos hasta octubre del 2021, declararon en una entrevista concedida a Laguna.
Anita en la foto de su altar. A un costado, una muñeca que es una réplica de ella. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.– María Ana Romero Ibon de Medeles fue una mujer prolífica. Engendró 11 hijos y conformó una familia de 109 descendientes directos, a quienes les inculcó la disciplina y la perseverancia, además de que los guió con perseverancia y firmeza.
María Ana conocida como “Anita”, es originaria de Ajijic y estaba por cumplir 100 años el 31 de julio, aunque su fecha de registro fue el día 5 de agosto de 1922. Sus hijos dijeron no conocer mucho de su infancia; comentaron que siempre tuvo una personalidad muy pulcra y ordenada.
Se casó con Jesús Medeles Flores a la edad de 17 años, a finales de los años 30. Durante su matrimonio, dio a luz a 11 hijos: Alicia, Manuel, Juan José, Felipe de Jesús, Josefina, Ángel Gustavo, Sergio Arturo, Marta Epigmenia, Ana Luz, J. Jesús y Celina del Carmen.

Una parte de la familia Medeles Romero cuando doña Anita vivía. Foto: Facebook.
Según la describieron sus hijos, ella siempre fue una mujer muy ordenada, y mientras vivieron en su hogar, fue muy firme con sus reglas. Por ejemplo, tenían vasos específicos para tomar agua, leche, así como para recibir a las visitas; usaban toallas específicas para secarse el cuerpo y otras para los pies, tenían horarios muy específicos tanto para deberes, como para salir a jugar a la plaza.
“Solíamos recibir los dulces de las posadas y fechas festivas, y mi mamá los ponía en un jarrón. Separaba los caramelos, las galletas y los cacahuates, y nos iba dando eso a lo largo del año. Era tan organizada, que todavía en noviembre, le quedaba para repartirnos después de la comida”, recordaron sus hijos Ángel y Felipe de Jesús.
También recordaron como hacía una “mancuerna perfecta” con su papá, Jesús, a quienes nunca presenciaron pelear, ni contradecirse. Además, recuerdan cómo mientras su mamá estaba en la cocina haciendo sus deberes, cantaba y su papá le respondía “haciéndole segunda”.
Una de sus hazañas, por la que se le considera una mujer adelantada a su época, fue su esfuerzo por darle una licenciatura a sus 11 hijos, y aunque su esposo quería que fueran músicos, Anita se empeñó en que estudiaran un grado universitario, pese a que en esas épocas era difícil y sumamente costoso, aunado a esto, la carencia de transporte de Ajijic a Guadalajara que había en aquellos tiempos. Su hijo, Víctor Manuel Medeles, cumplió el sueño de su papá, al convertirse en uno de los más célebres compositores del Estado de Jalisco. Sus piezas de música de cámara han sido interpretadas por orquestas nacionales e internacionales.
Al crecer Anita, incitó el apoyo entre hermanos, pidiendo aportación económica a todos los que ya trabajaban, para la formación de sus demás hermanos y, aunque ya habían iniciado su vida laboral, en su casa aún seguían sus normas. “Era tan estricta que a nuestros treinta años aún teníamos que pedirle permiso”.
Anita fue la matriarca de una gran familia: 11 hijos, 49 nietos, 48 bisnietos y una tataranieta. Según comentaron sus familiares, su forma de crianza no cambió con las nuevas generaciones, ya que siempre buscó que tuvieran la misma disciplina y hábitos que les inculcó a sus hijos.
María Ana falleció el pasado 16 de julio a sus 99 años. Su hija Marta Epigmenia comentó que le estaban preparando una fiesta, a gusto de ella, donde involucraban tradiciones de Ajijic, como el papaqui.
“Ella era muy partidaria de las tradiciones, amaba a Ajijic y siempre buscaba participar en las costumbres del pueblo”. Pese a su deceso, la fiesta sigue en pie pero ahora para conmemorarla y celebrar el que sería su cumpleaños número 100.
Orlando Solano es originario de Ajijic y actualmente tiene 27 años de edad. Foto: Facebook.
Alma Serrano.- El ajijiteco Orlando Solano Álvarez, de 27 años, quien lleva 13 de trayectoria en el mundo del arte, nos contó sobre su experiencia en el arte urbano desde sus inicios, cuando el graffiti era estigmatizado.
Desde la etapa de la secundaria, Orlando ya tenía algunos dibujos propios y mucho interés por el arte, y comenzó a dibujar «letras en cuadernos» como un hobby. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que quería dedicarse al dibujo.
Tras plasmar su arte en las calles de la localidad, se metió en problemas porque se consideraba al graffiti como una práctica ilegal o de vandalismo, además de que era mal visto principalmente por los extranjeros radicados en Ajijic, por lo que sus creaciones terminaban borradas. «Entonces pensé que quizá podría hacer algo que a la gente le gustara para que no lo borraran», comentó Orlando.

Una de las tantas creaciones de Orlando plasmada en las fachadas del Pueblo Mágico. Foto: Facebook.
Durante algún tiempo, Solano Álvarez cursó la carrera de Animación Digital y Artes Visuales, mientras trabajaba como mesero, pero aunque esa licenciatura lo acercaba a sus pasiones, terminó no siendo lo que esperaba, ya que su principal objetivo era formarse en el Diseño Gráfico, pero debido a motivos económicos no lo pudo lograr.
Al principio, Orlando Solano se desempeñó como rotulista de negocios, pero a pesar de que esto le aportaba una buena fuente de ingresos, no le representaba un reto, por lo que decidió dedicarse de lleno al graffiti, para abrirse camino hacia sus sueños. «Con lo que me dieron de finiquito en mi trabajo, me compré una caja de pinturas para meterme de lleno a lo que me gustaba», resaltó el joven artista.
Con el permiso de algunas personas de Ajijic, pintó a su estilo una Sayaca, personaje principal del Carnaval, en una fachada ubicada en el barrio de Las Seis Esquinas; esta pintura fue aceptada y apreciada por vecinos y turistas, haciéndose muy popular. A partir de ahí, muchas personas lo comenzaron a contactar para que pintara sus negocios, ya no como rotulista, sino como artista urbano.
Orlando tiene preferencia por pintar en grandes formatos, declarándose como un perfeccionista y detallista en sus creaciones, especialmente porque en el pintado de de paredes con spray se requiere de una técnica precisa para reducir el margen de error, que en formatos pequeños como el caballete, no se tiene.
Actualmente, Solano Álvarez es profesor de arte, realiza tatuajes, murales y diseños en las fachadas de los negocios. “No lo hago mucho por dinero, si no, por considerarlo un reto que va con la identidad de mi arte», concluyó.
Finalmente, Orlando mencionó que una de sus metas es asistir a un evento donde se reúnen varios artistas de arte urbano, para plasmar graffiti en una cuadra entera de Guadalajara, e invitó a los jóvenes a que sigan dibujando y pintando «no importa que pase».
En la Expo Cultural participaron artesanos de Tlajomulco.
Texto y fotos: María del Refugio Reynozo Medina.
Sandra López Bizarro y Alma Delia Camarena Flores, originarias del municipio de Jocotepec, pertenecen a la asociación civil “Mujeres Empoderadas de la Ribera». Son ellas quienes promovieron la generación de un espacio para la promoción del emprendimiento, principalmente entre las mujeres.

Los molcajetes de San Lucas Evangelista estuvieron presentes en la muestra.
Las fundadoras pensaron en generar una plataforma en donde coincidieran creadores y emprendedores para exhibir y comercializar sus productos; solicitaron apoyo al ayuntamiento y la respuesta fue la oferta de un espacio en las instalaciones de lo que fue la Escuela Primaria Paulino Navarro, en la calle Miguel Arana 112, de Jocotepec y en cuyas aulas remodeladas se encuentran algunas oficinas del Gobierno Municipal.
El ingreso de la antes escuela primaria, está revestido de un colorido marco de globos y el patio alberga unas dos decenas de puestos. Aquí se puede encontrar comida, bebidas, accesorios, ropa y hasta sesiones de masaje.
Sonia Moya, una de las expositoras es de origen colombiano; a lo largo de su vida ha convivido con personas de diversas culturas, como: Costa Rica, Ecuador, Perú, India y Tailandia, fruto de ello es lo que ofrece en su espacio: sombreros, joyas, calzado. Hace seis años que se estableció en la Ribera de Chapala, la magia de la montaña y el lago es lo que la mantiene conectada a este lugar.

El obrajero Pedro Mendoza también se sumó a la iniciativa.
Karolina Bizarro de Jocotepec es egresada de la primera generación del taller de telar que ofreció el obrajero del mismo municipio: Pedro Mendoza Navarro. En su espacio ofrece objetos tejidos de macramé y tapetes hechos en telar.
La señora Guillermina Campos de Jocotepec, está en el puesto de su hijo Josué que hace el pan de masa madre y pan dulce de mantequilla.
Yana Petrova es de la República Checa y prepara un pan sin harina blanca y sin azúcar, sus productos dice, eliminan los peores enemigos que son las harinas blancas y azúcares y que son adecuados para diabéticos; un pan con semillas y almendras cuesta 85 pesos.
Guillermina González de Jocotepec, elabora velas aromáticas con cera de soya, algunos aromas son sandía y chocolate, atrapados en un frasco transparente de tapa dorada. Una vela cuesta 190 pesos.
Amneri Ciro viene de San Antonio Tlayacapan, es de Colombia y en su puesto se encuentran jabones, crema, tinturas, gel. “Me criaron en Colombia pero amo a México”, dice. En otro de los espacios, Transito Mendoza Ramírez de Jocotepec, por medio de Miscelánea las ositas, ofrece un multicolor puesto conformado por piñatas, dulces, llaveros decorados con punto de cruz, tarjetas artesanales elaboradas de papel, gelatinas y hasta petates elaborados en Michoacán.
Alma Delia Camarena Flores es creadora junto con cinco socios más de una bebida gasificada llamada Musanita, que está elaborada con jugo de plátano cien por ciento orgánico, baja en sodio y rica en potasio.

El pan artesanal de San Juan Cosalá también se vendió en la Expo.
El proyecto nació en Colima con certificación en 2017 en alianza con la Universidad de Colima. También producen otra bebida de agua de coco con un toque de limón. Y Las tres lupitas que es una bebida de mezcal con piña, toronja y mango. El Volco es una bebida energética que contiene jengibre y cúrcuma.
Sergio Aguayo, de El Chante, ofrece miel de azahar proveniente de Zapopan. Anastasia Cuevas de Jocotepec, está en medio de coloridos huipiles y lienzos que enmarcan de vivos colores el espacio. En su puesto, conviven los rebozos de Puebla y Oaxaca, con blusas, vestidos y huipiles. Además de accesorios de barro y palma. El huipil más costoso llega a valer 2 mil 900 pesos y una blusa poco más de mil pesos.
Todos estos creadores y emprendedores que hoy se reúnen, están apoyados por la Red de Tiendas Artesanales de Jalisco.
Pedro Ramos Morales es de San Lucas Evangelista y en su puesto exhibe vasijas de barro de un negro profundo. El tono oscuro se lo da con una técnica especial por medio de humo y fuego. Pedro tiene 50 años trabajando la técnica que le transmitieron sus antepasados, y que combina con ideas propias como grabados con punta de metal. El precio de una vasija mediana es de 650 pesos. Vende a coleccionistas; uno de sus clientes le solicita piezas desde Nueva York.

Sandra Lopez Bizarro (a la derecha) y Alma Delia Camarena Flores de la asociación civil Mujeres empoderadas de la Ribera, son las promotoras del nuevo espacio cultural.
En los puestos establecidos también aparecen formadas en fila las muñecas lele, hechas de tela con trenzas y vestidos coloridos. Pedro Eleuterio González y su mamá las elaboran en Cuexcomatitlán. Desde hace más de cuarenta años, la mamá de Pedro se ha dedicado a confeccionar las muñecas; ahora no solo hay muñecas, también hay muñecos: “como venía muy sola, le empezamos a hacer a su panchito”.
Una muñeca grande de unos 40 centímetros vale 300 pesos.
Otro de los puestos ofrece molcajetes y figuras talladas en piedra volcánica perfectamente pulidas; es de Fernando Rosales Castro, de San Lucas Evangelista. “Ahí el que no es molcajetero es mariachero”, dice. El precio de un molcajete con tapa es de 700 pesos.
Luis Fernando Camarena originario de San Cristóbal Zapotitlán es el encargado de la jefatura de artesanías del municipio y para el evento de hoy se encargó de la logística y de invitar a algunos artesanos a participar.
En el patio donde alguna vez fue de recreo para los infantes, conviven hoy diversas culturas y manifestaciones creativas convocadas por la idea de dos mujeres: Sandra López Bizarro y Alma Delia Camarena Flores, quienes pensaron en hacer coincidir lo orgánico, lo artístico y lo artesanal.
Rogelio Robledo Valencia y Andrea Hernández Saucedo, alumnos de la Escuela Preparatoria Regional de Jocotepec, ganadores del premio mundial de divulgación científica Infomatrix.
Texto y fotos: María del Refugio Reynozo Medina.
Rogelio Robledo Valencia y Andrea Hernández Saucedo, son los dos estudiantes de la Escuela Preparatoria Regional de Jocotepec de la Universidad de Guadalajara, que ganaron la medalla de Oro en la categoría de divulgación científica, en el Infomatrix mundial 2022 de la Sociedad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (SOLACYT).
Rogelio tiene 18 años, es originario de San Pedro Tesistán y quiere ser maestro de primaria; le gusta transmitir sus saberes. Ama las tecnologías y la programación; entre sus lecturas favoritas están las de ciencia ficción. Viaje al centro de la tierra de Julio Verne es uno de sus títulos entrañables.
“Ante la grandeza del universo somos muy pequeños”.

Rogelio Robledo Valencia originario de San Pedro Tesistán, de 18 años de edad, ganador de medalla de oro en concurso mundial de divulgación de la ciencia Infomatrix.
Él al igual que su compañera Andrea, estudia y trabaja para contribuir en los gastos que implican sus estudios y necesidades personales. Los fines de semana disfruta visitando a sus abuelos.
Andrea tiene 17 años, originaria de Jocotepec. Su sueño es ser enfermera porque le gusta ayudar a las personas, y para ella, la enfermería es un camino extraordinario. Le apasiona conocer el funcionamiento del cuerpo humano, los temas de biología, antropología y desde luego, la ciencia.
“La ciencia siempre me ha llamado la atención. Es demasiado para la humanidad. En la vida cotidiana está envuelta la ciencia”, comentó.
De niña tenía un telescopio, recuerda los puntos brillantes y las constelaciones que aparecían a través del cristal, ¡eran maravillosas! Desde la secundaria pertenecía a un Club de Ciencias.
Con el proyecto Determinación de la zona habitable (estrellas, cometas y galaxias), los dos estudiantes representaron a la Preparatoria Jocotepec, y se trajeron, para orgullo de los jocotepequenses, un premio mundial. En el concurso enfrentaron a participantes de muchos países, como Bolivia, Ecuador, China, Rumania y Ucrania.
Esta es la primera vez que este evento se lleva a cabo en México, particularmente en la Universidad Autónoma de Guadalajara. Durante 19 años se había celebrado en Rumania. Al triunfo en este concurso mundial, le antecedieron dos años de preparación y al menos cinco intentos anteriores, así como su victoria en un concurso nacional de Expo Ciencia, en el que ganaron una medalla de plata, la cual les dio la entrada al concurso mundial.

Andrea Hernández Saucedo de 17 años es originaria de Jocotepec y representó a la preparatoria de su municipio. Ganadora de medalla de Oro en evento de divulgación de la ciencia Infomatrix.
Contaron con el apoyo de Paulino García Ramírez, docente de Física, quien los acompañó y orientó en esta aventura. Él les hacía planteamientos para que ellos investigaran y consultaran en libros de física y astrofísica.
Para presentar el proyecto, Rogelio y Andrea utilizaron una caja rectangular pintada de negro, con cinco focos de colores de un mismo voltaje: rojo, amarillo, blanco, verde y azul, para explicar cómo las estrellas tienen distinta temperatura, la cual se mide por el color. Por ejemplo, las estrellas azules tienen más alta temperatura que las rojas.
La hipótesis principal de su investigación es que, de acuerdo a la determinación de las diversas temperaturas, se puede determinar una zona específica cerca de las estrellas que podría ser habitable por los seres humanos. De ahí la importancia de conocer el universo que nos envuelve.
Para estos jóvenes el cielo ofrece un espacio de fascinación, pues desde tiempos remotos nuestras culturas ancestrales utilizaron sus conocimientos sobre los astros para determinar la vida cotidiana. Lo apasionante es también entender que por cada suceso cotidiano, como la marea que sube y baja, hay una explicación científica.
“La ciencia nos envuelve”, dicen.
Los chicos aún recuerdan aquellos días: fueron el dos, cuatro y cinco de junio de 2022 cuando estuvieron en la ciudad de Guadalajara para presentar su proyecto y presenciar la participación de los demás.

Medalla otorgada a Rogelio y Andrea por haber obtenido el primer lugar en el concurso.
El día de la premiación, el 7 de junio, en el auditorio de la Universidad Autónoma de Guadalajara, había una pantalla gigante sobre la que estaban depositadas todas las miradas. Las medallas iban desapareciendo al ser entregadas a los finalistas y Rogelio y Andrea observaban con tensión. Quedaban cuatro, tres, dos medallas y las posibilidades se reducían. No lo podían creer, cuando la última, la medalla de oro estaba siendo asignada a ellos: los estudiantes de la Preparatoria Regional de Jocotepec.
Sin alguna duda, pero al mismo tiempo con incredulidad, Rogelio y Andrea se pusieron de pie temblorosos, se colocaron un sombrero de Jalisco y abrazaron la bandera de México para subir al estrado a recibir el premio que colocó al municipio de Jocotepec en los reflectores.
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