El profesor Jesús Balmori Díaz cumplió más de 40 años de servicio a la educación. Foto: María Reynozo.
Por: María del Refugio Reynozo Medina.
Cuando llegó a Chancol por primera vez clareaba el día; habían sacado a las chivas que reposaban tranquilamente bajo el techo de la casa del maestro, ubicada dentro del mismo terreno de las aulas de clase. En pleno temporal de lluvias y a punto de terminar las vacaciones largas, los padres de familia de la escuela de la comunidad perteneciente al municipio de Cuautitlán de García Barragán, en la costa de Jalisco, se habían organizado para recibir al nuevo maestro de la primaria. Realizaron una limpieza a los incipientes espacios. En el cuarto destinado al dormitorio había un petate, un catre y una cama conformada por cuatro horquillas de árbol secas, clavadas en el piso. Sobre ellas un marco tubular circulado de mecate de yute, hacía las veces de colchón.

Medalla “Rafael Ramírez» otorgada por sus más de 29 años de servicio. Foto: María Reynozo.
El saloncito de clase no tenía escritorio para el maestro, ni pizarrón; en su lugar, estaba colocado un rectángulo de caucho clavado en la pared. Había solo unas tres sillas y mesas para los alumnos, algunos de ellos usaban su propia silla que llevaban y traían todos los días. Fue en el año de 1980 cuando el maestro Jesús Balmori Díaz, proveniente de San Cristóbal Zapotitlán, Jocotepec, recién egresado de la Escuela Normal de Jalisco, comenzaba su misión como docente. En la escuela, dice –nos prepararon para trabajar en zonas urbanas, no para el medio rural-. Ese día llevaba puestos zapatos de vestir y lustrosa camisa y pantalón dignos de un maestro; atuendo que hubo que guardar en aquellos despoblados suelos.
Armado con su “toma de posesión” que en ese entonces firmaba el delegado cuando había, o el presidente municipal y los padres de familia; el profe Chuy se encontró con una comunidad gustosa de recibir al nuevo maestro, en un medio rodeado por abundante vegetación que hizo de su llegada una recepción luminosa.
Por la tarde, comenzó a nublarse el cielo, los padres se habían ido y quedaba solo Chuy frente a un centro de trabajo oficialmente suyo. Los oscuros nubarrones apagaron el día y envolvieron la casa del maestro, con todo y el aula, el dormitorio y el pequeño patio. Desde su cuarto solitario, vio venir las gruesas gotas de lluvia, también le vinieron inexplicablemente unas ganas inmensas de llorar.
-¡Maestro!- lo sacudió de repente una voz que borró los oscuros nubarrones. Era una pareja de adultos mayores que estaba ahí para entregarle un aparato de petróleo y el mechero listo para iluminar su primera noche.

El profe Chuy Balmori recibió también la medalla “Ignacio Manuel Altamirano» por más de 40 años al servicio de la educación. Foto: María Reynozo.
Esa expresión lo sostuvo desde ese momento, era la primera vez que le llamaban maestro.
Como maestro, había soñado tener un robusto escritorio y un globo terráqueo. El mismo armó su propio escritorio con unas tablas, tan alto que pudiera utilizarse de pie por falta de una silla.
En los primeros días de su estancia realizó un censo, así comenzó su acercamiento con la comunidad y a las familias. Recuerda que en esos primeros días una tarde estaba sentado y llegó un niño que merodeaba por ahí, llevaba la camisa desabrochada, con los ojales libres por ausencia de botones y cruzaba los bracitos para cubrirse.
-Maestro, de donde usted viene, ¿también hay cielo?
-Es el mismo- le contestó el maestro.
En otra conversación con un niño mayor, este le contó que había entrado a un cine por primera vez en su vida. –vi unos “monotes” y que me salgo- le contó.
Así fue tejiendo la convivencia con esa aislada comunidad que lo entrenó para ir a cualquier parte.
En 1985 llegó a la comunidad de El Sauz, en el municipio de Jocotepec; desde entonces fue el responsable en una escuela bidocente con una matrícula que ha oscilado entre los 40 y 45 alumnos. La generación del 87 solo tuvo 3 alumnos que salieron de sexto.
Para el maestro Chuy nunca fue una necesidad tener un automóvil. Desde entonces y hasta hace unos meses que ocurrió su jubilación, ha recorrido un trayecto de una hora de ida más otra de regreso para ir y venir de San Cristóbal a la localidad de El Sauz caminando.
El maestro fue acreedor a la medalla al mérito “Rafael Ramírez” cuando cumplió sus 29 años de servicio; también recibió la medalla “Ignacio Manuel Altamirano” por sus más de 40 años, que representa el máximo galardón que otorga el Gobierno de México a los docentes en servicio.
Guarda entre sus recuerdos personales las fotografías de generaciones y eventos cívicos. También un álbum con una serie de todas las generaciones que ha visto pasar en la comunidad de El Sauz. Los nombres y rostros de sus alumnos que a veces encuentra convertidos en padres o abuelos y que amorosamente le vuelven a llamar ¡Maestro!
-No creo haberles dado tanto- y suspira.
Elena Oetling Ramírez portando la bandera de México durante la ceremonia de toma de protesta. Foto: Cortesía.
Jazmín Stengel.- Tras ganar medalla de plata en Chile, Elena Oetling Ramírez fue nombrada abanderada de la escolta de la Selección Mexicana, para los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
La velerista originaria de San Antonio Tlayacapan, ganó la medalla de plata en el Campeonato Panamericano de Vela, en Algarrobo, Chile, el primero de noviembre, después de competir tres días contra más de 100 atletas de nueve países. Oetling participó en la categoría ILCA6, la cual ganó Luciana Cardozo de Argentina, y en el tercer puesto quedó la peruana, Sophie Zimmerman.
Días después, el 15 de noviembre, Oetling Ramírez fue nombrada abanderada de la escolta de la Selección Mexicana para los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que se llevarán a cabo del 19 al 26 de noviembre en San Salvador, El Salvador.
“Lo tomo como un reconocimiento a mi trayectoria y carrera deportiva”, expresó después de rendir protesta en las instalaciones del Comité Olímpico Mexicano.
El Campeonato Panamericano de Vela fue una antesala para los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, que se planean realizar en el mismo sitio. También participó la velerista mexicana Mariana Aguilar, quien se llevó el oro de la categoría iQFoil, después de nueve regatas y seis puntos.
Niños de la primaria Marcos Castellanos, caracterizados como personajes de la revolución mexicana. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.- Pirámides humanas, canciones interpretadas en vivo, rutinas rítmicas, y muchos pequeños caracterizados de personajes alusivos a las festividades, fue lo que se pudo ver en el desfile de conmemoración de la Revolución Mexicana, en Ajijic.
Aun que no se tiene un dato de la gente que asistió al desfile, se tiene el conteo de las escuelas e instituciones que participaron, que fueron 8 escuelas en ambos de sus turnos, tres equipos de futbol, y la Asociación de Charros de Ajijic, brindando uno de los desfiles más largos que se han visto en los últimos 2 años.

Niños de la primaria Marcos Castellanos, caracterizados como personajes de la revolución mexicana.

La Reina Fiestas Patrias Ajijic Danna Rodríguez, y sus princesas Brianna Jiménez y Axenet Romero se sumaron al contingente. Foto: Sofía Medeles.

Pirámide humana grupal de uno de los grupos de la secundaria Santos Degollado. Foto: Sofía Medeles.

Pirámide humana grupal de uno de los grupos de la secundaria Santos Degollado. Foto: Sofía Medeles.

“Madrinas” del Patronato de Futbol Ajijic. Las madrinas, son las acompañantes de los jugadores u integrantes del equipo. Foto: Sofía Medeles.

Grupo del equipo Dynamo durante el desfile. Además de este, iban dos equipos más: Unión y Las Potras. Foto: Sofía Medeles.

La Asociación de Charros de Ajijic, también participó. Foto: Sofía Medeles.
Niños de preescolar vestidos de adelitas y revolucionarios. Foto: Armando Esquivel.
Armando Esquivel.- La mañana del viernes 18 de noviembre en Jocotepec se realizó el desfile para conmemorar la Revolución Mexicana, con la participación de estudiantes de preescolar, primaria secundaria y preparatoria que recorrieron la calles vestidos de adelitas y revolucionarios, así como carros alegóricos, tablas rítmicas y pirámides humanas.
Te compartimos la fotogalería del desfile:

Algunos estudiantes optaron por el uniforme deportivo de basquetbol. Foto: Armando Esquivel.

Alumnos del colegio Internacional durante el desfile. Foto: Armando Esquivel.

Las prácticas deportivas no pudieron faltar durante el desfile en Jocotepec. Foto: Armando Esquivel.

Alumnos de la primaria José Santana, antes del inicio del desfile. Foto: Armando Esquivel.

Estudiantes de la escuela Ricardo Flores Magón, Jocotepec, durante el recorrido revolucionario. Foto: Armando Esquivel.

Algunos participaron con mensajes alusivos a la revolución mexicana. Foto: Armando Esquivel.

Carro alegórico con niñas y niños caracterizados cómo habitantes de la primera década del siglo XX. Foto: Armando Esquivel.

Una banda de guerra encabezó el desfile revolucionario 2020 en Jocotepec. Foto: Armando Esquivel.
Arranque de la octava edición de la Carrera del Rosario, que logró recaudar más de 40 mil pesos para las obras de reparación de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.- El grupo Sumando Voluntades logró reunir poco más de 40 mil pesos con la octava edición de la Carrera del Rosario, además de la venta de comida que se realizó el domingo 6 de noviembre.
Con la carrera se reunieron 43 mil 900 pesos, de los cuales quedaron 34 mil 726 pesos, debido a los pagos de premiación e indumentaria necesaria para la realización de la competencia.

Ganadores de la categoría libre varonil de 10 kilómetros. Foto: Sofía Medeles.
Por otro lado, en la kermés se recaudaron 10 mil 668 pesos, dando una suma total de 45 mil 414 pesos, que se emplearán en su totalidad para la rehabilitación.
Según comentó la tesorera del grupo, Mónica Gutiérrez, antes de continuar con los trabajos de restauración de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, se pretende recaudar más, ya que esta última etapa es la más pesada y costosa. Cemento, cal, arena, grava y demás material, además de la mano de obra, es lo que se pagará próximamente.

Ganadoras de la categoría libre femenil 10 kilómetros. Foto: Sofía Medeles.
La carrera contó con una concurrencia de más de 100 participantes, que recorrieron las calles de Ajijic. Las dos distancias fueron 5 y 10 kilómetros (km), divididas en edades y la categoría libre.
Los ganadores de las categorías libres fueron Eduardo Enciso Jiménez, en primer lugar; Alejandro Romero, en segundo; y Fabián Valdivia en tercero, esto para la categoría varonil 5 km. Mientras que Adrián Rivera, Efraín Reynoso y Brandón González, ocuparon los tres primeros lugares en la distancia de 10 km en la categoría libre.
En la rama femenil de la categoría libre, en la distancia de 5 kilómetros, el primer lugar fue para Andrea Blas, seguida de Diana Vega y Sonia Mercado. Para los 10 kilómetros, las ganadoras de los primeros puestos fueron Bertha Alicia López, Epifanía Martínez López, y Nadia Vega Ramos.
Juan Carlos Castañón Perales a los 42 años en el restaurante Huerto Café, donde comparte su música desde hace 3 años. Foto: Cortesía.
Alma Serrano.- Juan Carlos Castañón Perales es un guitarrista de 42 años, con 18 años de experiencia en la música de Jazz, originario de Monterrey, Nuevo León, cuyo amor por la música y las circunstancias desfavorables, lo hicieron cambiar de opinión y de residencia.
Fue precisamente hace 11 años que el músico llegó a vivir a la Ribera de Chapala. Y aunque incursionó en diferentes actividades para mantenerse económicamente, la música lo seguía llamando. “Antes me iba bien económicamente pero me faltaba la música”, comentó en entrevista para Semanario Laguna.
A sus 13 años, cuando por haber sido un niño rebelde se quedó sin clases durante un año, aprovechó por recomendación de sus padres para estudiar el acordeón. Lo que inició como un pasatiempo, se convirtió en un talento y al regresar a la escuela ya no quiso dejarlo, se había convertido en una parte importante de él.
Más tarde, ante la llegada de la música de Rock and Roll, Juan Carlos Castañón se vio influenciado a aprender a tocar otro instrumento: la guitarra. “Todos mis amigos tocaban guitarra, menos yo, así que cambié de instrumento”, compartió.
En su adolescencia se interesó firmemente por la guitarra, específicamente el género de Jazz e incluso se unió con un maestro para aprender y tocar con él, lo que le dio más experiencia y motivación por el género musical/instrumental.
Estudió música en la escuela del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en Monterrey y en Roma, Italia, siendo uno de los músicos locales que aprendió y compartió varias estampas con pocos artistas, maestros y amigos del lugar de residencia, ya que no es un género demandado en cualquier población.
En su camino hacia la música y su desarrollo como artista, ha vivido en Italia, en Nueva York, Estados Unidos y en España; el músico contó que anduvo de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo buscando esa estabilidad en la música, hasta que la encontró en la Ribera de Chapala, a donde viajó en varias ocasiones hasta que concluyó que era el mejor lugar para vivir y para crecer haciendo música de Jazz.
La inseguridad en el estado de Nuevo León fue una de las grandes razones por las que decidió dejar Monterrey, ya que implicaba merma de trabajo y de clientes.
A pesar de su talento y la cantidad de fans que tiene actualmente Juan Carlos, dudó en muchas ocasiones de si dedicarse de lleno al Jazz, ya que el margen de fracaso era alto, al ser un género poco frecuente, dedicarse a otra cosa le daba tranquilidad y más dinero y estar en un país diferente hasta que decidió “tomar al toro por los cuernos” y centrarse de lleno en la música, por lo que la idea del fracaso se fue diluyendo al notar que era peor fracasar en algo que no amaba.
Actualmente Juan Carlos toca habitualmente en al menos cinco restaurantes de la Ribera, ha hecho colaboraciones con otros músicos, realiza videoclips de guitarra, se mantiene de la música y a pesar de tener aún un largo camino que recorrer en la música, él considera ir en la dirección correcta.
“En la búsqueda a veces se cierran las posibilidades pero vale la pena hacer otras cosas con las sientes que no vas por el lado contrario a ti”, concluyó.
Vianney Ornelas, siendo coronada como Miss Maniquí Jalisco 2022. Foto: Cortesía.
Alma Serrano.- Vianney Ornelas Enriquez es una chica transexual originaria de Jocotepec; a sus 26 años, ha ganado diversos certámenes de belleza, siendo actualmente la Miss Maniquí Jalisco 2022.
En entrevista para Laguna, la joven platicó sobre su trayectoria, logros y su larga batalla por su identidad de género: una historia marcada por la valentía y el coraje para alcanzar sus sueños.

Vianney Ornelas Enriquez de 26 años de edad.
Más allá de su orientación sexual, desde la infancia, Vianney manifestó su gusto por las muñecas, ya que ellas representaban cómo en verdad se sentía y cómo quería vivir su vida.
“Me daban carritos y trompos porque era normal (para los niños), pero yo quería princesas. Como no tengo hermanas, jugaba con mis vecinas a las Barbies, les hacía vestidos a mis monas con papel y servilletas, y yo creaba mis certámenes de belleza”.
La negación de sus padres hacia la forma en que quería vivir su vida, la fue inclinando a ser creativa para conseguir lo que quería. A los 17 años inició a experimentar con diferentes prendas de vestir y accesorios con la intención de ir conociendo lo que solo había estado en sus deseos.
“Mis papás se dieron cuenta, pero no me aceptaban todavía. Comencé a vestirme de mujer, ponerme peluca, me ponía colchas y esas cosas con mi hermano, el cual también era gay, y ahí comenzó el problema con mi familia. ‘Una cosa es que seas gay y otra muy distinta es vestirte de mujer’, me decía mi mamá”.
Fue en uno de esos arranques de libertad y valentía cuando se inscribió a su primer certamen de belleza: el Miss Gay Jocotepec, y al resultar ganadora, todo cambió en su vida y desde ahí, comenzó a abrir un camino que antes no había.
“Gané el certamen, llegue vestida, con flores; me sentí bien haciendo esto y dije ‘pues ni modo’, pero aunque me regañaron en casa, también había personas afuera que me apoyaron y me sentí realizada, me sentí yo”.
Pese a las circunstancias familiares, su vida dio un giro de 180 grados, comprando prendas femeninas, maquillaje, pelucas y por la discordia familiar, tuvo una segunda vida, en casa se vestía como “hombre” pero afuera se vestía para ser una “mujer”, lo que no duró mucho tiempo en llegar a oídos de sus padres.
“Mi mamá me dijo que si de todas formas me iba vestir, pues que saliera de casa vestida como yo quisiera. Todos cambiamos en ese proceso y fue duro para todos”, recordó Vianney.
El sueño de los certámenes era completamente inseparable de su orientación sexual y la vida que quería.
“Tiré mi ropa de niño, empecé casi diario a vestir de mujer, me dejé crecer el pelo, estudié maquillaje, me preparé para ser una mujer y también para las pasarelas”.
Sus experiencias en las competencias están nutridas de triunfos y fracasos, y la ha canalizado en trabajar desde hace algunos años, junto a otras personas, en la aceptación de la comunidad en el municipio de Jocotepec y la realización de sus propios certámenes, desde hace cinco ediciones.
“Empezamos certámenes de belleza abriendo puertas, cinco ediciones de certámenes en Jocotepec. Gané en talento y cabaret, y ahí empecé a dar show travesti y así nos fuimos colocando entre la gente heterosexual, fue siendo más normal”, compartió.
Vianney Ornelas ha participado y ganado en certámenes en Ajijic, Jocotepec, Señorita Jalisco suplente nacional, San Luis Soyatlán, Miss Teen Jalisco, Maniquí Jalisco y representará nuevamente a Jalisco en 2023.
Es también la segunda estudiante trans en la licenciatura de Derecho, es promotora de la aceptación de la comunidad en el municipio de Jocotepec y orientadora de identidad de género para grupos vulnerables.
“Mi vida ha cambiado mucho, me siento libre, mi familia me apoya y me aceptan como soy, espero poder abrir camino a otras personas para vivir su sueño y se sientan libres también”, concluyó.
José Valenzuela “Jou” durante la premiación de la carrera Puerto Vallarta By UTBM, donde fue invitado como embajador. Foto: Cortesía.
Sofía Medeles.- José “Jou” Valenzuela, también conocido en Ajijic como Chabelo, fue invitado a participar como embajador en la carrera Puerto Vallarta By UTBM, donde no sólo completó los 180 kilómetros de distancia, sino que se posicionó entre los primeros diez lugares.
En esta carrera se destacó su trayectoria al invitarlo como embajador, no obstante, con su participación, Jou, obtuvo sus propios logros, por ejemplo, situarse en el octavo lugar general, y cuarto lugar en su categoría, siendo el tercer mexicano con mejor tiempo, ya que participó con corredores de talla internacional, quienes ocuparon los primeros puestos.
El atleta compartió que de esta carrera se lleva el mejor de los aprendizajes, ya que fue la distancia más larga que ha corrido. La experiencia le deja una lección sobre lo que puede mejorar para tener un mejor rendimiento, así como aprender de los extranjeros que participaron, y adoptar sus técnicas para mejorar como corredor.
Finalmente, exhortó a la gente a apoyar a los atletas más allá del fútbol, especialmente a los corredores, ya que, en su camino, encuentran dificultades, al no tener la atención suficiente.
“Es un deporte demandante, y algunas veces es caro por lo que se necesita, como los viajes, el equipo, etc. Me fijé que los atletas de otros países sí reciben apoyo, y cuentan con un equipo de asistentes que los ayudaron en los puntos de abastecimiento. Es algo que se necesita aquí, para que los atletas de Ajijic, puedan destacar en competencias nacionales e incluso internacionales”, concluyó.
Sara Ulloa Antolín es la creadora de muchos de los adornos de papel picado, que pintan las festividades tradicionales de Ajijic. Foto: María Reynozo.
Por María del Refugio Reynozo Medina.
Sara Ulloa Antolín es la creadora de muchos de los manteles de papel picado que pintan las calles de Ajijic. Los oquedades del papel, dibujan rostros de calaveras, flores, líneas y palabras. Como el mantel dorado que le hizo a su pueblo: “Ajijic, Pueblo Mágico”, dice.

Los diseños que Sara puede crear son incontables, a fuerza del golpeteo del martillo y el cincel. Foto: María Reynozo.
Desde pequeña, encontró fascinación por crear con las manos diseños de papel; antes lo hacía únicamente con las tijeras y atando cuerdas. Desde hace al menos cinco años, Sara reemplazó las tijeras por los filosos cinceles. Hubo unas personas que vinieron a Ajijic a dar un taller en la casa de la Cultura y ahí aprendió de ellos. De un solo golpe, Sara perfora unos cien manteles, con los que forma los tendederos, que pega con una mezcla que ella misma prepara con sellador y otros ingredientes.
El papel de china se vuelve el elemento esencial de la pintoresca composición, sin embargo también trabaja con papel metálico y plástico. Incluso telas plastificadas. Sara, no solamente crea los manteles para las festividades del día de los muertos, también en las fiestas patrias y fiestas particulares. Sus diseños son personalizados; incluso con nombres de parejas que celebran un matrimonio o en bautizos, el nombre del bautizado. En las pasadas fiestas patrias de Ajijic, a Sara le tocó adornar la plaza. Cada año, la gente de “La Villa” le encarga los adornos para la Virgen de Guadalupe. También se prepara cada año con los manteles azules para la Virgen del Rosario, a quien todo el mes de octubre le reza su rosario, con sus vecinas, en un altar que instalaron en la calle afuera de su vivienda.
En la cocina de su casa; cerca de la estufa, está la mesa de trabajo. Sobre ella reposa una tabla de acrílico y más de una decena de cinceles de diversas formas y tamaños. Ahí perfora las torres de papel, mientras vigila la comida y los quehaceres de la casa. El cotidiano golpeteo del martillo es una escena cotidiana, al igual que los diminutos recortes de papel que salen volando y salpican de colores el piso y las ropas de Sara.

Sara, elaborando el papel picado. Foto: María Reynozo.
Además del papel picado, hace flores del tamaño de un clavel, que vende en 8 pesos. Cada uno de los manteles los vende en 2 pesos. Diez tiras de cinco metros cuestan 350 pesos. Un mantel frontal de metro y medio cuesta 30 pesos. Una tira de mantel de cinco metros vale 100 pesos.
La especie de “magia” sucede cuando se pega el papel, como los “gusanitos” que es una secuencia de trozos de distintos colores combinados, que al desplegarlos, forman una extensión multicolor que se expande hasta por más de dos metros.
En un solo día, esta mujer puede llegar a diseñar 400 manteles. “Yo soy artesana; no soy diseñadora”. Dice. Y sus diseños son infinitos.
En su tarea, en la cual a veces es apoyada por su hijo o su esposo, la alegría radica en apreciar todas las interminables composiciones que puede lograr.
Dependiendo de la temporada, en ocasiones procesa un millar de papel cada tercer día.
-Me siento y admiro el resultado. Qué bonito se ve pegado; les va a gustar.- piensa.

Detalles de uno de los diseños de papel picado de Sara. Foto: María Reynozo.
En la sala de su casa, tiene instalado un altar aún sin fotografías, que exhibe una pequeña muestra de sus creaciones. Al frente, unos manteles frontales con una catrina y un catrín dan la bienvenida. La escena es un golpe de color que invade la mirada. Unos ramilletes de flores naranjas, rosas y moradas aparecen en jarros de barro.
Los manteles circulares sobre la mesa, acompañan a la serie de catrinas de papel de distintos tamaños, que se colocan en el altar.
“Yo quiero que la gente valore el trabajo artesanal”.
A fuerza de golpes de martillo; Sara Ulloa convierte los mazos de papel de china, en manteles bordados de vacío, destinados muchas veces a flotar por los aires y teñir de colores el cielo azul.
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De izq. a Der. Mariana Chávez, Alejandra Verar, Sagrario Vargas, Karina Reyes y Brenda Rameño. Foto: Josué Mondragón.
Alma Serrano.- La noche del sábado 22 de octubre se realizó la sexta edición del certamen Señorita Cosalá Top Model 2022, en la plaza de San Juan Cosalá, con la participación de cinco aspirantes al título.

Presentación de las cinco jóvenes participantes del certamen en la primera etapa. Foto: Josué Mondragón.
Las candidatas de este año son Sagrario Vargas Gutiérrez, Alejandra Verar, Karina Reyes, Brenda Rameño García y Mariana Chávez Zamora; el concurso de belleza es organizado y dirigido por la familia Reyes Ríos.
En la primera presentación, el certamen tuvo tres etapas: opening, autopresentación y pasarela en vestido de cóctel. Se contó con la presencia de cinco miembros del jurado: la Reina del Carnaval Chapala, María Alcalá Ortiz; la Señorita Jalisco, Ximena de Sales; La Embajadora de Jocotepec, Cynthia Jaqueline Medina Torres; la artista plástica, Kany García; y Santiago Houle.
Por cuestiones de clima lluvioso, el evento se retrasó más de una hora y algunas pautas del evento sufrieron ligeras modificaciones. El certamen consta de tres presentaciones, las dos próximas serán los días 5 y 19 de noviembre.
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