Para Guadalupe Palacios Rojas
Hace tantos años, que ya ni me acuerdo cómo son las serenatas. Me animo a salir del jacal para oír la música en el kiosco. Como es la fiesta de la patroncita del pueblo, la gente anda retecontenta. Ni siquiera se han fijado en mi vestido de manta ni en el rebozo blanco que tanto me gusta. La mera verdad, siento que me quité un peso de encima, porque desde que se difuntió la tía Chole, tuve que andar con mis enaguas negras y la sevillana en la cabeza, así, para que la gente no hablara. Ya me parecía con las mismas garras, sería por eso que los escuincles malvados siempre me gritaban “¡Zopilote! ¡Zopilote!”, y echaban carrera. Al principio, se me retorcían las tripas, ya después me hice el ánimo.
Hoy la plaza está llena de colores rebonitos, y mientras la banda toca la serenata, busco una banca cerca del kiosco. De aquí, veo muy bien a las muchachas que traen sus enaguas rechulas y sus trenzas con listones de colores, además, traen “su peor es nada” a un ladito, y para que no haga mosca, y el chaperón detrás de ellos comiéndose una nieve. Los muchachos caminan alrededor de la plaza, dando vueltas, pero siempre al contrario de las muchachas, aventándoles confeti o quebrándoles cascarones rellenos de colorido. Los chiquillos juegan y corren alrededor del cuadro con sus risitas alegres.
De repente, la banda toca una pieza que hace que los recuerdos pasen por mi cabeza como el aire fresco.
¡Ay! ¡Qué tarde aquélla! Los cerros empezaban a comerse el sol. Acababa de lavar, y con la tina llena de garras en la cabeza, me jui por un atajo. Cuando iba a mitá del camino, oí cantar a un hombre. Con mucho cuidado dejé la tina en el suelo y seguí la voz. No podía creer lo que mis ojos veían: ¡Sí, era el mismito Juan! Escondida entre las yerbas, vide cómo se quitaba la camisa, los huaraches, el pantalón. Y por último, ¡Ave María Purísima! ¡Pude verlo en puros cueros! El corazón parecía que se me iba a salir, igualito que los ojos. Me mordía el rebozo para no hacer ruido y empecé a sudar remucho entre las piernas, así, igualito que las noches cuando lo sueño.
Tenía sus ojotes rechulos y una sonrisa que dejaba ver sus dientes, tan blancos como su piel, y no como la mía: toda prieta y quemada. Además, sus brazos se veían tan fuertes… Nadie taba ahí, ganas no me faltaron para meterme al agua y quitarme esa maldita calor. Sí, yo quería tocarlo, estar juntito a él. Pero no me animé, pos me entró remucho miedo. En cuanto acabó de bañarse, esperé un ratito para irme yo también. Agarré la tina y me fui a toda prisa reasustada. Llegué a la casa y la tía me preguntó:
—¿Pos qué traes, muchacha? Parece que viste al demonio.
—Nada, tía. Es que me asustó un chucho —le contesté.
Callada, fui a tender la ropa en le cerco. Me puse ropa seca y le di de cenar a la tía. Después recé tres rosarios para que Diosito me perdonara lo que había hecho; porque nomás él va saber lo que vide, ni al señor cura le contaré nada, capaz que me jala las greñas.
Después que se durmió la tía, saqué la libretita que tenía dentro del canasto y me puse a escribir. Y aunque arranqué remuchas hojas, pude escribir poquito.
Al otro día en la tardecita, fui a escondidas de la tía a casa de la Lupe, quera tan buena gente conmigo. La Lupe fue la que me enseñó a leer y escribir. Como doña Chole es reterca, nunca me mandó a la escuela; decía que pa’qué estudiaba si al rato m’iba a casar. Y me quedé como el perro de las dos gordas.
La Lupe leyó quedito la carta que le hice con muchos trabajos al muchacho que todavía quiero. “Juan, quisiera ir dentro del río, juntito a ti, ancina, pa ver de cerquita tus ojotes, tocarte la cara, tu espalda y esos brazotes tan juertes que tienes. Morderte la voca como si juera una mansana, también quisiera meterme entre tu sombra, pa seguirte día y noche; meterme en tu corason, aunque ai esté apretada. Y si no quieres nada de lo que te doi, déjame ser aunque sea tu sudor, pa estar contigo un ratito».
La Lupe, se asustó de mi carta y me preguntó:
—¿A poco tú la hiciste? ¿A poco es del mismo Juan del que me hablas siempre y que te gusta tanto?
Yo le dije, como miedosa:
—Sí…
—Pero, ¿es que lo vites en el río? —volvió a preguntarme.
—¡Cómo crees! —le contesté, persignándome—. Ni Dios lo quera.
Como que se enojó y me preguntó:
—¿No me digas que se la vas a dar?
—¡N’hombres! ¿Cómo crees?
Entonces, la cara de mi mejor amiga y a la que quería como mi hermana mayor volvió a ser la misma, alegre y buena que antes.
Nos agarramos plática y plática que no nos habíamos dado cuenta de la hora que’ra. Ya estaba pardeando cuando agarré mi libretita y me fui corriendo. En cuanto llegué, la tía me puso una regañadota y me dijo:
—Tu castigo va ser no salir para nada.
Enojada, me salí para fuerita del jacal a ver la luna que estaba rechula. Apenas tenía un rato, cuando el tejón ladró refeo, como si oliera la muerte. Me metí pa’ dentro y me encerré.
Al poco rato, calientita en el petate, caí como piedra. No mi acuerdo a qué hora empecé a flotar entre nubes. Después sentí un vientecito frío que levantaba las cobijas, luego mis enaguas… Quise despertar, gritar, pero no pude… Sentí unos dedos fuertes, que me estrujaban con mucho cariño. Las pestañas pesaban remucho y mi cuerpo tendido en el piso no tenía voluntad… De pronto, sentí como un cuchillo que apuntaba hacia la parte de mi cuerpo que nadie vía tocado antes. Entró… como el pico del pajarillo a robar la miel de las flores.
Siento de pronto dos gruesas gotas por mis cachetes. En eso oigo un golpe hueco. Me seco los ojos para ver al niño que está tirado a la orilla del kiosco. Ya casi no había gente. Me acerco y cargo al chiquillo preguntándole:
—¿On tán tus apás?
Al voltear, veo a alguien conocido. Quedo como piedra al mirar al apá del escuincle: ¡Es el Juan que viene con su mujer! Ella me arrebata al chiquillo y se va a toda carrera. El hombre me dice:
—Gracias, señora, por traerlo.
Mis pasos se alejan lentos y cansados, mientras mis ojos parecen ríos de sal. Porque aunque Lupe no me dio las gracias. Para mí, seguirá siendo, mi hermana mayor.
Una historia de Fernando Davalos
A manera de introducción preparatoria y basada en el conocimiento que tanto Paloma como yo habíamos adquirido gracias a trabajos anteriores en la Laguna Sagrada, decidí iniciar una charla informal durante nuestra segunda reunión de grupo para poner en contexto a nuestros nuevos compañeros de las condiciones etnográficas, históricas y espirituales imperantes en la zona elegida.
– La Iglesia de Chapala – empecé diciendo – fue erigida en el entonces señorío del Jefe Chapalac en Chapallan (Chapala), cuyo nombre proveniente del náhuatl significa “chapulines sobre el agua” fundado hacia el siglo XII de nuestra era según la reseña histórica de Fray Antonio Tello, fraile y cronista franciscano, por tribus de origen Náhuatl provenientes del noroeste del país y cuya ribera norte encontraron densamente poblada. Una vez subyugado por la presencia de los colonizadores españoles, el Jefe Chapalac fue bautizado y recibió el nombre de Martín de Chapala –
Después de esta breve introducción, y al notar que todos escuchaban con gran atención, me anime a continuar hasta el final de mi exposición, la cual tomaría al menos unos treinta minutos.
– El franciscano Fray Miguel Bolonia – continué – fundo hacia 1538 la versión española de la localidad de Chapala y construyo una ermita que asentó en el cerro más alto de la localidad, el Cerro de San Miguel, donde vivió hasta su muerte. Fray Miguel fundo también otra ermita en la isla de Mezcala donde los niños náhuatl recibieron instrucción religiosa. La iglesia de Chapala fue construida en sus inicios con adobe y pasto en 1548 y recibió el nombre de San Francisco. Actualmente Chapala cuenta con 40,000 habitantes aproximadamente –
– También visitaremos la iglesia de Tlayacapan (San Antonio), cuyo nombre que proviene del náhuatl significa “lugar de las ofrendas a los hombres” y que fue asiento de la primera iglesia católica fundada en la ribera norte de la laguna sagrada por los franciscanos hacia 1539 después de la pacifica rendición de tribus Cocas y Cazcanes que le habitaban cazando y sembrando mucho antes de la llegada de los españoles. Tan solo la torre de esta iglesia se conserva en el patio de una escuela primaria de la localidad que cuenta con aproximadamente 4,000 habitantes y en donde otra iglesia aun en uso fue erigida tiempo después –
– Nuestra siguiente visita será a la iglesia de la localidad de Axixic (Ajijic), o Axixique, del vocablo náhuatl que significa “lugar donde el agua nace”. Sus primeros colonizadores de origen Nahua arribaron hacia 1300 desde San Juan Cosala, encontrando Tarascos procedentes de Michoacán viviendo en sus orillas y a los que desplazaron, pero se cree que Axixique fue poblada originalmente por la última de las siete tribus procedentes de una de las siete cuevas del Aztlán que significa “blancura” en lengua náhuatl. Esta migración de muy al norte desde la tierra de la blancura tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XII y primera mitad del siglo XIII y fue liderada por Meci. Después de la llegada de los españoles a la región, su primera iglesia fue construida en 1535 por los franciscanos y re-construida hacia 1550 después de que un huracán la derribo. Actualmente, Ajijic cuenta con aproximadamente 15,000 habitantes
– A continuación, visitaremos la iglesia de Cutzalan (San Juan Cosala) nombre de origen Náhuatl que significa “el de muchas primaveras calidas” gobernada por el jefe Xitomatl de origen Nahua y quien controlaba una amplia zona de la ribera. Xitomatl se rindió pacíficamente a los conquistadores españoles y al ser bautizado recibió el nombre de Juan Bautista de Cosala. La población de San Juan Cosala cuenta con una localización estratégica debido a encontrarse casi a la mitad entre Chapala y Jocotepec y es bien conocida por su balneario que alberga un géiser natural de agua termal y varios veneros subterráneos de aguas termales, lo que hace pensar en la presencia de una intensa actividad de energía telúrica en su subsuelo. Su población es de aproximadamente 3,000 habitantes los cuales poseen una admirable religiosidad y apego a las costumbres tradicionales. Durante el día 12 de diciembre en que se celebra a la Virgen de Guadalupe, el pueblo entero da fe de su fervor erigiendo en sus casas bellos altares dedicados a la patrona de América –
– Nuestra última visita será a la iglesia de Xuxutepeque (Jocotepec) cuyo nombre proviene del náhuatl y significa “colina de frutas acidas” asentamiento poblado por tribus náhuatl desde 1361 y cuyos habitantes construyeron una pirámide dedicada a su dios Iztlacateotl y convirtieron esta localidad en un importante centro ceremonial y de intercambio comercial para el área montañosa circundante. También fundaron Chantepec, hoy convertido en un suburbio de Jocotepec. Hacia 1529, y una vez Xitomatl que controlaba la región se hubo rendido pacíficamente a la corona española, frailes franciscanos iniciaron el proceso de evangelización de sus pobladores construyendo los cimientos de la iglesia católica sobre las ruinas de los templos Nahuas, los cuales destruyeron. Por esos tiempos se agregaron dos nuevos protectores a la localidad: Nuestro Señor del Monte y Nuestro Señor del Guaje –
Consciente de que contaba aun con la total atención de mis compañeros y un poco nervioso al ver que nuestro aventajado estudiante Andrés, tomaba incluso algunas notas, decidí alargar un poco más mi exposición:
– A pesar de albergar un número reducido de habitantes extranjeros – afirme con convicción – la población de Jocotepec estimada en unos 18,000 habitantes aun preserva las tradiciones pertenecientes a la auténtica cultura Mexicana con sus paseos dominicales en la plaza mayor o quiosco, restaurantes de birria y antojitos y un buen número de curanderos expertos en la utilización de hierbas medicinales que atraen numerosos visitantes de la región –
– Se estima que los primeros pobladores del lago de Chapala fueron tribus nómadas que le habitaron desde 1,000 años antes de Cristo. Posteriormente, se asentaron pobladores Nahuas creando las diferentes comunidades ribereñas y hablando lenguajes diferentes debido a la falta de intercomunicación entre sus asentamientos. Muchos de ellos adoraban al dios Iztlacateotl –
– Contrario a lo que pudiera pensarse y a pesar de contar con un número creciente de extranjeros residiendo en su ribera norte – insistí – las cinco localidades mencionadas conservan intactas sus creencias y antiguas tradiciones religiosas como sus fiestas patronales en honor de Nuestro Señor del Monte y Nuestro Señor del Guaje en Xuxutepeque, de San Juan Bautista en Cutzalan, de San Andrés en Axixique, de San Antonio en Tlayacapan y de San Francisco de Asís en Chapallan – continué en mi ya larga exposición.
Además, agregue – en todas las localidades mencionadas se realizan variadas celebraciones anuales en honor de la Virgen de Guadalupe, la Crucifixión de Jesús en Semana santa, procesiones con motivo de las posadas navideñas, cantos navideños, el día de los muertos, celebraciones por la independencia de México, el Carnaval de Chapala con la coronación de su reina y de su “rey feo”, el carnaval de San Antonio, el día de la Santa Cruz y el día del santo Rosario, siendo todo lo anterior acompañado por una enorme cantidad de manifestaciones de la alegría y creatividad populares, como castillos, bailes folklóricos, tianguis artesanales, piñatas, desfiles, charreadas, carros alegóricos, mariachis, juegos pirotécnicos, música, exquisitos antojitos mexicanos, eventos religiosos, celebración de misas, juegos populares, ferias, altares de muertos, serenatas, toque de campanas y un enorme e impresionante colorido con el que se engalana cada pueblo durante las celebraciones – ¡ Qué bárbaro, nunca había sido así de consciente de la riqueza y enorme manifestación de vida y vigor de nuestro pueblo ¡ – comento impresionado Arturo, aquel miércoles por la tarde en el que Paloma y yo habíamos iniciado con una explicación completa de lugar, tiempo y estrategia a seguir.
– Y eso que solo están hablando de cinco pueblitos de la Laguna de Chapala – agrego Mariana también impresionada.
– Ello es debido al sincretismo – intervino con cierta timidez nuestro callado compañero Andrés.
– ¿ Al sincre-que ? – pregunto Adriana entre curiosa e intrigada
– Al sincretismo – afirmo con convicción Andrés – se trata de la fusión creativa y vigorosa que se ha venido dando durante los últimos 485 años entre dos culturas, la náhuatl y la española, las cuales nos dieron el ser como raza mestiza y que dio comienzo exactamente el 12 de Diciembre de 1531 cuando la primera y celestial mestiza, nuestra Virgen Morena nos trajo la buena nueva de la elevación del espíritu, de la nueva era, de la fusión amorosa, creativa y conciliadora de dos visiones de lo sagrado que debe crecer y vivir en todos y cada uno de nosotros, precisamente en nuestros corazones. Es una tarea que todos debemos intentar en lo individual y en lo grupal trabajando con nuestro pueblo para que el sincretismo, que inexorablemente evoluciona, continúe fusionando los aspectos positivos de ambas culturas, depurando lo viejo, lo que ya no sirve lo que decae y desaparece –
Después de un largo silencio motivado por las sabias palabras de Andrés, Paloma comento:
– Que razón tienes Andrés, cuando mencionas a nuestra Madre celestial como autentica iniciadora de nuestra Mexicanidad y a las creencias de nuestras culturas madres como verdades universales que han trascendido el tiempo y están presentes y actuantes en muchas de nuestras actuales convicciones –
– Hoy día – agrego – nuestro México es casi en su totalidad Católico, sin embargo, nuestro catolicismo ha mostrado, como en anteriores etapas de la historia, que posee una extraordinaria capacidad de adaptar y absorber con creatividad elementos propios de las creencias tradicionales, dondequiera que se ha extendido, y en México, nuestro Día de los Muertos es tan solo un bello ejemplo de la apropiación de elementos de origen pre-colombino por nuestra religión la cual se complementa con el Día de todos los Santos.
Los símbolos sagrados
– Aunque estas reflexiones, así como la interesante exposición de Agustín nos son a todos bastante reveladoras – continuo Paloma – no pasan de ser meras racionalizaciones superficiales y limitadas que difícilmente nos ayudan a entender un poco más acerca de nosotros mismos y del espíritu de nuestra nación a un nivel más profundo y renovador. Sin embargo, Agustín y yo estamos seguros de que existe un caudal de conocimientos profundos y trascendentales que se transmiten como energía y no precisamente al entendimiento, en los espacios sagrados que son producto de nuestro sincretismo como en este caso las iglesias mencionadas, las cuales fueron asentadas evidentemente en zonas donde predominaba la cultura náhuatl y cuyos recintos, a pesar de haber sido diseñados por los conquistadores y frailes españoles, no fueron necesariamente construidos en su totalidad por ellos –
– ¿ Entonces por quienes ? – pregunto Adriana con gran curiosidad
– Pues por los mismos pobladores de origen Nahua que fueron conquistados y convertidos al catolicismo ¿ Verdad ? – intervino Andrés
– Exactamente – conteste – Recuerden que los españoles sabían perfectamente de la maestría y destreza que como constructores poseían los pueblos Nahuas cuyos artesanos eran constructores de pirámides y para evitar el pago de su propia mano de obra, simplemente los pusieron a erigir sus recintos religiosos llevando en ese pecado su penitencia –
– ¿ A qué te refieres Agustín ? – pregunto bastante intrigado Arturo como buen estudiante de Arquitectura
– Bueno, pues al hecho de que aunque los artesanos Nahuas siguieron al pie de la letra los planos de construcción que recibieron, tuvieron al mismo tiempo completa libertad en la expresión artística, hecho que aprovecharon para plasmar en algunos lugares especiales muchos de sus conocimientos y creencias religiosas, las cuales dieron sentido a su existencia complementando su propia cosmovisión, disfrazándolas con maestría para protegerlas, dentro de la iconografía religiosa – afirme
– ¿ Te refieres Agustín a ciertos elementos arquitectónicos que forman parte del conjunto religioso como las cruces de los atrios, las fachadas, las esculturas de piedra, los colores y la orfebrería por mencionar algunos ? – pregunto Arturo con cierta emoción
– Así es Arturo – conteste – pero no solo a esos que resultan evidentes en cada recinto religioso sino al elemento más importante de todos que aún no mencionamos y que se encuentra siempre oculto detrás de todos esos elementos y de muchos otros
más, perfectamente disfrazado ya que aunque es posible verlo, no es posible discernirlo con el entendimiento –
– Ah caray, pues ahora si me perdiste – contesto Arturo admitiendo su confusión
Agustín, anticipando la intervención de Andrés, el avanzado estudiante del Grupo de Mexicanidad Don Uriel guardo silencio. La respuesta de Andrés no se hizo esperar:
– Creo que Agustín habla de los símbolos y de lo que representan – comento.
Al ver la sonrisa y las miradas de aprobación de Agustín y Paloma, Andrés continuo:
– Aunque en lo personal lo he leído entre líneas y en varios libros expresado por varios escritores, esto es, sugerido con sutileza y no de manera evidente, estoy convencido junto con ellos que la contemplación de símbolos sagrados es la forma más sublime de unión con Dios. Aunque es evidente que la sabiduría divina ha sido revelada en ocasiones con palabras que se convierten en razones para el entendimiento, la interpretación que de las mismas los humanos hemos elaborado ha sido causa de incontables guerras y miseria para el género humano-
Mariana, que había permanecido en silencio bastante tiempo apunto – Que razón tienes Andrés, pero ¿ Por qué crees que sucede esto con nuestro raciocinio? Esta mal utilizarlo ? –
Andrés guardó silencio y volteo hacia donde Paloma y no nos encontrábamos, ante su silenciosa petición comente:
– Si me permites Andrés, creo que puedo contestar la interesante pregunta de Mariana. La utilización de la mente humana ha traído sin duda importantes beneficios a la humanidad a través de toda nuestra historia – comente – Sin embargo, los seres humanos en la época actual estamos sumidos en el sueño de la idolatría, que consiste en tomar las cosas de este mundo como reales en sí mismas, cuando solo son reales en relación con nuestro Creador –
Alentado por el silencio de mis oyentes, continué:
– A lo que me refiero es que las cosas de este mundo, son reales, esto es, tienen, sentido, sustancia, razón de ser y propósito específico, solo en su relación con nuestro Creador. Cuando esto no es así, cuando se busca, adora y sirve a las cosas por si mismas en lugar de ver en ellas una imagen del creador, son entonces objeto de idolatría, de la cual el materialismo ateo es una forma moderna y refinada que nos oprime diariamente –
– Es por ello que los más pobres de entre nosotros, la gente sencilla y humilde se encuentra más cerca de la divinidad en tanto que son más capaces de estar en contacto con su propio corazón y a través del mismo con las impresiones y directrices provenientes de su alma, de su espíritu santo –
– Oigan que interesante – interrumpió Arturo con emoción – Entonces las pinturas e iconografía religiosa que nos muestran a los santos cristianos y aun a los grandes seres de otras tradiciones religiosas, apuntando con sus dedos a su propio corazón, el cual aparece casi siempre envuelto en llamas y con una corona de espinas encima y sangrando… ¿ Está relacionado con lo que acabas de decir ? –
– Así es Arturo, exactamente, es por ello que un camino para llegar a establecer contacto con nuestra propia divinidad existe a través de la purificación del propio corazón, la cual necesariamente requiere un desapego personal, un vender todas nuestras riquezas, metafóricamente hablando, para regalarlas a los pobres, un olvido del ego y la importancia personales, una búsqueda del silencio interno, a través de la creación de un vacío positivo que nos permita escuchar a nuestro creador –
– Oigan pero ¿ Que no es este el camino que propone para nosotros los mestizos que aspiramos a ser guerreros sagrados Don Antonio Velasco-Piña ? – pregunto Adriana
– Muy bien dicho Adriana – apunto Paloma – Y eso es precisamente lo que debemos intentar lograr al menos a un nivel aceptable para tratar de establecer comunicación con los símbolos sagrados presentes en las iglesias que visitaremos en la Laguna Sagrada.-
Las blancas torres de la iglesia parroquial se destacan en la atmosfera, como bancos de hielo, convertidos en pirámides de triángulos esbeltos. Gibbon 1892.
Una de las más importantes huellas que dejó el párroco don Raúl Navarro Ramos en Chapala es, sin duda, la remodelación casi total de la iglesia parroquial de San Francisco de Asís, destacando su gran torre, de estilo corintio, llena de originalidad, belleza y proporciones.
A mediados de 1968, bajo proyecto y dirección del ingeniero Ricardo Agrás, iniciaron los trabajos de esta monumental obra artístico-religiosa, quedando como maestro responsable el reconocido artesano chapalense Antonio Torres Herrera. Como oficiales de albañilería estuvieron Pedro López (†), Pablo Hernández (†), Andrés Enciso y cuatro peones de los que se recuerda a Ramón Vázquez y Pedro “Cotijo”.
A los quince días, por la razón de que no sabían cómo pegar la cantera, se incorporó como maestro responsable el señor Miranda, bajo la supervisión del señor Antonio Torres, e ingresado, además, los oficiales Pedro Flores, Juan Cervantes José Reyes, y los peones Francisco Ibarra y Alfredo Miranda.
Se dio prioridad a la edificación de la torre. En los planos originales autorizados en la Ciudad de México por la dependencia de Monumentos Nacionales estaba contemplada la remodelación de ambas torres, ya que los estudios realizados arrojaron que la construcción tiene capacidad para sostener dos torres del mismo peso de un solo lado.
La torre original no se tumbó toda, sólo las columnas y capiteles que tenía alrededor. Se reforzó lo que había de material dentro, se pegó la cantera para las columnas cónicas y los capiteles, todo estilo corintio.
Los maestros labradores de cantera vinieron de San Luis Potosí y Yahualica de González Gallo, bajo la dirección del maestro Antonio Jasso, fueron dieciocho canteros y cinceladores quienes labraron las lozas.
Un gran escultor, nativo de Yahualica, de nombre Marcia, cinceló las bellas molduras, cornisas, repisas y angelitos de los altares laterales en el interior del templo, convirtiéndolo en verdaderas joyas de arte.
Posteriormente vino de Guadalajara otro gran escultor llamado José Luis, quien fabrico la preciosa Torrecilla con angelitos que sostenían el manto en el reloj que airosa se levanta en las alturas del frontispicio.
Cuando se inició la obra del altar mayor se tumbó todo, y bajo dos columnas grandes en el centro donde el sacerdote dicta misa se encontraron pedazos de género como lana, color morado, restos humanos, un cráneo y como el 70 % de huesos. Vinieron unas personas de la Ciudad de México, los analizaron y resultó que eran los restos del gran santo catequizador fray Miguel de Bolonia, por lo que se pusieron en una cajita y se introdujeron en la pared al lado sur del altar mayor donde actualmente reposa.
Cuando cambiaron al señor cura Raúl Navarro, vino en su lugar don Ramón Hernández. El maestro José Miranda entregó la obra al señor Ramiro Siordia, quien concluyo el altar mayor y detalles que quedaron.
Cabe mencionar que también se proyectó en el lado norte del atrio una fuente de cantera que figuraba caudas de agua con lámparas para su iluminación, con un monumento de un niño orinado y una gran puerta del mismo material para ingresar al curato.
A la llegada de este nuevo párroco se hicieron modificaciones al plomo original, como se observa en las construcciones de ladrillo laterales en el atrio, que rompen con el bello estilo de la parroquia, al parecer con ideas distintas a su antecesor se infiere que es la principal razón por la que ya no se continuo con la modificación de la otra torre.
El costo de esta bella obra se ignora, ya que el párroco Navarro aporto de su peculio, apoyo del arzobispado y la cooperación de los feligreses.
El 27 de abril de 1907. El Ayuntamiento de Chapala recuerda que, con el fin de evitar aglomeración de los coches y automóviles que constantemente llegan a los hoteles Víctor Huber y Arzapalo y obstruyen la vía pública, algunas veces haya por una parte y por otra siendo una gran molestia para el público, y principalmente para los pasajeros, los coches pertenecientes a los mismos hoteles permanezcan estacionados la mayor parte del día frente a los mismos hoteles, interceptando el paso para el lago por falta de salida.
Ha dispuesto la propia corporación abrir una calle entre la casa propiedad de Don Eduardo Collignon y el jardín inmediato. Para los vehículos de referencia que llegan por la calle del muelle y puedan pasar a la del Atrio y transitar por las de la población, pero como para que se lleve a efecto el proyecto de referencia es indispensable hacer uso del terreno de propiedad de este Ayuntamiento y que está circulado por un barandal de fierro para reguardar un pequeño huerto, la misma corporación ha dispuesto dirigir al señor Collignon atento oficio, suplicándole se sirva desocupar el terreno de referencia para la apertura de la nueva calle, cuya mejora es de imperiosa necesidad, como a él le consta.
Manuel Ramírez- Firmado Paciano Vallin- Firmado.
Nota: Visita el Archivo Histórico de Chapala, ubicado a un costado del edificio de la presidencia de Chapala.
Texto proporcionado por: Rogelio Ochoa, titular del Archivo Histórico de Chapala.
Por: Cronista Gabriel Chávez Rameño
Durante las noches obscuras y de luna llena, la gente ha visto la silueta de una persona que cuelga en las ramas de este árbol de camichín que crece cerca del malecón de San Juan.
Se cuenta que durante la guerra de los Cristeros hubo muchos ejecutados en esta población, y, en especial, uno de ellos fue colgado del camichín. Nadie supo quién era. Se decía que era del Chante. Otros comentaban que era un hacendado que traían de Zacoalco de Torres o de Sayula de apellido Basilio.
En 1929, llegó una de las tropas federales con una gran cantidad de presos traídos del sur de Jalisco. A muchos de ellos los fusilaron fuera del antiguo templo del Hospitalito, donde ahora se encuentra la plazoleta.
Ahí mismo estaba un árbol de hule y un par de guamúchiles, donde también colgaron a otra cantidad de personas, pero en especial fue la muerte del señor Basilio, que por órdenes del coronel Mendieta fue arrastrado hasta el camichín y ahí fue ahorcado, además de recibir un par de disparos.
Ahora, en las noches obscuras y en otras de luna llena, las personas han visto la silueta que se balancea en el árbol.
“Yo venía con mi amiga Lupe, del malecón, y no era muy noche. Apenas estaba queriendo anochecer cuando pasamos por el camichín y sentí un escalofrío. Al voltear al árbol, me sorprendí de ver a un hombre colgado y no pude gritar. Mi amiga Lupe me vio y no supo qué hacer; sólo corrió, y ahí me dejó. Cuando pude moverme, corrí lo más que pude y alcancé a mi amiga.
Ella dijo que no vio nada pero se imaginó que era algo malo por cómo me vio en mi semblante. Desde ese día, ya no pasamos por ese lugar. Mejor bajamos en la otra esquina y nos regresamos temprano a casa…”, comentó Rosario Cortés, joven de 17 años.
Don Francisco G. platica: “Ya desde hace muchos años, se ha visto a esta ánima que quiere descansar. Mi papá, que era pescador y tenía su canoa ahí donde ahorita es el malecón, pues siempre bajaba a pescar como a las tres de la mañana o cuatro, y me platicaba que en el árbol del ahorcado veía la sombra del que habían ahorcado ahí.
Que ya no le daba miedo verla, porque la veía seguido y, mi papá mejor le rezaba para que no se apareciera más. Yo en una ocasión la vi. Tendría como unos quince años. Iba a buscar a mi papá en la laguna, y bajé por la calle Cardenal hasta donde el árbol del ahorcado.
Me dijeron que estaba tomando con sus amigos y fui a buscarlo, y cuando pasé por donde el árbol, vi la silueta del hombre y corrí sin detenerme hasta donde estaba mi papá. Se siente feo ver semejante cosa, muchacho.”
La señora María García (†), comentó: “Veníamos del circo. Se ponía en la punta ahí donde están haciendo el malecón. Llevé a mis hijos al circo que vino, por allá en los noventas. Mi hijo Javier tenía diez años y ahorita ya es todo un hombre, ya hasta tiene hijos… Cuando salimos del circo, ya era noche y estaba rebonito, porque había luna llena y se reflejaba la luz en la laguna.
Mi hijo quería hacer del baño y nos fuimos acercando donde al árbol del ahorcado para que allí hiciera. Ya no había gente, ya se habían ido, y cuando nos acercamos al árbol, mi hijo se sentó a hacer y se me ocurrió voltear a ver a las ramas del árbol, y con la claridad de la luna, clarito, vi cómo una sombra de un hombre se movía de un lado a otro. Sentí mucho miedo, pero no quise gritar ni correr por mis hijos, y cuando nos fuimos volví a voltear y la sobra seguía allí colgada…”
El árbol sigue en pie y custodia la entrada al malecón de San Juan por la calle del Cardenal. Algunos comentan que han visto la silueta, otros no han visto nada. La historia ahí está y es verídico que ahí ahorcaron al señor Basilio.
Lo que no se sabe es de dónde era originario, si de Zacoalco o de Sayula, pero que era de la región del Sur de Jalisco es un hecho.
Por el cronista: Gabriel Chávez Rameño
Es muy raro encontrar en los pueblos historias de tesoros escondidos; sin embargo, en San Luis Soyatlán se platica de “La Peñita”, donde se ha visto la aparición de una cueva en la que hay un gran tesoro de monedas de oro y plata. Lo que es importante destacar, es que en la mayoría de los pueblos donde se escuchan historias de tesoros, a lo largo de la historia se ha sabido de personas que encuentran tesoros, ya sea de manera accidental o por la búsqueda de los mismos.
En la edición anterior de Semanario Laguna, donde se platicó del tesoro del caballo, se comentó sobre la aparición de un portal en una hora y fecha determinada, en el que se puede entrar para sacar el tesoro. Lo que hace coincidencia en la búsqueda del tesoro de “la Peñita” es que en una fecha determinada y hora específica, la cueva puede ser visible. Se habla de un día de agosto cuando puede se puede ver esta cueva y al parecer sólo es por unas horas y como en algunos tesoros se lee la leyenda “todo o nada”.
El señor Francisco, “el Nopalero”, como es conocido en esta población, ya que vende nopales en la plaza principal, platica:
—Yo iba a buscar nopales por el cerro de García, en las falditas, y llevaba mi rifle por si veía un conejito o paloma, pa’ comer y eran como las seis de la mañana cuando subí… El sol empezaba a salir cuando agarré el camino de “la Peñita”. Allá arriba de donde están las lajas, cuando iba llegando al arroyo grande, y al dar la vuelta en el camino vi algo que no había visto nunca. Era la entrada a una cueva, y me quedé sorprendido, porque siempre ando por ese camino y nunca la había visto ahí en la peña. Ahí estaba la cueva. Los rayos del sol, que apenas salían, le daban directo a la Peña, por lo que se podía ver bien clarito lo que había adentro. Me quedé quieto, y vi unos montones de monedas de oro y otros de plata. Dejé mi rifle en la entrada de la cueva y vacié mi morralito donde llevaba mi lonche y agua. Lo vacié, y rápido corrí a donde estaban las monedas de oro, y llene el morralito y cuando me disponía a salir la cueva de repente se cerró. Todo quedó obscuro. A tientas me fui hasta donde había dejado mi rifle y cuando lo quise jalar no pude, quedó atrapado entre la pared, ya que lo había dejado con la punta hacia afuera. Ahí me quedé, triste y ya no sabía qué pensar. Vacié mi morral nuevamente, y dejé las monedas allí. De pronto, la cueva volvió a iluminarse con la luz del día. Agarré mis cosas y me salí rápidamente ya que tuve miedo de quedarme allí. Mi sorpresa fue que ya era en la tarde; el sol se estaba poniendo. Me quedé viendo el lugar exacto, ya que me quedé con las ganas de volver. Lo hice por dos semanas en las que diario subí a la misma hora, y no volví a ver que se abriera la cueva. De hecho, me llevé a mis hijos, e intentamos romper la peña y no paso nada… Fue en Semana Santa, ya que iba a los nopales para esos días.
Para el señor Alberto Bautista, quien tenía un ranchito con sus vacas en San Cristóbal, platicó:
—Iba a buscar mi vaca. La habían visto por “la Peñita”. Estaba por parir, y me preocupaba por su becerro… Cuando llegué al arroyo de “la Peñita”, iba subiendo, cuando de pronto vi la entrada a una cueva. Se me hizo raro, porque nunca había visto ese lugar ahí. En eso, oí mi baca que bramó, y puse atención para ver dónde estaba. Llegué a donde estaba mi vaca, y vi que estaba bien y ya tenía su becerro. Lo levanté y lo arrimé al camino. Cuando regresé para ver la cueva, ya no estaba y me quedé sorprendido y confundido. Estaba seguro que la había visto ahí, porque estaba un pitayo y un tepehuaje ahí. Lo vi clarito… Era en la mañana, temprano, como las siete o siete y media. En abril, me acuerdo bien. La verdad no vi que había adentro. Iba más preocupado por mi vaca que por otra cosa.
Las fechas son importantes en estos eventos. Por lo general, se tenía como referencia el Jueves Santo para la búsqueda de tesoros. Es coincidencia, verdad o mentira, queda en el criterio de cada persona. Las historias están ahí así como los lugares en donde se cree que existen los tesoros.
Hugo Gustavo Zamora Medina, (San Juan Cosalá Jalisco).- Con motivo del 13 de mayo, Día de la Virgen de Fátima, aniversario de las apariciones de nuestra señora de Fátima, el barrio del mismo nombre y la parroquia de San Juan Bautista celebran cuatro días en su honor.
La festividad religiosa dio inicio este martes 10 de mayo a las 7:00 pm con el Santo Rosario y celebración de la Eucaristía; el día 13 hubo una procesión con la imagen de la Virgen por el pueblo a las 6:00 de la tarde y misa a las 8:00 de la noche. Después, serenata, castillo y un festejo popular, así como una variedad de comidas para degustar, dejando un derrame económico para los habitantes de esta localidad, y de otros que ejercen otra religión, mencionan los vecinos del barrio.
La celebración data ya de varios años en festejar a la imagen, la cual a su llegada a esta comunidad, está llena de datos curiosos. El primero, según la historia, fue un regalo de una mujer estadounidense, la señora María Luisa Landin, quien vivía en Guadalajara y que tenía como trabajadora domestica a la señora Hermelinda Pinto. A su regreso a Estados Unidos, no fue posible llevarse la imagen, por lo que buscó un lugar donde dejarla a través de su empleada.
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Arturo Ortega (Chapala, jal).- Ante alumnos, ediles y funcionarios, el alcalde dijo que como mexicanos deberíamos estar unidos, que le gustaría mucho que no hubiera peleas entre barrios y que pensáramos mejor en que somos descendientes de héroes como Benito Juárez e Ignacio Zaragoza.
El acto cívico contó con la participación especial de niños wixarikas del poblado de San Sebastián Texponahuaxtln, del municipio de Mezquitic, quienes depositaron una ofrenda en la Isla de los Alacranes; además de 10 instituciones educativas de preescolar, primaria, secundaria y el Conalep.
Alumnos del Colegio Chapala recapitularon la heroica batalla para defender la soberanía del país durante la intervención francesa a través de cantos, diálogos y acrósticos.
Para saber:
El general Ignacio Zaragoza y alrededor de 4 mil 800 hombres derrotaron a uno de los mejores ejércitos del mundo, el ejército francés, la tarde del 5 de mayo de 1862, luego de que los franceses no respetaran el Tratado de Soledad firmado por España, Inglaterra y Francia para dar prórroga de pago a México, quien se encontraba endeudado con estos países.
Hugo Gustavo Zamora Medina (San Juan Cosalá Jalisco.).- Cándida Rentera Morales, mejor conocida como “doña Cande”, tiene 101 años. Y el próximo primero de diciembre cumplirá los 102 años de vida. Nació en San Juan Cosalá, en la segunda década del siglo pasado.
Los datos de su nacimiento están documentados en un acta certificada, después de una investigación por la delegada de esta localidad, quien pudo constatar que es la más longeva de San Juan Cosalá, delegación de Jocotepec.
Doña “Cande” actualmente vive en casa de la señora Josefina Pérez Gómez, de 80 años de edad, con problemas de salud por consecuencia de un “aventón” de bicicleta hace dos años.
Las dos señoras son atendidas por Ruperta Morales. “Yo no les tengo que decir qué quieren comer. Mi tía José me dice siempre que quieren que les prepare bistec, chuletas en diferentes gustos, caldo de res, caldo de pollo, sus frijolitos, atole… Aquí estoy al pendiente de ellas con sus medicinas, y también me encargo de bañarlas”, comentó la señora Ruperta Morales.
Doña Cande ha transitado por más de un siglo, pero eso no le impide conversar y tener cierta movilidad, y pese a una pequeña sordera, tiene una buena memoria, gracias a la que suele narrar historias de la persecución en el tiempo de la “Cristiada”.
Como no padece diabetes ni hipertensión, puede darse el lujo de comer chocolates o algún otro dulce que comparten con ella. Su carácter vivo y cálido se manifiesta en los misterios del Santo Rosario, quien dice pedir por los alimentos, por su comunidad y a las personas que se acercan a compartir el pan de cada día.
Rentería Morales se casó a los 20 años. Dedicó toda una vida a su marido, el señor Leandro Vázquez, quien falleció en 1980. No tuvo descendencia, ya que los tres hijos que procrearon no se lograron. Así, tuvo tiempo para dedicarse a las labores de criar puercos y gallinas, así como ayudar en su parroquia, pues pasó treinta años junto a la cooperación para la divina Providencia, pero su enfermedad, de cadera le impidió seguir haciéndolo.
Cronista: Gabriel Chávez Rameño
En alguna edición de las crónicas en Laguna, escribí sobre un tesoro que se encuentra en el cerro de García, específicamente en un lugar que le llaman “Las Tinajas”. Dicho tesoro, al igual que muchos que se saben, está maldito o encantado, y se debe de hacer un ritual para poder hacerse de él. Para poder llegar a ese lugar, se debe de tomar el camino que lleva a el pueblo de El Sauz, de ahí caminar con rumbo al cerro de García y, al llegar a un arroyo, se toma el camino que va directo al paso de Toscano, donde hay unas peñas. Por cierto, hace unos meses ampliaron el camino para que pudieran pasar automóviles y de ahí surge esta historia.
“Llegué al trabajo y me pidió el patrón que agarrara la maquina porque nos íbamos a ir a El Sauz a chambear. Ya ves que tengo tiempo trabajando la maquina. Bueno, después de subirla al camión, nos fuimos y me dieron las indicaciones del trabajo que iba a realizar. Íbamos a ampliar la calle y a rebanar parte de la peña que está ahí, cerca de “Las Tinajas”. Por cierto que está bien bonito. Bueno, cuando el del camión me dejó, prendí la máquina y empecé a caminar con rumbo a donde iba a ser el trabajo. El compañero del camión se fue y quedé sólo trabajando… Ahí andaba, echándole ganas al trabajo, cuando llegué hasta las peñitas. Ya casi era la hora de comer, así es que seguí trabajando, y al poner la pala en la peña para empezar a tumbarle pedazos, de repente la máquina se paró. Volví a echarla andar y otra vez, y cuando quise poner la pala en la peña, la máquina se volvió a apagar. En ese momento pensé que estaba sobrecalentándose, así es que la deje apagada y me fui a comer… Cuando volví, prendí la máquina y creía que por estar fría había encendido fácilmente, y me puse a trabajar quitando tierra que había en el camino. Me encaminé otra vez hasta la peña, y volvió a pasar lo mismo: la máquina se paró al momento que trate de derrumbar la peña. Empecé a sentir como algo raro. Como si me estuvieran viendo, y nada más me retiraba de la peñita y la maquina seguía jalando sin parar. Volví nuevamente a querer derrumbar la peña y de pronto la pala quedo atorada. La maquina seguía jalando, pero como si la hubieran agarrado y no se movía ni p’arriba ni p’abajo, y en eso empecé a escuchar en la lamina del techo como si estuvieran aventando piedras. Eran golpes muy fuertes, y en eso vi como las piedras revotaban. Me fui en reversa, la pala se aflojó y pude sacar la máquina, pero seguía escuchando como me aventaban piedras. Cuando me retiré un poco, me salí de la máquina y me asomé a ver quiénes eran los que me aventaban las piedras, pero no había nadie. Ya eran como las cinco de la tarde y ya me quería venir a mi casa. En eso llegó el patrón y el chofer del camión, y me preguntaron que por qué tenía la cara de asustado. Les platiqué lo que me había pasado. Me dijeron que no era cierto y me hicieron que prendiera la máquina y volviera a trabajar, que ellos iban a estar ahí y que iban a ver. En eso, cuando me acerqué otra vez a la peña, se volvió a trabar y el patrón y el chofer se quedaron sorprendidos, y cuando retrocedí la máquina y moví la pala p’arriba y p’abajo funcionó muy bien. Volví a intentar, y pasó lo mismo. En eso, volvieron a aventar piedras, y el patrón y el chofer corrieron para ver quiénes eran, y su sorpresa fue mayor cuando no vieron a nadie. Nomás las piedras pegaban en la máquina. En eso, volvieron conmigo, y de pronto se escuchó como si una manada de caballos viniera. Nos subimos a la máquina y no pasó nada. En eso que me dice el patrón:
—¿Sabes qué? Mejor vámonos. Ya mañana le seguimos.
Y nos retiramos del lugar…
Llegamos a El Sauz a tomar un refresco y, platicando ahí, el señor de la tienda nos dijo que eran las ánimas de “las Tinajas” que cuidan un tesoro que está por esos rumbos escondido… Ya el patrón me dijo que abriera el camino por otro lado, y desde ahí ya no me dejó andar sólo. Yo creo que pensaba que si me encontraba el tesoro me iba a ir…”
Así lo platico Arturo R., quien vivió esta experiencia y que sintió lo que muchos cuando las manifestaciones de otros mundos se hacen presentes.
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