Según el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, el desperdicio de alimentos en México alcanza el 34.7 por ciento de lo que se produce.
En tiempos de crisis es inverosímil que teniendo los medios para paliar un problema se opte por empeorar la situación. El país se enfrenta a una cruda realidad, debido a que la pandemia de covid-19 golpeó desde mediados del año los mercados internacionales y, como ya sabemos, México tendrá que crear estrategias que minimicen estas consecuencias económicas.
Se calcula que cada año en nuestro país el desperdicio de alimentos es de 20 millones de toneladas, equivalente a 25 mil millones de dólares. Con esta cantidad podrían comer al menos 7.01 millones de mexicanos que padecen hambre, de los 23 millones que sufren esta situación.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el mundo se pierden 14 por ciento de los alimentos antes de llegar a los anaqueles. Si ampliamos el panorama, nos daríamos cuenta de que no sólo se pierde la comida, también los recursos naturales utilizados en su producción lo que afecta más al cambio climático.
El hambre golpea a 690 millones de personas en el mundo, y se prevé que para 2030 la cifra aumente a 840 millones. El desperdicio de alimentos es mayor en los países del Sur en desarrollo: 20,7 por ciento en Asia meridional y central, 14 por ciento en África subsahariana y 11,6 por ciento en América Latina y el Caribe, a diferencia del 5,8 por ciento en países más desarrollados como Australia y Nueva Zelandia.
De acuerdo con la FAO, hay que entender como desperdicio a la disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas proveedores de servicios alimentarios, como los restaurantes, y los consumidores. Los alimentos que no llegan a consumirse implican desperdicio de recursos como: la mano de obra, la tierra, el agua, el suelo y las semillas, transporte, almacenaje, y aumentar en vano las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las principales pérdidas afectan a raíces, tubérculos y cultivos oleaginosos (25 por ciento), frutas y hortalizas (22), productos cárnicos y de origen animal (12), y también cereales y legumbres (8,6 por ciento).
Hay soluciones que se deben poner en marcha para evitar que el hambre siga siendo de los principales problemas actuales. La FAO propone el uso de tecnologías para la gestión poscosecha, envasado de alimentos más apropiados, hábitos de consumo más adecuados, políticas gubernamentales destinadas a reducir el despilfarro de alimentos, y redistribución de los excedentes inocuos a personas necesitadas a través de bancos de alimentos.
De acuerdo con el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, el desperdicio de alimentos en México alcanza el 34.7 por ciento de lo que se produce, esto significa el 2.5 por ciento del valor de toda la producción o del Producto Interno Bruto (PIB). El investigador, Jorge Arturo Morton Treviño, refiere que las cifras son alarmantes: de la carne de cerdo asciende al 40 por ciento; pescado, 37 por ciento; res, 35 por ciento; pollo, 29 por ciento, y tortilla, 28 por ciento.
El impacto ambiental es de casi 37 toneladas de dióxido de carbono; un costo económico equivalente a 16 millones de vehículos, además del desgaste de agua y suelo. Es un alto costo para todos los sectores: social, económico y ambiental, por lo que se debe establecer una política de Estado, donde la ciudadanía participe para no seguir golpeando la economía y la salud.
Lo más importante es la información, a la que todos los ciudadanos tenemos derecho. Se deben promover estrategias contra el desperdicio, invertir en tecnología e infraestructura para almacenar alimentos, dinámicas de las centrales de abasto y terminar con barreras legales; así como promover estándares sanitarios y fitosanitarios.
Los bancos de alimentos ya atienden a una población rural y urbana que apenas pueden adquirir algún producto de la Canasta básica. Actualmente tienen presencia en el Estado de México, Chihuahua y Puebla. Sin embargo, no es suficiente. El gobierno debe tener una participación importante en evitar que se sigan desperdiciando alimentos, así como los recursos que utilizamos para obtenerlos. A pesar de las leyes existentes que involucran a los hoteles y restaurantes para la recuperación de alimentos y que sean destinados a los más necesitados, se siguen desperdiciando toneladas anualmente, y la economía del país se continúa afectando.
DESDE EL CENTRO
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, publicaron un estudio que muestra que los trabajadores latinos de las plantas
procesadoras de alimentos, fábricas y la agricultura estadounidense, han sufrido un mayor impacto que cualquier otro grupo étnico o racial por la covid-19. Aunque los latinos son solo el 37 por ciento de la fuerza laboral en las plantas procesadoras de carne y sitios de trabajo similares en todo el país, 73 por ciento de ellos han tenido un diagnóstico de infección por el coronavirus, según el informe.
En el Senado de la República se aprobó por mayoría el dictamen que avala la minuta por la que desaparecen 109 fideicomisos. Inconformes, realizaron una manifestación para repudiar este acto y externar su decepción con las políticas del actual gobierno… La Cámara de Diputados aprobó, en lo general, la Miscelánea Fiscal para 2021 que actualiza las tasas de ISR aplicables a las plataformas digitales. Se pronunciaron a favor 291 votos, 142 en contra y una abstención. Significa que empresas como Uber o Didi tendrán una tasa de retención de Impuesto sobre la Renta (ISR) de 2.8 por ciento; a los servicios de hospedaje como Airbnb, de 5 por ciento y a las plataformas que enajenan bienes y prestan servicios como Amazon y Netflix, de 2.4 por ciento. abicorrea79@hotmail.com
El 60 por ciento de las calorías que consumimos provienen sólo de cuatro especies: maíz, trigo, arroz y papas.
Opinión: FACETAS DE MÉXICO
Por: Pascacio Taboada Cortina/Jorge Martínez Cedillo
A propósito de la celebración del “Día Mundial de la Alimentación”, promovido en 1979 por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cada 16 de octubre, cabe hacer notar que, independientemente de los efectos que la pandemia de Coronavirus ha causado en el ánimo de los mexicanos y de la población de todo el mundo, el evento pasó a un estatus de olvido.
Esto ocurre en un país como México en el que, de acuerdo con estudios del INEGI (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática), su población rural y suburbana padece graves problemas por desnutrición hasta en el 50 por ciento del total de habitantes del país, posiblemente debido a altos índices de pobreza y pobreza extrema, o por una mala distribución y variedad de los alimentos.
En el caso de México, es público y notorio que la producción de alimentos, su transformación, distribución y comercialización demandada por casi 127 millones de mexicanos –aparte de la población “flotante” de turistas, visitantes y empresarios extranjeros que visitan con frecuencia este país—son elementos no prioritarios para la política de desarrollo económico y social del presente gobierno.
Por supuesto que esto no ocurre con la política de producción y transformación energética. Ahí están los avances en obras nuevas para la extracción petrolera; los “extraordinarios y fantásticos avances de construcción del Tren Maya, de Dos Bocas y del Aeropuerto de Santa Lucía; del ferrocarril del Istmo de Tehuantepec y de “al menos seis aeropuertos nuevos en la península de Yucatán”.
Esto, sin dejar de mencionar los novedosos, cuantiosos y prioritarios programas sociales, tales como “Sembrando Vida, Bienestar de los Adultos Mayores” “Jóvenes Construyendo el Futuro, que navegan en un vendaval sin rumbo”, parafraseando al gran cubano Celio González.
Apuntamos que también pasó desapercibido el anuncio de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, donde, como resultado de un sesudo análisis de restructuración administrativa en esta dependencia, se llegó a la conclusión de que la Subsecretaría de Agricultura “no servía para nada” y fue dada de baja por acciones de “austeridá republicana” y uso eficiente de los escasos recursos presupuestales.
Mejor volvamos al “Día Mundial de la Alimentación”. El lema de este año fue “Cultivar, Nutrir y Preservar”. Esto, porque, de acuerdo con la FAO, históricamente se han utilizado entre 8 mil y 10 mil especies distintas para alimentar a la humanidad. La misma organización afirma que ha habido una lamentable pérdida de biodiversidad en la materia, al grado de que, hoy, se producen y distribuyen comercialmente alrededor de 150 especies.
Pero ‘aún hay más’: el 60 por ciento de las calorías que consumimos, provienen sólo de cuatro especies: maíz, trigo, arroz y papas. Creemos que esto obliga a los gobiernos de todo el mundo a la necesidad de diversificar el patrón de cultivos y buscar cómo nutrir mejor a los habitantes de este Planeta, por virtud de que la principal necesidad no es tener lleno el estómago, sino que los alimentos sean nutritivos.
Hoy, indica la FAO, sólo nueve especies de plantas alimenticias, representan el 66 por ciento de la producción agrícola total, a pesar de que existen en el mundo unas 30 mil especies de plantas comestibles.
Los problemas de hambre en determinados sectores de la población mundial, no terminan, no, ¿pero cuándo? Aumentan irremediablemente, conforme crece el número de habitantes.
Según la misma FAO, más de 2 mil millones de personas no tienen acceso regular a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes.
Esta organización, advierte que la demanda mundial de alimentos aumentará, dado que se espera que la población de todo el orbe, aumente casi a 10 mil millones de habitantes para el ya próximo 2050.
La FAO reconoce que casi mil millones de personas padecen hambre. Sin embargo, por efecto de la pandemia de Coronavirus, podría darse un incremento de hasta 132 millones de personas, dependiendo del índice de crecimiento económico.
Los indígenas mantienen la resistencia en defensa de sus tierras, protegiéndolas de proyectos de muerte.
Abigail Correa (Ciudad de México).- Hace 528 años, los pobladores de América fueron torturados y asesinados por los europeos que llegaron a saquear una tierra próspera. La historia habla primero del encuentro de pueblos. “Arribaron los llenos de conocimiento para salvar a los incivilizados que tenían que dejar su salvajismo”.
Estamos al tanto de la historia de quienes habitaron este territorio hace 500 años y mucho más atrás. También fueron conquistadores que entre pueblos se disputaban territorios y cuya cosmogonía incluía ofrendas de vida. Por otra parte, eran civilizaciones que comprendían muy bien el movimiento de los astros y otras ciencias más avanzadas, incluso que las que se tenían en el viejo continente.
Su conocimiento en plantas medicinales se sigue utilizando hasta el día de hoy. Fueron grandes ingenieros y arquitectos, construyeron grandes ciudades y edificaciones en medio de lagos, entre otras cosas en las que destacaron, como la agricultura y los textiles. En fin, conocemos la historia, hay americanos que hablan de dejar atrás el rencor por la masacre de estos pueblos e incluso sostienen que una disculpa del gobierno español es ridícula en esta época.
Recientemente se movió la estatua de Cristóbal Colón que ocupaba un espacio en Avenida Reforma de la CDMX para restaurarla en un taller del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), acción celebrada por muchos porque ya es hora de que se deje de reconocer “al genocida y traficante de menores”, aunque otros opinen que es parte de nuestra historia y que, sin esas estatuas, no sabríamos de dónde venimos.
Hace algunos años que en México se habla de estos eventos como un encuentro de culturas. Pero para muchos, la conquista sigue vigente. El saqueo de las riquezas naturales de América no ha cesado, en nuestro país, el Congreso Nacional Indígena se manifestó al respecto.
Las comunidades indígenas NaSavi, Me´pháá, Nahua, Ñamnkué, Mestizas y Afro mexicanas de Guerrero, señalaron que “a 528 años del inicio de la guerra de exterminio en contra de los pueblos indígenas, queremos decir fuerte y claramente, que esa guerra en nuestra contra continúa. En pleno siglo XXI nuestros niños y niñas, siguen muriéndose por la desnutrición, sobrevivimos con la escasez de agua y alimentos, en viviendas con problemas de hacinamiento e insalubridad”.
Actualmente, hay que referirse a esa conquista que comenzó con la llegada de los españoles como que son hoy los poderosos quienes pretenden exterminar a los defensores de los recursos naturales por su significado para la industria de la minería y la energía. Desde grandes corporaciones hasta personajes de la política que venden los países, como en sexenios pasados se hizo con México, al mejor postor, o que se aprovechan formando parte de las empresas que explotan al país.
Una forma de desaparecer a los pueblos originarios, es también privandolos de la atención médica. En los estados más pobres, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Estado de México, Guerrero, acuden brigadas de salud conformadas por uno o dos médicos para atender a cientos de pobladores, si es que hay personal disponible. La falta de agua limpia, la contaminación y los proyectos de muerte amenazan a esta población.
“La educación en nuestras comunidades está representada por primarias o secundarias repletas de niños y niñas malnutridos, maestras y maestros mal pagados. Los pocos que logran una educación superior se olvidan de sus pueblos, si de por sí en las ciudades no encuentran un trabajo digno, mucho menos en su comunidad. El trabajo en el campo cada vez da menos para sobrevivir, las oportunidades de trabajo son prácticamente nulas y es ahí donde la delincuencia organizada y el alcoholismo se presentan como terribles pero cercanas alternativas”, señaló el Congreso Nacional Indígena.
Es un llamado al gobierno, porque estas comunidades sufren no sólo por la miseria en que se encuentran, sino también porque sus territorios se han convertido en campos de batalla entre cárteles de droga, partidos políticos, empresas extractivas y múltiples religiones. “Mientras nosotros como pueblos indígenas seguimos siendo carne de cañón en todas esas batallas, solo nos buscan para poner el cuerpo y la vida, porque los beneficios y el saqueo se siguen perpetuando desde el poder, que claramente, no es indígena”.
¿Hasta cuándo se seguirá ignorando a estos grupos? Tras más de 500 años desde la llegada al nuevo mundo, los pueblos originarios exigen respeto a su cultura, tradiciones y territorios arrasados por la pobreza, el crimen organizado y empresas extractivas. En cambio, los siguen exterminando.
DESDE EL CENTRO
El expresidente, Felipe Calderón, niega su complicidad en el saqueo a la nación. Además, dejó el camino libre para que Enrique Peña Nieto continuara con el robo. Se dio a conocer que cuatro meses antes de que Calderón concluyera su mandato, se firmó por 19.8 millones de dólares, un contrato para capacitar durante hora y media a tres personas. Señalan a la empresa Nunvav Inc como “pieza clave para la triangulación de recursos para el caso García Luna”, misma que también obtuvo nueve contratos con el gobierno de Enrique Peña Nieto, por 390 millones de dólares… El pasado 11 de octubre se celebró el Día Internacional de la Niña, lo cual no tiene lugar en México por tantas desapariciones y asesinatos en contra de ellas. Asimismo, la ONU y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) calculan que actualmente hay 9 millones 602 mil niñas en condición de pobreza, es decir, el 49 por ciento de la población femenina entre 0 a 17 años en México… El titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), Víctor Villalobos Arámbula, presentó en español el informe Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2020-2029, donde habló de los subsidios destinados al campo, y mencionó que se han convertido en “poderosos incentivos para aumentar la productividad y la competitividad de los pequeños productores”. Agregó que México ha mostrado un fuerte compromiso por mantener un entorno macroeconómico estable, políticas fiscales y productivas con responsabilidad y sentido social, cuyos resultados reflejan una competitividad creciente, mayor productividad, mano de obra calificada, innovación y liberalización comercial.
Opinión: Facetas de México
Pascacio Taboada Cortina/Jorge Martínez Cedillo.- Las declaraciones de Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales, referentes a que la pandemia de Coronavirus provocará un fuerte desequilibrio económico que obligará a cambiar el rumbo del crecimiento, el empleo e ingreso, incluso la bancarrota; son para que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador reflexione. De no escuchar, la perspectiva en el corto y mediano plazo, será la debacle económica para México y para muchas naciones afectadas por el fenómeno sanitario.
Lo anterior, implica que los gobiernos deben ser meticulosos en dos aspectos fundamentales de temas específicos y primarios de la administración pública: cuidar el “deber y el haber”, para decirlo de manera elemental a quienes administran presupuestos y recursos enfocados al desarrollo nacional. Esto significa un grito de alerta para el gobierno federal, gobiernos estatales y municipales.
Los efectos de la pandemia de Covid-19, dijo Carstens, cambiarán el rostro de la economía mexicana. “Muchos sectores económicos que sufren ahora, no tienen posibilidades reales de recuperación”, sobre todo de las pequeñas y medianas empresas que han tenido que cerrar por falta de financiamiento suficiente de parte de la Federación y de los esquemas financieros privados.
El mismo Alfonso Romo, empresario muy fuerte y actualmente coordinador de la Oficina de la Presidencia en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, reconoció en días pasados, durante el acuerdo firmado entre gobierno y empresarios para impulsar el desarrollo de proyectos de inversión que,“la inversión privada representa el factor más importante en la aportación de recursos para dinamizar la economía, el empleo y la inversión estructural”.
El ex gobernador del Banco de México, precisó que “al principio se pensaba que la crisis iba a ser transitoria, pero ha durado más tiempo, y se espera que se prolongue hasta que la acción gubernamental pueda prevenir el espectro de bancarrota”. La crisis económica por la pandemia ha permeado en prácticamente todos los sectores; se manifiesta en procesos de recesión, desempleo, pobreza y bancarrota.
Hace unas semanas, la OCDE (Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico) informó sobre las perspectivas de crecimiento económico de México, lo que se llama Producto Interno Bruto (PIB) tendría este año una caída del 9.5 por ciento. Esto debe calificarse como muy preocupante, porque significa que la población mexicana se verá en una situación de serio compromiso en cuanto a los niveles de pobreza.
Si de por sí, México enfrenta serios problemas de pobreza, heredados en cierta magnitud de administraciones pasadas, en particular en comunidades rurales y en la periferia de poblaciones urbanas donde el INEGI ha estudiado y publicado índices de pobreza de poco más del 50 por ciento, es de suponer que el número de pobres en el marco de una población de 127 millones de habitantes que tiene el país, aumentará de manera notable, con todo y que el gobierno de México insiste en que no recurrirá a préstamos internacionales -aunque tiene créditos abiertos- ni aumentará el sistema impositivo.
A este respecto, es de señalar que funcionarios de la Secretaría de Hacienda, entre ellos el subsecretario Gabriel Yorio, y el mismo titular de esta dependencia, Arturo Herrera, afirman que no están de acuerdo en las sugerencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), en el sentido de aplicar una reforma tributaria temporal, que permita aumentar los ingresos fiscales entre 3 y 4 puntos del PIB y, por otra parte, posponer el plan de construcción de la refinería “Dos Bocas”.
En estas condiciones, no es ocioso señalar que la deuda externa mexicana es del 44 por ciento del PIB. Este porcentaje se incrementará 10 puntos por intereses y como consecuencia de la disminución del mismo PIB, la cual podría estimarse en el 9 por ciento en 2020.
Hay que añadir que la problemática económica de México se agravará por el resurgimiento del robo de combustibles, problemas de paros en los sistemas de transporte carretero y ferroviario, así como de tomas de casetas de peaje por problemas de tipo social. Todo esto, ha perjudicado fuertemente la economía nacional en el corto plazo.
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Redacción.- La pandemia y el confinamiento han modificado la forma de vida y algunos hábitos financieros. Durante el mes de mayo, el departamento de Nutrición del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), estimó un incremento del 50% en el consumo de comida chatarra, lo que ha representado un incremento en el llamado “gasto hormiga” en el ingreso de los trabajadores.
El consumo de estos alimentos se convirtió en algo común durante esta cuarentena en casa, ya que es usada para controlar a los hijos o la ansiedad de los padres. Cuando se está fuera del hogar, el gasto hormiga puede representar hasta 12% del ingreso anual de un trabajador, según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Este tipo de fugas de dinero catalogadas, tienen un impacto negativo en la economía personal o familiar a mediano y largo plazo. Por ejemplo, si una persona gana $10 mil pesos, se estimaría que tiene fugas de dinero de al menos $1,200 pesos mensuales, es decir casi $15 mil pesos anuales que se van en gastos hormiga.
¿Te ha pasado que no sabes dónde queda tu dinero o que tienes cierto dinerito guardado y de pronto ya no hay tanto como pensabas? En la mayoría de los casos, esto se debe a los gastos hormiga. ¿Y qué son? Son esos pequeños consumos diarios que se realizan casi de forma inadvertida y que, al final del día parecen no afectar en nada tus finanzas, pero si haces cuentas, representan una fuga importante de tus ingresos.
Los gastos hormiga se ven como insignificantes ya que no son onerosos y a veces hasta son imperceptibles, como pudieran ser la comida chatarra, los antojitos de la tiendita, papas, golosinas, las chacharas, los viene-viene, o bien, cualquier cosa que se te atraviesa y lo compras sólo porque traes cambiecito en el monedero o en los bolsillos. En uno u otro momento, todos caemos en esto y no es malo, el problema es cuando lo hacemos de forma constante, de poquito en poquito estos gastos pueden representar un impacto considerable en nuestra economía.
Entonces, ¿qué se puede hacer para quitarnos estas costumbres o por lo menos ser conscientes de ellas?
La recomendación es identificar con claridad esos consumos diarios que hacen que tu dinero desaparezca sin darte cuenta. Tener finanzas sanas comienza con pequeños cambios de hábitos, pues los gastos hormiga representan en algunos casos, grandes sumas de dinero que podrías invertir en otras cosas más importantes o con una vida útil más larga.
El confinamiento provocó que los padres se encuentren sin trabajo o que trabajen en casa junto con los hijos tomando clases virtuales. Este ambiente de desesperación o aburrimiento también es propicio para el consumo de comida no saludable y fuera del presupuesto habitual de gastos. La situación actual de nuestro país nos hace vulnerables ante la inestabilidad de los ingresos, por lo que es importante cuidar nuestras finanzas personales lo más que podamos para tener un futuro a corto, mediano y largo plazo más tranquilo.
México debe impulsar la producción de alimentos en al menos 75 por ciento y disminuir el consumo de importaciones para alcanzar una soberanía alimentaria.
Abigail A. Correa Cisneros (Ciudad de México).- El cuidado e impulso del sector agrícola es de vital importancia para cualquier país. México sigue renovándose con programas que generarían mayores resultados de no ser porque este año la pandemia de covid-19 afectó la economía nacional. Sin embargo, el país sigue cuidando su seguridad alimentaria con reconocimiento a nivel mundial.
Hay que ser reiterativos en la importancia de estrategias que fortalezcan la estructura y la cadena productiva. Por ejemplo, la diversificación de exportaciones, que además de tener importantes acuerdos con América del Norte, es importante mantener los que se tengan con otros destinos, como China, Japón, Corea del Sur y la Península Arábiga.
De igual forma, impulsar el uso de biofertilizantes en lugar del glifosato, del que se sabe que es un potencial cancerígeno, según la Organización Mundial de la Salud. Además, es tóxico en organismos no humanos presentes en los ecosistemas rurales, como insectos, aves y especies marinas, además de las plantas cuyo propósito es eliminar. México dejará de usar este químico antes de 2024. El presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó que es complicado frenar su uso de manera tajante. “Hay países en donde han buscado opciones y no han podido, pero nosotros estamos obligados a invertir y buscar alternativas y al mismo tiempo no permitir el uso del maíz transgénico”, dijo.
Este herbicida es el más usado en el mundo y está asociado a cultivos de semillas genéticamente modificadas para los agronegocios. Su principal productor es Monsanto, la empresa que controla el 90 por ciento del mercado internacional de semillas y que hace dos años fue adquirida por Bayer.
El tema de las modificaciones genéticas también debe ser considerado en las normas del agro mexicano. A pesar de que México es origen de muchos productos agropecuarios, no ha logrado que el mercado internacional ni el interno los tome en cuenta. En el caso del maíz, Estados Unidos le ha hecho modificaciones genéticas y las han patentado, el problema es que los productores mexicanos que las produzcan tienen que pagar por ellas.
Israel Castillo Cano, coordinador general del Congreso Agrario Permanente de Veracruz, dijo la semana pasada que Estados Unidos se llevó el maíz amarillo, ya que los mexicanos
no lo supimos defender; le hicieron modificaciones genéticas, lo patentaron y lo regresan con un costo para poder producirlo.
Hoy, los principales productores de este grano son Estados Unidos y China. México produce maíz blanco; sin embargo, el precio al que se oferta no le conviene a los productores y estos terminan comprando el que se importa del Norte.
Recientemente se celebró el Día Nacional del Maíz. Son los campesinos quienes lo han defendido desde hace 30 años, rescatando las semillas originarias que se dan en diversas partes de nuestro país.
Con la crisis que enfrentamos debido a la pandemia de Covid-19, las políticas para el campo deben mejorarse. Las acciones del gobierno federal están enfocadas en el apoyo de quienes realmente producen lo que consumimos. La eliminación de programas que venían dando parte del presupuesto a organizaciones se dieron debido a que el dinero nunca llegaba a manos de quienes realmente lo necesitaban, ahora se pretende cambiar esto.
Pero es cierto que falta mucho por alcanzar para hablar de una soberanía alimentaria. México depende todavía de un 80 por ciento de importaciones para garantizar el abasto de maíz, carne de cerdo, de pollo, trigo, leche en polvo o fórmulas, cereales, semillas, frutos oleaginosos y frutos diversos, a pesar de tener estados con alto potencial agropecuario.
Incentivar la agroecología, como lo venía haciendo la Semarnat, es un avance para alcanzar la soberanía que tanto se desea. Está comprobado mundialmente que la calidad de los alimentos y que estos sean sanos va ligado a la protección del medio ambiente.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), la agroecología es el conjunto de prácticas y un movimiento social que estudia cómo los diferentes componentes del agroecosistema interactúan y además busca sistemas agrícolas sostenibles que optimicen y estabilicen la producción.
El incremento de la población mundial, que se estima será de 9 mil 500 millones de habitantes para 2050, la demanda de alimentos incrementará en 60 por ciento. Por esto es urgente que los países cambien sus técnicas de producción a unas más eficientes.
Aunque esta técnica no significa el aumento en la producción, sí es más productiva, más eficiente y sustentable para de esta manera abastecer de alimentos a la población. México debe producir al menos el 75 por ciento de lo que consume, de acuerdo con la FAO, para lograr la soberanía alimentaria.
DESDE EL CENTRO
Al presidente de Estados Unidos Donald Trump le es indiferente la salud de los estadunidenses. Lo ha demostrado innumerables ocasiones. Recientemente al presentarse sin las medidas necesarias para evitar la propagación del covid-19, que padece actualmente, y saltarse la cuarentena de 14 días… En el Sur del país se enfrentan a los estragos que pueda producir el huracán Delta, uno de los poderosos que ha llegado a México en los últimos 15 años. Se estima que permanezca cuando menos unas 12 horas en tierra y luego salga del territorio, entre las 13:00 y 14:00 horas de este miércoles… Los inmigrantes siguen su travesía en busca de una mejor vida; sin embargo, en tiempos de pandemia les es más difícil. Esta semana, el Instituto Nacional de Migración (INM) informó de la repatriación de 155 migrantes procedentes de Centroamérica… En el segundo trimestre de 2020, el producto interno bruto (PIB) del sector agrícola en México se situó en torno a los 392.000 millones de pesos mexicanos, lo que supuso una ligera caída de alrededor del 0,1% en comparación con lo reportado durante el segundo trimestre de 2019.
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Se estima que en el mundo se pierden alrededor del 14 por ciento de los alimentos producidos cada año.
Jorge Martínez Zedillo (CIUDAD DE MÉXICO).- En tiempos de pandemia por Coronavirus, es urgente que la población del mundo –y de México en particular—cree mayor conciencia sobre la necesidad de evitar el desperdicio de alimentos en los diversos procesos de producción, manejo, transporte, distribución y comercialización.
Rafael García del Horno, secretario de Finanzas de la Fundación Mejoremos el Campo, mencionó que en el mundo se estima que se pierde alrededor del 14 por ciento de los alimentos producidos cada año, y en México al menos 20 millones de toneladas anuales van al tiradero.
De acuerdo con información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) –que el año pasado instituyó el “Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos”—en el mundo persisten alrededor de mil millones de personas desnutridas, por lo que no se justifica, de ninguna manera, echar al basurero cantidades extraordinarias de alimentos.
Dijo que, en el caso de México, de acuerdo con datos del INEGI y CONEVAL, más del 50 por ciento de la población, especialmente rural y suburbana, padece en algún grado desnutrición, debido a los índices de pobreza y falta de orientación tanto de productores de diversos alimentos, como de derivados industriales, se agrega la nula o escasa infraestructura para el manejo de diversos productos alimenticios en diversas regiones del país.
En otro orden, García del Horno, reconoció que el desperdicio de alimentos es cruel en un mundo donde el número de personas afectadas por el hambre ha aumentado lentamente desde 2014, y cada día se pierden o desperdician millones de toneladas de alimentos, y se hace muy poco por evitarlo.
El desperdicio de alimentos también ejerce una presión muy fuerte sobre la base de recursos naturales y el medio ambiente, agotando el potencial de recursos naturales y generando gases de efecto invernadero.
En el ámbito mundial, alrededor del 14 por ciento de los alimentos producidos se pierde entre la cosecha y la venta al por menor.
Considera la ONU y su filial FAO, que cuando los alimentos se pierden o se desperdician, simultáneamente se da una pérdida de todos los procesos que se utilizaron para producirlos, como el agua, la tierra, la energía, la mano de obra y el capital. Todos estos recursos también se pierden, se desaprovechan.
Recomendaron esos organismos a los gobiernos de todo el mundo, acciones nacionales y regionales para dar el uso adecuado a los excedentes de producción y procurar que lleguen a las clases más necesitadas.
Afirmó que la pérdida y el desperdicio de alimentos, requiere de la participación de todos quienes tienen en sus manos los diversos esquemas de producción, recolección, transporte, distribución y comercialización, a fin de maximizar el destino final para su consumo.
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Más de 10 mil pequeños y medianos productores de leche, de 20 estados del país, denunciaron irregularidades en el proceso de pago del producto que entregan al organismo SEGALMEX –Seguridad Alimentaria Mexicana—por conducto de LICONSA, con el argumento de la pandemia de Covid-19. “Desde los primeros meses hubo interrupciones en los pagos, mientras que la entrega de leche fluida para programas sociales de distribución, no se interrumpió en ningún momento”.
El dirigente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González Muñoz, precisó al respecto que la economía de los pequeños y medianos productores está totalmente deteriorada y afirmó que la mayoría de ellos pertenece al segmento de estableros con menos de 40 animales. “En su mayor parte buscan vender algunas vacas –incluso en algunos rastros—para afrontar deudas y problemas relacionados con el abasto de forrajes, suministros veterinarios y salarios del personal operativo”.
Consideró que el gremio lechero de pequeños y medianos productores, que representan alrededor del 90 por ciento de ganaderos lecheros, está convencido de que, en breve plazo, México sea autosuficiente en leche y sus derivados, siempre y cuando “se ponga un alto a la producción de fórmulas lácteas y productos adulterados que se comercializan sin ninguna restricción en tiendas de autoservicio y también en el pequeño comercio, a precios similares a los de leche auténtica”.
Por otra parte, mencionó que regularmente LICONSA adquiría un volumen anual de leche de 700 a 750 millones de litros. Sin embargo, en la presente administración solamente estableció el compromiso de comprar a pequeños y medianos productores la cantidad de 600 millones de litros.
Esta decisión, apuntó González Muñoz, va en contra de la economía de los ganaderos lecheros, porque hay que considerar que los costos de alimentación del ganado lechero siempre van al alza, debido a que se trata de alimentos balanceados preparados con sorgo, pasta de soya, trigo y maíz. “Una buena parte de estos alimentos, se importa”, aclaró el dirigente.
Por otra parte, expresó que la pandemia de Coronavirus ha afectado de manera importante tanto a una gran cantidad de productores, con muchos años de trabajo y esfuerzo, como en el aspecto económico en general.
“Los productores de leche queremos participar en las políticas de desarrollo del sector pecuario, pero también encontrar respuesta de las instituciones, como las Secretarías de Economía y de Salud, que “dan manga ancha” a supuestos industriales que rehidratan polvo que se parece a la leche; le agregan grasa vegetal y vitaminas, y lo comercializan como leche. La Secretaría de Salud nunca ha querido parar el consumo de productos ‘alimenticios’ adulterados, y la Secretaría de Economía no protege el bolsillo de los mexicanos, en razón de que vender productos adulterados, aquí y donde sea, es un delito, menos en México”, dijo Álvaro González Muñoz.
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Luis Tovar (Ciudad de México).- El 6 de abril de 2005 durante el juicio de procedencia de desafuero, Andrés Manuel López Obrador, entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, señaló ante el pleno de la Cámara de Diputados lo siguiente: “Un empresario me contó que el 10 de junio del año pasado, en una reunión en casa de Rómulo O’Farrill, ese grupo compacto de intereses creados le dijo al ciudadano presidente, palabras más, palabras menos: Nos has quedado mal, no has podido llevar a cabo las privatizaciones y la reforma fiscal, pero eso ya no es lo que nos importa. Ahora lo único que te pedimos es que, por ningún motivo permitas que ese populista de Andrés Manuel llegue a la Presidencia”
AMLO se refería a Vicente Fox, el ciudadano presidente cuyo patético desempeño dejaba a Acción Nacional con sus posibilidades de triunfar en el proceso electoral de 2006 pendiendo de alfileres. En el mismo discurso remarcaba el tabasqueño: “Tal vez, a partir de entonces o de una lectura febril de las encuestas, al presidente de la República se le volvía una obsesión hacer campaña en mi contra. Eso es lo que explica este desafuero, tramado desde Los Pinos”.
Aunado al desafuero, se generó la llamada “guerra sucia” en la que se utilizó todo el poder del Estado y la influencia de los medios de comunicación a través de los spots donde se comparaba a AMLO con Hugo Chávez, se alertaba sobre la posible crisis económica, la pérdida del patrimonio o la tendencia de Andrés Manuel de convertirse en un dictador en caso de ganar la presidencia. De los más impactantes spots se encontraban aquellos que culminaban con una voz en off que decía: “López Obrador, un peligro para México”.
Guardando toda proporción, en el Estado de Hidalgo se vive una situación similar, no existe una sola encuesta seria que no augure una realidad: el PRI perderá la próxima elección para elegir gobernador en el Estado del General Felipe Ángeles. Pero, ¿Cómo habría de ganar el PRI? ¿De qué forma podría (cuando menos) tener una votación digna si el Estado tiene un alto rezago social? Según cifras del INEGI y del CONEVAL, en Hidalgo el 43.8% de la población se encuentra en pobreza, el 6% en pobreza extrema y la población indígena hablante de una lengua tiene el 74.9% de pobreza en relación al no hablante que es del 34.4%. Más datos: en materia de seguridad la entidad ocupa el séptimo lugar nacional en el delito de violación, se encuentra entre los primeros diez estados por el delito de trata de personas, además de que los feminicidios se presentan de manera alarmante ocupando hasta la primera mitad de 2020 el lugar número 16. En materia de educación, el rezago alcanza el 35.5% lo que lo coloca en el lugar número 10 a nivel nacional.
Esta realidad que aqueja al Estado ha alcanzado al gobernador, y sí, en su saber está que no existe la mínima posibilidad de ganar la elección, por eso ha optado por realizar una serie de acuerdos que le garanticen perder la contienda electoral, por decirlo de alguna forma “acordada”, el problema es ¿Con quién? ¿Quién podría garantizar al gobernador saliente un pacto en el que se realice una transición sin mayor contratiempo con lo que esto implica? La respuesta es más que clara: Con todos, excepto con lo que muchos, de manera peyorativa señalan como grupo universidad.
Y es que en el Estado de Hidalgo ganará Morena la elección, eso es previsible, tanto como lo es el hecho de que Gerardo Sosa Castelán es quien posee más adeptos entre la sociedad y los morenistas para ser quién encabece la candidatura. De ahí se originan las acciones que emprende el gobierno del Estado contra la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) sin considerar que la confrontación política, el revanchismo y la guerra sucia no sólo afectan la participación electoral (cuya consecuencia puede ser el abstencionismo que dicho sea de paso beneficiaría al gobierno priista) también afecta a la comunidad estudiantil, lo que de por sí es grave.
No existe la menor duda: el presidente del patronato ha sido sometido al linchamiento mediático tras su detención para regocijo del gobernador. Se ha desatado toda una campaña de desprestigio replicada en medios nacionales con señalamientos más que atroces, tan solo por la venganza política de unos cuantos o de una sola persona. Así como en el desafuero de AMLO, pareciera que, a los intereses de un grupo compacto, le ha dejado de importar el destino de Hidalgo, parece que lo que verdaderamente les importa es no permitir, por ningún motivo, que Sosa Castelán llegue, ya no a la gubernatura, ni siquiera a la contienda. Es decir, igual que señaló AMLO en su caso y comparándolo con la situación actual del Estado, tal vez, a partir de una lectura febril de las encuestas, al gobernador se le vuelve una obsesión hacer campaña sucia contra Sosa Castelán.
En fin, no logro entender cómo es posible que, en este caso, como en el desafuero, los intereses políticos y económicos actúen de manera vil y vulgar. Por esa razón, al igual que la comunidad estudiantil, organizaciones sociales, culturales y demás colectivos independientes, desde mi humilde posición me sumo a la demanda de que se respete el Estado de Derecho y que exista un juicio justo en el que se esclarezca la realidad de los ataques tanto a la universidad como al ex rector. Desde esa misma posición, solicitaría a López Obrador, se revisen los intereses que posiblemente relacionen a funcionarios de la Secretaría de Hacienda con el gobierno del Estado de Hidalgo, de esta administración y de la anterior. En una de esas ni siquiera está informado el presidente de la verdadera situación.
En este país supuestamente existe la presunción de la inocencia, pero también existe la persecución política desde siempre, por eso mientras no exista un juicio justo, Gerardo Sosa no es un delincuente, es un perseguido y preso político que ha hecho de la UAEH una de las instituciones educativas más prestigiadas del país y de América Latina.
Luis Tovar, contacto: 55 30 58 61 83
Judith Pérez Fajardo (Ciudad de México).- La Afore es una entidad financiera creada para prevenir el futuro al administrar e invertir el ahorro para el retiro de los trabajadores del sector público, privado o de manera independiente y de forma segura. La pandemia vino a romper el ritmo de ahorro, ya que según alertó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el impacto económico por el Coronavirus dejará más de 3.4 millones de desempleados en México al cierre de 2020.
Ante este ambiente, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro (Consar) señaló que cada trabajador que ha realizado un retiro de su Afore debido al desempleo tendrá que trabajar un año más para poder recuperar las semanas cotizadas que perdió. Entre 2019 y julio de 2020 un total de 2.5 millones de trabajadores retiraron el equivalente a 150 millones de semanas de cotización, un promedio de 60 semanas de cotización por trabajador.
Entonces qué hacer para que el dinero nos alcance a vivir con tranquilidad, existen varias opciones que pueden ser parte de nuestro plan a futuro, ya que gracias a la tecnología, podemos acceder a opciones Fintech de inversión. El valor del dinero va cambiando con el tiempo, por lo que mantener una inversión que incrementemos mes con mes, nos beneficiará pues nuestro dinero estará trabajando para nosotros, generando más dinero.
Es un buen momento para plantearnos acerca de nuestro futuro cuando lleguemos a su edad o qué pasará cuando nos jubilemos y cuestionarnos si la Afore o pensión será suficiente para vivir cómodamente en un futuro cercano.
Cuando somos jóvenes pocas veces pensamos o nos preocupamos por estos temas, sin embargo, ¿te has puesto a investigar cuáles serán los rendimientos de tu Afore y qué pensión recibirás con las últimas reformas? Quizá no mucho y siendo realistas, lo más probable es que no sea suficiente.
Entonces ¿cómo prepararnos para la llegada de nuestra propia vejez? El ahorro es la respuesta.
Afore:
Puedes hacer aportaciones voluntarias a tu Afore para que aumenten el monto de tu ahorro y de esta forma, puedas lograr un nivel de pensión deseable, cuando llegue ese momento.
Inversión:
Otra forma de obtener ingresos es invertir tu dinero, pero la Bolsa ya no es la única alternativa que existe, ni tampoco las cuentas de inversión bancarias. Existen otras formas de inversión como son las empresas de Financiamiento Colectivo (Crowdfunding) en Préstamos, Inmobiliarias y Acciones.
Ahorrar poco a poco:
Si las dos opciones no son para ti, entonces puedes optar por ahorrar de a poquito, pero constante, en lugar de gastar de más. Se sugiere que lo hagas quincenal o mensualmente, establece cuánto vas a destinar para ahorrar y después, de lo que sobre del presupuesto, siempre sin tocar ese dinero que tiene como finalidad estar en nuestro ahorro para el futuro. Además, es útil si destinas una cuenta bancaria exclusiva para ello que no puedas sacar para gastar a cada rato.
No se trata de que elijas uno u otro, incluso puedes combinarlos, evaluando las diferentes opciones que existen en el mercado y comenzando a invertir en pequeñas cantidades, cuidando tu diversificación y asesorándote sobre los productos de inversión. A pesar de que aún veas lejano tu retiro, es importante que evalúes y planifiques con qué monto te gustaría pensionarte, considerando que un ideal sería con 75 por ciento de tu sueldo actual.
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