Kiosco de la plaza principal de San Antonio Tlayacapan. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.- San Antonio Tlayacapan también contará con una nutrida agenda alusiva al Día de Muertos, entre bailes, exposiciones, muestra de altares y más.
El día primero, las actividades se llevarán a cabo en la tarde-noche. Desde las 6:30 de la tarde, con un desfile de calaveras que inicia en la plaza y culmina en el panteón del poblado, seguido por una narración de leyendas en el panteón, que inicia a las 7 de la noche.
Más tarde, a las 08:30 de la noche, se inaugurará una muestra de trabajos de cartonería y manualidades, resultado de talleres realizados en la delegación y, finalmente, a las 8:45, se realizará una proyección de cortometrajes al aire libre, en la plaza principal.
El 2 de noviembre, las actividades iniciarán desde más temprano, teniendo a las 7 de la mañana el tradicional café y canela en el panteón, y de 8 a 2 de la tarde, el montaje de las ofrendas en la plaza.
A partir de las 6 de la tarde, se darán lecturas de poesías y narrativas; a las 6:45 se presentarán los ballets folclóricos de la maestra Zayda Zamudio y el Ballet Municipal de la maestra Valeria Amezcua.
Más tarde se presentarán cuentacuentos, la banda Chapala Brass Band, y para cerrar, a las 9 de la noche, la entrega de reconocimientos a los participantes y organizadores de estas actividades
La imagen de San Cayetano pintada en una lámina de metal perteneció a Doña Aurora Olmedo. Ahora se encuentra en una pequeña capilla en el barrio de la Calabaza en Jocotepec. Foto: María Reynozo.
Por: María del Refugio Reynozo Medina
¡Te apuesto una caja de veladoras a que no encuentro mis yuntas!
Así se llegaron a dirigir algunos campesinos a la imagen de San Cayetano que está colocada en una pequeña capilla, por el barrio de La calabaza, en Jocotepec. Eso me lo contó don Chico, Francisco Ornelas Ramos, que por once años estuvo a cargo de la imagen que perteneció a Aurora Olmedo Núñez y cuyo origen se desconoce. Dicen los vecinos que tiene al menos un siglo de existencia. La efigie del santo está pintada sobre una lámina de unos cincuenta por treinta centímetros. Muestra al santo con una cruz de fondo y en una expresión apacible, de rostro afilado, que mira a un lado, mientras sostiene las manos entrelazadas sobre su pecho. Prevalece el tono ocre de su vestimenta, sobre la que descansa un collar de cuentas que pareciera un rosario. La imagen está resguardada por una urna de madera y una estructura de herrería asegurada con un par de candados. Porque a los vecinos no solo los protege San Cayetano, sino ellos a la imagen que celosamente vigilan.
La historia de San Cayetano se remonta a Vicenza y Nápoles en Italia, entre el año de 1480 y 1547. Dice una mujer del barrio de La Calabaza que San Cayetano es muy milagroso y que nadie se va sin que le sea cumplida su petición o su apuesta. Porque además a este Santo no se le pide; se le reta apostándole una misa, un ramo de flores, unas veladoras o actos piadosos de servicio al prójimo. Pues Cayetano de Thiene a pesar de haber sido hijo de un conde y provenir de una familia de opulencia, eligió el camino del servicio y amor a los desprotegidos.
Por eso también sus fieles devotos le llaman, el Padre de la providencia.
Los vecinos del barrio no saben por qué comenzaron a pedirle favores de esa manera, tampoco saben de dónde vino esa pintura. Doña Aurora la tenía en su casa, en medio de un nicho. Con el tiempo y tras la muerte de las originales dueñas, que según los vecinos ocurrió hace unos treinta años, la imagen fue trasladada a un cuarto que daba a la calle y abiertas sus puertas para que los vecinos pudieran ir a orar y venerarlo como fue la última voluntad de las propietarias. Una vez ausentes, los vecinos se fueron haciendo cargo de cuidarlo, de abrir y cerrar la pequeña capilla, limpiar el espacio y los floreros. Y además celebrarlo cada 7 de agosto.
La devoción a San Cayetano se ha extendido a otras delegaciones y municipios. Cada día, el pequeño altar en la habitación de unos cuatro por cinco metros, se ve visitado por hombres y mujeres que le llevan ofrendas en gratitud o súplicas convertidas en apuestas.
Hilda Valentín Bobadilla es la actual cuidadora; desde hace un año tomó el cargo con un poco de temor por la gran responsabilidad que representa, sobre todo para organizarle su fiesta. Ahora se siente muy feliz, recuerda que no tenía idea de cómo saldría del compromiso; al final, San Cayetano tuvo misa con mariachi, en las mañanitas se repartieron 300 panes y de forma inesperada llegaron a su domicilio cuatro gruesas de cohetes, que significan 576 estallidos. Hubo tantos, que el Ayuntamiento tuvo que ir a cuestionar porque los estruendos no tenían fin. De niña, Hilda visitaba la casa de Doña Aurora y Toribia, ahí tomó catecismo; también recuerda que unas maestras daban clases y enseñaban a leer a los niños en ese lugar. Era una casa grande con muchas plantas, había una troje porque vendían también leche de vaca. Dice que cuando la gente pasaba a ver al Santo, Doña Aurora luego los invitaba a rezar el rosario especial para San Cayetano.
Humilde San Cayetano, glorioso por excelencia,
una limosna te pido por Jesús.
Providencia. Providencia. Providencia.
Humilde San Cayetano, glorioso por excelencia,
La divina providencia se extiende a cada momento
Para que nunca nos falte casa, vestido y sustento
Y de tu pródiga mano y por tu santa intercesión
Espero hoy me venga por Jesús.
Providencia. Providencia. Providencia.
Luego que una mujer me habló de San Cayetano, muchas voces me decían: ¡es bien milagroso!, es vacilador, dijo una mujer, otra dijo que es bien chistoso porque quiere que le apuestes.
Dicen que un hombre vendedor de productos de plástico no lograba mejorar las ventas y luego de pedirle a San Cayetano providencia, consiguió muchos clientes. “Algunos que están en el norte de ilegales le piden para que no los echen pa fuera”, me dijo un hombre.
Otro que tenía una enfermedad congénita le suplicó por su salud y fue escuchado.
Ahora, este pequeño lugar en cuyo interior caben cuatro bancas, es testigo de las oraciones y de las abatidas voces que imploran providencia. Providencia. Providencia.
En la plaza principal se quemó un torito pirotécnico. Foto: Jazmín Stengel.
Sofía Medeles- De improvisto, con algunos inconvenientes y sin promoción local, se realizó una exhibición de algunas de las tradiciones y costumbres del Pueblo Mágico de Ajijic, para autoridades y medios de comunicación de Jalisco y nacionales.
Motivo por el cual, la festividad llevada a cabo en la plaza principal, la noche del domingo 14 de agosto, tomó por sorpresa a más de un transeúnte local o turista, e incluso a varios exponentes de las costumbres, quienes se quejaron de que se les avisó a “quemarropa” ó última hora, pero participaron con entusiasmo para apoyar y obtener un beneficio, para la población que los vio nacer.
Y es que, la finalidad de la exhibición es darle renombre en el exterior a la población que dio origen a las sayacas, informó en otras palabras, Jesús “Chuni” Ernesto Medeles Córdova, titular de Enlace, Gestión y Promotor de Cultura y Turismo del gobierno municipal de Chapala, durante su discurso mientras se realizaba el desfile de costumbres alrededor de la plaza principal.
Durante las presentaciones, Medeles Córdova explicó que la exhibición fue un “rehilete de tradiciones”, con el fin de darle difusión al turismo, y hacerle pasar un buen momento a locales y visitantes, además de los medios estatales y nacionales e influencers, que fueron invitados a la fiesta, como Milenio, El Sol de Toluca, Mujer de 10, y autoridades de la Secretaría de Turismo del Estado (SECTUR).
Los participantes iniciaron sus presentaciones alrededor de las nueve de la noche, y formaron parte de los atractivos las Sayacas, el lanzamiento de tres globos de cantoya, el encendido de faros de papel, la presentación de unas mojigangas por parte del gremio de los albañiles, la quema de un “torito” pirotécnico, la muestra del grupo de escaramuza pedagógica “Las Potranquitas”, la representación de la tradición “del Papaqui”, parte de las candidatas de las Fiestas Patrias, la representación de charrería, la muestra de telares, el encendido de velas en una parte del Muro de los Muertos por la calle Marcos Castellanos y la comida típica como: tachihual, ponche de guayaba y algunos platillos de la Cenaduría Memo.
Pese a los inconvenientes que se pudieron presentar, como un globo que se quemó durante el ascenso, “cohetes” que no detonaron correctamente, y la llovizna que cayó al inicio del festejo, no se detuvo la ejecución ni el ánimo de los espectadores.
“Les faltaron tradiciones”
La falta de representación de varias tradiciones no pasó desapercibida para algunos de los presentes, quienes opinaron que faltaron muchas que se pudieron representar de forma sencilla y que son muy simbólicas para los ajijitecos.
Por ejemplo, alguna representación de la Virgen del Rosario, la Pasión de Cristo, la picardía de los personajes del desfile de Año Nuevo, las cruces del 3 de mayo, el convite de flores, los festejos de San Sebastián, la Reina del Barrio de San Sebastián, así como la persistencia de algunos representantes del barrio de San Miguel, que están buscando revivir la tradición de la fiesta de su barrio, la presentación de las posadas y un sinfín de gastronomía que brilló por su ausencia.
“Queremos tanto a la Virgen- Del Rosario- , que le dedicamos un mes de festejo, y no pudieron representarla ni en imagen. Se supone que es difusión de las tradiciones de Ajijic, y solo muestran el jolgorio. No olvidemos que la mayoría de nuestras tradiciones son religiosas, no sólo es la fiesta”, aseveró un habitante del poblado.
Para finalizar, en una entrevista (realizada hace dos años) al restaurador de arte, Antonio Velazco, señaló que para que una costumbre se convierta en tradición, tiene que transmitirse al menos durante una generación, por integrantes de la comunidad.
Expositores de Telares los Reyes en el XX aniversario del nombramiento de Dolores Hidalgo como pueblo mágico. Foto: Telares los Reyes.
Sofía Medeles.- Con motivo del XX aniversario del nombramiento de Dolores Hidalgo, Guanajuato, como Pueblo Mágico, se invitó a los artesanos de Ajijic a participar en la exposición de productos típicos y a mostrar y promocionar las tradiciones de la delegación ribereña.
Dentro del evento que inició el 18 y finalizó el 21 de agosto, participaron 18 Pueblos Mágicos, que compartieron sus costumbres y tradiciones. Tan solo de la población de Ajijic, se llevó a más de medio centenar de personas con todo pagado, entre funcionarios y artesanos, en dos viajes que realizó el gobierno municipal.
En el primero fueron de 40 a 50 personas, entre los que se encuentran funcionarios y expositores de productos típicos, el día 21, otro contingente de 25 a 30 personas, resaltó el presidente de Chapala, Alejandro Aguirre Curiel.
Entre los mencionados, se encuentran Telares Los Reyes, asistiendo Angélica y Ariel Reyes, y la familia Martínez Velázquez, quienes producen el pan típico de la población: el Tachihual. Para el desfile de cierre en Guanajuato, sayacas y una banda del pueblo.
A la mañana siguiente, un perro husmeaba en los montones de basura.
Texto y fotos: María del Refugio Reynozo Medina
El ambiente tiene un aroma avinagrado, el piso destila líquidos; centenares de botellas, latas y envases de refrescos vacíos y a medio terminar están esparcidos por todo el jardín principal, de la plaza de San Cristóbal Zapotitlán. El kiosco, las jardineras, la delegación, amanecieron envueltos en plástico; un perro husmea entre las bolsas que contienen restos de comida. Es el saldo de la serenata de anoche.
La serenata
Son cerca de las diez de la noche, el horario de mayor afluencia de los hombres y mujeres que se encaminan hacia la plaza principal, provenientes de todas las calles que confluyen en el punto de reunión. Las botas y zapatos de tacón avanzan sobre las calles empedradas; algunas con charcos que dejó la lluvia de ayer. Es 30 de julio, último día de las fiestas en honor a San Cristóbal, patrono de este lugar. Su imagen ya está en el templo, luego de la solemne misa y procesión que recorrió las calles.
En la plaza, la luz neón de los juegos mecánicos enciende la noche. Los puestos de dulce y pan reciben a los asistentes. Las cenadurías instaladas están repletas de comensales; hay familias completas. Algunas mujeres empujan carriolas abriendo camino; otras llevan en los brazos a sus pequeños dormidos; algunos padres cargan a sus hijos y, trabajosamente, avanzan y buscan su mejor localidad. Otros, ya la han apartado desde antes del oscurecer tendiendo cobijas y suéteres en las jardineras.
Siguen llegando grupos de muchachas y muchachos con bolsas de hielo, refrescos y tequila.
En el kiosco toca la banda, bajo él está la pista de baile con las parejas contoneándose y otros cantando a coro. Alrededor, el mar de gente avanza sobre la plaza. Los cuerpos casi se pegan. En momentos, la fila se detiene en un pacífico forcejeo por lograr el cometido de avanzar sobre la línea y alcanzar a dar la vuelta, aunque ésta se logre luego de una media hora. Niñas y niños también participan en la fiesta: algunos se lanzan disparos de espuma blanca en la ropa y en la cabeza, y se corretean.
La gente sigue llegando; cualquier hueco es ideal para instalarse y compartir la noche. Los hermanan los tragos de licor y el sonido de la música.
“¡Arriba San Cristóbal, cabrones!”, abren los cantantes estelares.
Y el público enardece al son de la tambora.
“¡Entre más desmadre hagan, más tarde nos vamos a ir, muchachos!”
“¡Arriba las viejas gritonas, hijo de su chingada madre!”
Se escucha la voz del que canta, entre el sonido de las trompetas.
En la plaza parece que no cabe nadie más. Aquello es una marea humana sin un destino final concreto.
Alrededor de las once, el castillo se enciende ante la mirada de unos pocos que se percatan y que alcanzan a llegar al punto en una de las esquinas de la plaza.
En las jardineras se congregan grupos de muchachos y beben de sus vasos; las botellas de tequila van de mano en mano, los vasos de bebidas, las cervezas.
El público está enardecido. Una chica sube por la barandilla del kiosco para alcanzar a los cantantes, le siguen otras más que suben por las escaleras para poder bailar con los que cantan.
En los baños que son solo dos para mujeres y uno pequeño de hombres, se aglomera una fila de los que quieren utilizarlos.
“¡Ya salgan viejas cabronas!”, grita un hombre al grupo de mujeres que lo acompañan y que entraron a los sanitarios.
El hombre entra a los baños, “no puede entrar, es de mujeres”, le dicen.
“¡Me vale verga”, dice envalentonado.
La fiesta sigue entre gritos de júbilo, aplausos y gritos de “salucita de la buena”.
“Ándale, hay que irnos al malecón a ver quién nos coge”, le dice una chica adolescente a otra, mientras salen del sanitario y se ríen.
El bullicio continúa, la pista está repleta de bailadores y bebedores, que tienen en las jardineras o en el piso, el arsenal para abastecer la noche.
Pasadas las tres de la madrugada termina la música, pero muchos asistentes siguen la fiesta.
Vestigios
De la fiesta de anoche, quedan un par de muchachos que merodean en la plaza y cuatro más de los que no se fueron a dormir y siguen charlando y tomando de sus vasos.
Una señora adulta mayor dormita sobre una banca, apoyada de un bastón de madera. Bajo sus pies, en el piso, una mujer más joven duerme envuelta en una cobija y a su lado, un niño de unos ocho años concilia el sueño. Una maleta y una troquita de juguete están resguardados al lado de ellos.
El contenedor colocado para recolectar los envases de plástico PET, está vacío y las botellas esparcidas por toda la plaza.
Pasadas las siete de la mañana, llega el primer barredor de los dos que están asignados para cumplir la tarea. Es un muchacho joven; mira a su alrededor y se rasca la cabeza, lanza una lata de una patada y comienza su misión.
El cielo comienza a despejarse y van apareciendo los primeros transeúntes, que se detienen y observan como quien mira un campo de batalla devastado.
“Se ve que anoche aquí no anduvo gente”, me dice una mujer.
Llega la señora que vende menudo y comienza a barrer su rincón para instalarse.
Las latas de cerveza, las envolturas de golosinas, bolsas de plástico y restos de comida invaden las jardineras y el kiosco.
“¿Qué pasó aquí?”, dice una mujer a su paso con el rostro de quien contempla un muerto.
“Es la gente de fuera la que deja toda esta basura”, dice otra.
“Todos pusimos nuestro granito de arena”, dice un muchacho.
Ante la mirada grácil de los cuatro caballitos de madera colocados afuera de la delegación, se extiende la alfombra de basura que huele a inmundicia.
“Ay, como recuerdo las serenatas de mi pueblo, tan hermosas, con olor a nardo y a gardenias”, escribe una mujer en las redes sociales.
Hoy aquí huele a desolación.
Anita en la foto de su altar. A un costado, una muñeca que es una réplica de ella. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.– María Ana Romero Ibon de Medeles fue una mujer prolífica. Engendró 11 hijos y conformó una familia de 109 descendientes directos, a quienes les inculcó la disciplina y la perseverancia, además de que los guió con perseverancia y firmeza.
María Ana conocida como “Anita”, es originaria de Ajijic y estaba por cumplir 100 años el 31 de julio, aunque su fecha de registro fue el día 5 de agosto de 1922. Sus hijos dijeron no conocer mucho de su infancia; comentaron que siempre tuvo una personalidad muy pulcra y ordenada.
Se casó con Jesús Medeles Flores a la edad de 17 años, a finales de los años 30. Durante su matrimonio, dio a luz a 11 hijos: Alicia, Manuel, Juan José, Felipe de Jesús, Josefina, Ángel Gustavo, Sergio Arturo, Marta Epigmenia, Ana Luz, J. Jesús y Celina del Carmen.
Según la describieron sus hijos, ella siempre fue una mujer muy ordenada, y mientras vivieron en su hogar, fue muy firme con sus reglas. Por ejemplo, tenían vasos específicos para tomar agua, leche, así como para recibir a las visitas; usaban toallas específicas para secarse el cuerpo y otras para los pies, tenían horarios muy específicos tanto para deberes, como para salir a jugar a la plaza.
“Solíamos recibir los dulces de las posadas y fechas festivas, y mi mamá los ponía en un jarrón. Separaba los caramelos, las galletas y los cacahuates, y nos iba dando eso a lo largo del año. Era tan organizada, que todavía en noviembre, le quedaba para repartirnos después de la comida”, recordaron sus hijos Ángel y Felipe de Jesús.
También recordaron como hacía una “mancuerna perfecta” con su papá, Jesús, a quienes nunca presenciaron pelear, ni contradecirse. Además, recuerdan cómo mientras su mamá estaba en la cocina haciendo sus deberes, cantaba y su papá le respondía “haciéndole segunda”.
Una de sus hazañas, por la que se le considera una mujer adelantada a su época, fue su esfuerzo por darle una licenciatura a sus 11 hijos, y aunque su esposo quería que fueran músicos, Anita se empeñó en que estudiaran un grado universitario, pese a que en esas épocas era difícil y sumamente costoso, aunado a esto, la carencia de transporte de Ajijic a Guadalajara que había en aquellos tiempos. Su hijo, Víctor Manuel Medeles, cumplió el sueño de su papá, al convertirse en uno de los más célebres compositores del Estado de Jalisco. Sus piezas de música de cámara han sido interpretadas por orquestas nacionales e internacionales.
Al crecer Anita, incitó el apoyo entre hermanos, pidiendo aportación económica a todos los que ya trabajaban, para la formación de sus demás hermanos y, aunque ya habían iniciado su vida laboral, en su casa aún seguían sus normas. “Era tan estricta que a nuestros treinta años aún teníamos que pedirle permiso”.
Anita fue la matriarca de una gran familia: 11 hijos, 49 nietos, 48 bisnietos y una tataranieta. Según comentaron sus familiares, su forma de crianza no cambió con las nuevas generaciones, ya que siempre buscó que tuvieran la misma disciplina y hábitos que les inculcó a sus hijos.
María Ana falleció el pasado 16 de julio a sus 99 años. Su hija Marta Epigmenia comentó que le estaban preparando una fiesta, a gusto de ella, donde involucraban tradiciones de Ajijic, como el papaqui.
“Ella era muy partidaria de las tradiciones, amaba a Ajijic y siempre buscaba participar en las costumbres del pueblo”. Pese a su deceso, la fiesta sigue en pie pero ahora para conmemorarla y celebrar el que sería su cumpleaños número 100.
Juan Antonio Vázquez Ayala, es el nuevo administrador del agua en San Nicolás de Ibarra. Foto: Cortesía.
Jazmín Stengel.- Las peticiones fueron escuchadas. Juan Antonio Vázquez Ayala fue nombrado como nuevo administrador del Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIMAPA) en la delegación de San Nicolás de Ibarra, Chapala, tras la insistencia de los habitantes.
Durante la reunión llevada a cabo el 25 de abril con el presidente municipal Alejandro de Jesús Aguirre Curiel y un comité de funcionarios, los habitantes de la población pidieron la sustitución de Santiago García como administrador de SIMAPA y del vocal Ricardo Razo, debido a un supuesto mal manejo del agua y sus pozos, así como la toma de decisiones sin consultar al pueblo.
A pesar de que el oficio petitorio emitido durante la reunión por los pobladores especificaba el deseo de incluir a Luis Morales Contreras e Irma Reyes Delgado como parte del consejo municipal del SIMAPA, los nombramientos fueron diferentes.
Juan Antonio quedó como el nuevo administrador del agua en San Nicolás de Ibarra y estará a cargo de la documentación, organización, trámites, quejas y recomendaciones que la población tenga ante el SIMAPA. Es decir, fungirá como un intermediario entre la demanda de la delegación y las oficinas centrales del municipio.
El nombramiento del nuevo vocal, quien representará a la población en el Consejo del SIMAPA, aún no ha sido asignado a alguien en específico; sin embargo, el comité vecinal decidirá al nuevo encargado mediante una reunión general con el pueblo, informó Vazquez Ayala, quien aprovechó la ocasión para agradecer al alcalde por su participación inmediata y al pueblo, por darle la confianza.
Niñas pintando figuras de yeso.
Sofía Medeles (Ajijic, Jal.).- Con actividades familiares para celebrar los días festivos venideros -como el día de las madres o el día del padre-, es como el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF), en Ajijic, pretende impulsar la convivencia y desarrollo familiar y social, según comentó la promotora de la dependencia, Ana Martínez Antolín; durante las últimas semanas de abril, se llevaron a cabo actividades con respecto al Día del Niño.
El pasado 19 de abril se reunieron dos decenas de niños, en la plazoleta de las Seis Esquinas, donde realizaron pinta de piñas de pino y figuras de yeso. Posteriormente, el viernes, se llevaron a cabo actividades recreativas para los pequeños en el barrio de la Canacinta -por la mañana-, en la Capilla del Sagrado Corazón y, por la tarde, en la cancha de la Zapotera.
Pobladores de Ajijic que asistieron o fueron testigos de la iniciativa, expusieron su agrado, ya que consideraron que el proyecto crea un espacio de convivencia para niños, después del resguardo a causa de la pandemia.
“Es bueno, ya que los niños convivían con sus mamás y otros niños. Convivir los ayuda a desarrollar su personalidad y a que no se hagan huraños, y qué mejor que sea en un espacio donde se entretienen y aprenden. Está muy bien que acepten desde bebés hasta niños más grandes, y ojalá se sigan haciendo estas actividades”, comentó una madre quien dijo querer llevar a sus niños.
Ana Martínez compartió que planea seguir durante los meses de mayo y junio, con motivo de la celebración de la madre y el padre. En mayo, se pretende la realización de talleres para mujeres de tejido, mientras que en junio, volverían a ser actividades para niños, para que elaboren un regalo para sus padres.
Finalmente, la encargada del DIF Ajijic agregó que necesita ayuda de la comunidad para buscar espacios donde se puedan realizar los eventos y personas que asistan a los niños durante las actividades. Los días en que se realicen las actividades y dinámicas, serán anunciados por medio de la página DIF Chapala en Facebook.
El consumo de pajarete es muy popular en el municipio, especialmente por los trabajadores del campo.
Miguel Cerna.- El Gobierno Municipal trabaja en la realización de un reglamento para regularizar la venta y el consumo de la popular bebida, preparada a base de leche bronca y alcohol de 96 grados.
Aunque esta actividad ya representaba un tema de salubridad, a raíz de los 11 fallecimientos en Ajijic -entre el 10 y 14 de mayo- y uno más en Jocotepec -el 21 del mismo mes-, relacionados con el consumo de alcohol, el Síndico municipal, Juan José Ramírez Campos, consideró necesaria su reglamentación.
“Ahora con mayor razón; de por sí ya los pajaretes representaban un tema que tenía que ver con las cuestiones sanitarias, ahora con el tema del alcohol que está propiciando la muerte de personas aquí en la Ribera de Chapala, con mayor razón hay que entrarle (…)aunque pisemos callos”, dijo durante la Sesión de Cabildo del 21 de mayo.
La regularización fue planteada por el Presidente Municipal, José Miguel Gómez López, al gremio de los pajareteros -en una reunión sostenida el pasado 23 de abril-, cuya propuesta busca atender las disposiciones de salubridad, el manejo de residuos y acondicionamiento, debido a que actualmente son un punto de molestia para vecinos por los malos olores.
“La plática con los que están en ese gremio fue el que ya es una realidad el pajarete; simplemente, basándonos en los usos y las costumbres, darle una forma jurídica donde garanticemos la salud del consumidor y, obviamente, estar apenados a toda la normatividad en materia de salud”, explicó a los ediles.
Por su parte, la regidora María Dolores López Jara pidió incluir en las mesas de trabajos a expertos como los directores del Centro de Salud, Hospital Comunitario y Clínica Municipal, para no aprobar algo que por ley está prohibido.
“Me parece un poco contradictorio tratar de regular algo que está prohibido: la venta de leche sin pasteurizar está prohibida. Sí me gustaría que escucháramos estas voces -de expertos en salud-, una sin el afán de perjudicar a nadie que se dedique a esto, pero también de no vernos aprobando algo que ya está prohibido”, apuntó.
Por unanimidad el proyecto de reglamento para la regulación de la venta de pajaretes fue turnado por el cabildo de Jocotepec a las comisiones edilicias de Gobernación, Reglamentos y Puntos Constitucionales y a la de Salud y Combate a las Adicciones, para su análisis y dictaminación.
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