Jesucristo siempre chocó con la actitud, el comportamiento y sobre todo con la soberbia e intransigencia de los sacerdotes de su tiempo; los encaró con valentía y dureza porque habían convertido la religión en un comercio lucrativo para ellos y por su falta de amor a los demás. Nos lo advierte no para criticarlos, sino para ayudarlos a que recapaciten ellos y nosotros. “En la cátedra de Moisés han tomado asiento los escribas y los fariseos. Por tanto, todo lo que les digan, háganlo y cúmplanlo…, pero no hacen. Atan cargas pesadas y las echan en las espaldas de la gente, mientras ellos no quieren empujarlas ni con un dedo”, Mt. 23, 2-4 y 55.
Jesucristo no generaliza. Yo tampoco lo hago de ninguna manera, porque he conocido sacerdotes congruentes en su desempeño de guías espirituales. Por eso su amor, su celo en el cuidado del rebaño. Pero es triste y desesperante ver cómo otros no quieren darse cuenta de que su ejemplo, a quien más está dañando es a la niñez y a la juventud.
Son los mismos jóvenes quienes captan el mensaje doble, reflexionan y luego expresan su sentir sin tabúes ni falsos respetos humanos; no son fáciles de convencer ni pueden experimentar respeto por aquellos seres humanos que se presentan como orientadores o guías religiosos; que les enseñan una cosa pero hacen otra.
¿Qué sucede entonces?
Los jóvenes se alejan de todo lo espiritual y entran en conflicto con sus progenitores. Creen en Dios, pero no entienden por qué los que conocen a ese Dios están tan lejanos y retirados de ellos.
¿Qué haría usted si le tocara escuchar los comentarios que se dan entre los jóvenes, que expondré en breve? ¿Regañarlos? ¿Asustarse y mostrar indignación? ¿Decirles que son unos blasfemos que se van a ir al infierno? ¿Que Dios los va a castigar? ¡¡N’hombre!! Sólo Les va a servir de burla y sólo sentirán lástima por usted. Y, a parte, ningún mensaje les va a dejar, los va a desorientar todavía más.
Ahora, los comentarios que se hacen entre los jóvenes.
—Uta, güey, los padres (sacerdotes) se olvidaron de servir a la Iglesia, güey. ‘Hora nomás mandan, güey, nada les parece, güey, y de todo se encabronan, güey. Y todavía quieren que los que todavía creemos un poco vayamos donde están ellos, güey. ¡Dónde la vieron!
—Neta, güey. Güey, se la pasan encerrados en el templo. Yo nunca los veo, güey, que vayan a visitar a la gente a sus casas. Güey, si van por la calle ni siquiera saludan. Como que son más acá, güey. Yo no me imagino a Cristo así, güey. ¿Cómo está eso, güey? ¿En qué trabajarán? ¿Qué hacen?
—Sí, güey, quieren que vayamos a misa, y cuando mis jefes me obligan a ir, güey, se la pasan regañando y unos dicen que somos una bola de pecadores, gúey. Y de Diosito ni dicen nada, güey. No, pos, mejor me quedo en mi cantón, ese. Aunque a mi jefa esté chingue y chingue. Al cabo Dios está donde quiera, güey. Eso le digo a mi jefecita.
—Güey,pos ya sabemos que somos pecadores, pero luego nos dicen que no robemos, güey, pero ellos roban; que no digamos mentiras, y ellos mientes, güey; que nos abstengamos de todo contacto sexual, pero ellos violan y hasta a los pobrecitos niños, güey. Que no se manchen, güey. ¿Cómo quieren que nos acerquemos a lo bueno? Así, ¿cómo?
—No todos son iguales, güey. Si investigas, te das cuenta que son el 2 ó 5 por ciento. En todas las religiones y creencias se da, güey, no nomás en los católicos, güey. Todos sabemos que en donde más se da el abuso de niños es en las mismas familias, güey, y pos tampoco ahí se puede generalizar. La neta que no lo estoy diciendo para justificarlos, porque no hay justificación, güey. No se vale satanizar a todos.
—Hay muchos curas que sí son chidos, güey. Les gusta su jale, pero pos por las maniacadas de unos pierden todos, güey, como dice el dicho, y eso no se vale. Bien dice mi abuelo, que nuestra fe debe estar en Cristo, no en el Cielo. Diosito nunca nos va a fallar, güey.
—Pobres güeyes. Yo digo que los deberían dejar casar. Dicen, güey, que antes sí se casaban. Yo pienso que eso es hasta antinatural, güey. No manches, también son hombres y su cuerpo reacciona como el de nosotros, güey. Yo eso, neta que no estoy de acuerdo, güey. Todos deberíamos decirle al Papa, “dígales a sus padres que se casen”, y los que no quieren, por no y ya. ¿No, güey?
Todas estas conversaciones y las dudas que surgen entre los jóvenes de ambos sexos son para tomarse en cuenta, acercarse a ellos y aprender; creer unidos y juntos todos encontrar soluciones.
No es tan sencillo como lo plantean algunos allegados al templo, que arman un escándalo y dicen:
—Es que a veces Lalo dice…, es que Lalo es un blasfemo, es un maldito de Dios; es que Lalo se cree mucho, con poquito que estudió ya se atreve hasta a hablar de los sacerdotes…, es que Lalo piensa que es puro y bueno, pero es un hijo de la chingada. Y el periodicucho ése de la Laguna que le sigue la corriente.
¡No, señores de la buena consciencia! Lalo es tan pecador como todos ustedes, de puro y santo no tengo nada, soy tan o más católico que ustedes y mi fe se las muestro con mis obras, pero soy tan defectuoso como cualquiera. Dios lo sabe, Dios me conoce mejor que yo; pero amo a mi Iglesia y a sus sacerdotes, por eso no los alabo cuando la están regando; me uno a ellos y busco sus orientaciones cuando veo su interés por el rebaño, su sabiduría, su entrega a Cristo, a pesar de sus defectos contra los que tienen que luchar, como luchamos todos. Soy un maldito para ustedes, pero no para Dios.
Retomando las charlas de los jóvenes, aprendamos que la juventud es más sincera que nosotros los adultos. Sí está desorientada y entregada a las drogas, es porque nosotros y los sacerdotes no hemos sabido guiarlos. La juventud entiende que Dios es un misterio inabarcable a la razón humana y que en Jesucristo se hizo hombre y nos propone una nueva manera de vivir en sociedad: amándonos como Él nos ama, para ser felices y justos. Pero esa juventud no encuentra quien le desmenuce el mensaje y el amor de Cristo; quien se lo haga digerible. Aún dentro del misterio divino puede asimilarlo, pero le hace falta ver lo sólido de la congruencia en aquellos de los que trata de aferrarse. Al no encontrarla, se desvía y penetra a un mundo de vacío existencial, de desenfreno, de falta de valores… Se pierde en este mundo actual en el que lo que abunda es información engañosa, verdadera o falsa. Y todos somos culpables. Sacerdotes, pastores, sociedad y gobiernos.
Por: Ili (México de Lejos).- Como ya lo sabrá, México de Lejos es un artículo cuatrimestral enfocado a la entrevista de gente mexicana radicando fuera del país. Sin embargo, para esta ocasión, me tomé la libertad de escribir y compartir algo diferente.
Hace un par de meses, siendo yo originaria de Ajijic, y viviendo por azares del destino lejos de ahí. Decidí embarcarme por iniciativa propia en una misión de salud que me cambiaría por completo la perspectiva en todos los sentidos.
Fui a dar a una parte del mundo que desconocía y de la cual no tenía ni la mínima concepción de lo que implicaba llegar hasta allá y mucho menos de las condiciones en las que están.
Haití, llamándola yo, la tierra de las Loas, esa enigmática isla, donde la tierra abraza al sol con estupor y donde los sonidos de caracoles se escuchan por las noches. Bufa hoy con gritos de ayuda.
Las carencias son extremas tanto en vivienda, comida, vestimenta, educación, salud… Las comunidades son segregadas y existe una marcada diferencia entre el que tiene y el que subsiste con tan poco.
La contaminación abunda en las calles y carreteras: miles de botellas de plástico, contenedores de hielo seco, y basura forran y rellenan lo que algunas ves fueron ríos que pasan entre carreteras.
En los mercados, por así decirlo, se encuentra a la venta lo que la misma gente cosecha como cebolla, zanahoria, chirimoya (una especie de tubérculo parecido al poro o la batata), papas…
Las casas son una especie de choza, que se levanta primero con una especie de armazón de palos y se recubre con una mezcla como de adobe. A falta de una cama, se duerme en el suelo. La cocina (leña) y el baño (letrina) se construyen por separado.
Para mi buena suerte, ahí viven mexicanos, que como yo, fueron con las ganas de ayudar y hoy algunos permanecen haciéndolo a diario. La Comunidad de Hermanos Maristas me extendió la invitación, me abrió las puertas, me tendió la mano, me dio refugio, me alimentó y, bueno, hasta de asistente dental, secretario e intérprete (el idioma que se habla es francés y créole), me apoyaron.
Cuatrocientos ochenta y tantos diagnósticos sólo en la comunidad de La Tibolière, realizados mayormente en niños desde el punto de vista dental, y alrededor de 750 pendientes (Dame Marie) y que no pude ir a ver, fueron más que suficientes para comprobar que la necesidad de servicios de salud en general es escasa, urgente y extremadamente limitada.
Pude hacer esto en una escuela aprovechando que los niños asistían a clases, donde algunos caminan hasta tres horas sólo para asistir, por caminos de un cerro que cuando llueve se deslava, fango resbaloso, maleza o el camino se bloquea porque se inunda; pasaron a revisión dental.
Usando una silla prestada reclinable y una mini lámpara solar, fungieron como mi consultorio oficial, en un patio al aire libre en el segundo piso que sirve de casa para los Hermanos.
Gracias a las donaciones privadas de material de cinco de mis amigos, entre guantes, cubrebocas, gasas, batas quirúrgicas desechables, cepillos dentales, muestras de champú, crema, jabón, juegos de exploración, curetas y escariodontos prestados, entre otras cosas. Fue todo mi material.
Así empecé. Sabía que debía comenzar lo más temprano posible, puesto que no me podía permitir hacerlos esperar después de clases, ya que la mayoría trabaja la tierra y a fuerza, porque o lo que se siembra es lo que se come o es lo que se vende.
Unos sólo comen una vez al día, siendo éstos los que asisten de suerte a la escuela, ya que los Hermanos les ofrecen los alimentos.
Además, tenía los días contados, y dentro de mis metas era cuantificar exactamente las condiciones, lo requerido, la cantidad del tipo de material necesario para poder tratar caries, saber cuántas extracciones, detartrajes, topicaciones de flúor…Debía obtener un consenso general.
La meta se logró, al menos en una comunidad, e incluso pude hacer varios detartrajes y el material se agotó. Ahora debía emprender el largo viaje de regreso.
Pienso volver y voy a hacerlo, porque lo dije y quiero. No importa si soy el único proveedor de salud en esta misión de nuevo. Si mis recursos son limitados y si no puedo ver a todos en cada viaje.
Haití me dejó con el alma preocupada, el corazón tenso y una urgente necesidad de saber que puedo hacer algo. El compromiso que sola me he impuesto será el comienzo de un largo, difícil y contencioso trayecto, que sé que por más mínimo que el resultado sea, el impacto será positivo.
México, siendo un país pobre, es un imperio comparado con lo que vi.
Agradezco a quienes formaron parte de esto, directa o indirectamente, porque sin ustedes nada de esto hubiera sido posible. Ustedes al ayudarme a mí, ayudaron a cientos.
A mis amigos: Cindy Yee, Paola Rey, María Soto, Eddie Chong, Michelle Negreros y a toda su Familia.
Al Provicial Miguel Ángel Santos Villareal, a los Hermanos Maristas: H. Alfredo Alba, en especial por invitarme, confiar y creer en mí; H. Joseph Jean Pierre, H. Rafael Álvarez, H. Antonio Cavazos, H. Jean Claude, H. Sergio Cáceres, H. Luis Enrique Rodríguez, H. Gustavo Cerda, H. Wilguins, H. Parnel Cesar, H. Bricely Joseph, los Maestros…
Extiendo abiertamente la invitación para su participación a todo el profesional de salud y a todo aquel que quiera ayudar; la Oficina del Semanario Laguna sabe cómo puede contactarme.
Por alguna desconocida razón, el destino presenta la oportunidad. A veces no todo tiene sentido; el poder ayudar y hacerlo, es una decisión y una opción para todos.
El apunte:
Los lugares visitados fueron: Le Caye, Jeremie y La Tibolière, a unas de ocho horas de camino por carretera después de Puerto Príncipe.
Por: B. Manuel Villagómez R.
Sí al Lago de Chapala.
Los ejidatarios de Santa Cruz de la Soledad son víctimas de la enorme ambición del poder fáctico que en nuestro estado es el sector inmobiliario, en donde hay desarrolladores urbanos que, al decidir hacer negocio en un área, les vale si es área natural protegida (ANP) o si van a perjudicar mantos acuíferos. Para ellos, el becerro de oro es lo primordial, sin importarles los seres humanos, las futuras generaciones, su calidad de vida, su identidad, su entorno, ni su religión. Tal es el caso de esta comunidad, Santa Cruz de la Soledad, en donde a base de corrupción, los están despojando del área común de su ejido de 164 hectáreas, para un proyecto de más hectáreas y se valen de trampas como ésta: Les dicen que el terreno de dos hectáreas se lo van a pagar en un millón doscientos mil pesos, que les van a dar un cheque de 120 mil y que si en tres meses no les pagan, se quedan con ese porcentaje y no se hace la venta.
La corrupción para despojarlos es una serie de trampas de funcionarios que prestan sus servicios a favor de una empresa de nombre Santa Cruz Inmobiliaria de Chapala, S.A. de C.V., que ya creó un fideicomiso con el Banco Nacional de México, S.A. del Grupo Banamex, y que es parte de otras empresas como Administradora JLC, S.A. de C.V. y Empresas Covasis S. de R.L. de C.V. Reitero, todos los empresarios estamos comprometidos con sostener y crecer nuestras empresas, pero respetando las leyes y sus reglamentos. En este caso, del ejido de Santa Cruz de la Soledad, de conformidad con el documento que nos proporcionó Martha Rodríguez García, ejidataria que lucha con todo el derecho por conservar la unidad de los ejidatarios y de sus tierras.
Se ve clara la forma en que los delegados del Registro Agrario que representan en todo esto la Lic. Selene Corichi Martínez, la Procuraduría Agraria y Asuntos Agrarios del Gobierno del Estado, Mario Vladimir Avilés Márquez, apoyan la compra de parte de los cerros El Junco y El Cántaro para un proyecto inmobiliario de cerca de 450 hectáreas y que, incluso va a estar IPEJAL, pero no demuestran el beneficio real a los ejidatarios, solo el espejo.
La ley contempla que las comunidades pueden ser socias de los proyectos para que se desarrollen, y aquí sólo se ve el desarrollo de los empresarios, haciendo víctimas a las comunidades por culpa de Salinas, que tuvo la idea de quitarle al ejido el concepto jurídico de inalienable, imprescriptible e inembargable y que se pudiera vender, regresando al porfiriato en todo, porque en Santa Cruz de la Soledad, ya hubo un conato el pasado domingo 17 de abril en el que afortunadamente no hubo más que empujones, pues las autoridades, en montón, apoyando a los desarrolladores, hicieron uso de la fuerza para destituir a la Comisaria Ejidal, la Sra. Martha Rodríguez García, quien ahora está luchando para hacer valer sus derechos, pues en lo increíble, la autoridad que debe protegerla apegada a la ley que tutela el ejido, ahora se va en contra de ella por su valor para defender lo que es suyo.
En Jalisco hay mujeres más comprometidas socialmente que algunos hombres. Ella es de esa estirpe al defender sus cerros. Cuando Martha Rodríguez cerró la casa ejidal, el padre Ricardo Javier Ramírez les prestó el templo a las autoridades de los tres niveles de gobierno y a la policía para que, ya de noche, hicieran su asamblea, pero antes corrió a los ancianitos que estaban en la última misa.
Mientras que el Papa Francisco I pide a sus feligreses una iglesia incluyente, solidaria, humilde, que abrace a los más necesitados, y a los excluidos, entre los que ha mencionado explícitamente a los divorciados y a los homosexuales, por no mencionar a quienes profesan otras religiones, algunos representantes de esa misma iglesia en la ribera de Chapala se empeñan en lograr justamente todo lo contrario.
Como si se tratase de un acto de rebeldía hacia el Santo Padre y sus directrices, los curas encargados de las parroquias de Ajijic y San Antonio Tlayacapan se desviven por demostrarnos que sus prédicas de amor al prójimo son sólo de palabra. Su falta de respeto a los demás encuentra su acto más que simbólico en la receta diaria del rosario en altavoces por todo el pueblo de San Antonio cada que el sol sale (“al que no le guste, que se largue de mi pueblo”, es lo que siempre dicen los fanáticos).
Si por algo los ribereños hoy en día recuerdan fehacientemente cuando y quienes fueron los primeros evangelistas en la ribera (1531, franciscanos), es porque esa primera generación de predicadores cristianos no solo vino a hablar de misericordia, sino que también fueron misericordiosos; no solo vino a imponer una tradición, sino que se maravillaron y se fundieron también en la tradición que encontraron.
Por eso es que los sacerdotes egoístas, rencorosos y autoritarios (no todos son así, hay que decirlo), copias chafas de Juan Sandoval Íñiguez, ese Cardenal emérito que nadie echa de menos, no encajan con sus feligreses, un pueblo que sabe de humildad y solidaridad, pues ambas virtudes son las que estos ribereños practican en su vida comunitaria día a día.
Todo parece indicar que el poblado menos favorecido ante la designación de párrocos es Ajijic. El dedo en la llaga lo ha puesto una vez más, un valiente hijo de este pueblo que, una vez más, nos ha demostrado que la hombría no está en la orientación sexual, sino en la capacidad de ser valiente y decir públicamente las cosas como son.
El señor Eduardo Ramos, quizá el evangelizador católico más efectivo en el pueblo, responsable de la manifestación más importante, impactante y tradicional de Ajijic hacia el Dios de los católicos, denunció recientemente, no sólo el boicot del párroco a la Pasión de Cristo, sino además una serie acciones, omisiones y actitudes del cura, que no hacen sino demostrar que hay sacerdotes que hacen y dicen todo lo contrario a lo que el Papa pide a su iglesia.
Entre lo que ha salido a la luz con relación a este párroco, está el rumor de que en algún momento ciertos testigos le escucharon decir textualmente: “yo no estoy a gusto aquí”. De ser así, lo ideal sería que este señor solicite su cambio a otro templo. Se haría un gran favor y de paso le haría también un gran favor a este pueblo que desde hace tiempo espera un párroco amoroso, solidario, humilde y caritativo: un buen cristiano.
El Cristalino es una parte transparente del ojo que al envejecer cambia de forma y en ocasiones puede tornarse opaco, a la visión; lo que se observa se ve borroso; a esta opacidad es lo que se le llama catarata.
La formación de cataratas puede comenzar desde los 45 años y ser bastante molesta a los 70 o incluso mucho antes, si es que no se la ha tratado.
Además de la visión borrosa, otros problemas médicos pueden acelerar el empeoramiento de las mismas como la Diabetes, alguna lesión en el ojo, inflamación, factores hereditarios, radiación, exposición prolongada al sol…
Síntomas adicionales de sensibilidad a la luz, intolerancia a los objetos demasiado brillantes, luces fuertes, dificultad para ver de noche o a luz muy baja, dificultad para poder determinar la intensidad de varios colores, tabaquismo, cambios radicales en la graduación de los anteojos, problemas para poder distinguir entre sombras o un color determinado…Van aunados a este problema visual.
Las cataratas pueden involucrar los dos ojos, o bien puede que uno tenga una catarata más gruesa que el otro.
El Oftalmólogo, quien es el médico especialista de los ojos le realizará un detallado examen ocular y un examen bajo un microscopio de alta densidad (hendidura).
Una vez confirmada la sospecha, el único tratamiento para tratar las cataratas es bajo remoción quirúrgica.
Debe atenderse cuando el Oftalmólogo lo considere oportuno, no posponga ni subestime su condición; las cataratas pueden empeorar y degenerar en glaucoma, regarse a otras partes del ojo causando mucho dolor, inflamación y obviamente una disminución en la visión.
Si cuenta con un alto riesgo de desarrollarlas debido a factores hereditarios; las medidas recomendadas para reducir los riesgos de aparición, incluyen el no fumar, utilizar lentes de sol buenos con la refracción solar adecuada (Rayos UV) y uniforme y visitas de control con el Oftalmólogo.
La reducción del campo visual con el paso de los años es inevitable, pero si tiene cataratas tendrá una mucha mayor dificultad para ver.
No tiene que esperar a que esas “carnosidades o callos” maduren. Eso se atiende cuando el Oftalmólogo considere prudente y punto.
Los ojos son uno de los órganos más sensibles del cuerpo, que no le duela y solo vea menos, no quiere decir que tiene que acostumbrarse a vivir con la vista nublada.
Pregunte al Oftalmólogo acerca de los costos, riesgos y complicaciones del tratamiento y agende su cirugía.
Por Ili
dr.ili.laguna@gmail.com
La pediculosis, o el tener piojos, es algo que puede ocurrir independientemente de la edad, status social e higiene personal.
Estos parásitos se alimentan de la sangre e infestan el cuero cabelludo, provocando una comezón incesante, e irritación por tanto rascarse. Algunos refieren que pueden sentir cómo les corren por la cabeza y tienen dificultad para dormir, puesto que los piojos prefieren la oscuridad. Así que no le extrañe que a luz apagada, lo usen como tarima para una buena fiesta.
Los piojos miden de entre 2 a 3 milímetros y ponen huevos conocidos como liendres. El promedio de vida de un piojo es de 28 días, y las hembras desovan hasta 10 huevos por día, y así, sin sacar la cuenta, todo indica que se multiplican rápidamente.
Cualquiera puede contraer piojos. Estos insectos no vuelan ni brincan, pero sí se arrastran. La manera común del contagio es el contacto cercano y duradero. En menor riesgo por el uso compartido de cepillos, peines, sombreros y artículos para la cabeza.
Así que cuando por fin se percate de que su hijo se rasca continuamente la cabeza, y comprueba un examen la detección de liendres y, por supuesto, piojos, supere el pánico y actúe lo más rápido posible. Consiga un peine de dientes pequeños y bajo buena iluminación cepille secciones pequeñas y remueva todos los piojos y liendres posibles.
Los medicamentos más comunes para tratar esta infestación son de venta libre, y se consiguen en su mayoría fácilmente en cualquier farmacia. Son relativamente baratos, discretos y nadie tiene por qué darse cuenta.
Unos vienen en presentación de champú a base de piretrina, cremas como la que contiene permetrina, loción de malation, loción de ivermectina al 0.5%, spinosad al 9%.
Si quiere tratar con productos naturales, a pesar de que en algunos casos no son tan efectivos como los químicos, las opciones pueden ser infusiones de eucalipto, romero, lavanda, vinagre de manzana, aceite de oliva, mayonesa…
Para evitar que todos los miembros de su familia se contagien, cambie diariamente la ropa de cama, toallas, sombreros y pijamas. Lávelas con agua caliente y a secar con la temperatura más alta.
La pediculosis no pone en riesgo la salud, pero esto no quiere decir que usted permita servir de incubadora para tales parásitos. Es un problema que hoy en día sigue siendo muy común. Siga las instrucciones de uso de los champuses, jabones y lociones. Y por favor, no minimice el riesgo de contagio. Si le pegan los piojos una vez, puede pasarle otra y múltiples veces. Si desarrolla alguna reacción alérgica a un componente de los medicamentos para deshacerse de los piojos, consulte a su médico o a su dermatólogo para encontrar una solución para remover los piojos y para controlar su reacción alérgica.
No le dé pena. Elimine los que tiene y evite que se los peguen otra vez.
Por: B. Manuel Villagómez R.
Sí al Lago de Chapala.
En el anexo 300-A del Comercio e Inversión en el sector automotriz del TLC, quedó muy claro el entreguismo de Carlos Salinas del sector automotriz al capital extranjero, y, por lógica, a las empresas extranjeras que desde 2009 pueden dar el servicio de transporte urbano en donde está el mercado como CDMX, Guadalajara y Monterrey.
Salinas, dueño absoluto del Partido “Neoliberal” Institucional, antes PRI, está feliz porque él firmó el TLC con un objetivo concreto: entregarle al capital extranjero sin reserva alguna todos los servicios que prestaban los tres niveles de gobierno, como es el servicio de transporte urbano a empresas fantasmas —jurídicamente— como UBER, que, domiciliada en San Francisco, California, con 51 mil millones de dólares, llegó a Guadalajara con cero carros en su haber, y con el apoyo de Salinas y sus corifeos de Jalisco —esos que dicen que el dios de oro para ellos es el libre mercado—, pues han creado con esta tontería un caos jurídico entre el poder Ejecutivo y el Legislativo. El Ejecutivo del estado tiene que obedecer la línea Salinista a pie juntillas, y presiona al Legislativo exigiéndole que se olvide del compromiso social con los 22 mil trabajadores del volante y de los dueños de los taxis amarillos, apoyando a los “SALINAS-UBER”.
En agosto, en esta columna, se publicó la entrega “La corrupción del PRI-PAN, los taxistas y UBER”. Hoy la ratifico en todos sus términos y agrego: a Salinas le dio vergüenza negociar el capítulo del transporte con la Confederación Nacional del Transporte, que estaba en la CNOP del PRI, y le dio a la Cámara Nacional del Transporte todo el poder, incluso los Senadores y Diputados. Fue mal agradecido porque la CNT le regaló un camión para su campaña. Era como avión, lo conocí, hice campaña para diputado federal suplente con Salinas, y cuando llegó al poder, traicionó la palabra “REVOLUCIÓN” por la de “entreguismo”. En esta columna hay parte de esa historia, y me regresó al Congreso porque, al regresarles la Ley UBER, tienen oportunidad de apegarse a la Carta Magna y a la Constitución particular de Jalisco y restituir los derechos y el poder que Salinas, y ahora Peña Nieto, con su outsourcing les quitó a los 22 mil trabajadores del volante, dejándolos sin Seguro Social e INFONAVIT, garantías sociales previstas en la Carta Magna.
Yo representé al PRI en los foros de consulta del Senado, sé que los E.U. conocen que nuestro régimen es estúpidamente presidencialista y basta manejar al Presidente para que el capital extranjero obtenga lo que quiera, porque él ordena al poder Legislativo, al Judicial y a sus Gobernadores, y los UBER obtienen lo que se les antoje. Por lo antes expuesto, y en nombre de la soberanía del Estado de Jalisco —lo digo con todo respeto—, los diputados deben de privilegiar y restituir el poder del transporte urbano de taxis que les quitó Salinas, creando el Consejo Regulador del Transporte Urbano de “Taxis”, y dejando un transitorio en la Ley que marque el tiempo para darle vida a este Consejo Regulador, así como al reglamento que deberán de consensuar las partes y de esta manera. El Congreso de Jalisco sería pionero en poner en alto la soberanía de su transporte urbano de taxis ante la ambición de los pulpos Salinistas y Peñanietistas, que sólo ven el dinero que sacan de inmediato del país, usando a empresarios de Jalisco que invierten ahora en espejitos gringos. Hay que entregar las placas pedidas por personas de 20 y 30 años de taxistas, regular a piratas, hacer el estudio de mercado y, si no se cubre, hasta entonces y sólo hasta entonces, se le puede dar entrada a la UBER-SALINISTA.
Hoy amanecí con tu nombre atravesado en la garganta,
me nacieron alas para escribirte ciudad olvidada de Dios.
A la sombra de un naranjo, las hojas dictan y
vuelo al enconado pretérito que duele.
Una niña platica con una muñeca al ras del machuelo.
Emergen recuerdos en hilos de tiempo:
diminuto cuarto, un calentón
y sostener agitada respiración ante el aparato caja.
Ciudad Juárez en mi memoria
Nunca vi la sonrisa del padre que me heredó: inteligencia y apellido.
Fui una niña con sueños azules,
jugué con pedazos de juguetes, trompos y canicas
que encontraba en la calle de tierra,
del basurero recogí hilos y tejí sueños.
II
Nací de un óvulo joven y un esperma inteligente.
Disfrutaba la excelente comida que veía en la tele
y soñaba, con refinados gustos que no existieron.
Límpida niñez era cuando entre hermanas,
paseábamos por el desierto y asombradas
reíamos al descubrir: correcaminos, culebras y conejos.
Pescábamos a orillas del río Bravo y vislumbrábamos en la comisura de ojos indocumentados: ambición y miedo.
Sin embargo, si no hubiera sido por la prudencia y arrebato de mi madre,
fuera una más de ellas, de las muertas de Juárez.
III
Hoy, los naranjos -de todos los tiempos- murmuran reclamos
a esta ciudad-infierno.
Ciudad Juárez frontera noble que resguarda al emigrante,
al coyote, al protestante, al salvaje.
Ciudad, coladera del mundo,
escoria donde hacen imperio
los peores demonios.
Hay días que las muertas tocan mi sueño
y por la madrugada una inquietud me oprime el pecho.
Inquieta viajo y presencio: una súplica, atroz oscuridad,
hambre, sangre, silencio
entonces reanudo el rezo.
Sangre que bombea lento, palpitar de la última cita,
orgasmo maldito, cuencas vacías
y una María perdida en la ciudad-infierno.
Un hombre-animal que asaltó la comisura de 500 clítoris ajenos
y merece
ser decapitado.
Las hojas esmeraldas tararean una canción de paz
y presencian extraviado aliento.
IV
Mujeres-tierra, morenas y delgadas, atribuladas de juventud
portaron el pecado de ser pobres
y extraviaron el camino a casa.
Hoy, la fuerza de un perverso nos arrebató a 500 juarenses
que no arrullarán más infantes y menos,
cantarán canciones de cuna.
Por hecho de nacer con el pecado de ser féminas.
ofrezco el tarareo de estos versos, brindo corona de naranjos
para devolverles, la dignidad perdida
y que la Justicia pertinente,
llegue en su momento.
Cronista: Gabriel Chávez Rameño
En alguna edición de las crónicas en Laguna, escribí sobre un tesoro que se encuentra en el cerro de García, específicamente en un lugar que le llaman “Las Tinajas”. Dicho tesoro, al igual que muchos que se saben, está maldito o encantado, y se debe de hacer un ritual para poder hacerse de él. Para poder llegar a ese lugar, se debe de tomar el camino que lleva a el pueblo de El Sauz, de ahí caminar con rumbo al cerro de García y, al llegar a un arroyo, se toma el camino que va directo al paso de Toscano, donde hay unas peñas. Por cierto, hace unos meses ampliaron el camino para que pudieran pasar automóviles y de ahí surge esta historia.
“Llegué al trabajo y me pidió el patrón que agarrara la maquina porque nos íbamos a ir a El Sauz a chambear. Ya ves que tengo tiempo trabajando la maquina. Bueno, después de subirla al camión, nos fuimos y me dieron las indicaciones del trabajo que iba a realizar. Íbamos a ampliar la calle y a rebanar parte de la peña que está ahí, cerca de “Las Tinajas”. Por cierto que está bien bonito. Bueno, cuando el del camión me dejó, prendí la máquina y empecé a caminar con rumbo a donde iba a ser el trabajo. El compañero del camión se fue y quedé sólo trabajando… Ahí andaba, echándole ganas al trabajo, cuando llegué hasta las peñitas. Ya casi era la hora de comer, así es que seguí trabajando, y al poner la pala en la peña para empezar a tumbarle pedazos, de repente la máquina se paró. Volví a echarla andar y otra vez, y cuando quise poner la pala en la peña, la máquina se volvió a apagar. En ese momento pensé que estaba sobrecalentándose, así es que la deje apagada y me fui a comer… Cuando volví, prendí la máquina y creía que por estar fría había encendido fácilmente, y me puse a trabajar quitando tierra que había en el camino. Me encaminé otra vez hasta la peña, y volvió a pasar lo mismo: la máquina se paró al momento que trate de derrumbar la peña. Empecé a sentir como algo raro. Como si me estuvieran viendo, y nada más me retiraba de la peñita y la maquina seguía jalando sin parar. Volví nuevamente a querer derrumbar la peña y de pronto la pala quedo atorada. La maquina seguía jalando, pero como si la hubieran agarrado y no se movía ni p’arriba ni p’abajo, y en eso empecé a escuchar en la lamina del techo como si estuvieran aventando piedras. Eran golpes muy fuertes, y en eso vi como las piedras revotaban. Me fui en reversa, la pala se aflojó y pude sacar la máquina, pero seguía escuchando como me aventaban piedras. Cuando me retiré un poco, me salí de la máquina y me asomé a ver quiénes eran los que me aventaban las piedras, pero no había nadie. Ya eran como las cinco de la tarde y ya me quería venir a mi casa. En eso llegó el patrón y el chofer del camión, y me preguntaron que por qué tenía la cara de asustado. Les platiqué lo que me había pasado. Me dijeron que no era cierto y me hicieron que prendiera la máquina y volviera a trabajar, que ellos iban a estar ahí y que iban a ver. En eso, cuando me acerqué otra vez a la peña, se volvió a trabar y el patrón y el chofer se quedaron sorprendidos, y cuando retrocedí la máquina y moví la pala p’arriba y p’abajo funcionó muy bien. Volví a intentar, y pasó lo mismo. En eso, volvieron a aventar piedras, y el patrón y el chofer corrieron para ver quiénes eran, y su sorpresa fue mayor cuando no vieron a nadie. Nomás las piedras pegaban en la máquina. En eso, volvieron conmigo, y de pronto se escuchó como si una manada de caballos viniera. Nos subimos a la máquina y no pasó nada. En eso que me dice el patrón:
—¿Sabes qué? Mejor vámonos. Ya mañana le seguimos.
Y nos retiramos del lugar…
Llegamos a El Sauz a tomar un refresco y, platicando ahí, el señor de la tienda nos dijo que eran las ánimas de “las Tinajas” que cuidan un tesoro que está por esos rumbos escondido… Ya el patrón me dijo que abriera el camino por otro lado, y desde ahí ya no me dejó andar sólo. Yo creo que pensaba que si me encontraba el tesoro me iba a ir…”
Así lo platico Arturo R., quien vivió esta experiencia y que sintió lo que muchos cuando las manifestaciones de otros mundos se hacen presentes.
Un siete noviembre llegué con las manos vacías y lacerada el alma. Mi esposo cargaba una tristeza y una acuosa verdad temblaba en casa. Tu primer regazo, corazón fue un escaparate de luz que te iluminaba toda, ciega luciérnaga de alas libres.
Brotaste del mar de mis adentros, cicatriz primera. Eras un sueño antiguo, sonido de caracol y niña de ojos limpios germinaste en nuestras vidas como el maíz y el cactus. Al salir de la vitrina, con tu piel y ojos ocres, conociste sonidos de ciudad, claxon, pasos, múltiples voces, entonces reconociste las nuestras que a diario escuchabas y el amor en casa te envolvió.
Mi chupa dedo, herida de luz, manantial de amor, tú que en mi vientre platicabas con tus pies hasta el cansancio, dulce cascabel, presencia mágica que iluminaste este hogar. Niña ojos de endrina llegaste y adoptamos un rosa que antes nos era indiferente, con el pintaste todo: versos, vestidos, sonrisas, libros, encajes, collares, desvelos, libretas y la sinfonía de casa.
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