A Pablo Rojas Contreras
Chapala era llamado “Mar chapálico”, pues hacía grandes olas que salpicaban a los novios cuando pasaban por el malecón. Ahora sólo hace pequeñas olas que cosquillean nuestros pies desnudos, cuando corremos por la arena quemada de su playa.
Todos los sábados, cuando era niño, iba con mis amigos al faro a pescar y a jugar a los clavados. Los domingos, después de misa de niños, íbamos a la casa de don Pablo, quien estaba en la puerta de su casa tejiendo con sus hilos de nylon, metiendo y sacando su aguja de madera que él mismo hacía. Era un campesino y viejo tejedor de historias. Pero el amor por el lago era más fuerte que eso. Hacía atarrallas sólo de encargo para algunos pescadores de la ribera. La historias las contaba con tanta verosimilitud que todos los niños que nos acercábamos a él, creíamos cada palabra que brotaba de esa voz cansada pero que fluía como río.
Para lo chiquillo que éramos, ese viejo sí sabía florecer nuestra imaginación, pues le ponía sabor a las historias con los ademanes que hacía con sus manos surcadas de años.
Nos contaba del tesoro escondido en la cueva del cerro San Miguel, donde matábamos pájaros con las recuas; del Dinosaurio dormido por encanto en las entrañas del mismo cerro; de los aparecidos en el panteón; de los venados que hace mucho ya no bajan al lago a tomar agua; de La Niña, una chiva que se encontró en Brisas y la adoptó; de cuando su padre fue revolucionario; nos platicaba de su novia la Viuda Negra, esa que mató muchos gringos y se hizo rica, etc. Nos hablaba de tantas historias nuevas, viejas y repetidas. Y cada domingo estábamos puntuales, escuchando atentos. Ya que al final del relato esas manos se mostraban generosas y nos daba un puñado de galletas o dulces.
Siempre nos recibía con una sonrisa transparente. Lo encontrábamos a teje y teje sus hilos de nylon. Al unísono de su voz, metía y sacaba sin titubeos. Ese viejo entretejía muy bien las historias, y algunas veces las hacía más interesantes y divertidas. Nos platicaba de cómo bajaban los tejones, ardillas y tlacuaches a la laguna, y él los espantaba a pedradas; de cómo la gente iba a misa en lancha; de cómo las mujeres lavaba en la laguna; además de cuando era chiquillo y maniobraba su canoa de carrizos en las olas del Mar chapálico.
Cuando él era niño, siempre andaba con los pescadores. Lo llevaban a la laguna y siempre regresaban por el lado de la estación del ferrocarril. Le gustaba llegar a embucharle a las sandías y a los pescados que cocinaban los pescadores donde tendían, limpiaban o reparaban sus atarrayas y chinchorros. Nosotros veíamos cómo arqueaba las cejas cuando relataba una historia salpicada de su vida y decía que fue el mejor marinero de aguas dulces.
Algunos años después, regresé a romper el encanto que tienen las cosas barnizadas de pretérito, y, así, poder constatar que no corresponden al recuerdo que de ellas tenemos. Nada es eterno y por eso rescato una de las tantas voces cansadas que habitan en Chapala: una historia de don Pablo, Marinero de aguas dulces.
Mi niñez fue divertida y grandiosa, escuchando todas esas historias que siempre creíamos y recreábamos en juegos y en nuestra imaginación.
Don Pablo, además de contar historias, daba consejos a los jóvenes imprudentes que osaban nadar muy adentro de la laguna, ya que ésta tiene corrientes encontradas y una venerada columna de vapor de agua. Además el lirio y el tule son dos enemigos que se añaden, ya que si alguien se enreda en ellos, muere ahogado.
Cuando los hombres inician a trabajar en la pesca les advierte sobre los diferentes vientos que siempre ponen en predicamento a cualquier persona que aborda una barcaza. Los peligrosos vientos ponían en aprietos a todo navegante, pues a veces alcanzaban los cuarenta nudos.
En una ocasión, cuando fue gobernador el Lic. González Gallo, Chapala vivía en ese momento una de las primeras sequías. Por medio del gobierno, llegó la Secretaría de Marina. El capitán de la misión era orgulloso y engreído. Cuando llegó al pueblo don Pablo, se acercó a él presentándose cómo era su costumbre, para informarle sobre los diferentes vientos. Don Pablo absorbía todo el conocimiento de los investigadores del vaso lacustre, siempre aprendiendo y después repetía las conclusiones, hipótesis y frases de memoria, así fue como se convirtió en Marinero de aguas dulces.
Decía con certeza y claridad “uno de los principales problemas naturales del lago, es que genera túneles de viento y ellos varían el clima. Además, de acuerdo con el origen de los vientos, así son conocidos por los lugareños. El viento que sopla del oriente se le llama Mexicano; y si viene del sudoeste se le dice Colimote; si predomina del occidente se le denomina el Abajeño; y en el caso del norte es el Tapatío, pero, si proviene del noroeste, es llamado Poncitleco.”
Bien dice el dicho: “más sabe el viejo por viejo que por diablo”, y así don Pablo conectó muy bien el cerebro con la lengua y repitió la teoría que había experimentado y practicado por varios años. Él hizo hasta lo imposible para que el capitán entendiera todo sobre los diferentes vientos pero el capitán sólo le regaló una carcajada a estruendos a aquel hombre de manos generosas, o pobre diablo, como le llamó el capitán.
La información que recibió aquel capitán de Marina no se sostenía en ningún documento oficial. Tan sólo en la palabra del viejo tejedor de historias. Y esa noche el capitán, decidido, salió a navegar. A la mañana siguiente, después de haber soplado fuertemente el Abajeño, encontraron varios cuerpos flotando entre la masa verde y espesa de lirio, y entre ellos se encontraba el cuerpo inerte del capitán.
Por: Santiago Baeza
El proceso de selección de candidatos para los partidos Demócrata y Republicano ha despertado ya muchas pasiones dentro y fuera de los EEUU. Contrario a lo que motivó la atención en procesos anteriores, lo que llama la atención no es precisamente quién de los aspirantes es el más atractivo, ya sea por sus propuestas o por su actitud, sino el más rupestre, ignorante, violento y desagradable de todos ellos: .
Sustentado en un discurso tan elemental como racista, este millonario norteamericano inició su campaña escupiendo insultos hacia cualquiera que no represente los valores WASP: white, anglosaxon, protestant (blanco, anglosajón y protestante). Como es sabido, primero arremetió contra el pueblo mexicano, al llamarnos “violadores” y “delincuentes”. Pero no paró ahí. A lo largo de su campaña, igual se ha distinguido por criticar a los orientales, como a los musulmanes. Incluso a estos últimos amenazó con expulsarlos del país si llega a la presidencia.
La bajeza de sus palabras no pasaría de lo anecdótico, si no fuera porque sí le está redituando en las encuestas, pues básicamente al día de hoy se encuentra muy por encima de cualquiera de sus compañeros aspirantes republicanos y, de seguir así, seguramente representará a su partido en las próximas elecciones de su país, amparado en una lógica y un discurso que no pocos comienzan a señalar como una copia del que Adolf Hitler utilizó para hacerse con el poder en Alemania, previo a la Segunda Guerra Mundial.
Por si esto fuera poco, Trump ya pasó de la bromita pesada a la amenaza textual, al asegurar durante una entrevista telefónica con el periodista Bob Woodward, de la cadena NBC, que en su afán por obligar a los mexicanos a pagar un nuevo muro impuesto por él, de ser presidente, recurriría incluso al uso del ejército de su país: “México no querrá jugar a la guerra con nosotros”. Así de simple.
Este último comentario del magnate no es solo un disparate, sino que toca fibras sensibles en un pueblo que tiene una larga historia de desencuentros con EEUU, pues en el largo listado de países invadidos por la nación de las barras y las estrellas, México ocupa el primerísimo lugar, con dieciocho de ellas, entre las cuales se cuentan las incursiones militares que concluyeron con la pérdida de casi la mitad del territorio mexicano durante la primera mitad del siglo XIX. Hay que decirlo, el tiempo no ha borrado del todo esas heridas de guerra.
Ignorante como es, Donald Trump no ha caído en la cuenta de que su país mantiene un tratado de libre comercio con el pueblo que tanto odia; que el flujo comercial entre ambos países es fundamental para su propia economía; que la vecindad física entre ambas naciones promueve también un flujo cultural de ida y vuelta imparable; que miles de sus connacionales viven hoy en territorio mexicano, además de los “beaners” que él planea perseguir y regresar a México, a costa de darle un balazo en el pie a la microeconomía norteamericana, que se sustenta con mano de obra mexicana.
Lo que no ha pensado el candidato de los supremacistas blancos, es que para que el discurso del odio funcione, tiene que haber una contraparte. Si el blanco exalta y manifiesta su odio, entonces provocará que el morenito, el negro o el amarillo reaccionen de la misma forma. Es una ley física que Newton escribió con números, pero que aún así aplica, pues a toda acción corresponde una reacción igual y en sentido contrario.
De seguir Trump en su camino, no sólo seguirá fomentando el odio entre sus seguidores, sino también en sus cada vez más numerosos adversarios, dentro y fuera de ese país.
Aquí mismo en la ribera hay una numerosa comunidad de “gringos” la cual se cuenta en miles, ya sea de forma permanente o temporal. Si bien en una sociedad multicultural como la de esta región nunca faltan los incidentes provocados por diferencias culturales y hasta por prejuicios raciales, no pasan de ser situaciones menores y sin importancia. Pero una escalada racista entre estos países o simplemente un incidente diplomático derivado de la actitud peligrosa de gente como Donald Trump podría terminar con una crisis económica o incluso social aquí en la ribera.
Como suele suceder, la intensidad electoral de EEUU será notoria en esta zona, particularmente en Ajijic, ya que dada la cantidad de norteamericanos residentes, las calcomanías en los autos, las banderolas y los comités de campaña en uno y otro bando serán visibles en cafés y centros de reunión. Y aunque suene inverosímil, no falta el que sí piensa votar por el magnate racista. Así que desde aquí seguiremos muy de cerca el desenlace de este proceso, esperando la caída de Donald Trump. Cuando esto suceda, nos uniremos alegres al festejo de sus vencedores. No importa quiénes sean.
Cronista: Gabriel Chávez Rameño
Cuántas historias y anécdotas se han escuchado en torno a las visitas a Talpa de Allende a ver a la Virgen del Rosario. En especial, de aquéllas en las que los vivos hablan con los muertos o viceversa, se dice que son almas en pena que no pagaron su manda, o que murieron en el camino. Sin embargo, se aseguran que son verídicas y que han sucedido. Para muestra, este fragmento que a continuación presente y que queda al análisis de usted, querido lector, y que es probable que usted mismo haya escuchado algo parecido. Se cambian algunos nombres de los protagonistas por así solicitarlo.
“…Se me hizo un ratito la dormida, pero en realidad eran ya las once cuando me despertaron y me quedé sorprendido al ver la cantidad de gente que pasaba a nuestro alrededor. Viejos, niños, mujeres, hombres, señoras con bebes en brazos y nadie se rajaba. Algunos pasaban rezando, otros en silencio y meditabundos, algunos caminaban aprisa y otros lenta pero constante…
Embobado por el descubrimiento que había hecho, se me olvidaron mis compañeros de viaje. Al recordar volteé a verlos, pero no los vi. Me puse un poco nervioso y apreté el paso para tratar de alcanzarlos. No muy lejos los divisé y me sentí aliviado. Al ver la cantidad de personas perdí la noción del tiempo y no supe qué hora era, y ni me importó en fijarme. Ya próximo a alcanzar a Camilo y Juan, sentí la mano de alguien sobre mi espalda. Al voltear, me di cuenta que era un anciano con cara de felicidad y alegría. Me saludó y yo le contesté:
—Me llamo Anselmo —me dijo—. Voy rumbo a Talpa, pa’ ver a la virgencita. Sabe que estoy enfermo y no me puedo curar. Ya vi muchos médicos y ninguno le atina. Tengo fe de que la Virgen de Talpa me curará, pero ya me ve; voy solo. Ni quién me acompañe. Ya tiene rato que mis familiares me dejaron, y todavía no los veo.
Yo solamente lo escuchaba y seguíamos caminando.
Don Anselmo me contó que venía de un pueblo que se llama San Luis, cerca del pueblo donde vivo, y me preguntó que cuándo me devolvería de Talpa. Le contesté que nomás llegábamos a ver a la Virgencita y nos devolvíamos. Conforme caminábamos, me platicó un poco de su vida. De la misma forma, yo le conté de la mía. Me pidió de favor que cuando regresara a mi pueblo, pasara a su casa a decirle a su familia que los iba esperar en Talpa, para que se fueran y le pidieran al padre que oficiara una misa el día de su cumpleaños, el 20 de marzo, y que ahí iba estar con ellos, para después regresar en paz y estar sin pendiente. En ese momento, no me di cuenta de lo que me dijo, hasta ahora.
—Pregunta por la casa de don Anselmo González —me dijo—. Soy muy conocido en el pueblo y rápido dará con mi casa. ¿De dónde me dijiste que eras muchacho?
—De San Juan —le respondí, y me preguntó:
—¿Conoces a don Feliciano Vergara?
—Es mi abuelo —le respondí.
—Le dices que pronto nos veremos.
—Qué pequeño es el mundo —le dije.
—No tienes idea muchacho —me respondió—. Aquí me quedo.
Cuando volteé para despedirme, ya no lo vi.
Por fin, alcance a los muchachos y entramos juntos a Talpa. Cuando llegamos a la iglesia, me impresioné al ver la cantidad de gente: unos caminaban de rodillas, otros con penitencias, pero todos con mucha fe, incluyendo a Camilo y Juan. De regreso, durante el camino, les platiqué a mis compañeros del viejo Don Anselmo y les pedí que me acompañaran a San Luis a llevar la razón que el señor me había encomendado. Definitivamente, cuando pregunté por él, rápido me dijeron dónde era su casa. Al tocar la puerta, una señora ya desgastada por los años abrió y me preguntó que a quién buscaba, y le dije:
—Traigo una razón de Don Anselmo González.
La señora me vio de una forma que nunca olvidaré. Parecía como si hubiera visto a la misma muerte. Quedé sorprendido y continué:
—Que se fueran a Talpa, que allá los iba a esperar para pasar con ustedes su cumpleaños, para que le ofrezcan una misa y…
No pude continuar, porque la señora empezó a llorar. Camilo y Juan voltearon a verme y, al igual que ellos, yo también quedé sorprendido cuando la señora me dijo:
—Mi viejito te dijo eso, el ya tiene más de doce años de muerto y precisamente murió un día antes de su cumpleaños. Había prometido celebrarse una misa en Talpa, pa’ su cumpleaños, pero, pero…
Y soltó su llanto. Esto, al parecer, se vive en el camino de Talpa en la visita a la Virgen del Rosario, hacedora de muchos milagros.
Por: ILI
Es cuando una víscera se protruye fuera de su lugar atravesando las capas musculares que se anteponen a ella. El tipo de hernia depende de su localización y del órgano involucrado, de esta manera se facilita su hallazgo y el respectivo diagnóstico.
Pueden herniarse las zonas como: justo debajo de la ingle, conocida como Femoral; en la parte superior del estómago, denominándose hiatal; cuando se rebasa la cicatriz de alguna cirugía previa, se le conoce como eventración o quirúrgica; alrededor del ombligo, umbilical; en la ingle, inguinal en el hombre o crural en la mujer; y en los costados del cuerpo, lumbar.
El factor común y causante de la mayoría de las hernias es el de levantar objetos pesados; sin embargo, pueden producirse por hacer mucha fuerza al estar evacuando en el baño o por cualquier actividad que eleve la presión en el abdomen, como el embarazo, el envejecimiento y algún problema congénito abdominal. También, por debilidad en la pared del abdomen, estreñimiento severo, tos, obesidad, etc.
El síntoma característico, y que muchas veces es el indicativo previo de la presencia de una hernia, es la protuberancia que se manifiesta, y que puede crecer con el tiempo. Además, esa “bola” puede reacomodarse con las manos y dependiendo de la posición corporal se brota más o menos.
Produce molestias o ligero dolor al realizar el mínimo esfuerzo para sentarse, agacharse, pararse o levantar objetos, hay sensibilidad en el área, dificultad para defecar y eliminar gases, nauseas, etc.
Es necesario intervenir quirúrgicamente y de emergencia si se llega al grado de tener vómito, dolor intenso y que el bulto se atasque o no pueda meterse a la pared del abdomen, Si esto sucede, puede evolucionar en un “estrangulamiento” de vasos sanguíneos.
El único tratamiento independientemente del grado de severidad, es el quirúrgico. En la cirugía se cerraran las capas musculares separadas o el agujero con puntadas y redes de tela especiales. Es raro que la cirugía no sea exitosa, pero si no se tiene cuidado es posible que se vuelva a herniar, incluso el mismo sitio.
La mejor manera de evitar estar bajo el cuchillo, es mantener un peso sano, consumir fibra para facilitar el movimiento intestinal y evitar el estreñimiento, aprender técnicas apropiadas para levantar objetos pesados y chequeo regular médico.
Gabriel Chávez Rameño
Nuestra sociedad está viviendo una fuerte crisis en materia de salud, principalmente en enfermedades que están en crecimiento total, son mortales y no respetan edad ni condición social… Bueno quizá sí se inclinan y atacan a las clases sociales vulnerables y de escasos recursos. Enfermedades como cáncer, deficiencia renal, diabetes y en general degenerativas, así como las de influenza, las nuevas como el dengue, chikungunya y zika que van en aumento en la población: niños, jóvenes y adultos. Desafortunadamente, vemos cómo cada día aumentan las personas enfermas en nuestras poblaciones.
Ahora cada nutriólogo o médico señalan de acuerdo a sus puntos de vista que “la carne de puerco es mala para la salud”. Otros aseveran que “la carne de res es malísima para nuestro organismo”. Muchos más hablan de la carne del pollo, por lo que les inyectan para su crecimiento y además de que el huevo es malísimo por el colesterol. Este tipo de comentarios los escuchamos todos los días, y ¿en realidad de lo que nos alimentamos, serán nuestros males? Quizá las personas de “antes” su alimentación era más natural: no tanta carne, más leguminosas y cereales, muchos elotes y garbanzos. En realidad, ¿qué daña a nuestros cuerpos? ¿Lo que comemos, lo que bebemos, lo que respiramos o todo al mismo tiempo?
Otro factor y de acuerdo a la ciencia y las investigaciones, mucho se debe a los genes hereditarios que tiene cada individuo. Es decir, genes que heredamos y que se encuentran enfermos o contaminados. En realidad la especie humana está sucumbiendo a las enfermedades y peor aún que conforme evolucionamos nuevas enfermedades y virus aparecen en nuestro mundo.
En nuestros días, el aumento de enfermedades que se trasmiten por el piquete del mosquito es más común, y hay quienes creen que el origen de estas enfermedades y mutaciones se deben a los experimentos que hacen los países capitalistas y que lo generan para poder tener el mundo controlado. Se habla de las guerras biológicas, y que muchas de las mutaciones de las enfermedades las autorizan los propios gobiernos para que se desarrollen en sus territorios por amenazas o cobros de deuda externa. Además, no olvidemos que el negocio de la salud y medicamentos es muy lucrativo; hablaríamos de miles de millones de dólares en ganancias.
Por ejemplo, en el municipio de Jocotepec culpan del aumento en enfermedades cancerígenas al uso de los químicos que utilizan en la plantación de mora o frambuesa en la región. En el municipio de Atoyac se habla que desde hace quince años que se instaló un vivero de flora exótica, la población que ha trabajado ahí ha tenido descendencia con malformaciones y se ha aumentado el número de enfermos de cáncer y deficiencia renal, por la contaminación de las aguas que toman. En el municipio de Mazamitla pasa lo mismo por los huertos y químicos que se utilizan en la plantación de aguacates.
Coincidencia o falta de investigación y estudios por parte de las autoridades. Lo que es real es el aumento de enfermos y que el sector salud se encuentra rebasado en la atención y medicamentos. Los programas como el Seguro Popular, el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado no alcanzan para cubrir a sus afiliados: gente pobre o de clase media a la que no le alcanza para pagarse estudios o medicamentos y que son capaces de esperar citas para revisión de hasta seis meses. Incluso, llega a haber pacientes que esperaran un año para ser atendidos.
Debemos ser cuidados en lo que comemos, bebemos y respiramos. El mundo está cada vez más contaminado y sucio. Hay cosas que sí podemos remediar, sólo falta que seamos empáticos con la naturaleza y nos activemos en conservar nuestro mundo.
Pasado el tiempo de la desgracia del jefe Chapalac con su hija, la comunidad había sepultado esa historia. Chapalac se casó varias veces con la intención de engendrar un varón, fallando en cada ocasión. Después de muchos intentos, los dioses le cumplieron su deseo, y lo llamó igual que él.
Al llegar a la cuarta generación, uno de sus bisnietos heredó el parecido físico y un corazón de guerrero para conseguir sus triunfos. Era el mejor en todo, cazador y nadador, por eso le pusieron el mismo nombre como su bisabuelo, Chapalac. Creció sabiéndose el protegido de su padre, el más viejo.
El joven Chapalac estaba en la flor de su edad, tan osado y valeroso, como déspota y engreído, igual que murmurador y maldiciente. Todas las tardes, después de ayudar a su padre en la labor, se iba a nadar y admirar en la laguna a los patos, gaviotas y garzas que jugaban con sus delgadas patas en la alfombra de lirio. No se cansaba de admirar la belleza imponente de ese espejo nacarado.
En el poblado, las tribus eran gobernadas por guerreros valiosos. Ellos, con gran espíritu, cumplían con las labores más pesadas. Tenían la obligación de pescar más que los otros, cultivar más terreno que nadie y en ocasiones proteger y cuidar a las serpientes de agua o de tierra, además de recibirlas con bien, ya que si las espantaban, era señal de mal agüero. Cuando alguien mataba a una serpiente, las buenas cosechas se evaporaban y la pesca disminuía. Para que no sucediera eso, ofrecían ofrendas en la isla del lago como utensilios de barro, ollitas, puntas de flecha, figurillas, jícaras con masa y sangre de venado, además de un poco de sangre de su propio cuerpo. Y se escuchaba las melancólicas notas del caracol.
Si el guerrero era elegido por alguno de sus dioses, se le daba a conocer al brujo de la tribu. Y cuando el elegido se dada cuenta de la decisión de los dioses, era sometido a una prueba final. Chapalac fue el elegido y tenía que agradar a la luna durante dos noches, quemando copal, danzando y cantando himnos al dios que lo había elegido. Ya pardeando la tarde, Chapalac se dirigió a la prueba final. Se quedó idiotizado contemplando aquella escultura enigmática y polvorienta que custodiaba la calle principal del poblado. De esta manera se llevó prendida en el pensamiento aquella fantástica imagen.
El destino estaba marcado para el gran jefe, ya que su bisnieto Chapalac quedó enamorado de esa fiereza que la escultura reflejaba. Así era su alma que veía claramente en esa cosa inerte.
Dicen que las miradas matan desde el primer instante, pero creo que la venganza vino desde el más allá. Pues el gran bisnieto de Chapalac, el elegido para dirigir a su tribu, en lo profundo de sus ojos dejó un pedazo de noche y su imagen de belleza y fealdad que recordaba, en cada nota del caracol, en cada cántico y en cada reverencia que hacía la luna.
No se desprendió por ningún momento de la escultura de la mujer con cara de león y cuerpo de ninfa. Hasta que por fin, pasada la media noche, vio con gran asombro acercarse por la orilla a una mujer de vestido blanco y holgado, de cabellos largos, semblante raro y con un gran parecido a la escultura que se encuentra en la calle principal. Chapalac le habló y la invitó a adorar juntos a la luna. Ella, callada y taciturna, se dejó guiar. Dejó en el piso un tambache que traía cargando y, de pronto, ya estaban danzando al ritmo de viento y de las imprescindibles olas. No hubo momento de descanso. Cuando el paisaje empezaba a tornarse más oscuro y los ambientes estaban a flor de fuego, ella desapareció en un parpadeo.
Al día siguiente, él tenía que seguir agradando a la luna para ser el hombre guía de su pueblo, continuar con la tradición que por generaciones les había pertenecido pero que nunca se les había otorgado. En esa hora, cuando los cerros terminaron de comerse al sol y se tornó más azul el cielo, había contemplado el atardecer más bello de su vida. Resignado, encaminó sus pasos en busca de su amada. Llegó al lugar destinado a terminar con su enmienda. Quería volverla a ver y sentir entre sus dedos sus cabellos y aliento húmedos, y sus piernas firmes como rocas, también húmedas, sin importarle su rara belleza que se asemejaba bastante con a la escultura de la cual se enamoró.
Empezó el ritual poniendo copal en los cuatro puntos cardinales y danzando. Se quitó su calzado para entrar a la laguna. Quería tocar el caracol con el agua a la cintura, para alejar a los espíritus. La luna estaba más redonda y plena que nunca. El olor a humedad invadió la atmósfera. Pero a la misma hora como había sucedido el día anterior, apareció ella con su vestido blanco y ese afrodisíaco olor a humedad. Ella llegó hasta donde él se encontraba. Acarició la desnudez de sus brazos, rozó sus mejillas con su húmedo aliento y lo tomó de la mano en dirección a la laguna. Él no se resistió a su profunda humedad. La siguió sin temor, ya que era un gran nadador.
Ella lo dirigió caminado entre piedras, olas y lirios. El lago era un enigma tranquilo en su superficie y traidor en sus entrañas, pero el lugar sagrado para ella les llegó a las rodillas, a los muslos, a la cintura, mientras sus cómplices miradas se fundían en una, y el líquido dulce del lago se volvía cada vez más espeso. El agua iba en ascenso. Llegó al pecho y se detuvo a la altura de la boca. Chapalac reaccionó demasiado tarde. Ella besó sus labios y ambos desaparecieron en el fondo de la laguna con las corrientes encontradas.
Por: Santiago Baeza
Chapala tiene una larga tradición turística, que se remonta a la última etapa del siglo XIX. Aproximadamente unos cien años antes de que naciera Cancún, este municipio ya tenía infraestructura hotelera, restaurantes y atracciones para entretener a sus visitantes. Ya fuera por tierra a través del ferrocarril o por agua a través de barcos de vapor, este poblado ribereño contaba con los accesos de su tiempo para atraer a los paseantes mexicanos o extranjeros y a sus divisas.
De entre los “fuereños” cautivados por el paisaje, el clima y/o la calidez de su gente, muchos de ellos, quizá los más adinerados, comenzaron a adquirir privilegiados terrenos para construir sus residencias de descanso. Así fue como el pintoresco pueblito se transformó en uno de los más opulentos y cosmopolitas sitios vacacionales del país. El propio Porfirio Díaz, entonces presidente de México, optó por levantar una finca en el pueblo y, tras él, muchos aristócratas lambiscones que añoraban hacer migas con su familia.
Pero el tiempo pasó. A mediados del siglo pasado, poco a poco el poblado de Ajijic fue atrayendo al turismo, principalmente al extranjero. La demanda de viviendas para los turistas y nuevos residentes sobrepasó la capacidad de Ajijic y propició el desarrollo de nuevos fraccionamientos como La Floresta; y la industria turística del municipio terminó de plano trasladándose a la delegación.
La economía turística de Chapala responde hoy básicamente a la inercia promovida por la necesidad de un nutrido grupo de extranjeros, en su mayoría retirados, que ha encontrado en la ribera, principalmente en la franja que une los poblados de Ajijic y San Juan Cosalá, un espacio digno, barato y muy cercano a un importante aeropuerto internacional. Es decir, la economía turística de este municipio no sobrevive gracias a una estrategia real de promoción, sino solamente a una tradición que nos está llegando de fuera.
Quizá el último esfuerzo por promover a Chapala vino aproximadamente hace unos veinte años, cuando el exgobernador Alberto Cárdenas gestionó la creación de un fideicomiso para incentivar el turismo en la región. Lamentablemente, más allá de promover la creación de clínicas de la Cruz Roja (acción loable pero ajena a su responsabilidad), no se percibe un trabajo específico y con resultados tangibles por parte de esta institución que opera a través del impuesto del 2 por ciento que genera la hotelería instalada en la ribera.
Ni el gobierno federal ni el local han mostrado en años el más mínimo interés por promover a Chapala. Es más, sus políticas de distribución del agua nos demuestran que el desinterés por esta región no solo se manifiesta en lo turístico. Pero el Ayuntamiento de Chapala, principal institución gubernamental involucrada en el desarrollo económico de sus habitantes, tampoco ha mostrado en los últimos años una estrategia clara para fomentar el turismo.
Más allá de los parches y pegotes que administración tras administración le hacen a su malecón, no ha habido la capacidad de estructurar un mínimo plan integral para reposicionar al municipio como destino de descanso, no digamos a nivel internacional o nacional. Bastaría con Guadalajara, una ciudad con cerca de seis millones de potenciales turistas y que se encuentra a escasos kilómetros de distancia.
La apuesta de Javier Degollado, el alcalde, por crear una oficina destinada a la promoción de grandes eventos en el municipio habla de su interés por motivar el turismo y merece reconocimiento, pero solo resuelve una parte del reto. Las gestiones realizadas por Juan Macías, contacto del ayuntamiento con empresarios del entretenimiento ya ha rendido sus primeros frutos y es un buen paso, pero una estrategia integral para el fomento del turismo va mucho más allá de solo organizar actividades.
El patrimonio histórico y estético del municipio, herencia del auge de Chapala, espera con ansia su resacate y promoción; los turistas mexicanos que de vez en cuando vienen los fines de semana, sólo atinan a hacer cola para comer en cierto restaurante argentino de Ajijic, pues desconocen la variedad de ofertas gastronómicas que el municipio tiene, ya que nadie se molesta en darles la más mínima información; la ocupación hotelera requiere modernizarse urgentemente, pues es sabido que con tres bodas simultáneas la industria se colapsa, solo por poner algunos ejemplos.
El alcalde de Chapala, Javier Degollado cuenta con el privilegio, cada vez menos frecuente, de militar en el mismo partido que hoy gobierna en Jalisco y México. Esto le da la facilidad de generar acuerdos institucionales y obtener recursos por la vía rápida. Además, si de algo ha presumido siempre es de sus buenas relaciones y de tener una visión a largo plazo. Es tiempo de que utilice sus virtudes para levantar el turismo del municipio. Chapala tiene mucho, mucho que ofrecer, no sólo vampiritos y charales en el malecón.
Por: B. Manuel Villagómez R.
Sí al Lago de Chapala.
El acuerdo Legislativo que propuso el Diputado Ismael del Toro con el que se pretende que la CONAGUA y la CEA nos entreguen los 300 Mm3 que le corresponden a Guadalajara y los 72 a Los Altos según los Decretos de 1995 y 97, en principio suena bien porque los Diputados locales saben que, en primer término, tienen qué demandar la nulidad del Acuerdo de Ramírez Acuña y Dau Flores de 2005 porque no le da agua a Guadalajara y, paralelamente a este trámite, sacar otros puntos de acuerdo para que la CONAGUA y la CEA abran el proyecto de Loma Larga II y se nos entregue el agua de este sitio, en este punto no interviene Guanajuato. Otro punto de acuerdo es, que el agua para Los Altos se almacene en la Presa del Salto y no en la del Zapotillo.
Otro punto de acuerdo es, que el agua para León, se le entregue del Río Lerma; para esto se debe de proponer que Jalisco ceda 120 Mm3 de los 240 que estamos recibiendo del Río Lerma y, Guanajuato ceda los 120 para Guadalajara del Río Verde, de esta manera, Jalisco se queda con los 300 del Verde, 120 del Lerma y los 120 de León, la suma es de 540 para Jalisco. Otro acuerdo, en el caso de que León no ceda su agua del Río Verde es, que de la Presa El Zapotillo solamente se usen 60 mts. y se almacenen 205 Mm3, se le envíe a León el agua a que tiene derecho de acuerdo al temporal y se dejen 85 para la protección del embalse.
Si el MC logra que se nos entregue el agua para Guadalajara sin tener que inundar ninguna comunidad ni tierra fértil, estarán siendo congruentes con su propósito. Los Diputados tienen en cuenta que las empresas españolas como Abengoa, en contubernio con los directores de la CONAGUA y altos funcionarios de Jalisco, han traicionado al estado firmando convenios como el de 2007 de Emilio González y el de 2005 de Ramírez Acuña y que, estas grandes deslealtades, han sido para proteger los intereses fácticos de los privatizadores del agua, mismas que están cabildeando ante la SCJN para que se reviva el convenio de 2007.
En el Acuerdo que se aprobó, viene un considerando que textualmente dice: “V. Que la resolución de la SCJN que invalida el proyecto con la cortina de 105 mts., puede ser repuesto con un nuevo procedimiento por parte de la CONAGUA con los Gobiernos de las Entidades Federativas involucradas”, estas son palabras de los abogados de Abengoa además que hay Ministros que opinan que, si el Congreso de Jalisco redacta un acuerdo en estos términos, estarán legalizando lo que ya quedó demostrado que es ilegal.
El tema del agua ya está politizado, el PAN perdió 18 años de poder y el PRI la zona conurbada por no acatar los decretos y es conveniente referir que el MC está para incrementar su credibilidad, haciendo gestiones a favor de Jalisco sobre todo en este tema, por lo que no los vemos aliándose para inundar comunidades y menos entregando el agua de Jalisco a Guanajuato.
En su acuerdo hacen una referencia muy buena para llegar a un entendimiento con el Observatorio del Agua quien ya se declaró en contra del trasvase y a favor de retomar Loma Larga II y, consideramos que este punto V puede ser un obstáculo para que el Observatorio pueda colaborar ya que sus recomendaciones van en contra de los acuerdos referidos.
Todas las entidades y ciudadanos que estamos preocupados por el agua, hace muchos años que estamos insistiendo en que este proyecto se saque de ese universo de corrupción en que ha caído sobre todo en los últimos 15 años. El MC puede ahora decir “agua le pido a mi Dios para regar un plan que tengo, quiero casarme con dos pero con qué las mantengo”
Por:Ili
Es cuando una visera se obstruye fuera de su lugar atravesando las capas musculares que se anteponen a ella. El tipo de hernia depende de su localización y del órgano involucrado, de esta manera se facilita su hallazgo y el respectivo diagnóstico.
Pueden herniarse las zonas como:
Justo debajo de la ingle, Femoral.
En la parte superior del estómago, denominándose Hiatal.
Cuando se rebasa la cicatriz de alguna cirugía previa, Eventración o quirúrgica.
Alrededor del ombligo, Umbilical.
En la ingle, Inguinal (hombre) o Crural (Mujer).
En los costados del cuerpo, Lumbar.
Pararrectal o de Spiegel.
El factor común y causante de la mayoría de las hernias es el de levantar objetos pesados, sin embargo; pueden producirse por hacer mucha fuerza al estar evacuando (haciendo «popo») o por cualquier actividad que eleve la presión en el abdomen, como el embarazo, el envejecimiento y algún problema congénito abdominal. También por debilidad en la pared del abdomen, estreñimiento severo, tos, obesidad…
El síntoma característico y que muchas veces es el indicativo previo de la presencia de una hernia, es la protuberancia que se manifiesta, y que puede crecer con el tiempo. Además esa “bola” puede reacomodarse con las manos y dependiendo de la posición corporal se brota más o menos.
Produce molestias o ligero dolor al realizar el mínimo esfuerzo para sentarse, agacharse, pararse, levantar objetos, hay sensibilidad en el área, dificultad para defecar y eliminar gases, nauseas…
Es necesario intervenir quirúrgicamente y de emergencia si se llega al grado de tener vómito, dolor intenso y que el bulto se atasque o no pueda meterse a la pared del abdomen, si esto sucede puede evolucionar en un “estrangulamiento” de vasos sanguíneos.
El único tratamiento independientemente del grado de severidad, es el quirúrgico. En la cirugía se cerrarán las capas musculares separadas o el agujero con puntadas y redes de tela especiales. Es raro que la cirugía no sea exitosa, pero si no se tiene cuidado es posible que se vuelva a herniar, incluso el mismo sitio.
La mejor manera de evitar estar bajo cuchillo, es mantener un peso sano, consumir fibra para facilitar el movimiento intestinal y evitar el estreñimiento, aprender técnicas apropiadas para levantar objetos pesados y chequeo regular médico.
Hace mucho tiempo en un lugar cerca de Sinaloa, había un lugar llamado Aztlán, donde se originó una gran tribu guerrera llamada Mexica, descendientes de los Chichimecas y Toltecas. Una vez, la erupción de un volcán hizo que esta gran tribu emigrara hacia el Sur en el año de 1113, y se detuvieron en un lugar llamado “Chicomoztoc”, donde hicieron siete oratorios, cada uno en una cueva. Su dios Huitzilopochtli les reveló un mandato diciéndoles: “Sean fuertes e invencibles en la guerra, siembren maíz y donde vean a una águila devorando a una serpiente ahí será su destino”. Siguiendo su camino al Sur en un lugar llamado “La Quemada” las tribus se dispersaron. Algunas se fueron al centro de México llegando al valle de Anahuac, donde fue vista la profecía de Huitzilopochtli, mientras que las otras tribus dispersas, siguieron descendiendo por la costa de Occidente hasta llegar a Colima y otras cruzaron cerros y valles llegando por la sierra de Mezcala introduciéndose a la laguna de Chapala.
Un jefe de una tribu llamado Cazcalotzin que llevaba su propio dios llamado Ixtlacateotl, vio desde la serranía de Mezcala hacia el poniente del lago, la figura de un águila impregnada en un cerro colorado. Recordando las profecías de Huitzilopochtli, les dijo a sus seguidores que allí formaría su pueblo, pero tal fue su sorpresa que al llegar a ese lugar, había ya un pueblo viviendo ahí. Esto ocurrió por el año de 1127. Según cuenta la leyenda este pueblo no era guerrero, sino pacifico los llamados Cocas, descendientes de los Otomi y Toltecas.
El jefe Cazcalotzin al ver este pueblo pacifico abusó de ellos y conquistó al pueblo nombrándolo “Teo-pantitlan” (popularmente conocido como “Teopantitla” por los oriundos de Ajijic). Esta tribu bárbara mexica de rústicos mexicanos también conocida como “cazcanes” floreció por el año de 1472.
El jefe tuvo su descendencia y se dice que a la cuarta generación hubo una niña llamada Xochitl-pilli (pequeña flor) la cual descubrió un ojo de agua llamándole atl-xic-xic (agua en derrame) y se dirigió a un ligar llamado Tonallan, (lugar donde sale el sol) siendo ella quien gobernó a ésta región, la segunda de nombre Coyotzin reinó el territorio de Tlajomulco, por medio de su hijo Coyotl y Xincan-tzin (jícara sagrada) la más joven de ellas (conocida como la viejita Xicantzia por los oriundos de Ajijic, la cuál poseía una mina de plata) ya anciana reinaba en la región de Atl-xic.xic, a la llegada del primo de Hernán Cortez, el capitán Alonso de Ávalos y del primer fraile fray Martin de Jesús o de la Coruña. El ultimo fue Xitomatl el cual fundó una gran monarquía, quien gobernó el territorio de Cuetzallan, (san Juan Cosalá)el cuál estaba resguardado al oriente por el reino de Chapal y al poniente por Xocotepec. (Tomado del texto: Comunidad Indigenista de Ajijic y “Origenes” Leyendas de Ajijic).
Pues la descendencia de Cazcalotzin de raza cazcán, aún conservaba parte de sus creencias de sus antepasados los Chichimecas, ya que practicaban rituales de sacrificios humanos de sus enemigos los Purepechas de Michoacán, se los ofrecías a su dios Ixtlacateotl, untándose su sangre con la creencia que los haría inmortales. En un ojo de agua caliente de Cutzalan, arrojaban niños a “Teopitzintli” (dios niño). Según cuenta un relato, esta práctica se realizaba en las mencionadas sangrías del mes de Mayo, antes de la temporada de lluvias. En una ocasión cuando iniciaban sus rituales, la gente con miedo se alejaba, pero eran forzados a ser parte de sus ceremonias mientras iniciaba la luna llena de Mayo.
La laguna empezó a enfurecerse, mostrando un pequeño oleaje chinito llamado “miraje” y la gente empezó a agitarse al ver ese cambio, porque ese miraje no paraba, por lo contrario se agitaba más y presentían que el espíritu de la laguna estaba inquieto. Por el Oriente el viento empezaba a arrastrar una mezcla de nubes renegridas en forma de remolinos, por el Poniente se acercaba una polvareda de ceniza oscura del lago muerto y salitroso de Tzacualco, penetrando y chocando fuertemente en los “Picachos del pando de abujas” donde se encuentra el cerro en forma de águila (cerro colorado). El viento sureño zumbaba cada vez más fuerte, arrastrando las nubes en espirales causados por el choque del viento frío del Norte que venía a gran velocidad, envolviendo al pueblo completamente oscuro provocando un fuerte terremoto. Y entre los sacerdotes y las sacerdotisas apareció un señor muy anciano pero fuerte y alto, de piel cobriza morena con vestiduras blancas y decoraciones coloridas de bordados finos de animales, astros y plantas, atado en su cabellera de plata oscura una banda rojiza y de escasa pero muy larga barba, con su bordón señaló a la laguna y a los cuatro puntos cardinales y les dijo:
“Mi Madre Naturaleza se ha enfurecido con Uds. Y ha enviado a mi hermana Michicihualli a poner fin a sus perversas prácticas, porque han envenenado las mentes de otras naciones haciéndoles creer que así fuimos nosotros con mi hermana Michicihualli la laguna, rindiéndole tributo con sangre. Nosotros somos de la nación coca descendientes de los Toltecas y esta es nuestra tierra de origen hace muchos soles y lunas antes de que Uds. llegaran desde la región de Aztlán. Han usurpado nuestras tradiciones y nuestras deidades, nosotros veneramos a los elementos naturales de nuestra Madre Naturaleza con ofrendas que ella nos proporciona para la vida que es el maíz, frijol, calabaza, chile… Pues mi hermana Michicihualli es la mediadora del buen temporal y del clima, manteniendo en armonía los cuatro vientos de los puntos cardinales y ahora la nueva nación de blancos barbados nos ve como a Uds.”
Poco a poco la figura de ese hombre se fue perdiendo en la oscuridad, la cuál se fundía en ligeros tonos rosas tiernos, donde se asomaban los primeros rayos del sol y todo volvía a la normalidad. Cuenta la leyenda que posteriormente vinieron otras manifestaciones de la laguna por medio de trombas, pero de menor grado, pero que podría manifestarse nuevamente a raíz de su contaminación.
Los barbados blancos iniciaron una ermita de zacate en el año de 1531 con una nueva creencia religiosa, iniciando así el actual pueblo de Ajijic.
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