Por Leticia Trejo.
Es muy común escuchar que las personas después de los 50 años tienen algo de incontinencia urinaria, y desgraciadamente cuando digo común significa que lo tomamos como algo normal, que va a suceder tarde o temprano. De la misma forma también escuchamos hablar de que a tal persona se le “cayó” la vejiga o a tal otra se le “colgó” la próstata y esto también lo hemos normalizado. Me impacta que lo que antes era difícil de conseguir ahora lo encuentras en cada farmacia y centro comercial, estoy hablando de los pañales para adultos que antes solo se conseguían en farmacias especializadas.
Tengo toda la vida realizando alguna actividad física, desde deportes, hasta danza profesional, pasando por aerobics, spinning, ritmos latinos, etc. y en ninguna de estas actividades nadie me explicó lo que es el piso o suelo pélvico. Esto lo vine a aprender en los últimos 22 años a través de la práctica del Hatha Yoga, el Método de Feldenkrais y el trabajo de Mathias Alexander y algo que me dejó muy sorprendida es que en algunas técnicas orientales el uso y conocimiento de este grupo muscular es de suma importancia desde hace más de 3,000 años. En occidente hasta hace 30 años lo más que se conocía eran los ejercicios de Kegel que se le pedía generalmente a mujeres que acababan de tener un bebé y habían perdido control de su vejiga.
Citando a la revista médica Las Condes (Elsevier.es) encuentro una descripción que me parece muy precisa: “El piso pélvico es una estructura de músculos y tejido conectivo que entrega soporte y estructuras de suspensión a los órganos pélvicos y abdominales. Su principal componente es el músculo elevador del ano, un músculo que cubre la mayor parte de la pelvis. Los órganos pélvicos pueden dividirse en 3 compartimentos: anterior (vejiga y uretra), medio (útero y vagina, próstata y vesículas seminales) y posterior (recto, conducto anal y aparato esfinteriano). El piso pélvico tiene participación en cada uno de éstos. Determinando no solo un soporte mecánico sino además participando en la continencia urinaria y fecal.
En las disciplinas orientales, como el Yoga, nos enseñan que el piso pélvico representa la fuerza del arraigo a la tierra, a la tribu en donde fuimos recibidos; también representa la fuerza de nuestra identidad dentro de esta tribu, familia o linaje, así como el poder de concretar proyectos de vida y sostenernos en periodos de crisis. En estas disciplinas ancestrales no se separa la anatomía de la situación emocional de las personas, todo lo contrario, a la anatomía (músculos, tejidos conectivos, estructuras óseas, vasos sanguíneos, conexiones de impulsos eléctricos del sistema nervioso) se le une a su representación emocional. Por ejemplo, nos dicen que en la pelvis están representados los tres primeros chakras (centros energéticos) y se conectan con nuestro desarrollo personal, bloqueos emocionales y algunas enfermedades ya que también se relacionan con nuestras necesitades básicas como la excreción y el sexo.
Para tener un piso pélvico saludable es importante evitar la irritación de los intestinos así como llenarnos de más cuando comemos. También es importante no contener por demasiado tiempo las ganas de ir al baño a evacuar ya sea el colon o ya sea los esfínteres urinarios. Para el bienestar de esta estructura muscular debemos realizar ejercicios que nos ayuden a preservar la movilidad y fuerza, a generar ritmo, coordinación y fluidez en pelvis y columna. Cuidar tu suelo pélvico te ayudará a disfrutar de libertad y ligereza y tener una conexión más profunda con tu tribu, con tu pareja y contigo mismo.
Las mañanitas son entonadas por el mariachi en la fiesta del Señor del Huaje.
Texto y fotos: María del Refugio Reynozo Medina.
Las calles de Jocotepec aún están en penumbras; son cerca de las 5:30 de la mañana y las flores y follaje, naranja y verde de los tabachines, a la entrada del templo ahora se ven grisáceos.
Ya están congregadas cerca de un centenar de personas dentro y en las afueras del templo, bajo los frondosos árboles. Las danzas se preparan y la banda de música está tocando. Unas ollas vaporeras descansan en los cajetes. Chocolate, canela y atole de tamarindo, para los fieles que se dan cita en el templo del Señor del Huaje, por su fiesta.
…Vamos a bailar, vamos a bailar el mono de alambre, el que no lo baile, el que no lo baile, que me haga compadre….
El padre Eduardo García Orta se hace presente con el nuevo cendal que estrena en su fiesta el Señor del Huaje. El cendal es, en palabras del padre Lalo, de un rojo encendido que simboliza la sangre derramada bordado con hilos dorados como símbolo de la realeza.
Cantan los hombres de la banda. Las campanas tocan la segunda para la misa de seis y el padre Mario Fernando Sandoval Varela sale del templo para recibir a los cargueros.
–Qué tal la música- dice. Y El mono de alambre es interrumpido por los cánticos de una procesión.
..Que viva mi Cristo, que viva mi Rey… cantan unas mujeres y la banda se detiene.
Llega enseguida la Banda de Música de San Cristóbal y entona las mañanitas seguidas de valses y pasodobles, que se permean en la celebración eucarística.
Al final de la misa, un hombre lee los cargos varios; que son la música, el Alba, cera adornada, danzas, cena para los músicos y castillo. Nombra a las familias que asumen los gastos. Muchas del barrio de Nextipac.
A la salida de misa comienzan a repartir las bebidas y los danzantes ejecutan sus movimientos al sonido del tambor y el caracol.
El día de hoy se espera la visita del padre Eduardo García Orta que estuvo tres años en la comunidad de Jocotepec y aún conserva el cariño por estas tierras y la veneración por el Señor de Huaje.
El padre “Lalo” como la comunidad lo llama, viene en camino con un cendal muy valioso para ser estrenado por el Señor del Huaje en su fiesta. Algunos representantes de la guardia de honor están reunidos, son poco más de diez en este momento, y aguardan. Están a la expectativa: “dicen que ese cendal tiene hilos de oro”, se escucha una voz entre discreta y festiva. Hay mucha emoción por verlo y por encontrarse también con el padre.
A su llegada, el padre Lalo es recibido con muestras de cariño, se congregan en el altar y todos se acercan a ver el cendal que es de un rojo vivo con bordados dorados.
Para llevar a cabo el cambio de cendal, los varones permanecen en el recinto y las mujeres esperamos afuera.
Carlos Mendo lleva diez años como responsable de la guardia de honor del Señor del Huaje.
Una mujer que me acompaña en la espera dice; son cosas de hombres, una no tiene nada que estar haciendo ahí. Refiriéndose a la ceremonia de cambio de cendal.
Carlos Mendo es el encargado principal, lleva diez años como responsable de la guardia de honor conformada por cerca de un centenar de personas en su mayoría varones y pocas femeninas recientemente integradas, aunque para Carlos fue difícil, ya que recibió cuestionamientos por parte de algunos feligreses por haber permitido el acceso a las mujeres.
-Dios no dice tú no o tú sí- dice seguro.
El señor Roberto Mendo, padre de Carlos era el encargado y dejó como herencia el cargo a su hijo.
Es una gran responsabilidad dice Carlos porque es cuidar no solamente la imagen de un cristo muy amado por todos sino de una pieza con valor artístico histórico. La última restauración costó 140 mil pesos, que fueron recaudados con donativos de la propia comunidad.
Es una responsabilidad difícil, pero también es una bendición.
“Ahora solo le pido trabajo y salud”.
Los integrantes de la guardia de honor se dan cita con camisas de rojo encendido para resguardar al Cristo.
Víctor, integrante de la guardia de honor cuenta un testimonio:
Su esposa estuvo enferma por un par de meses, inexplicablemente perdió la movilidad del cuerpo y permaneció en cama con mucho dolor. Acudieron con varios médicos y la salud de su mujer no mejoraba. Una mañana, ella le dijo:
-Soñé al Señor del Huaje-.
En el sueño, el Señor del Huaje le decía “toma de esa agua”, señalando un charquito que había al lado. La mujer pidió que la llevaran al templo con el crucificado.
Cuando estuvo frente al altar había un poco de agua ahí en el piso, ella acercó los labios e imploró por su salud.
Ese día salió caminando del templo, sana. A partir de entonces, ambos pidieron pertenecer a la guardia de honor para custodiar la imagen.
En el primer domingo de mayo, destinado a celebrar a este Cristo, la procesión es casi la última ceremonia del día, en la que coinciden los músicos del mariachi con sus trajes aperlados, los de la banda con sus camisas azules y al menos cinco grupos de danzantes. Abundan los plumajes coloridos al compás del tambor.
Hay filas de personas arrodilladas al encuentro del crucificado para cumplir con una manda o pedir algún favor.
El recorrido de un par de horas es un mosaico donde coinciden danzantes con plumajes y trajes multicolores, músicos con sus lustrados vestuarios y el cerco de la guardia de honor con sus camisas de rojo encendido.
El sonido de los tambores anuncia la cercanía de la procesión; a su paso, la figura del crucificado de casi tres metros de altura, arranca suspiros y lágrimas.
En un altavoz la voz de una mujer reza y canta:
…Hay unos ojos que si me miran hacen que mi alma tiemble de amor, son unos ojos tan primorosos……
El Señor del Huaje es llevado en una plataforma especial conducida por un hombre, avanza sobresaliendo entre la multitud con la mirada hacia el cielo, hacia las montañas, hacia los fieles que a veces se miran en sus ojos porque Él está vivo, dice una mujer a mi lado extasiada de fervor.
Bertha Mendoza Díaz profesa un gran fervor a la imagen del Señor del Huaje.
Fotos y texto por: María del Refugio Reynozo Medina:
Sus padres les enseñaron que Dios existe; no con palabras, sino con amor. Bertha Mendoza Díaz tiene 73 años y es originaria de Jocotepec; ella y su hermano Cándido Mendoza Díaz crecieron viendo la amorosa devoción al Señor de Huaje por parte de sus padres.
Cándido Mendoza Díaz es obrajero, músico, maestro de arte de preparatoria y profesa un amor por el Señor del Huaje inculcado por sus padres.
Su padre, Cirilo Mendoza Valencia, uno de los obrajeros de Jocotepec, enseñó el oficio a Cándido quien además de obrajero es músico y ha sido maestro de artes de Preparatoria por 24 años.
Cirilo Mendoza siempre quiso ser parte de los organizadores de la fiesta del Señor del Huaje. Le profesaba una gran devoción, pero no era integrante de ningún grupo.
Hasta sus oídos llegó la noticia de que era el último año que se celebraba al Cristo por falta de recursos económicos. Era por el año de 1970. Don Cirilo pidió participar, y para ello sólo tuvo que acudir a la parroquia del Señor del Monte para pedir unas cortinas y candelabros prestados pues el recinto del Señor del Huaje no tenía.
Don Cirilo acudió con el señor cura para pedirle en préstamo lo necesario.
El señor cura le dijo:
-Si alguna de las cosas se pierden, las pagarás.
-Si es necesario quedarme con él a dormir me quedo, le contestó.
La noche de la víspera de la fiesta, el grupo de ayudantes se dispuso a cerrar la puerta una vez terminado el adorno; la puerta permaneció inmóvil no podía cerrarse ni siquiera con la ayuda de los demás.
Entonces recordó que había prometido quedarse a dormir con él.
Los organizadores solidarios se unieron a don Cirilo y fueron por sus artículos personales para pasar la noche en vela. Algunos de ellos eran Ángel Paz, Benito Inés y Catarino Olmedo.
Cuando estuvieron de regreso y ya se disponían a acomodarse, intentaron cerrar el pesado portón de madera. Ante la mirada de todos, el portón cerró. Entonces volvieron a sus casas.
-Nos estaba tanteando- dijo uno.
Bertha Mendoza Díaz conversa sobre los testimonios de fe.
Las primeras celebraciones en honor a este Cristo eran sólo de dos días: sábado y domingo; en los días posteriores a la fiesta de enero. Luego se concretó la celebración de un novenario.
La señora Bertha continuó con el amor hacia la imagen y estuvo muy cercana a las actividades del templo.
Aunque en el templo no siempre se vivió la contemplación amorosa; recuerda a un señor cura Emeterio Romo se llamaba, para la señora Bertha y otros vecinos, siempre fue muy extraño su actuar.
Decía que por qué hacían tanta fiesta, le daban alergia las flores.
Cuando le solicitaban autorización para la fiesta, se portaba renuente.
-Son nuestros cristos aparecidos- le decían las mujeres.
-Cristos aparecidos, monos de palo- arremetía el cura.
En una ocasión por el año del 75 Bertha se enteró que se llevaba a cabo una junta para cambiar la fecha de la fiesta, ella junto con más personas no estaba de acuerdo y trataron de impedirlo. Al final cambiaron a la actual fecha de mayo, pero en enero de ese año también lo celebraron.
La última, fue la fiesta de los excomulgados les decían a quienes participaron en ella. La primera vez que celebraron la fiesta en mayo, los organizadores mandaron citar a los organizadores de la de enero, a través de la presidencia para que les prestaran la plataforma. Los ánimos se crisparon y unos y otros estaban en pugna por la mentada plataforma.
Al final se las prestaron y ese año el Señor del Huaje tuvo dos fiestas y muchos fieles que se congregaron en torno a la imagen.
Se dicen muchas cosas de ese Cristo, alguien dijo una vez que entreabrió los labios. Algunos dicen que a veces se hace muy pesado. O que no siempre, las fotos que les son tomadas salen.
Contaban también que un hombre le prometió unas cortinas, y como no las compraba, una tarde llegó un señor a su casa llevando unas cortinas.
-Aquí encargaron unas cortinas- dijo.
Y solicitó el pago.
-No te hagas el chocante – alguna vez le dijo una mujer con cariño.
La señora Bertha profesa un gran amor por este crucificado y conversa de cerca con él. En una ocasión, a su nieta le robaron una camioneta. “¿Por qué?”, pensó y cuestionó para sus adentros; “era la camioneta o ustedes”, escuchó en el fondo de su corazón.
En una ocasión, pensó que todo había terminado, le diagnosticaron un tumor, la intervención era urgente, y antes de partir para el hospital, Bertha se arrojó a los pies del crucificado suplicando por su salud, cuando estaba en el hospital sometida a los exámenes clínicos, los médicos no encontraron nada maligno. En su corazón comprendió que fue él.
¿Qué si lo quiero?
Me dice con una mirada lejana.
¡Ay que si no lo quiero! dice con una franca sonrisa, muy cerca del llanto.
-Yo no sólo he escuchado de él, desde el vientre de mi madre lo he vivido y amado.
El personaje de Poncio Pilato, lo acompañan su mujer y las mujeres de su palacio.
Texto y fotos: María del Refugio Reynozo Medina
Son poco más de 50 actores en escena; entre niñas, niños y hombres y mujeres adultos. Desde febrero pasado comenzaron a preparar la representación de la Pasión de Cristo en la cabecera municipal de Jocotepec.
A pocos minutos de comenzar el Viacrucis, los participantes cuidan los últimos detalles congregados en la casa pastoral de la parroquia del Señor del Monte. Se acomodan el peinado, las túnicas y los dirigentes dan instrucciones.
Pedro Gómez Monreal es uno de los organizadores; también Benjamín Ramos Bautista. Las últimas tres semanas fueron de arduos ensayos.
Los actores salen de la casa pastoral para iniciar con la presentación.
Lucia Mendoza es maestra de primaria, representa a la mujer de Poncio Pilato; está ataviada con un vestido color perla de mangas satinadas y una diadema dorada. Para la maestra Luci es extraordinario poder transmitir a un Dios vivo a través de los personajes que representan ella y sus compañeros.
También está su papá, don Pedro Mendoza, el obrajero que hace sarapes de lana y que representó ayer al apóstol Pedro. Hoy aparece junto con hombres y mujeres del pueblo.
-Ayer lloré – dice afligido.
“No se siente nada bien negar a mi Dios, y menos tres veces”.
Ángel Gael Ramos también representa a un muchacho del agitado pueblo que exige la Crucifixión de Jesús. Desde muy pequeño ha acompañado a sus padres y ahora lo hace desde el personaje que se le asigna.
El Jesucristo de esta edición 2022 es representado por Cristian José López López.
Los feligreses ya están en el atrio a la espera. Los tres escenarios de las primeras estaciones del Viacrucis están listos. En el primero, aparece Poncio Pilato, interpretado por Pedro Gómez y su mujer en medio de cortinas púrpuras. En otro tablado está Herodes rodeado de su servidumbre. Jesús va de un escenario a otro entre empujones y latigazos de los soldados en medio de los gritos del pueblo.
En otro cuadro, aparece un enorme tronco al que es atado el Nazareno. Ahí recibe azotes ante la mirada de los actores que representan a la enfurecida turba y los feligreses que viven el Viacrucis.
El más pequeño de los actores cargado en brazos.
Una niña de unos diez años vestida con una túnica café, observa con ojos angustiados; sufre la escena y pellizca ansiosa un bastón de madera que carga en las manos.
Entre risotadas de burla y empujones entregan en los hombros la enorme cruz de madera al personaje de Jesucristo. Los fieles continúan el rezo del Viacrucis por las principales calles de Jocotepec.
La noche ha caído, desde la bóveda celeste nos observa una luna redonda y brillante. Al lado de la solemnidad de los rezos, aparece una mujer con un triciclo de carga vendiendo elotes, guasanas, cacahuates y tostilocos. Acompañada de una muchacha observa el paso del Viacrucis y continúa su camino. La cenaduría está abierta, “Hoy tamales y atole”, dice un pequeño rótulo. Una mujer que cena hace una pausa al paso de la procesión. La florería también está abierta y algunas personas miran desde adentro el Viacrucis.
A la llegada al templo, están levantadas las cruces de los ladrones Dimas y Gestas y preparan la de Jesucristo. La gente se arremolina en torno a la escena final, el atrio permanece en la oscuridad; los rostros inquietantes de algunos de los asistentes se iluminan con las lámparas del exterior.
Unos soldados colocan sin sus vestiduras a Jesús sobre la cruz, sujetándolo de manos y pies para luego levantarlo en lo alto, apoyados de unas gruesas cuerdas.
En medio del ambiente fúnebre, el estruendoso reguetón proveniente de un vehículo tipo Razer que pasa por afuera del templo irrumpe la ceremonia al mismo tiempo que los asistentes la ignoran.
La escena está completa, las siluetas de las tres cruces se divisan en medio de los follajes de los árboles iluminadas por un faro de luz blanca que enfoca los rostros de los personajes.
Jesús es escoltado por los soldados en su primera aparición.
Con el cuerpo ensangrentado, el crucificado pronuncia las últimas palabras ante la mirada angustiosa de los asistentes.
-¡Judas se ahorcó!- Grita una voz masculina.
Y la gente dirige sus miradas al escenario posterior donde la silueta de un hombre cuelga de una soga.
La agonía de Jesús vuelve a ser interrumpida por el Razer con el sonsonete que pasa por segunda vez luciendo una barra de colorida luz.
Los fieles se concentran en la figura desnuda y maltrecha del crucificado que a punto de expirar exclama:
-En tus manos encomiendo mi espíritu-
Inmediatamente, una voz inunda la escena.
-¡Está temblando!
Y todos se arrodillan.
Al pie de la cruz está el personaje de María acompañada de Juan y otra mujer.
El joven que interpreta a Juan en verdad llora amargamente. Toma del brazo a María con el rostro bañado en llanto, un rostro que realmente está viviendo el calvario y muerte del verdadero Hijo de Dios y enjuga una y otra vez sus lágrimas, porque para él sus acompañantes son en ese instante los personajes de las sagradas escrituras y el atrio de la parroquia, no es el atrio, sino el Gólgota mismo.
Actualmente, Ángel Serrano tiene 77 años de edad y más de 900 días sin pescar en el Lago de Chapala. Foto: Alma Serrano.
Alma Serrano.-La pesca es una actividad que rebota la calma, la sensibilidad, la espera, la creatividad, sin dejar de ser tan demandante para poder vivir y disfrutar de ella al máximo con tu familia y mejor aún, gozar de tu propio trabajo, un trabajo donde no necesitas vacaciones porque siempre estuviste feliz.
Pescar te hizo un experto en el lago y en tantas cosas, tanto que has tenido alrededor de ocho canoas, mojarreras, charaleras, anzuelos, atarrayas, redes.
A los 12 años, Ángel Serrano ya surcaba las aguas del lago buscando el sustento de su familia. Foto: Alma Serrano.
Sabías cuando subirte a la canoa y llegar a casa con 100 kilos de tilapias, a tus 25 años, sin olvidar que eres un excelente nadador. Pescar ha ido despertando tus sentidos uno a uno para ir activando la alerta de si un pez está cerca, mirarlo, no perderlo de vista, y jalar el anzuelo con esperanza y la riqueza en las manos, has sido un excelente espectador, y te has llenado de paisajes que no pretendías, detectar un movimiento en el agua, en el viento y arrojar la atarraya con mucha fuerza, tu atención fija en el objetivo, no hay pensamientos importantes, todo está en la acción, en lo astuto que te vuelvas con el tiempo.
Los peces irónicamente terminaron amándote, Ángel, desde hace 50 años en San Juan Cosalá has sido su fiel compañero, pasaron juntos tan solo unos minutos aparentemente, y los peces que de lejos te vieron saben que no estás ahí para cuidarlos pero se les hizo tanta costumbre verte que empezaron a quererte, a echarte de menos, cuando no asistes, y deben de estar muy preocupados ahora, que tiene más de 900 días que no te ven en el lago, también aquellos a los que algún día les diste un buen susto, tal vez algún día ya no recuerdes en lo que consistió tu vida por más de 60 años, no recuerdes quien eras y eres ahora.
Debe de estar de luto el lago, Ángel, no debiste salir de ahí, tus manos empiezan a sentirse suaves, vacías e insensibles, necesitas volver al lago, tomar la atarraya, mirar tu objetivo y crear un recuerdo nuevo, tal vez esa sea la única manera de recordarte a ti mismo sin usar la memoria, pues bien dice el dicho “lo que bien se aprende, nunca se olvida”.
Ángel, tus manos son un recuerdo de lo que amas, puede que estés olvidando rostros, sentimientos y actividades, incluso la esencia de lo que eres, pero la gente no te olvida, cuando vemos un paisaje, una ola, un pez, tu cuerpo está en casa, pero tu corazón todavía sigue en el lago, pescando.
Ángel Serrano Medina, es mi abuelo, un cosalense de 77 años de edad que comenzó a pescar al cumplir su primera década, pero que desafortunadamente ya no lo recuerda. Su memoria se ha ido fragmentando poco a poco desde hace tres años cuando adquirió la enfermedad que degenera la capacidad de revivir los recuerdos: Alzheimer.
Es un hombre fuerte y desbordante, apasionado con lo mejor que sabe hacer y dedicado a lo que le ha entregado la mayor parte de su vida: pescar. ¿Recuerdas cuando fuiste uno de los pioneros de la pesca en San Juan Cosalá y sacaste una tilapia de más de un metro?, le pregunto; ojalá lo recuerdes, me respondo.
Por Leticia Trejo, Salud y Bienestar
La pandemia manifestó problemáticas que ya existían, pero no nos dábamos cuenta de ellas; desde enfermedades crónico-degenerativas que ya tenían algunas personas hasta dinámicas familiares disfuncionales que al estar antes fuera de casa no se habían revelado, pero hubo otro gran problema del que no nos habíamos percatado: no sabemos convivir con el silencio, ni siquiera sabemos qué es estar en silencio. Cuántas veces hemos juzgado a una persona que busca estar solo: ¿Qué le pasa?, decimos asombrados, debe estar triste, o quizás está enojado, ¿será que tiene depresión y por eso no habla? Claro que todos los anteriores son motivos probables, pero no nos parece normal que alguien quiera cerrar los ojos y permanecer en silencio.
El bienestar también se basa en los momentos en que dejamos descansar a los sentidos, momentos en que intentamos estar solos con nuestros pensamientos ya que eso nos ayuda a reconocerlos, a identificar las actividades de nuestra propia mente, es como un paso contemplativo que ayuda a que posteriormente podamos meditar. Lao Tse tiene una frase excelente para describir la apreciación del silencio:
“Cuando aprendas a escuchar el silencio, habrás aprendido el idioma del alma”.
Es en el alma en donde podemos encontrar un refugio seguro, es ese lugar tranquilo en donde podemos detenernos a reposar, a retomar fuerzas para continuar con los desafíos cotidianos de la vida, no quiere decir que vamos a estar eternamente serenos, pero sí significa que hacemos una pausa que tiene muchos beneficios a nivel fisiológico. De hecho, aprender a estar en silencio significa que hemos logrado disminuir la intensa actividad de la mente para pensar con claridad y tomar decisiones más acertadas.
Según la ciencia, las actividades mentales se miden en ondas eléctricas llamadas Hertz (Hz). El estado de mayor actividad se llama Beta y genera entre 14 a 30 Hz de actividad, sus síntomas son boca seca, sudoración excesiva, aumento de la frecuencia cardiaca, respiración agitada, falta de concentración y generación de una mayor cantidad de desechos celulares en el organismo. Le siguen las ondas Alpha (de entre ocho a 13 Hz) en donde los síntomas son salivación normal, transpiración natural, frecuencia cardiaca normal, y mayor enfoque en la mente. Después siguen las ondas Theta con una actividad de entre cuatro a ocho Hz en donde la temperatura corporal se vuelve fresca, la frecuencia cardiaca es estable, la inhalación se hace larga y profunda igual que la exhalación, el organismo puede iniciar libremente la función de eliminación de los desechos, el sueño es tranquilo y reparador y la mente está enfocada y serena. Por último, se encuentra el estado Delta (entre cero a cuatro Hz) que es el estado en donde realmente puede ocurrir la relajación total y el organismo activa funciones sumamente importantes para su completa recuperación.
Querido lector, lo descrito en el párrafo anterior es lo que se logra cuando aprendemos a convivir con el arte del silencio, el mayor beneficiado eres tú, y ahora, con tantos adelantos de la ciencia y las múltiples herramientas que nos brindan las disciplinas ancestrales todos, de verdad, todos podemos lograr esas pausas de silencio, reflexión y auto-observación que nos piden a gritos nuestros órganos, nuestro sobrecargado sistema nervioso y nuestro corazón. Vale la pena intentarlo.
El señor Cura Carlos Enrique Medina Garibaldo preside la procesión del Domingo de Ramos en San Cristóbal Zapotitlán. Foto: María Reynozo.
Por: María del Refugio Reynozo Medina.
Las mujeres barriendo la plaza y el atrio del templo de San Cristóbal Zapotitlán anuncian la proximidad de una celebración: la misa solemne del Domingo de Ramos.
Cerca de un centenar de feligreses participan caminando encabezados por los niños acólitos. Foto: María Reynozo.
Están colocadas en la entrada del templo una fila de troncos de palma que forman un camino para llegar hasta el recinto. En el extremo, llevan una palma encajada en el centro que se levanta hacia el cielo.
Dos mujeres barren la escena, mientras en la plaza otras más recogen la basura con los primeros rayos del sol poco después de las ocho de la mañana.
Hoy, además de la celebración del Domingo de Ramos, se lleva a cabo la revocación de mandato 2022.
Alrededor de las 11:30 de la mañana, los feligreses se congregan en la calle Zaragoza de San Cristóbal, cerca del crucero. Llevan ramos de romero y manzanilla. Algunas mujeres cargan bebés en los brazos; otras en carriolas.
Un grupo de seis personas, cuatro mujeres y dos hombres, cargan palmas trenzadas de un verde claro, y dos de ellos sostienen una biblia en las manos mientras avanzan en la procesión.
La manzanilla y el romero perfuman las calles al paso de la procesión. Foto: María Reynozo.
Un grupo de hombres enfundados en brillantes túnicas caracterizan a los apóstoles, mientras que un joven en el papel de Jesucristo camina vestido con una túnica blanca y un manto rojo. El señor Cura Carlos Enrique Medina Garibaldo encabeza la procesión que avanza entre cánticos y el aroma del copal.
El ambiente huele a romero, albahaca y manzanilla.
Al término de la celebración la gente se congrega en la plaza y muchos se recetan unos tacos de carnitas, tacos de bistec o una rebanada de flan.
Mientras tanto, en el local a unos metros de la escuela primaria están colocadas las urnas para llevar a cabo la consulta de revocación de mandato impulsada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
En la procesión participan niñas y niños que acompañan a sus padres. Foto: María Reynozo.
Las casillas abrieron desde las ocho y unos minutos; sin embargo, a las 8:30, aparecen solitarios una pareja de primeros votantes.
Están instaladas dos casillas; de la sección de 1668 y 1687. Cada casilla tiene un presidente, un secretario y un escrutador.
La afluencia de votantes es lenta; y de un padrón de unos tres mil votantes solo se registra la participación de 275 presentes cuya decisión mayoritaria es que el presidente en funciones permanezca.
Así transcurre el anunciado proceso de revocación; entre las campanas que llaman a misa y las urnas que llaman a votar en donde los fragantes ramos de romero superaron por decenas la participación de los ciudadanos.
Por Leticia Trejo, Salud y Bienestar.
Estoy recordando un meme muy particular, de autor desconocido o por lo menos la imagen no contenía el nombre del autor, haciendo alusión a lo difícil que es reconocer ante otros nuestro estado anímico. Iba más o menos así:
Hola, ¿cómo estás?
-Estoy bien.
¿Bien de bien o mal, pero no quieres que yo sepa que estás mal?
-Bien de cállate y dame un abrazo.
¿Te parece conocida la respuesta? Considero que desde muy pequeños nos enseñan que lo correcto es no mostrar nuestras emociones, así que entramos en un conflicto porque nuestro corazón, nuestras entrañas, nuestra respiración y todo el cuerpo nos grita que estamos mal, pero nuestra mente es obligada a negar cualquier emoción intensa que ponga en aprietos nuestras relaciones interpersonales. Es por esto que visitar a un psicólogo es tan importante, aprender a expresar lo que sentimos sin avergonzarnos por ello, dejar que el cuerpo y la mente integren y reconcilien sentimiento-emoción-respuesta en un espacio seguro (quizás haya excepciones con psicólogos con poca ética, pero no es nuestro tema el día de hoy).
Cuando empecé a profundizar en el estudio del Sistema de las Seis Dimensiones del Wellness pude darme cuenta de que hay seis preguntas claves que nos pueden ayudar a autoevaluarnos y así encontrar respuestas que nos ayuden a generar estrategias para lograr un equilibrio en nuestra salud integral. Estas son las preguntas que diseñé hace algunos años:
Bienestar físico: ¿Estás conforme con tu condición física actual?
Bienestar mental: ¿Crees que tus patrones de pensamiento promueven el logro de tus metas?
Bienestar familiar (social): ¿Cómo te nutren tus lazos afectivos?
Bienestar laboral (comunidad): ¿Amas lo que haces para vivir en prosperidad?
Bienestar financiero: ¿En qué medida tu salud financiera influye en tu nivel de satisfacción y felicidad?
Bienestar espiritual: ¿Estás en paz con tu lugar en el Universo, le da sentido y propósito a tu vida?
El diseño de estas preguntas inspiradas en las seis dimensiones del Wellness nació del triste reconocimiento de que, a la mayoría de las personas no les agrada la idea de visitar a un psicólogo. Es difícil aceptar que todavía existe una resistencia cultural, una creencia arraigada de que solo los “loquitos” deben visitarlo, o de que sólo cuando se tienen problemas emocionales graves es cuando hay que hacer una cita con algún “loquero”, como ofensivamente dicen algunos individuos. Estas preguntas no son realmente profundas, ni contestarlas va a resolver todos los problemas de nuestra vida, pero es un comienzo. La persona que se detiene a responderse de forma honesta a sí mismo podría iniciar un camino de reconciliación interior que, con la asesoría adecuada, podría darle una guía hacia dónde debe de dirigir sus esfuerzos para pasar del lugar en donde se encuentra ahora a un lugar mejor, con relaciones más sanas y metas más claras. Si las contestas querido lector, sólo me queda desearte un viaje estimulante y retador que te llene de ganas de vivir y aprender.
Por Leticia Trejo, Salud y Bienestar
Mucho se insiste en que el Yoga (como sistema) o la Yoga (como disciplina) es una técnica que trabaja cuerpo, mente y espíritu; pero no a todas las personas les queda claro, ya que ubicamos esta práctica sólo como un método más de actividad física, cuando en realidad la práctica de asanas (posturas) es sólo uno de los ocho pasos para lograr los beneficios y la conexión de estos tres elementos que conforman nuestra identidad terrenal.
El Filósofo Patanjali (a quien ya mencioné en alguna publicación pasada) generó la metodología de los ocho brazos del Yoga para lograr la liberación, esto quiere decir, el cese del sufrimiento, y lograr el gozo de la trascendencia; es decir, que ya no hay obstáculos ni en nuestra mente ni en nuestro cuerpo para sentirnos uno con el creador (o universo, o este Ser o Entidad que nos arropa y nos cubre con su amor). Todo esto puede sonar un poco subjetivo, pero cuando revisamos cuáles son esos ocho brazos u ocho etapas, nos damos cuenta de que hace perfecto sentido y que, quien pudiera practicar Yoga en ese orden, con constancia y disciplina va a gozar de todos sus beneficios.
Yamas: son los preceptos éticos y morales de autoobservación para darnos cuenta como es nuestra relación con nuestros semejantes, con el entorno y con los animales y la naturaleza. ¿Qué se pide practicar en los Yamas? Ahimsa, que es la NO violencia; Satya, que es la verdad; Asteya, actuar con honestidad; Brahamacharya, que es la moderación; y Aparigraha, vivir con lo que generemos por nosotros mismos sin aceptar regalos vistos como atajos. Si lo pensamos bien, es claro que uno de los grandes conflictos y obstáculos para ser felices es tener problemas familiares, conflictos entre vecinos, aborrecer a los animales o maltratar a la naturaleza, lo cual genera pesares en la mente y en el corazón.
Niyamas: son los preceptos éticos y morales de autoobservación hacia la relación que tenemos con nosotros mismos. ¿Qué se pide practicar en los Niyamas? Saucha, que es la pureza de intención desde que un pensamiento cruza hacia nuestra mente hasta convertirse en acción; Santosa, contentamiento o gratitud, saber que somos privilegiados por el hecho de estar vivos y sentir; Tapas, prudencia, vivir sabiendo que cada decisión afecta el rumbo de nuestro destino; Svadhyaya, estudio del sí mismo, toda la vida mientras vamos creciendo y madurando aprender a conocernos con honestidad; Isvara pranidhana, dedicación de nuestro trabajo y dones a un Ser superior, al Universo o a algo que va más allá de nosotros.
Asanas: es una serie de posturas físicas en donde la intención es la purificación o desintoxicación constante del cuerpo, para gozar de salud y vitalidad y poder superar adversidades con un cuerpo fuerte y flexible.
Es así como podemos observar que antes de la práctica física, que a muchas personas atrapa, hay dos pasos vitales para liberar a nuestra mente de obstáculos generados por ella misma y la falta de conocimiento que tenemos de sus actividades. En la siguiente edición seguiremos enumerando los pasos de este milenario Sistema lleno de procesos claros y específicos para mejorar nuestra salud física, mental y espiritual.
Por Leticia Trejo, Salud y Bienestar.
¿A quién le ha pasado que tiene un amigo que todos los días va al gimnasio, sale a correr todos los días y hasta los fines de semana los pasa haciendo ejercicio? Si nos atrevemos a hacerle la observación de que se ha vuelto adicto a la actividad física (vigorexia) se da el lujo de contestarnos que por lo menos su adicción es saludable. Siento decirles que su adicción de ninguna manera es saludable y lo podemos comprobar científicamente.
La grasa corporal es el combustible más duradero del cuerpo. La masa muscular es el alimento más nutritivo del organismo. Cuando hay una emergencia de salud el organismo toma, por supuesto, el elemento más nutritivo y guarda (almacena) el más duradero. Vamos a poner, por ejemplo, esas antiguas dietas en donde la persona comía solo manzanas y agua durante más de 15 días, esta privación alimentaria ocasionaba que el organismo se consumiera así mismo disminuyendo la masa muscular, pero dejando la grasa. Lo mismo ocurre cuando realizamos un exceso de actividad física, una vez que se consumen los nutrientes del día y no se reponen ni con descanso ni con una alimentación adecuada, el cuerpo toma los nutrientes musculares y deja la grasa como combustible para alguna emergencia, por ejemplo, una enfermedad larga y difícil.
Lo anterior significa que ante un exceso de actividad física hay pérdida de masa muscular y acumulación de depósitos adiposos.
Por otro lado, está la salud de los riñones. Imagina, querido lector, que tus riñones son una coladera como esas que usamos en la cocina para filtrar el gabazo de un jugo de piña; si la coladera se tapa por exceso de desechos, su función se ve disminuida. Eso mismo les pasa a los riñones. Desde el momento que abrimos los ojos empezamos a generar desechos celulares, cada actividad de nuestro día, y cada despliegue hormonal se convierte en desecho que va al torrente sanguíneo y después es filtrado en los riñones para sacar ese material por la orina; si a eso añadimos dos o tres horas de ejercicio intenso al día, quiere decir que va a existir una sobreproducción de basura celular llegando el momento en que los riñones no van a poder filtrarlo y empezarán a sufrir daño en su importante función. Jalisco es el estado número uno en insuficiencia renal. Una persona puede tardar muchos años en percatarse de que sus riñones están dañados, no es algo que se pueda ver con una simple prueba de sangre.
Nuestros amigos vigoréxicos deben tomar en cuenta algunos de los síntomas de problemas en los riñones: olor muy fuerte y desagradable de la orina, espuma en la superficie, color de amarillo muy intenso a oscuro. Así como fuertes dolores musculares y articulares, sobre todo en tobillos, talones y dedos de los pies, agotamiento excesivo.
La vida, nuestra salud y bienestar necesitan equilibrio; el sedentarismo no trae nada bueno, pero tampoco el exceso de actividad física. Los órganos internos escapan a nuestra evaluación visual, pero debemos estar atentos a ciertos síntomas para poder visitar un especialista y atenderlos (en este caso el especialista de riñones es un nefrólogo).
Te deseo un excelente fin de semana y una vida larga y saludable.
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