The Chapel of Our Lady of the Rosary, in Ajijic, is close to starting the restoration project
Sofía Medeles (Ajijic, Jal.)- The project for the restoration of Ajijic’s Chapel of Our Lady of the Rosary is very close to starting, and after four fundraising events, the group “Sumando Voluntades” or Summoning Volunteers is ready to take the next step.
Their most recent event was the seventh annual Run for the Rosary, held on the day of the Virgin of the Rosary, October 31, with 180 runners participating in the race. The race and the fair held on the same day raised 40 thousand pesos, giving a total of approximately 350 thousand pesos that the group has raised to start working.
The architect in charge of the project, Josué Ramos, said that the restoration project was presented to the National Institute of Anthropology and History (INAH) and needs some modifications, however, the capital raised is enough to get started.
«They asked us to revise the structural project to the specifications provided by the architect of the INAH. The architect said that we don’t have to spend all the capital in the first stage since they were quite simple things to start with,» Josué asserted.
He also added that they have more events in mind, although they have yet to plan the details or set the date. In the short term, they plan to focus on the architectural survey and the necessary restructuring.
«We will continue to raise funds for this project. For the moment, we are thinking of selling a black and white poster with the Virgin of the Rosary and the little chapel in the background, which we will start selling during the patron saint festivities and whenever we have the opportunity», concluded the architect Josué.
Translated by Kerry Watson.
Altar accompanied by the iconic Frida Khalo. Photo: Héctor Ruíz.
Héctor Ruíz Mejía – Despite municipal authorities nearly closing the festival «Al fin, para morir nacimos» («In the end, we were born to die»), the event for the Day of the Dead was held in Jocotepec, moving some local residents to tears.
According to Carlos Cuevas, ex former director of Casa de la Cultura José Vaca Flores, who was one of the organizers of the event, the new director of the highway system, Aguirre (who had not even been sworn in yet), tried to close the event, arguing that the appropriate permits had not been requested.
Cuevas explained that the road personnel argued that they lacked the Civil Protection review and that according to him, «it was in their power to cancel the permit if they wished.» However, Civil Protection rose to the call to provide support to the event so the event could proceed.
Sample of one of the altars on Morelos Poniente street. Photo: Héctor Ruiz.
The first edition of the festival took place last Sunday, October 31 on Morelos Poniente Street, where in addition to enjoying typical music and spectacular performances by students from the School of Performing Arts of the University of Guadalajara (UdeG), dozens of people witnessed the stories on the 11 altars that the community itself erected along the street.
One of the altars was made by the Ibarra Campos family to honor their father, Goyo. He was described as a cheerful man, a cab driver, who enjoyed life, as well as atole and chicken. These stories brought the audience into the stories themselves of those who lived before them.
Sample of one of the altars on Morelos Poniente street. Photo: Héctor Ruiz.
«Because we are not only united in death, but also in life,» Carlos said, adding that everyone contributed a little or a lot, like the ladies of the neighborhood, who for two weeks set up the two portals covered with marigold flowers located at both ends of the street.
«It was incredible to see how all the people came together to make the event, from people who supported with 20 pesos, to those who anonymously supported with up to ten thousand pesos,» explained Carlos.
Sample of one of the altars on Morelos Poniente street. Photo: Héctor Ruiz.
«The truth is I didn’t know what to expect, I was in the plaza and I started to hear that they were coming here, so I came to see what was going on and I really had a good time», commented Ramón. He said that he couldn’t stop laughing from the Chiapas death jokes in one of the plays.
The first edition of the festival in commemoration of the Day of the Dead was packed with a large turnout which exceeded all the expectations of the organizers and the community which longed to celebrate this date after a year of inactivity.
Translated by Kerry Watson.
El carro alegórico está a punto de salir. Una adolescente representa a un ángel que custodia la imagen. Foto: Maria del Refugio Reynozo Medina.
Por: Maria del Refugio Reynozo Medina
El agudo sonido del clarinete se acompaña con la algarabía de las trompetas y resuenan las mañanitas, en medio del altar principal del Templo en San Pedro Tesistán. Las notas de Celebremos y Mi Virgen Ranchera invaden el recinto que además, está desbordado de flores.
Hoy es quince de agosto, día de la Virgen de la Asunción. A las seis de la mañana el templo de San Pedro Tesistán, luce repleto de asistentes, un centenar de personas se congregan para cantar y rezar a la pequeña imagen de la Virgen Maria que fue asunta al cielo.
El altar del Templo de San Pedro Tesistan engalanado para celebrar a la Virgen de la Asunción. Foto: Maria del Refugio Reynozo Medina.
Todas las miradas están puestas en la delicada figura de la virgen, que porta un esplendoroso ropaje blanco con un manto azul celeste. La fina silueta cubierta de encajes y piedras emite destellos fulgurantes. Tiene los brazos extendidos y mira al frente con una sutil sonrisa, los ojos y las cejas están finamente delineadas y el cabello negro que cae sobre sus hombros, ligeramente rizado luce decorado con un par de broches brillantes. La imagen de la virgen que no alcanza el metro de altura, está coronada con oro y a sus espaldas lleva un resplandor centelleante. Observa a los feligreses desde su trono a la derecha de la imagen de San Pedro Apóstol con expresión de ternura, como respondiendo a las plegarias y cantos derramados por los fieles.
Las angélicas legiones
cantan con gran armonía
entonando dulces canciones
de las flores de Maria.
Refugio de pecadores
eres virgen soberana
te saludo entre las flores
antes de romper el alba.
Las voces femeninas entonan los cantos y la banda las acompaña al final de cada estrofa ahora desde el atrio.
Mientras tanto, afuera se preparan dos mesas con pan dulce, canela y rompope para ofrecer a los asistentes.
-Alabemos y demos gracias en cada instante al santísimo y divino sacramento-Finaliza el Rosario y la gente se encamina a la salida del templo al encuentro de las ollas de canela humeante.
Fidela Garate lleva sesenta años a cargo de la decoración del carro que lleva a la imagen de la Virgen de la Asunción. Foto: María del Refugio Reynozo Medina.
La banda comienza a entonar valses y los fieles comparten la canela entre breves conversaciones.
-Esta fiesta es de mujeres- dice una de las colaboradoras.
Cada día del novenario está asignado a una encargada que tiene ayudantes, pues hay que pagar la pólvora de los fuegos artificiales, las flores del templo, la música, las misas y los alimentos que se ofrecen en el rosario y la comida para los músicos.
La mujer encargada, pagó cuatro mil doscientos pesos por los cohetes de la misa de función.
Muchos cargos se heredan o “se pasan” cuando económicamente no es posible cubrir los gastos.
A Celina Robledo Valencia le dijo su mama:
-Ya eres mayor de edad ya te voy a apuntar para ayudar-
Zaira Ramírez Reynoso es ayudante desde que aún estaba en el vientre de su madre, cuando la encargada le dijo -Si es niña, se la pido desde ahora-.
***
A las doce del día ocurre un acto solemne, la Misa de Función armonizada por el mariachi y los asistentes ataviados con el estreno o las prendas más elegantes.
En este lugar, la explosión de un cohete en medio del celeste cielo equivale a un estallido de alegría muy dentro del corazón.
Jovenes preparán los cohetes. Foto: María del Refugio Reynoso.
***
Fidela Garate, lleva sesenta años arreglando el carro donde se lleva a la imagen de la virgen en la procesión.
-Dicen que esta fiesta es de mujeres pero también los hombres ayudan-
Me dice mientras observa cómo sus ayudantes, (entre ellas, un hombre) terminan los detalles del carro donde irá la imagen.
Ella con un pequeño grupo de mujeres ha comprado cortinas y telas para decorar el vehículo que lleva por las calles la venerada imagen. Tenía veintidós años cuando le encargaron esa misión.
Ese cargo es una responsabilidad que le da orgullo, más también hay que asumir los gastos, pagar la pólvora que se utilizará en el recorrido que cuesta unos ocho mil pesos. El cobro por las flores del templo llega a nueve mil pesos. Para la procesión el pago de la danza es de seis mil pesos y seis mil más por la banda de guerra.
El carro listo se encamina para recoger la imagen de la Asunción. Foto: María del Refugio Reynozo Medina.
Desde que era niña, Fide recuerda la fiesta de la Asunción, no había plaza, sólo un tubo de metal en el centro de un espacio despoblado en donde hoy se coloca la plaza; ahí la gente ya se reunía al anochecer y la banda tocaba, recuerda que era la banda de San Cristóbal. No había energía eléctrica y la serenata se llevaba a cabo iluminada por lámparas, aparatos de petróleo y hasta lumbradas.
-Mientras Dios nos deje tendremos ayuda. Dice confiada cuando hablamos de números.
El mariachi acompaña la imagen en el recorrido. Foto: María del Refugio Reynozo Medina.
El carro está listo, un enorme ramo de nardos decora la plataforma de la camioneta forrada con un fondo azul satinado y cortinas plateadas. En el respaldo lleva una estrella al fondo y dos franjas de tela plateada plisadas en los lados. Dos adolescentes están vestidas de ángeles y suben al vehículo con sus impecables túnicas celestes y una corona de flores blancas en la cabeza. Ellas custodiarán la imagen en el recorrido.
En la plaza los danzantes ya se preparan, se colocan los detalles de los trajes. Un mariachero se acomoda el moño y se mira el peinado por el retrovisor de una camioneta.
Ya son las seis de la tarde y aunque el Señor Cura Carlos Enrique dijo en la homilía que no habría procesión como cada año, debido a la contingencia sanitaria por el COVID, la gente se acerca para acompañar a la imagen.
-Animo muchachos que se vea la religión- dice un mariachero a otro
Y comienza la procesión.
En el recorrido de una hora y media se van sumando más personas, adultos y niños.
Una mujer sostiene un nardo que lleva la bendición de la imagen. María del Refugio Reynosa Medina.
En algunas casas se detiene la procesión y los adultos mayores o enfermos, pueden contemplar a la pequeña imagen. Un muchacho arranca un nardo del ramo y lo entrega a una mujer que mira absorta la imagen, un hombre mayor desde un balcón observa con un fervor casi al punto del llanto.
A la mitad del peregrinar, subimos a la carretera, los monaguillos desfilan con sus ropajes color crema que se mueven con el aire que dejan los coches avanzando por el carril derecho.
El asfalto que hace unos minutos lucía repleto de autos es ahora el escenario de un danzante que desliza su estilizada figura al sonido del tambor y el caracol. Los cuerpos con los coloridos trajes y penachos de plumas brillantes aparecen barnizados por el sudor de más de una hora de movimientos dancísticos.
Pasan las siete de la tarde y el sol muere en los montes como en el vals de Macedonio Alcalá (Dios nunca muere) que entona el mariachi, en medio del asfalto, ahora vacío de carros y lleno de cánticos y fe.
San Pedro Tesistán, 15 de Agosto de 2021
Cascada en el Tepalo. Foto: archivo.
Sofía Medeles (Ajijic, Jal.).- Un icónico lugar de Ajijic, sobre todo durante la temporada de lluvias, es el Tepalo. Apenas caen las primeras gotas y los habitantes ya se preguntan y dan sus vueltitas, para saber si ya corre algo de agua. Varios nativos compartieron para Laguna sus recuerdos de las cascadas de temporada, que años atrás no eran tan populares con los turistas.
El director del Archivo Histórico de Chapala e investigador de la historia de Ajijic, Eduardo Ramos Cordero, comentó que si bien la etimología de la palabra Tepalo no es del todo certera, se trata de una castellanización de una palabra indígena, la cual significa “bosque entre las piedras”.
La gente cuenta que el sitio no era muy concurrido ni popular entre el turismo, antes de la década de los setentas, y solo solía ser visitado por gente que sembraba junto a sus familias.
Las mujeres de aquellos tiempos, aprovechaban cualquier cuerpo de agua para lavar y, aunque el Tepalo no era muy visitado por ellas, sí había algunas que preferían subir a hacer su quehacer doméstico, ya cuando el agua corría limpia.
“Recuerdo que íbamos al Tepalo cuando acompañábamos a una tía a lavar; iban poquitas señoras, pero de esas poquitas, a veces, se peleaban por las mejores piedras para tallar la ropa y por eso trataban de irse temprano. Yo pienso que nos llevaban para cargar con la ropa, pero nos divertíamos en lo que lavaban”, comentó una entrevistada.
Otro de los habitantes compartió que no era un sitio muy popular hasta que llegaron los extranjeros, que hicieron que se convirtiera en el lugar turístico que ahora conocemos.
“Cuando éramos chiquillos nos gustaba ir porque estábamos flaquitos y cabíamos en los arroyos como si fueran toboganes; jugábamos toda la tarde y ya nos devolvíamos. Ya con el tiempo, empezaron a llegar más y más turistas, entonces teníamos que ir temprano porque ya en la tarde todos los estanques estaban con gente”, compartió un local.
Otra persona compartió: “Era bien chistoso cuando nos estábamos bañando bien tranquilos y, de repente, se escuchaban gritos y corríamos, y era porque ya se había arrimado una vaca a tomar agua, nunca nos hicieron nada, pero eran imponentes. Ojalá el Tepalo dure mil años más”.
Rotas las negociaciones, la URSS se halló literalmente entre la espada y la pared. Estaba claro que Occidente había decidido aliarse con Hitler para un ataque conjunto en su contra y, por otro lado, no había duda de que los japoneses estaban decididos a apoderarse de los territorios rusos en el Lejano Oriente. No hacía mucho que habían sido frenados en Mongolia gracias al arrojo del Ejército Rojo y a la dirección acertada del futuro mariscal soviético Gueorgui Zhúkov, héroe de la batalla de Jaljin-Gol. No quedaba más opción que aceptar la oferta de Hitler de un tratado de paz y cooperación mutua entre ambos países, por muy repugnante y deshonrosa que pudiera ser. Aliarse con Hitler era asirse a un clavo al rojo vivo, pero la realidad no dejaba otro camino: había que ganar tiempo para salvar al país y a la revolución.
No es difícil explicar por qué Hitler rechazó la oferta británica y prefirió la alianza con Stalin. Ya dije antes que el verdadero propósito de Hitler no era ya un nuevo reparto del mundo sino su dominio completo, pasando por encima de todos y de todo, incluidos el imperio británico y el emergente imperialismo norteamericano. Por esa razón, el Führer no quería paz sino guerra, guerra sin cuartel y sin fin hasta consumar su ambicioso proyecto o perecer en el intento. Por eso no le interesó en lo más mínimo la oferta de Chamberlain.
Para la invasión segura de Polonia, Hitler necesitaba asegurar su frente oriental y evitar así el riesgo de una lucha en dos frentes, el occidental, que podía verse reforzado por las tropas británicas y francesas, y el oriental, que dependía enteramente de la URSS. Su plan de invadir Francia al año siguiente y a la propia URSS en 1941, le exigía, además, asegurarse la provisión de materias primas como el petróleo, y el acopio de granos y otros alimentos, de todo lo cual Rusia se ofrecía como una fuente segura y suficiente. Estas fueron las razones que inclinaron al jefe nazi a sellar el pacto de no agresión con la URSS, el llamado pacto Ribbentrop-Molotov firmado el 23 de agosto, es decir, al día siguiente de la ruptura definitiva de las negociaciones con occidente.
La proximidad de ambas fechas sirve de argumento a muchos para acusar a Stalin de un doble juego. Sobran las fuentes para demostrar que esto no es cierto, pero su exposición detallada cae fuera de los límites de este trabajo. Es verdad, en cambio, que el pacto reportó a la URSS la ventaja esencial de recuperar su frontera occidental de antes de la Primera Guerra Mundial; pero no se trataba, como dicen sus críticos, de un expansionismo y de un despojo a sus vecinos que lo igualaban con los nazis, sino de la necesidad estratégica de recuperar sus antiguas fronteras, que perdió en Versalles, para contar con una línea occidental más segura y más fácil de fortificar en prevención de un futuro ataque alemán. Esta pretensión legítima fue comunicada en su momento a los aliados occidentales, y fue una de las razones de éstos para rechazar la alianza que les proponía Stalin: no querían ayudar a defenderse a su peor enemigo. Hitler, más astuto y pérfido, aceptó la demanda pensando en recuperarlo todo más tarde.
La verdadera Segunda Guerra Mundial no comenzó con la declaración formal de Gran Bretaña del 3 de septiembre de 1939, sino con la invasión de Francia en mayo de 1940 y el escape apresurado de los ejércitos británicos ante el empuje arrollador de Alemania. Los británicos y norteamericanos no se decidieron a luchar en serio contra Hitler sino cuando quedó claro que este iría contra ellos tarde o temprano para hacerse con el control mundial. A pesar de eso, salvo los bombardeos ineficaces de Hitler a Londres, la participación de ambas potencias puede calificarse de marginal. Desde la rendición de Francia el 25 de junio de 1940, británicos y norteamericanos se constriñeron a la guerra en el norte de África contra las tropas de Rommel, con el único objetivo de defender los intereses del Imperio británico en el Magreb y para mantener funcionando el canal de Suez, por donde circulaban las mercancías y las materias primas de y hacia las islas británicas. Nunca tuvieron un verdadero cuerpo a cuerpo con las fuerzas de Hitler. Esto le permitió al Führer concentrar el 75% de sus efectivos terrestres y aéreos en el ataque a la URSS.
Mucho se ha alegado que el rápido avance alemán de las primeras semanas y el enorme costo en vidas y recursos de todo tipo que tuvo que pagar la Unión Soviética, fueron responsabilidad de la confianza ciega de Stalin en la palabra y la firma de Hitler. Su ejército y su armamento, dicen, eran una verdadera ruina comparados con las modernas tropas de Hitler. También esto es falso, aunque tampoco puedo entrar en los detalles. Me limitaré a tres argumentos de carácter general, pero absolutamente evidentes: 1) El propio pacto Ribbentrop-Molotov, cuyo objetivo principal era ganar fronteras seguras en previsión de un ataque proveniente de Alemania. 2) El triunfo aplastante de la URSS. Salvo que se crea en los milagros, resulta punto menos que imposible imaginar cómo en tan poco tiempo y bajo el nutrido fuego alemán, se pudo remontar el desastre que dicen hasta convertirlo en una resonante victoria. 3) La situación material de Rusia en el momento del ataque. Sus críticos olvidan que el país de los soviets venía a) de la guerra ruso-japonesa de 1904-1905, que fue un costoso desastre, en particular para sus fuerzas navales; b) de la primera revolución de 1905-1907, que cobró cientos de vidas e ingentes recursos para aplastar a los trabajadores; c) de los terribles daños de la Primera Guerra Mundial que, además de los miles de muertos en el frente, desorganizó su economía, dislocó el transporte y redujo drásticamente la producción de alimentos, ya que el 80% del ejército eran campesinos uniformados que dejaron el arado para empuñar el fusil. Y a esto hay que añadir la sangrienta guerra civil de 1918-1920 y la feroz lucha ideológica contra Trotski y Bujarin, que duró desde la muerte de Lenin hasta el congreso del partido en 1927. Rusia, pues, no pudo retomar el crecimiento sino a partir del primer plan quinquenal, que comenzó a aplicarse en 1928. Cuando Hitler inició el ataque, el 22 de junio de 1941, iban escasamente poco más de dos planes quinquenales y medio.
La debilidad económica y militar de Rusia, en la medida en que realmente existían en el momento del ataque alemán, nacen de aquí y no de la falta de visión estratégica ni de la ciega confianza de Stalin en la palabra de Hitler. Y a pesar de esas debilidades, la URSS se rehízo rápidamente, superó los daños profundos de la primera embestida y derrotó a la Wehrmacht y a la Luftwaffe de Hitler, con todo y su fama de imbatibles. Y todavía hay quien dice que la Revolución de Octubre fue un error y un horror que la humanidad no debe volver a repetir. Por todo lo dicho hasta aquí y teniendo en cuenta la peligrosidad del enemigo, los 26 millones de muertos, las 1, 500 ciudades arrasadas y las más de cien mil aldeas desaparecidas, los miles de aviones destruidos en tierra, las decenas de grandes fábricas derribadas y saqueadas y las miles de hectáreas de cultivos destruidos, junto con la participación marginal de los aliados, me parece que no hay duda de que fue la URSS quien ganó la Segunda Guerra Mundial.
Curiosamente, en los días posteriores a la derrota de Hitler, nadie ponía en duda esta verdad elemental. Es muy conocido el mensaje que Churchill envió a Stalin el 8 de mayo de 1945, el mismo día en que Alemania firmó su rendición: “Las generaciones futuras reconocerán su deuda con el Ejército Rojo en una forma tan franca como lo hacemos nosotros que hemos vivido para presenciar estas pujantes hazañas”. ¿Qué sucedió después? ¿Por qué cambió tan radicalmente el punto de vista de Churchill? La explicación consiste en que, tanto Churchill como sus aliados consideraban que la URSS debía darse por satisfecha con tales elogios y que debía regresar a casa tranquila y satisfecha pero con las manos vacías. Y no fue así. La Europa Oriental liberada por el Ejército Rojo optó por organizarse como repúblicas populares o socialistas y unirse a la Unión Soviética para construir juntos un mundo mejor. Hitler y las potencias occidentales fraguaron y pusieron en ejecución una guerra mundial devastadora para acabar de raíz con el socialismo, pero lo que obtuvieron fue exactamente lo contrario: un bloque de naciones socialistas que representaba una fuerza mucho mayor y más invencible que la antigua URSS en solitario.
Esto redobló la decisión de acabar también con tal enemigo empleando cualquier medio lícito o ilícito. Se reactivó e intensificó como nunca antes la “guerra fría”, ahora con nombre y apellido creados por el periodista norteamericano Walter Lippman, pero que, en los hechos, venía operando desde los días de Wilson, como ya vimos. El objetivo era dar un giro de 180 grados a la imagen que el mundo tenía de la nación vencedora de la “bestia nazi”; había que transformar al héroe en villano y al amigo de antes en el enemigo de hoy. Para eso se valieron de todo tipo de infundios y calumnias contra la URSS y el socialismo; les negaron hasta el más pequeño mérito y resaltaron y exageraron hasta la caricatura sus defectos y errores. Así nació la arbitraria y falsa equiparación de Stalin con Hitler, y de la URSS con la Alemania nazi, y así nació también el combate contra el “mito” de que la URSS ganó la guerra.
Después de la caída del bloque socialista en 1991, la guerra fría amainó: el enemigo había sido vencido y ahora era considerado por Occidente como una nueva y vasta colonia, lista para ser explotada por sus capitales. Pero la dialéctica del desarrollo les tenía una nueva sorpresa: sin saber cómo ni cómo no, de pronto se encontraron con que las “nuevas colonias” se habían vuelto a transformar en potencias mundiales que cuestionaban, ahora con nuevas armas y con nuevos recursos, su hegemonía mundial. Esto reavivó con más fuerza la guerra fría. El portal español MUNDO OBRERO relata con elocuencia en qué consiste, antes y ahora, esta guerra ideológica:
“Pero para darle la vuelta a la realidad y que 80 años después la mayoría de los europeos piensen que los norteamericanos derrotaron a Hitler (…) pusieron en marcha un plan sistemático de adoctrinamiento secreto que ha estado funcionando como mínimo hasta los años setenta. En la construcción de “la Gran Mentira” (…) movilizaron la práctica totalidad de la poderosísima industria cultural: cine, medios de comunicación, universidades, teatro, música culta y popular. Contaron con dinero a espuertas (…) utilizaron hasta 164 fundaciones para canalizar los fondos reservados, algunas creadas por la CIA y otras tan conocidas como la Fundación Rockefeller, la Carnegie o la Ford. Tiene su gracia macabra que la Fundación Ford estuviese propagando la afinidad entre Stalin y Hitler, cuando era conocida la mutua admiración que se profesaban Henry Ford y Adolf Hitler. El único cuadro que adornaba la oficina nazi del Führer en Viena era un retrato de Ford. Entre 1963 y 1966, casi la mitad de las donaciones que recibieron esas 164 fundaciones procedían de los fondos de la CIA”.
Es en este contexto que aparece y se explica la aparentemente extemporánea pregunta de ¿quién ganó la Segunda Guerra Mundial?, así como los intentos, absurdos a primera vista, de reescribir la historia. Es la nueva guerra fría que busca distorsionar la imagen de China y Rusia con miras a someterlas o exterminarlas, como el único obstáculo serio que se opone al proyecto imperialista de dominación mundial. Y así se explican también la solitaria celebración de la victoria por la Federación de Rusia y el silencio sepulcral de Occidente.
El presidente de Rusia dice verdad cuando afirma “La guerra la ganamos nosotros”. Y también cuando remacha dirigiéndose a los veteranos: “Ustedes salieron vencedores absolutos en la batalla contra el nazismo y eternizaron la memoria del 9 de mayo de 1945. Siempre recordaremos que fue el pueblo soviético (subrayado de ACM) quien demostró el máximo heroísmo (…); durante los tiempos más duros de la guerra, durante las batallas cruciales (…) contra el nazismo, nuestra nación estaba sola en el camino penoso, heroico y abnegado hacia la victoria”. ¿Alguna duda, señores que hoy se cuelgan con todo cinismo la medalla del triunfo? Y Putin actualiza su mensaje: “Desafortunadamente, se intenta desplegar una gran parte de la ideología nazi (Ucrania y sus protectores y aliados, ACM) y las ideas de aquellos que estaban obsesionados con la teoría delirante de su propia supremacía (como hoy Estados Unidos, ACM). Y advierte: “Aquellos que están tramando nuevas agresiones no pueden ser perdonados ni justificados”. Como dice nuestro pueblo: bajo advertencia no hay engaño.
Sin embargo, pienso que Rusia no debería olvidar que la guerra fría, la guerra sucia de desprestigio y calumnias sin nombre contra el heroico pueblo soviético, recibió una ayuda invaluable de la denuncia, unilateral y artificialmente inflada, de los “crímenes de Stalin” por parte de Nikita S. Jruschov (ucraniano por cierto), en el XX Congreso del PCUS. Esa soga en el cuello acabó ahogando, junto con otros factores negativos, a la URSS, y es la misma que hoy no deja moverse con libertad y orgullo a la Rusia actual. No puede emprender ni decir nada radical y decisivo para la humanidad sin que de inmediato surjan “los crímenes” del feroz “dictador soviético” para acallar su voz. Ya es hora de que Rusia y los rusos se sacudan de encima este sambenito, documentando y publicando un estudio completo, detallado y preciso sobre quién fue realmente Stalin, qué fue lo que hizo bien y qué lo que hizo mal y por qué. No olvidemos que, al final del día, fue él quien condujo a la URSS a la victoria sobre los nazis de que se enorgullecen con razón las nuevas generaciones de rusos. Hay que dar la cara al mundo con la verdad en la mano para que Rusia sea libre de hablar y actuar sin que le saquen los cadáveres del clóset. Tal vez esa es la señal que la juventud rusa espera para volver a hacer de su país una verdadera potencia socialista al lado de China.
El 9 de mayo de este 2021, la Federación de Rusia fue el único país del mundo que celebró como se merece, el triunfo de las fuerzas aliadas sobre la Alemania nazi. ¿Cómo se explica el curioso y universal silencio que guardó la mayoría de los países, en particular los que jugaron un papel activo en la Segunda Guerra Mundial? ¿Es que ya se les olvidó la magnitud de la tragedia y el tamaño del peligro que se cernió por un momento sobre la cabeza de todos los seres humanos?
En estos últimos años se habla cada vez más del propósito de revisar y reescribir la historia de los sucesos mundiales a partir del surgimiento del primer experimento socialista encabezado por Vladímir Ilich Lenin en octubre de 1917 (calendario bizantino), pero en particular la historia de la Segunda Guerra Mundial.
¿Qué se esconde tras de este empeño de cambiar la historia de las dos tragedias mundiales? La respuesta es sencilla: la tenaz decisión de occidente de eliminar de raíz el socialismo, al que considera, desde el momento mismo de su aparición en 1917, como el enemigo más peligroso para el modelo capitalista de producción. Hay pruebas de eso. El 2 de diciembre de 1917, es decir, a menos de un mes del triunfo de la revolución rusa, el presidente norteamericano, Thomas Woodrow Wilson, al ser consultado por su secretario de Estado, Robert Lansing, sobre la posibilidad de reconocer al gobierno de Lenin, respondió: ¡Imposible! El régimen bolchevique es una conspiración demoniaca (…) es especialmente ofensiva su doctrina de la lucha de clases, la dictadura del proletariado y su odio hacia la propiedad privada (Ronald E. Powaski, Historia de la guerra fría, p. 18. Powaski es historiador norteamericano).
Así pues, la lucha del imperialismo por erradicar de la faz de la tierra el experimento socialista, nunca fue una simple equivocación sino una decisión bien asentada en el conocimiento de los principios básicos de la doctrina socialista y de las medidas políticas que trata de poner en práctica al llegar al poder. De ahí que su propósito, independientemente de los distintos giros de estilo y de énfasis que le han impuesto las circunstancias, nunca fue otro que la eliminación total y definitiva del socialismo en todo el mundo. La posición de Wilson fue el punto de partida de la guerra de exterminio contra el gobierno de Lenin, ayudando con armas, dinero y asesoría a la contrarrevolución interna de los llamados “guardias blancos”; mediante el desembarco de tropas aliadas en el lejano noroeste y de los japoneses en el Lejano Oriente, para asesorar a la llamada “legión checoslovaca” en la conquista de Siberia. Esta política culminó con la sangrienta guerra civil de 1918-1920, armada y financiada desde el exterior por los aliados, que fue finalmente aplastada por el Ejército Rojo, entonces en formación, a un alto costo en vidas y recursos.
Pero con esa derrota, la guerra de exterminio no hizo más que cambiar de forma, echando mano de nuevos recursos como el bloqueo financiero, tecnológico y comercial a la URSS para aislarla y hundirla en una grave crisis económica. Sin embargo, la recién terminada Primera Guerra Mundial (1914-1918) había dejado un panorama peor en Occidente: enormes masas de trabajadores hambrientos y desempleados, sin vivienda, sin servicios, sin medicinas y sin ayuda oficial de ningún tipo. Por todo eso, crecía por momentos la inclinación hacia un cambio revolucionario semejante al llevado a cabo por los obreros y campesinos de Rusia. Era urgente frenar este giro peligroso de la opinión de los maltratados por la guerra y atajar la “peste bolchevique” que cundía entre ellos.
Fue así como, entre otras medidas, nació la guerra ideológica sin cuartel para “denunciar” los horrores del socialismo y el carácter torvo y criminal de sus dirigentes. El propósito era vacunar a los hambrientos contra el “virus del comunismo”, y para eso se tornó indispensable crear una nueva narrativa de la Primera Guerra Mundial y de los sucesos ocurridos desde 1917, es decir, se hizo necesario “reescribir” la historia, tal como está ocurriendo ahora.
Pero esta primera versión de la “guerra fría” siguió un camino distinto al de su versión clásica. En su discurso del 9 de mayo, una pieza sobria, mesurada y breve pero apegada a la verdad histórica, el presidente ruso Vladímir Putin dijo algo muy revelador a este respecto: “Han pasado casi 100 años desde la época en que la abominable bestia nazi estaba ganando insolencia y fuerza depredadora en Europa Central. Las consignas de supremacía racial y étnica, antisemitismo y rusofobia eran cada vez más cínicas. Los acuerdos diseñados para detener el deslizamiento de tierra hacia una guerra mundial se rompieron fácilmente. (subrayado de ACM). En mi opinión, el presidente Putin alude a la conducta cómplice de las potencias imperialistas vencedoras en la primera guerra, que no solo permitieron la libre actividad propagandística de los nazis, sino que ayudaron activamente a Hitler a crecer y fortalecerse con el propósito de prepararlo para desencadenar la Segunda Guerra Mundial.
Está suficientemente probado que el periodo entre las dos guerras puede definirse como el periodo del olvido y la traición al Tratado de Versalles, firmado por las potencias vencedoras y Alemania para poner fin a la primera contienda. Ese tratado imponía a los alemanes condiciones severas sobre expansión territorial, número y armamento de sus tropas, prohibición de reconstruir su fuerza naval y una pesada indemnización de guerra a pagar puntualmente a los vencedores firmantes del Tratado. Tales cláusulas tenían el propósito de impedir el expansionismo y el rearme de Alemania o, lo que es lo mismo, evitar una nueva guerra, como dice Putin. ¿Por qué no dieron el resultado esperado? ¿Qué fue lo que falló? Simplemente, que los encargados de hacer cumplir el Tratado rápidamente lo olvidaron en aras de permitir a Hitler hacer exactamente lo que ese documento le prohibía expresamente, incluido renunciar al pago de las indemnizaciones de guerra a ellos mismos.
Los hechos hablan. La primera violación al Tratado de Versalles fue el Tratado de Locarno, el primer acuerdo internacional de las potencias vencedoras con Alemania después de Versalles, firmado en 1925. Según este acuerdo, Alemania, Francia y Bélgica se comprometían a garantizar la inviolabilidad de las fronteras germano-francesa y germano-belga trazadas en Versalles; Inglaterra e Italia firmaron como garantes del pacto. Mucho se puede decir sobre la legitimación de Alemania en este pacto, pero el verdadero fondo de la maniobra consistió en que no se extendió la misma garantía fronteriza a los vecinos orientales de Alemania, es decir, a Polonia y Checoslovaquia, con lo cual se le dejó abierta la puerta para una futura invasión, como finalmente ocurrió. Con esto, las potencias imperialistas buscaban impulsar el renacimiento y la fortaleza de Alemania a costa de sus vecinos orientales y alejarla de la tentación de lanzarse sobre occidente.
Las consecuencias del pacto no se apreciaron de inmediato; hubo que esperar al arribo de Hitler al poder, en febrero de 1933, para conocer sus frutos envenenados. En 1936, violando abiertamente el Pacto de Locarno, Hitler invadió la zona desmilitarizada de la Renania Francesa, sin que ninguno de los firmantes moviera un dedo para impedirlo; mediante un “plebiscito” recuperó la cuenca del Ruhr, en posesión de Francia para resarcirse de la falta del pago de las reparaciones de guerra; inició la reconstrucción acelerada de su ejército y la modernización de su armamento; declaró públicamente su retirada de la Sociedad de Naciones, lo que le dejaba manos libres para llevar a cabo sus planes. Nada de esto inmutó a los aliados.
En el terreno de la moral y los derechos humanos, comenzó asesinando a sus rivales políticos a sangre fría; ordenó el incendio del parlamente para poder perseguir a los comunistas y otras minorías políticas y raciales;, expulsó a los judíos del ejército y los cargos públicos; multiplicó los pogromos (matanzas y despojos masivos) en su contra; les prohibió el ejercicio de muchas profesiones e incluso su ingreso a las Universidades; hizo mas riguroso su confinamiento en ghetos; dispuso la esterilización forzosa de discapacitados, deformes, retrasados y enfermos incurables; organizó las matanzas conocidas como la “noche de los cuchillos largos” y la “noche de los cristales rotos”; ordenó la quema de los libros prohibidos y la expulsión de científicos, intelectuales y artistas, judíos o no de pura sangre aria, como Einstein, Thomas Mann y Bertolt Brecht. Esta escalofriante aunque cronológicamente desordenada enumeración de abusos y crímenes, fue bien conocida en Europa y en el mundo, particularmente por las clases gobernantes y ricas, y dice mucho de su contubernio con Hitler el que no se conozca una sola denuncia o una sola condena de su parte.
Así, llegamos al año 1938, el año en que la Segunda Guerra Mundial entró en la recta final. El 13 de marzo, Hitler se anexó Austria alegando que la mayoría de sus habitantes eran de raza alemana; Chamberlain, primer ministro británico, justificó su inacción diciendo que ningún inglés estaría dispuesto a dar la vida porque dos pueblos alemanes desearan reunificarse. El 24 de septiembre, Hitler lanzó un ultimátum contra Checoslovaquia exigiendo la entrega de los Sudetes, la zona limítrofe con Alemania. Los checoslovacos se resistieron y Gran Bretaña intervino en el conflicto. Luego de varias entrevistas secretas con Hitler y de varios chalaneos con Francia, el 30 de septiembre se firmó el pacto de Munich por el cual Chamberlain y Daladier cedían los Sudetes a Hitler, sin el consentimiento y sin la participación de Checoslovaquia. A cambio, Hitler prometió no reclamar un centímetro más de tierra. Daladier en Francia y Chamberlain en Inglaterra fueron recibidos como héroes “por haber salvado la paz de Europa”. El 15 de marzo de 1939, Hitler invadía y se anexaba Checoslovaquia completa.
A esta conducta de las potencias imperialistas los historiadores de Occidente la denominan “política de apaciguamiento”. El nombre proviene de la explicación que el Primer Ministro británico dio a su país y al mundo: su objetivo, que no podía ser más noble ni más justificado, era “apaciguar” a Hitler saciando su apetito territorial para calmar sus ansias de conquista por medio de las armas, todo para salvar al mundo de una guerra de proporciones apocalípticas. Pero el argumento se viene abajo no solo por su monumental fracaso, pues la guerra de todos modos ocurrió, sino también porque la política de apaciguamiento continuó incluso después de iniciada la guerra. Está demostrado que el gobierno británico siguió buscando el entendimiento con Hitler en pleno desarrollo del conflicto, ahora para proponerle repartirse el mundo entre ambas potencias, manos libres en todo el territorio de Europa Oriental, incluida Polonia con quien acababa de firmar un pacto de defensa mutua.
También queda totalmente desvirtuado el argumento por lo que los mismos historiadores llaman “la extraña guerra”. Después de la invasión de Polonia el 1º de septiembre de 1939, Gran Bretaña se vio forzada a declarar la guerra a Alemania para evitar el ridículo mundial, lo que hizo dos días después, el 3 de septiembre de 1939. Lo “extraño” consiste en que, después de la declaración, no paso nada más: no hubo ningún preparativo, ningún reclutamiento de emergencia, ningún desplazamiento de tropas. ¡Nada! Parecía que la declaración misma había dejado exhausta, o satisfecha a Gran Bretaña. Mientras, las élites pro fascistas de Francia e Inglaterra exigían negociaciones urgentes al mismo tiempo que llamaban a la población a oponerse a un enfrentamiento con Alemania. Todos estos hechos refuerzan la explicación de que la verdadera causa de la conducta de los imperialistas no se explica por el deseo de defender la paz mundial, sino por su intención de usar a Alemania como ariete contra la Unión Soviética y su experimento socialista.
Adornos teóricos aparte, no hay duda de que la Primera Guerra Mundial fue una guerra entre las naciones imperialistas por la hegemonía mundial. Ya en esa guerra, el factor desencadenante fue Alemania que, con su vigoroso desarrollo económico e industrial a partir de su unificación en 1871, irrumpió en un mundo ya repartido entre las potencias con un desarrollo más antiguo exigiendo un nuevo reparto del planeta. Como sabemos, Alemania perdió la guerra pero eso no resolvió su necesidad de mercado para su producción. Las duras condiciones que le fueron impuestas por los vencedores en Versalles, le sirvieron de acicate para una acelerada reconstrucción y para armarse mejor con vistas a una nueva guerra. Esta vez ya no sería por un nuevo reparto, sino por el dominio total del mundo.
La Primera Guerra Mundial, además, aceleró la maduración de las condiciones para que el proletariado y el campesinado de los países beligerantes, incluida la Rusia de los zares, sintieran la necesidad y adquirieran la capacidad de tomar el poder para construir una sociedad radicalmente nueva, que garantizara la libertad y el bienestar de las mayorías. Esto fue la Revolución de Octubre en Rusia. A partir de esa revolución proletaria, la pugna interimperialista por la supremacía mundial se hizo más compleja: ahora había un tercer concursante, un enemigo más peligroso que cualquiera de los anteriores. Ya hemos visto que los líderes principales del llamado “mundo libre” tuvieron claro el problema desde el primer momento y que a tiempo decidieron que la dirección principal de su lucha tendría que ser en contra de este nuevo enemigo con el fin de destruirlo por completo. Y eso fue lo que hicieron en el periodo de entreguerras, como acabamos de ver. Así, y no de otra manera, se explican sus ayudas y complicidades con Hitler y su silencio de tumbas ante sus crímenes y atrocidades.
Ya vimos como Chamberlain y su gobierno siguieron buscando canales secretos para negociar con Hitler después de estallar la guerra. Pero hay más. Al mismo tiempo que cortejaban a Hitler, rechazaban una y otra vez la oferta de Stalin de una alianza para hacer frente al peligro nazi. “En septiembre de 1934, la Unión Soviética pasó a formar parte de la Sociedad de Naciones (…) durante los siguientes cuatro años, Stalin trató de crear una alianza con Gran Bretaña y Francia, sin éxito. Los gobiernos derechistas británicos de Baldwin y Chamberlain mostraron una actitud marcadamente anticomunista y se negaron a aceptar las garantías personales de Stalin conforme él no tenía interés en prestar apoyo a las revoluciones de Europa ni en ningún otro lugar (Chris Bambery, Historia marxista de la Segunda Guerra mundial. Bambery es un historiador británico).
Stalin persistió en su oferta hasta el último momento. Muy poco antes de la invasión de Polonia y el inicio formal de la guerra, una delegación franco-británica arribó a Moscú con la aparente misión de concluir un pacto de defensa mutua. La primera sesión tuvo lugar el 12 de agosto de 1939. Pero durante el desarrollo de las pláticas, fue quedando claro que no había verdadera intención de llegar a un acuerdo; se trataba solo de la prolongar la negociación para obtener la mayor información posible. La delegación soviética decidió plantear la cuestión esencial: ¿estaban los aliados dispuestos a obligar a Rumania y Polonia a permitir el paso por su territorio del Ejército Rojo con destino a Alemania? De ello dependía toda la negociación, dijeron. Tras muchas evasivas, la respuesta final fue no y los soviéticos pusieron fin a la farsa el 22 de agosto de 1939, es decir, nueve días antes de la invasión a Polonia y doce antes de la declaración oficial de guerra por parte de Gran Bretaña.
La conducta de los aliados ha sido totalmente esclarecida por la investigación histórica: “Inglaterra, a espaldas de la URSS, efectuaba negociaciones secretas con el Reich fascista”; en el curso de las conversaciones “hizo propuestas de largo alcance acerca de la colaboración anglo alemana y la firma de un acuerdo de no agresión, no intervención y reparto de las esferas de influencia entre los dos países (…) los círculos gubernamentales ingleses prometían a los hitlerianos suspender las conversaciones con la URSS y negar a Polonia las garantías que había firmado poco tiempo antes”, es decir, ofrecían a Hitler, sin ningún escrúpulo la cabeza de Polonia (ver Oleg A Rzheshevski, La Segunda Guerra mundial. Mito y realidad; Ed. progreso. pp 84-85).
Cuadernillos para ilustrar.
Redacción.- El Centro Cultural González Gallo (CCGG) tiene una actividad para niños en la que se pueden divertir y aprender la historia de la Antigua Estación del Tren en Chapala, se trata de una dinámica que consiste en la ilustración de un cuadernillo, contando con regalos especiales para los participantes.
La actividad, dedicada a niñas y niños, pretende fomentar la historia de la estación de ferrocarril en el municipio, con el fin de que las nuevas generaciones cuenten con información del patrimonio histórico de Chapala.
La dinámica es la siguiente:
-Solicitar el cuadernillo en el CCGG, a través del tel. 376 765 7424 o al cel. y whatsapp 3331707410
-Ilustrar el cuadernillo de acuerdo a los textos que narran la historia de la Antigua Estación, con la técnica y materiales que prefieras.
-Entregar el cuadernillo ya ilustrado del martes 18 al viernes 21 de mayo.
– Al entregar el cuadernillo los primeros 50 participantes obtendrán un premio de participación por parte de los patrocinadores, que es una playera alusiva al concurso.
-Se entregarán premios en especie otorgados por los patrocinadores
-La edad para participar es de 7 a 14 años de edad.
Manuel Flores Jiménez recibirá un estímulo económico de 140 mil 408 pesos para la publicación de su libro.
Berenice Barragán (Jocotepec, Jal).- Con el libro “Del silencio vienen las memorias. Voces del pasado de Jocotepec y su región”, el cronista Manuel Flores Jiménez, fue ganador del programa de estímulos económicos 2020 del Consejo Estatal de la Cultura y las Artes del Estado de Jalisco (CECA), apoyo monetario con lo que llevará a cabo la publicación de la obra.
El cronista y profesor de profesión, Manuel Flores Jiménez, fue uno de los cinco ganadores de la convocatoria de estímulos económicos 2020 del CECA, en el que por segunda ocasión tendrá la oportunidad de publicar su obra.
Es en 450 páginas que el jocotepense relata la historia de su municipio y sus alrededores, destacando la labor de los franciscanos y la etapa colonial del municipio y sus delegaciones, agregando además, relatos basados en la historia de Ajijic y San Antonio Tlayacapan.
El libro es una investigación documental que le tomó alrededor de 6 años recopilar, el que además es una continuación de sus primeros dos libros, “Crónicas de San Francisco de Jocotepec” y “Memorias del silencio, recuerdos y pasos por Jocotepec”, obra que fue presentada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) en el año 2010.
Será un total de 140 mil 408 pesos la cantidad que el CECA le otorgará a Manuel Flores, para así lograr que la editorial Amateditorial de Guadalajara imprima 1000 ejemplares del libro.
“A mí siempre me gustó la historia universal, la historia de México. A lo largo de la maestría tuve contacto con archivos históricos que me llamaban mucho la atención. Eso me llamó mucho más a darle un valor y una apreciación sustantiva a lo local”, comentó Manuel Flores.
Será en el mes de agosto cuando la obra será finalmente publicada y presentada en distintos espacios de arte, como el Ex convento del Carmen –una galería de arte del XVII en Guadalajara-, la Casa de Cultura de Jocotepec y espacios de arte en las poblaciones de Ajijic y Chapala.
Para saber: Los libros “Crónicas de San Francisco de Jocotepec” y “Memorias del silencio, recuerdos y pasos por Jocotepec” pueden ser adquiridos en las instalaciones de la Casa de Cultura municipal.
Antes de ser nombrado Pueblo Mágico, fue llamado “Pueblo privilegiado”. (Foto: WingVideo)
Sofía Medeles (Ajijic, Jal.).- Antes de existir la estrategia Pueblos Mágicos -creada en el 2001- y el nombramiento de Ajijic como tal en el 2020, hubo un gobernador que le dio a la delegación un antecedente que dejó en claro que la población tiene las características para ser un lugar mágico; le llamó pueblo privilegiado.
El gobernador de Jalisco de 1959 a 1964, Juan Gil Preciado, solía disfrutar de visitar Ajijic, por lo que formó un comité para trabajar en los servicios y las necesidades del pueblo y de sus habitantes, sin perder la oportunidad de reafirmar lo mucho que le gustaba cada aspecto de la localidad.
María “Mary” de Jesús Pérez, nativa de Ajijic, fue quien relató las obras del gobernador en la delegación, así como parte del comité formado por Juan Gil -llamado Junta de mejoramiento moral, material y cívico-, y narra la ocasión en que la población fue llamada pueblo privilegiado.
“Estábamos en una reunión con la junta para organizar los arreglos y obras que se iban a hacer, como la entrada de agua potable, la formación del pozo de agua en el centro, la llegada de SIMAPA, y se hablaba de poner la primera secundaria en el poblado. La junta fue en Rancho del Oro, en una propiedad desde la cual se veía un bello paisaje del pueblo, entonces Juan Gil, apreciando el paisaje, comentó; Este es un pueblo privilegiado; como Ajijic no hay dos, no solo son sus paisajes, es su clima, su gente y sus tradiciones”.
Juan Gil Preciado, Gobernador de Jalisco de 1959 a 1964.
Tiempo después, durante una ceremonia para festejar los trabajos concluidos a beneficio de Ajijic, al gobernador Preciado se le presentó la melodía Mi lindo Ajijic -compuesta por Crescencio Ramos- interpretada por Trinidad Ramos y musicalizada por Amancio Ramos. Al escuchar la canción, Juan Gil expresó una gran emoción y alegría.
Preciado, durante sus visitas para supervisar las obras, le hizo mención a la junta que buscaba realizar un proyecto similar a lo que actualmente se le conoce como Estrategia Nacional de Pueblos Mágicos, el cual sería llamado Pueblos Privilegiados provisionalmente, sin embargo, no se realizó.
Finalmente, en 1965 se disolvió la junta, no obstante, muchos de los participantes como Mary Pérez, siguieron y siguen involucrados en proyectos para el beneficio y la infraestructura del pueblo -alumbrado público, por ejemplo-, como en la parte cultural -la festividad de Usos y Costumbres del Rebozo, la cual se realiza en el marco de las fiestas patrias-.
Redacción.- Debido a la pandemia por coronavirus que asola al municipio de Jocotepec, la tradición de “voltear las cazuelas” no se realizó como se acostumbra cada año. Es por ello que te compartimos de que se trata esta singular tradición.
La tradición de “voltear las ollas” se remonta al año de 1833, cuando se juró que se iban celebrar las fiestas en honor al Señor del Monte por haber salvado al pueblo de Jocotepec del cólera morbus, que mató al 10 por ciento de la población.
Esta tradición nace de la necesidad de la gente por comprar las utilerías de cocina como ollas, jarros, platos, vasos, comales, etcétera, y las complicaciones que representaba para los jocotepenses ir hasta la ciudad de Guadalajara. Entonces, en lugar de ir hasta allá, se decidió traer a los comerciantes de esos productos al pueblo.
El nombre de esta tradición tiene dos versiones históricamente aceptadas. La primera cuenta que el origen del nombre se dio porque anteriormente la mayoría de los utensilios de cocina eran de barro. La gente guardaba las ollas boca abajo para protegerlas. Entonces cuando llegaban estas fechas, volteaban sus ollas para verlas y asegurarse de que estaban en buen estado, y si no, para reemplazarlas por piezas nuevas.
La segunda versión, y la más conocida popularmente, apunta a que el nombre de la tradición se da porque anteriormente la gente guardaba su dinero en ollas. Un día después de la fiesta, la gente las volteaba para sacarlo y hacer las compras.
Esta tradición se ha conservado por 185 años, pero se ha modificado a medida en que pasa el tiempo. Del plano original sólo se conservan la venta de ollas de barro, los dulces y las cañas. Actualmente, las cosas modernas como aparatos electrónicos, utensilios de aluminio y vidrio, ropa y zapatos, son los objetos que más se encuentran.
Tan tradicional es el día de voltear las ollas en Jocotepec, que no hay clases en las escuelas, casi nadie trabaja y todos esperan ese día para comprar lo que les gustó durante las fiestas.
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