Inspectores de PROFEPA en el sitio colocando el sello de clausura. Foto: Cortesía.
Armando Esquivel. – La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) clausuró el terreno ubicado en San Juan Cosalá, donde se arrojó escombro en las orillas del Lago de Chapala como parte de la continuación de trabajos para un parque que ampliaría el malecón, en una obra promovida por el Ayuntamiento de Jocotepec. La inspección del personal del Gobierno Federal fue realizada durante el 22 de enero.
En el sitio ubicado en calle López Cotilla fue colocada cinta preventiva y un sello de clausura emitido por la PROFEPA, que interpuso el cierre parcial temporal al predio al estar siendo utilizado como sitio de relleno de residuos de manejo especial (escombros) en zona federal y cercana al Lago de Chapala, según lo informado en un comunicado de la dependencia del Gobierno de México.
La PROFEPA menciona haber dado atención al tema ante la difusión del caso en medios de comunicación y redes sociales por lo que personal de la Procuraduría realizó una visita de inspección y vigilancia en materia de impacto ambiental, encontrando el lugar relleno con escombros pese a ser una zona federal, por lo que por principio precautorio y por el impacto que genera el rellenar con escombros una zona pegada al lago, se determinó imponer como medida de seguridad la clausura parcial temporal.
También se explica que, en el año 2019, la Cooperativa S.C.P.P. Lagunas de Cosalá S.C. de R.L. solicitó un permiso para rehabilitar un área recreativa sin fines de lucro sobre el malecón San Juan Cosalá, actividad que no implicaba la remoción de vegetación ni la realización de obra civil en la zona federal.
Si bien la autoridad ambiental en su momento respondió que por las características descritas no requerían presentar una Manifestación de Impacto Ambiental, la obra que realizaba el Gobierno de Jocotepec, en particular el relleno del Lago de Chapala con cascajo y escombros, sí representan una violación a la ley ambiental y no fueron autorizadas.
El comunicado también se acompaña del sostén jurídico con el que la PROFEPA interpuso la clausura.
“En el artículo 28 de la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y artículo 5 de su Reglamento en materia de la Evaluación el Impacto Ambiental, se establecen de manera general los sectores cuyas obras o actividades requieren previa autorización a su realización en materia de impacto ambiental por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, entre las que se encuentran las siguientes:
I.- Obras hidráulicas, vías generales de comunicación, oleoductos, gasoductos, carboductos y poliductos. Incluye obras para el depósito o relleno con materiales para ganar terreno al mar o a otros cuerpos de aguas nacionales como el Lago de Chapala.
X.- Obras y actividades en humedales, ecosistemas costeros, lagunas, ríos, lagos y esteros conectados con el mar, así como en sus litorales o zonas federales. En el caso de actividades pesqueras, acuícolas o agropecuarias se estará a lo dispuesto por la fracción XII de este artículo.
XIII.- Obras o actividades que correspondan a asuntos de competencia federal, que puedan causar desequilibrios ecológicos graves e irreparables, daños a la salud pública o a los ecosistemas, o rebasar los límites y condiciones establecidos en las disposiciones jurídicas relativas a la preservación del equilibrio ecológico y la protección del ambiente.
Aunado a lo anterior, el Lago de Chapala es un humedal catalogado como un sitio Ramsar desde el 02 de febrero de 2009, dada su importancia ecológica internacional, situación que imprime mayor atención y protección a este cuerpo lagunar, desde los tres niveles de gobierno”. Se lee en el comunicado de la procuraduría ambiental a nivel nacional.
La PROFEPA finaliza su comunicado con el compromiso de dar seguimiento al caso e informar de manera oportuna sobre avances.
Zona en la que se raspó el cerro en San Juan Cosalá para la presunta construcción de casas. Foto: Armando Esquivel.
Armando Esquivel.- Más raspones en cerros de Jocotepec, esta vez en San Juan Cosalá a un costado del acceso al Raquet Club, donde se ve la mancha de la intervención humana, sumado al desvío de un arroyo y el riesgo de deslave del que vecinos se dicen preocupados.
Fue hace cuatro meses cuando los trabajos y la intervención de maquinaría pesada comenzaron a raspar el cerro, hecho que puso en alarma a los vecinos de la calle Convivencia, frente a la zona de balnearios, debido a que notaron la inclinación en la que se realizaban los trabajos, dejando un raspón que es notorio desde la carretera Chapala-Jocotepec.
El raspón es visible desde la carretera Chapala-Jocotepec. Foto: Armando Esquivel.
Canal realizado por constructores para desviar un arroyo. Foto: Armando Esquivel.
“Pues le escarbaron ahí, ya rajaron todo el pinche cerro. Aquí ya ve que caen las trombas”, dijo un vecino de la zona que se mostró preocupado e indignado con lo realizado en el cerro.
En una visita al lugar se pudo constatar que además de la erosión, quienes intervienen el punto, desviaron un arroyo, dejando el espacio con menor proporción y aventando el paso del agua muy cerca de la parte trasera de las casas de calle Convivencia.
“Cambiaron la ruta del arroyo y ahora está justo pegado a la casa y es mucho más estrecho que el arroyo normal”, manifestó otro de los vecinos de origen extranjero, quien mencionó que tuvo una charla con los constructores, quienes informaron que serían 10 casas y que contaban con los estudios necesarios para la obra.
Según el Artículo 935 de la Ley de Aguas Nacionales, el propietario de las aguas no podrá desviar su curso de modo que cause daño a un tercero. El intervenir un cauce sin autorización contrae sanciones y multas.
Una de las vecinas confesó que sí siente temor, y aunque casi no conoce San Juan Cosalá, a simple vista puede ver el peligro que hay con la intervención al cerro. “No estoy familiarizado con el clima aquí ni nada, pero si llueve y llueve, llueve todo lo que podría deslizarse hacia abajo a esta calle, causa miedo”, comentó una mujer extranjera que dijo tener poco tiempo viviendo en la zona y desconoce el funcionamiento de las autoridades ante estos casos.
Hace dos semanas uno de los residentes se mostró alarmado al grado de acudir al Ayuntamiento de Jocotepec para dar a conocer el caso, acudiendo a la dirección de Desarrollo Urbano, dependencia que le prometió acudir para hacer una revisión, aunque se desconoce sí se realizó la visita, mientras que en la zona se pueden ver trabajadores haciendo labores para la construcción de una vivienda.
Algunos de los colonos tienen tiempo viviendo ahí, como una pareja de extranjeros que llevan 15 años en el lugar, aunque dicen que las cosas han cambiado, pues la tranquilidad poco a poco se ha ido perdiendo.
Construcción que se realiza en el punto con algunos trabajadores de la obra. Foto: Armando Esquivel.
“Era muy tranquilo, ahora todos son Airbnb para fiestas, eventos, normalmente cada noche hay música de todos lados, música fuerte, a veces toda la noche y ahora van a poner 10 casas más”, relataron a Semanario Laguna.
Se cuestionó al Gobierno de Jocotepec respecto a los permisos que fueron entregados por la dependencia y también conocer si los propietarios cuentan con el aval de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), quedando programada una entrevista con el titular de Desarrollo Urbano, para que pueda explicar lo que la dirección a su cargo aprobó, presentándose en la siguiente edición (638) impresa las respuestas del funcionario.
Terreno de la orilla del lago tras el festival. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.- Aunque el Ayuntamiento de Chapala aseguró no haber otorgado el permiso para un festival de lodo para vehículos 4×4 a la orilla de las playas de San Antonio Tlayacapan, en el lago de Chapala, se realizó el pasado domingo 9 de junio.
A decir del director del Instituto de Limnología (que es la ciencia que se encarga del estudio ecológico de lagos, lagunas, embalses, ríos, arroyos y quebradas) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), con oficina en Ajijic, Eduardo Juárez Carrillo, este tipo de eventos es sumamente perjudicial para el Lago de Chapala en muchos aspectos.
Vehículos que se encontraban en la orilla del lago el día del festival. Foto: Sofía Medeles.
Pese a que no han confirmado si se dio permiso o no, la última vez que se le consultó a Comunicación Social de Chapala, semanas previas al evento, no había un permiso para realizar este evento.
«Hasta el momento no han solicitado permiso», informó la dirección de Comunicación Social el 21 de mayo, cuando ya había iniciado la promoción de esta actividad. Sin embargo, se desconoce porque no se canceló el evento.
Por su parte, Eduardo Juárez definió este tipo de actividades, como «estupidez supina», es decir como negligencia o falta de interés, y una actividad altamente perjudicial tanto en la contaminación directa al agua, como el daño a la flora y la fauna local.
«Para empezar, van a llevar automóviles dentro del lago y van a tirar hidrocarburos. Una gota de aceite contamina miles de litros, no se diga la gasolina. Otra contaminación que causan es el ruido. Se hace un ruidajo. Los aceites, llegan a la cadena trófica, a través de las plantas, el fitoplancton y zooplancton, así que entran en la cadena alimenticia, por consiguiente, entran al alimento humano y eso no es cualquier cosa», dijo.
Según explicó el director de Limnología de la Universidad de Guadalajara, el evento es altamente perjudicial para el Lago de Chapala. Foto: Cortesía.
Por otro lado, habló de cómo la fauna y la flora se podría ver afectada con este tipo de actividades. «El impacto se va a tener sobre las arenas y el fondo. En esa zona, los mantos tienen organismos de fondo bentónicos en peligro de extinción, como uno que se llama anodonta, una almeja nativa en peligro de extinción. Esos vehículos alteran el hábitat de esa zona».
El experto compartió que este tipo de actividades afectan la flora local como los tulares que hay en San Antonio Tlayacapan, los cuales son un tipo de vegetación acuática compuesto por plantas que están arraigadas al fondo del lecho lacustre y que sirven de zona de anidamiento de las distintas especies de aves que alberga el lago de Chapala.
«Las semillas que quedaron después de que las devastaron, podrían causar un serio problema para que regresen los vegetales a la zona. Ahí es donde llegan aves, donde se anidan, además en esas zonas viven reptiles, tortugas, serpientes y anfibios como ranas, que ya desaparecieron prácticamente. Le van a dar un trancazo a la zona».
Zona de la playa que fue modificada para el paso de algunos vehículos. Foto: Sofía Medeles
El entrevistado finalizó informando, que no tiene el conocimiento de que se manejen permisos para ese tipo de eventos, pero que si existiesen, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) sería la institución que debería otorgarlos, ya que se trata de terreno federal. «Conagua sería la primera instancia que debería pararlos, decir ‘con el lago no’, porque es como darle una puñalada a un muerto. El lago agoniza».
Comentó que el municipio podría haber colaborado, cerrando entradas a la playa, no dando permiso de pasar. Otras actividades que dañan el lago a este nivel, según enumeró Juarez Carillo, son la invasión y construcción en terreno del lago, la pesca deportiva y la poda de plantas que se encuentran en el lago, como el tule. En contraste a esto, las actividades que benefician al lago, podrían ser la limpieza de basura, y plantar tule, señaló el experto.
Desgaje en el cerro de San Juan Cosalá, frente a la zona restaurantera de Piedra Barrenada. Foto: Armando Esquivel.
Armando Esquivel.- Aún no se sabe exactamente con qué fin se realiza la intervención con maquinaría en un cerro de San Juan Cosalá, ya que el Gobierno de Jocotepec informó que están en la revisión del caso.
Fue a mediados de noviembre cuando una máquina retroexcavadora se pudo observar en el cerro frente al restaurante “La Iguana de Piedra”, en Piedra Barrenada, realizando raspones en la zona montañosa y dejando un claro manchón en la vegetación; aunque las autoridades informaron que el permiso era sólo para retirar maleza de un camino peatonal, hasta el momento no hay certeza de la o las personas responsables, ni de lo que se pretende hacer en el lugar.
Luego de que este medio evidenciara los trabajos (Edición 605), la máquina pesada siguió laborando; al cuestionar al presidente de Jocotepec, José Miguel Gómez López, dijo estar consultando el caso con la dirección de Desarrollo Urbano.
“Solicitaron la autorización nomás para el camino, liberarlo, el camino peatonal que ya había, es limpiarlo, pero le pedí al que trae la obra que fuera a Desarrollo Urbano y a Ecología para que le den los dictámenes correspondientes de factibilidad y viabilidad, ya están en ello, ya están trabajando”, informó el alcalde, comprometiéndose a revisar el motivo por el que la maquinaría sigue trabajando.
Luego de esta respuesta, se solicitó al alcalde información respecto a la intervención, específicamente para saber si el propietario se había acercado para aclarar qué es lo que se realiza en el cerro, así como el saber si el ayuntamiento de Jocotepec procedería con una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), como se hizo en el caso del dragado al Lago de Chapala, en San Cristóbal Zapotitlán; sin embargo, al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.
A un costado del área que fue desgajada se realiza la ampliación de un camino, pero no a modo de remoción de maleza, como se mencionó por el alcalde, sino con la intervención de una retroexcavadora que remueve tierras y un camión de volteo, con la aparente intención de generar paso a vehículos, con todo y la construcción de un muro de piedra y cemento.
Del material extraído del cerro no se sabe qué uso se le dio, aunque para realizar esta acción es necesario contar con diversos requisitos, entre ellos un dictamen de impacto ambiental.
Otro de los problemas con la intervención a la montaña, es el riesgo de deslaves, ya que tampoco se conoce si para los trabajos en el cerro se cuenta con el aval de Protección Civil y Bomberos, considerando el historial de deslaves en la zona de San Juan Cosalá.
Mono Araña captado en el fraccionamiento Chula Vista, la mañana del jueves cinco de enero. Foto: Facebook.
Sofía Medeles.- Tras el avistamiento de un mono araña en el fraccionamiento Chula Vista, el titular de Ecología municipal, René Ochoa, dio recomendaciones de qué hacer y a dónde denunciar, en caso de encontrarse con una especie exótica.
Su primera recomendación al toparse con cualquier animal que no sea doméstico o mascota tradicional es no tocar, ni agredir a la especie, e inmediatamente llamar a seguridad pública al número 376 765 4444, quienes se encargarán de canalizar el caso a Ecología para resguardar al ejemplar.
Si se comprueba y acredita la propiedad y la legal estancia del animal, se regresa a su dueño, en caso de que no sea así o no se encuentre al propietario, dependiendo de la especie, se mantiene 10 días en observación, y si es adaptable, se regresa al hábitat natural. En el caso de especies exóticas, se ponen a disposición de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Esta información se brindó a raíz de que extranjeros publicaron mediante redes sociales, el avistamiento de un mono por las calles del fraccionamiento mencionado, del cual, hasta el momento, no se ha proporcionado información sobre si fue capturado o si continúa en las calles.
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